BOB Aprende a oír!!! Un cuento para los niños como Antonio y sus papás.

Transcripción

1 BOB Aprende a oír!!! Un cuento para los niños como Antonio y sus papás.

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3 Para mi hijo Antonio, que me enseña cada día cosas que ni él sabe. Para Dale Sindell, por su inestimable ayuda y sus infinitos consejos. Cristina López. Nota: El día que se escribe este relato, Antonio lleva exactamente 61 días oyendo con sus audífonos. Erase una vez un niño precioso y feliz de casi tres años, al que le costaba empezar a hablar. Este niño se llama Antonio, y un día el médico de los oídos, le dijo a sus papás que Antonio no oía bien. Cuando la vida me presenta razones para llorar, mi hijo me demuestra que tengo mil y una razones para reír. 3

4 Había que ponerle a Antonio unos aparatitos que se llaman audífonos, para que Antonio escuchara, y aprendiera a hablar!!!! Cuando fueron a comprarlos, Antonio se portó muy bien, el ajuste de los aparatitos y diversas pruebas son divertidas, y no duelen nada, simplemente hay que jugar, así que Antonio y sus papás salieron tranquilos sabiendo que en unos días, empezaría a escuchar. Durante los primeros días, una vez tuvo Antonio sus audífonos, sus papás le señalaban a Antonio toda clase de sonidos y ruidos, y le señalaban la orejita para que Antonio prestara atención. Antonio que era muy listo, empezó rápidamente a escuchar, y por cada sonido que recibía, Antonio se señalaba la orejita. Sus papás sabían que Antonio oía. Al poco tiempo, Antonio quería y necesitaba sus audífonos todo el rato, eran importantes para él. Con ellos oía, aprendía y se divertía, y por ello, no se los quitaba, tan sólo a la hora del baño y de dormir, que los guardaba muy cuidadosamente en un vasito que mamá o papá le daban. A veces, incluso, se dormía con el vasito en la mano!!!. Y es que estos aparatitos, cuando son útiles, son inseparables de las orejitas del que los lleva. Pocos días después, nada más levantarse por las mañanas, Antonio corría a decirle a mamá señalándose la orejita, que quería escuchar. Un día James, un amigo de Antonio, le envió un regalito a casa. Cuando Antonio llegó del cole, su mamá le dio su paquete regalo y juntos descubrieron a Bob, un ratón que al igual que Antonio, necesita audífonos para oír. El nombre de Bob, lo puso James. Bob tenía audífonos, pero Bob, no sabía oir Cuando la vida me presenta razones para llorar, mi hijo me demuestra que tengo mil y una razones para reír. 4

5 Lo primero que hizo Antonio, fue señalar el audífono de Bob, y después señalarse el suyo. Eran iguales, del mismo color. A partir de ahora, seguro que compartían aventuras. Antonio iba a enseñar a Bob. Era necesario que Bob aprendiera a oír, al igual que estaba haciendo Antonio. Por la noche, Antonio enseñó a Bob a escuchar. Antonio cogió a Bob en brazos y mientras le quitaba los audífonos, le señalaba para que prestara atención y se llevaba la mano a su orejita a la vez que movía la cabeza diciendo que no, poniendo cara de exclamación, negaba el que Bob estuviera oyendo. Después, le colocó a Bob de nuevo sus audífonos, después, le miró muy fijamente y sonrió, Bob volvía a oír. Tras repetir la operación, varias veces, Antonio, se quedó convencido de que Bob oía, y de que éste necesitaba los aparatitos azules para oír igual que él. Por último, se pusieron los dos a ver la tele. Cuando la vida me presenta razones para llorar, mi hijo me demuestra que tengo mil y una razones para reír. 5

6 La primera noche, Bob, se quedó a dormir en el sofá, pero la mamá de Antonio, lo llevó a su cama. Cuando Antonio se despertó, se dio cuenta de que Bob estaba allí, le miró sus pequeñas orejas, y sonriéndole le levantó el pulgar en signo afirmativo de satisfacción, Bob, esa mañana estaba ya oyendo.!!!! Después corrió a pedirles a sus papás los audífonos. Ahora cuando Antonio se despierta, tras ponerse los audífonos corre a ver si Bob lleva los suyos, y es que por la noche, los audífonos de Bob, se colocan junto con los de Antonio en el vaso de desecación. Cuando la vida me presenta razones para llorar, mi hijo me demuestra que tengo mil y una razones para reír. 6

7 El próximo día que Antonio tenga que volver al médico de los oídos, tendremos que llevar a Bob. El último día que Antonio tuvo revisión de sus oídos, Bob, tuvo la suya en casa, apareció con un audífono al revés, y es que Antonio sabe que sus aparatos son importantes, pero los de Bob también. Desde que Antonio lleva audífonos, está mucho más receptivo, más atento, responde y se gira a su nombre, empieza a identificar sonidos, emite algunos en un intento de imitación, y está mucho más sociable. Aunque en el camino aún estamos, esperamos pronto que Antonio deje los balbuceos, y pueda hablar como la pequeña personita que es. Cuando la vida me presenta razones para llorar, mi hijo me demuestra que tengo mil y una razones para reír. 7