HOMILÍA En la Imposición del Palio a S.E. Mons. Pablo Salas, Arzobispo de Barraquilla Barranquilla, 28 de julio de 2018

Transcripción

1 HOMILÍA En la Imposición del Palio a S.E. Mons. Pablo Salas, Arzobispo de Barraquilla Barranquilla, 28 de julio de 2018 Lecturas: Is 61,1-3ª Sal 88 Mt 16, El Espíritu del Señor está sobre mí Cantaré eternamente tus misericordias, Señor Quién dice la gente que es el hijo del hombre? Queridos hermanos: Tenemos esta mañana el gozo de celebrar la Eucaristía para la imposición del palio arzobispal a S.E. Mons. Pablo Salas, Arzobispo de esta querida Arquidiócesis de Barranquilla. En tal contexto, considero que existe un significativo paralelismo entre el evangelio que hemos escuchado y el significado del palio arzobispal, como prenda que manifiesta visiblemente la identidad del Arzobispo metropolitano. Los invito a considerar tal paralelismo un poco más en detalle. El evangelio que hemos escuchado contiene la pregunta fundamental que cualquier persona puede formularse acerca de Jesús: la cuestión de su identidad. El mismo Señor hace una encuesta sobre la opinión de los diversos grupos de personas y parece que nadie tiene una respuesta satisfactoria. Hasta que aparece Pedro, que responde a partir de una fuente de información que no está en el plano humano.

2 Hoy Monseñor Pablo ha sido revestido con un signo que revela su identidad como Arzobispo Metropolitano de esta Iglesia de Barranquilla. Pero la verdadera identidad del pastor de esta grey solo puede ser comprendida desde la fe. De otra parte, llama la atención que, según el evangelio, una vez Pedro reconoce a Jesús como el Mesías, el mismo Señor manifiesta al Príncipe de los Apóstoles su verdadera identidad. Simón el pescador en realidad será Pedro, aquél que se convertirá en piedra basilar de la Iglesia. En otras palabras, reconocer la identidad de Jesús significa reconocer la propia identidad. Si aceptamos a Jesús como el Mesías, entonces Él podrá decirnos algo relevante que transforme nuestra vida. De manera análoga, los fieles que comprenden la identidad profunda de su Arzobispo revestido con el palio, podrán también comprenderse de manera nueva como miembros de la Iglesia particular y apacentados por el mismo Cristo en la persona del Obispo. La Iglesia ha comprendido que el palio señala la relación estrecha que el Arzobispo ha de vivir con sus fieles, como el pastor con cada una de sus ovejas. En efecto, la parábola de la oveja perdida, que el pastor busca en el desierto, fue para los padres de la Iglesia una imagen del misterio de Cristo y de la Iglesia. La humanidad todos nosotros es la oveja descarriada en el desierto que ya no puede encontrar la senda. El Hijo de Dios [ ] la pone sobre sus hombros, carga con nuestra humanidad, nos lleva a nosotros mismos, pues Él es el Buen Pastor, que ofrece su vida por las ovejas. El palio indica primeramente que Cristo nos lleva a todos nosotros. Pero, al mismo tiempo, nos invita a llevarnos unos a otros (Benedicto XVI, 24 de abril de 2005)

3 Por otra parte, la identidad pastoral del arzobispo, significada por el palio, se define en relación con tres instancias decisivas, a saber: la relación con Dios, la relación con el pueblo de Dios y la relación con los demás pastores del pueblo de Dios. Las dos primeras se hallan presentes en la lectura de Isaías que hemos escuchado. En primer lugar, la relación que el Arzobispo ha de tener con Dios tiene que ver con la unción, que trae consigo la presencia del Espíritu, según lo dicho por el oráculo de Isaías. La condición de Pastor, por tanto, no procede de una mera decisión humana, sino que se constituye a partir de una vocación divina. El Pastor es ante todo un llamado. Querido Monseñor Pablo, cada vez que vista este palio puede recordar que ha sido usted ungido para el ministerio episcopal y, por tanto, que nunca le faltará la gracia para acompañar a sus fieles. Dios lo escogió y lo pensó para Barranquilla! En segundo lugar, vemos la relación que el Arzobispo ha de tener con el pueblo de Dios. Según la lectura de Isaías, el Pastor es ante todo un mensajero y un consolador. Como mensajero, a semejanza del legado real en tiempos de guerra, trae buenas noticias: anuncia la redención a los cautivos y la libertad a los prisioneros. Como consolador, venda los corazones rotos por la enfermedad o la desgracia, alienta a los que lloran y restaura a los que hacen duelo en Sion. Es importante el detalle que señala que el anuncio del mensaje y la consolación tienen lugar en Sion, pues la ciudad santa es un signo de la Iglesia. Ya que en el Nuevo Testamento la Iglesia es llamada construcción de Dios (1 Cor 3,9), edificada sobre el fundamento de los Apóstoles (1 Cor 3, 11), y de sus sucesores, los Obispos, la tradición cristiana ha visto en la Jerusalén renovada y exaltada una figura de la Iglesia que camina en este mundo y se manifestará en el momento final

4 En tercer lugar, el palio es un signo de la comunión pastoral del Arzobispo con los demás Obispos. Ante todo, es un testimonio de la comunión del Arzobispo de Barranquilla con el Sucesor de Pedro. Efectivamente, ha sido el mismo Papa Francisco quien le ha entregado esta prenda a Usted, querido Monseñor Pablo, para que le fuese impuesta delante de los fieles de Barranquilla. Yo estoy aquí en representación del Santo Padre. El valor simbólico del palio y sus significados espirituales están bien evocados en la fórmula de imposición prevista en el Ceremonial de los Obispos. Tomado del altar de la confesión de fe de San Pedro y entregado en el nombre del Romano Pontífice y de la Santa Iglesia Romana, el palio es, en primer lugar, símbolo de unidad y vínculo de comunión con la Sede Apostólica. Pero el palio también es un signo de la comunión que ha de existir entre el Arzobispo metropolitano y los demás Obispos de su Provincia eclesiástica. En tal sentido, a partir de este ser manifestación del vínculo de caridad que une al Arzobispo Metropolitano con el Romano Pontífice y con todo el Colegio episcopal, el Palio se convierte también en una llamada a la fortaleza evangélica. El Arzobispo que lo viste está en efecto llamado a ser un pastor valiente en la defensa de su grey y un testigo intrépido del Evangelio, que, sostenido por la gracia del Espíritu Santo, no se echa para atrás frente a las intimidaciones, amenazas y persecuciones. Él sabe, ciertamente, que el día de la venida y de la revelación del gran Dios y Príncipe de los Pastores, Jesucristo, junto con el rebaño que le fue confiado, será revestido de la estola de gloria y de vida inmortal. Finalmente, el Palio que el Arzobispo llevará dentro de los confines de la Provincia eclesiástica, ha sido conferido en honor de la sede de Barranquilla a él confiada. Todo fiel barranquillero, junto a su Arzobispo, - 4 -

5 está llamado a gozar de este honor que, bien entendido, indica una gran conciencia de la responsabilidad y de la disponibilidad al servicio que ha recibido en favor de todos. Confiamos a Nuestra Señora, la Virgen María, en este sábado, la tarea pastoral de Monseñor Pablo y de todos los fieles de esta Arquidiócesis. Así sea