Eucaristía Vocacional Entrad en amistad con Dios

Transcripción

1 Eucaristía Vocacional Entrad en amistad con Dios Que yo, Señor, te busque invocándote y te invoque creyendo en ti, pues me has sido predicado. Te invoca, Señor, mi fe, la fe que tú me diste e inspiraste por la humanidad de tu Hijo y el ministerio de tu mensajero. Confesiones I, 1,1 MONICIÓN DE ENTRADA En este mes mariano, comenzamos la celebración de la Eucaristía con especial referencia a nuestro encuentro con Dios. Santa Teresa argumentaba que la oración era tratar de amistad con quien sabemos que nos ama. De ahí que esta celebración busque en todos nosotros, acercarnos más a Dios desde un corazón amigable y abierto. Pidamos al Señor que fortalezca nuestro compromiso creyente para vivir en actitud referencial a Él. Pedimos una vez más la intercesión de María, madre del Mediador, para que mueva los corazones de tantos jóvenes entre nosotros y nuestros trabajos, para que inicien una amistad profunda con Dios y logren experimentar en sus vidas el encuentro personalísimo con Él. 1

2 ACTO PENITENCIAL Por las veces en que no actuamos conforme a nuestra fe y a nuestros principios cristianos. Señor ten piedad. Por nuestras fragilidades y debilidades, lo que nos aleja hoy de Dios y de los hermanos con los que vivimos. Cristo ten piedad. Por nuestras mediocridades e imperfecciones, lo que nos deteriora espiritualmente. Señor ten piedad. ORACIÓN COLECTA Dios todopoderoso y eterno, hoy nos invitas a vivir en ti en profunda y sincera amistad. Haz que esta celebración eucarística, este sagrado misterio, nos acerque más y mejor en tu hijo Jesucristo que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos Amén. Primera Lectura De la carta de San Pablo a los Colosenses (3,1-17) Si habéis resucitado con Cristo, buscad las cosas de arriba, donde está Cristo sentado a la diestra de Dios. Poned la mirada en las cosas de arriba, no en las de la tierra. Porque habéis muerto, y vuestra vida está escondida con Cristo en Dios. Cuando Cristo, vuestra vida, se manifieste, entonces vosotros también seréis manifestados con él en gloria. Haced morir, pues, lo terrenal en vosotros: fornicación, impureza, pasiones desordenadas, malos deseos y avaricia, que es idolatría; cosas por las cuales la ira de Dios viene sobre los hijos de desobediencia, en las cuales vosotros también anduvisteis en otro tiempo cuando vivíais en ellas. Pero ahora dejad también vosotros todas estas cosas: ira, enojo, malicia, blasfemia, palabras deshonestas de vuestra boca. No mintáis los unos a los otros, habiéndoos despojado del viejo hombre con sus hechos, y revestido del nuevo, el cual conforme a la imagen del que lo creó se va renovando hasta el conocimiento pleno, donde no hay griego ni 2

3 judío, circuncisión ni incircuncisión, bárbaro ni escita, siervo ni libre, sino que Cristo es el todo, y en todos. Vestíos, pues, como escogidos de Dios, santos y amados, de entrañable misericordia, de benignidad, de humildad, de mansedumbre, de paciencia; soportándoos unos a otros, y perdonándoos unos a otros si alguno tuviere queja contra otro. De la manera que Cristo os perdonó, así también hacedlo vosotros. Y sobre todas estas cosas vestíos de amor, que es el vínculo perfecto. La paz de Dios gobierne en vuestros corazones, a la que asimismo fuisteis llamados en un solo cuerpo; y sed agradecidos. La palabra de Cristo more en abundancia en vosotros, enseñándoos y exhortándoos unos a otros en toda sabiduría, cantando con gracia en vuestros corazones al Señor con salmos e himnos y cánticos espirituales. Y todo lo que hagáis, sea de palabra o, de hecho, hacedlo todo en el nombre del Señor Jesús, dando gracias a Dios Padre por medio de él. Salmo Qué bueno es, y qué agradable, que los hermanos vivan unidos! Palabra de Dios!!Mirad cuán bueno y cuán delicioso es habitar los hermanos unidos! Es como el buen óleo sobre la cabeza, el cual desciende sobre la barba, la barba de Aarón, y baja hasta el borde de sus vestiduras; Qué bueno es, y qué agradable, que los hermanos vivan unidos! Como el rocío del Hermón, que desciende sobre los montes de Sion; porque allí envía el Señor su bendición, y la vida eterna. Qué bueno es, y qué agradable, que los hermanos vivan unidos! Aleluya 3

4 Evangelio Lectura del Santo Evangelio según San Juan 15, 9-17 Como el Padre me ha amado, así también os he amado yo; permaneced en mi amor. Si guardais mis mandamientos, permaneceréis en mi amor; así como yo he guardado los mandamientos de mi Padre, y permanezco en su amor. Estas cosas os he hablado, para que mi gozo esté en vosotros, y vuestro gozo sea cumplido. Este es mi mandamiento: Que os améis unos a otros, como yo os he amado. Nadie tiene amor más grande que el que da la vida por sus amigos. Vosotros sois mis amigos, si hacéis lo que yo os mando. Ya no os llamaré siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su señor; yo os llamo amigos, porque todas las cosas que he oído a mi Padre, os las he dado a conocer. No me elegisteis vosotros a mí, sino que yo os elegí a vosotros, y os he enviado para que vayáis y deis fruto, y vuestro fruto permanezca; todo lo que pidáis al Padre en mi nombre os lo dará. Esto os mando: Que os améis unos a otros. ORACIÓN DE LOS FIELES Oremos juntos al Señor por la Santa Iglesia, el papa Francisco y su afán evangelizador. Roguemos con María al Señor. Oremos juntos al Señor por el desarrollo de los pueblos, por el cese de la violencia y de las guerras, por los derechos humanos y su efectiva aplicación en todas las partes del mundo. Roguemos con María al Señor. Oremos juntos al Señor por los enfermos, los impedidos, los que sufren en el cuerpo y en el espíritu, para que encuentren la sanación precisa en Jesús de Nazaret y su palabra de vida. Roguemos con María al Señor. Oremos juntos al Señor por los jóvenes, los presentes y los ausentes, los que creen y los que por diversas circunstancias han dejado de creer, para que se abran a la verdadera amistad con Dios desde la reflexión y la oración sincera. Roguemos con María al Señor. Palabra del Señor Oremos juntos al Señor por nosotros, aquí reunidos, por nuestras familias, nuestros trabajos, nuestros desvelos e ilusiones, nuestras desesperanzas y fracasos. Roguemos con María al Señor. 4

5 OFRENDAS Una vasija (jarra): Señor te ofrecemos esta vasija. Ella somos cada uno de nosotros, nos llenamos y nos vaciamos de ti o sin ti. Ayúdanos a llenarnos de lo que nos hace plenos, de lo que nos acerca más a ti, para que podamos compartirlo y saciar al mundo necesitado. Pan y vino: Este pan y este vino Señor, son las ofrendas con las que los cristianos conmemoramos la última cena de tu Hijo. A través de ellas y de forma sublime, Cristo actualiza perennemente su presencia en medio de nosotros. ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS Al celebrar estos misterios sagrados con devoción filial, te rogamos, Señor, que los dones ofrecidos para glorificarte nos obtengan de ti la salvación y nos concedan mantener viva la llama de nuestro deseo de ti. Por Jesucristo Nuestro Señor. Amén. PREFACIO VOCACIONAL El Señor esté con vosotros Levantemos el corazón Demos gracias al Señor nuestro Dios En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación glorificarte siempre, Señor; pero más que nunca ahora, en que Cristo nos invita a la amistad sincera con Dios y al encuentro permanente con Él. Tú conoces nuestras necesidades, sabes de nuestras precariedades, ilumina nuestro trabajo a favor de la promoción vocacional para con nuestra vida agustiniana. Alienta los corazones de los jóvenes para que se fijen en tu bondad y magnanimidad, para que no descarten el deseo de seguirte e imitarte al estilo de Agustín. Para nosotros eres Gracia, eres Don, el regalo más precioso venido de lo alto en la plenitud de los tiempos. Por eso, con esta efusión de gozo pascual, 5

6 el mundo entero se desborda de alegría y también los coros celestiales, los ángeles y los arcángeles, proclaman sin cesar el himno de tu gloria ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN Al recibir tu cuerpo como alimento espiritual que fortalece nuestra fe, te damos gracias Señor por este don recibido, y te pedimos que nos ayude a caminar siempre con el deseo de cristificar nuestra existencia conforme a tus palabras de vida. Por Jesucristo Nuestro Señor. Amén ORACIÓN FINAL (todos juntos) Señor, Tú tienes una llamada para mí; cuentas conmigo para una misión y no esperas que se perfecto para que eche a andar. Por eso te busco en el silencio, no para aislarme del mundo, sino para descubrir en la oración cómo quieres que sirva a mis hermanos. Enséñame, Señor, a distinguir tu voz en medio de tantos ruidos; que no deje nunca de escucharte ni de responderte con mi vida. Haz que así muchos en toda la tierra nos convirtamos en protagonistas de esa historia única de amor que quieres escribir conmigo y con todos. Señor, que guiados por tu llamada y acompañados por tu Iglesia, nos dejemos ayudar por tu gracia, que todo lo vence y transforma. Amén. 6