La habitación de Pablo

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Eva María Ávila Torregrosa
hace 5 años
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1 g r a n a n g u l a r Javier Salinas La habitación de Pablo

2 Cómo puede un adulto haber olvidado su infancia hasta tal punto que ya no recuerde en absoluto lo tristes e infelices que pueden llegar a ser los niños a veces? (Aprovecho la oportunidad para pediros de todo corazón que nunca olvidéis la niñez. Me lo prometéis? Palabra de honor?) No importa si se llora por una muñeca rota o, más tarde, porque se ha perdido un amigo. En la vida lo más importante no es el porqué se está triste, sino cuánto se sufre. Las lágrimas de los niños, bien lo sabe Dios, no son más pequeñas, y a menudo pesan más que las lágrimas de los grandes. Entendámonos, señores! No vamos a ponernos blandos sin necesidad. Solo quiero decir que hay que ser sincero aunque duela. Sincero hasta los huesos. ERICH KÄSTNER: El aula voladora 5

3 Bueno, pues yo soy Pablo. Yo soy Pablo. Y quiénes son ustedes? Si se puede saber... Si no es mucho preguntar... Si no se van a enfadar desde el principio. Bueno. Hola a todos, sean quienes sean. (No nos vamos a presentar todos ahora porque si no, no íbamos a empezar nunca.) Bien, vamos allá. Es verano. Hace una temperatura de doscientos cincuenta millones de grados. De verdad! La ciudad en la que pasa todo esto es Madrid y esta es mi historia o al menos eso creo. Que por qué solo lo creo? Bueno, pues para empezar porque uno nunca sabe muy bien cuál es su historia, y segundo porque no tengo muy claro que yo sea capaz de escribirla. Dios mío, pues vaya manera de empezar! Lo que quiero decir es que, vaya, no tengo muy claro que yo sea un escritor capaz de escribir una historia o simplemente que yo sea un escritor. Que por qué digo eso? 7

4 Vaya, han visto ustedes alguna vez a un escritor? Parece ser que para serlo uno ha de tener miles de años y tener el pelo blanco y gafas y fumar en pipa y todo eso. Y bigote! Y yo, como verán, solo soy un muchacho, si es así como me quieren llamar. Vaya, que estoy en esa difícil edad en la que uno al parecer ya no es un niño ni tampoco es un hombre, ni tampoco es nada de nada excepto un montón de dudas por todos lados, y uno se pasa todo el día haciendo el tonto por ahí, la edad del pavo dicen que se llama. Como quieran llamarla. Bueno, pues qué bien, se dirán, y entonces, este muchacho tan listo llamado Pablo, qué es lo que nos quiere contar si ni siquiera tiene miles de años ni pelo blanco ni gafas ni fuma en pipa y ni siquiera sabe si lo que nos va a contar es su historia. Ni bigote! Eso digo yo. Qué hago yo aquí? Pero si se lo digo tampoco se lo van a creer. Quiero decir, que si les digo que estoy estudiando, ustedes van a decir que esa historia mejor se la cuento a otro porque está claro que ahora lo que estoy haciendo es escribir y no estudiar para septiembre, que es lo que tendría que hacer porque me han quedado unas cuantas asignaturas. Tres! Ya ven... 8

5 Pero han probado a estudiar en verano? Sencillamente, no se puede. Quién puede estudiar matemáticas, lengua e inglés cuando en Madrid hace un calor de cuatrocientos cincuenta mil grados? Me dirán que eso no es culpa suya y que, si yo hubiera estudiado más, ahora no tendría que estar aquí muriéndome de calor y todo eso. Qué bien! Me encantan sus ideas. Me encantan las ideas de la gente que te dice lo que deberías haber hecho cuando ya es demasiado tarde para hacerlo. Y dónde estaban ustedes cuándo yo no estaba estudiando matemáticas ni lengua ni inglés? Claro, me dirán que en aquel entonces no me conocían y que es ahora la primera vez que me ven y que me escuchan. Hombre, esa respuesta también me la sé. Perdonen que se lo diga pero esa respuesta es como la de la gente que dice que todos los chinos son iguales. Pues claro que no todos los chinos son iguales! Solo que a quien pronuncia ese tipo de frases sencillamente los chinos no le interesan en absoluto y jamás se ha preocupado por ninguno ni siquiera ha tenido nunca ningún amigo chino. Así que no me vengan ahora con esas. Y con esto quiero decir que ustedes, cuando yo estaba haciendo el vago durante el curso y pensando en las musarañas y en Patricia, de la que ya les hablaré, y no estudian- 9

6 do para nada ni mates ni lengua ni inglés, y sacando en los controles doses y treses y cuatros y medios, no se preocuparon para nada por mí. No se preocuparon en absoluto por este niño que ya casi no lo es pero que tampoco es otra cosa más llamativa, y que se llama Pablo y que ahora está aquí en Madrid derritiéndose, mientras sus hermanas están en la playa pasándoselo bomba. Y ustedes seguro que también están en la playa! También me podían haber llamado a casa hace unos meses, cuando yo todavía estaba a tiempo de estudiarme las ecuaciones de segundo y tercer grado y los análisis esos sintácticos que no hay quien se los aprenda. Pero nada, tampoco me llamaron, y mis padres, por otro lado, se limitaron a amenazarme con dejarme aquí todo el verano para que estudiara y todo eso. Uf, todo esto es un aburrimiento. En serio, cómo quieren que estudie con el calor que hace? Pero el caso es que no puedo moverme de esta mesa. Todos todos los días por la mañana y por la tarde tengo que estar aquí estudiando, y en algo tengo que matar el tiempo. Y por eso he decidido ponerme a escribir aunque yo no sea escritor. (Vaya, espero que si alguna vez algún escritor de verdad lee esto, no se moleste. Porque lo que es a mí, me molestaría bastante que alguien que no tiene bigote ni gafas ni pelo blanco ni pipa llegase y se hiciera pasar por escritor.) 10

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