Los israelitas habían vagado por el desierto durante cuarenta años. Toda la generación que no creyó que el Señor podía darles la tierra prometida había muerto. Ese fue el castigo de Dios por su incredulidad. Y con quiénes se enojó Dios durante cuarenta años? No fue acaso con los que pecaron, los cuales cayeron muertos en el desierto? Y a quiénes juró Dios que jamás entrarían en su reposo, sino a los que desobedecieron? Como podemos ver, no pudieron entrar por causa de su incredulidad. Hebreos 3:17-19 Cuidémonos, por tanto, no sea que, aunque la promesa de entrar en su reposo sigue vigente, alguno de ustedes parezca quedarse atrás. Porque a nosotros, lo mismo que a ellos, se nos ha anunciado la buena noticia; pero el mensaje que escucharon no les sirvió de nada, porque no se unieron en la fe a los que habían prestado atención a ese mensaje. Hebreos 4:1-2 Igual que a los israelitas, Dios nos está dando Su mensaje. A Israel se lo dio a través de Moisés y a nosotros a través de la Biblia, y nos advierte que no ignoremos su promesa, pues si nos negamos a confiar, moriremos en nuestro pecado, igual que los israelitas en el desierto. Todos los israelitas conocían la promesa, pero sólo les sirvió a los que creyeron. Josué llevó a Israel a Canaán 1 Moisés y Aarón murieron antes que Israel entrara en la tierra prometida, tal como Dios lo había dicho. Entonces Dios designó a Josué como el nuevo líder de Israel. Después de la muerte de Moisés, siervo del Señor, Dios le dijo a Josué hijo de Nun, asistente de Moisés: Mi siervo Moisés ha muerto. Por eso tú y todo este pueblo deberán prepararse para cruzar el río Jordán y entrar a la tierra que les daré a ustedes los israelitas. Josué 1:1-2 1 De esta lección en adelante, solo se consideran algunos de los eventos más relevantes del Antiguo Testamento.
Josué llevó a los israelitas a Canaán y Dios les dio la tierra que había prometido a Abraham y a sus descendientes. Así logró Josué conquistar toda aquella tierra, conforme a la orden que el Señor le había dado a Moisés, y se la entregó como herencia al pueblo de Israel, según la distribución tribal. Por fin, aquella región descansó de las guerras. Josué 11:23 Satanás y Faraón habían tratado de impedir que los israelitas salieran de Egipto, y los israelitas habían dudado de Dios muchas veces. Sin embargo, el Señor hizo lo que había prometido. Los hizo salir a través del Mar Rojo. Los guió, los protegió y les dio agua y comida durante cuarenta años mientras vagaban por el desierto. Estando en Canaán, antes de morir, Josué les dijo a los israelitas: Ustedes bien saben que ninguna de las buenas promesas del Señor su Dios ha dejado de cumplirse al pie de la letra. Todas se han hecho realidad, pues él no ha faltado a ninguna de ellas. (Josué 23:14b)
Israel volvió a la idolatría Mientras Josué vivió, los israelitas se acordaron del Señor. Pero después de la muerte de Josué, y de la generación que había visto los milagros de Dios en el desierto, los israelitas se olvidaron del Señor y siguieron los caminos de las naciones idólatras, naciones que no conocían al Dios vivo y verdadero, ni tenían Su Palabra. Los israelitas hicieron y adoraron ídolos en vez de adorar al Señor. El pueblo sirvió al Señor mientras vivieron Josué y los ancianos que le sobrevivieron, los cuales habían visto todas las grandes obras que el Señor había hecho por Israel. Josué hijo de Nun, siervo del Señor, murió a la edad de ciento diez años, y lo sepultaron en Timnat Jeres, tierra de su heredad, en la región montañosa de Efraín, al norte del monte de Gaas. También murió toda aquella generación, y surgió otra que no conocía al Señor ni sabía lo que él había hecho por Israel. Esos israelitas hicieron lo que ofende al Señor y adoraron a los ídolos de Baal. Abandonaron al Señor, Dios de sus padres, que los había sacado de Egipto, y siguieron a otros dioses dioses de los pueblos que los rodeaban, y los adoraron, provocando así la ira del Señor. Abandonaron al Señor, y adoraron a Baal y a las imágenes de Astarté. Jueces 2:7-13 Dios quería expulsar a los cananeos idólatras de la tierra prometida para entregarles Canaán a los israelitas. Pero Israel se negó a creer y obedecer a Dios, así que el Señor permitió que algunos cananeos se quedaran en la tierra. Así, Israel se instaló entre esta gente idólatra y adoptaron las prácticas idólatras de los cananeos. Los cananeos adoraban dioses falsos llamados Baal y Astarot 2. Satanás había engañado a estas personas haciéndolos creer que adoraban a dioses vivos, sin darse cuenta que estaban adorando a Satanás y a sus demonios. Cuando las personas adoran a ídolos, en realidad están adorando a Satanás. Satanás se esconde detrás de los ídolos del mismo modo que se ocultó detrás de la serpiente cuando tentó a Eva. Satanás aborrece a Dios y no quiere que nadie lo adore. Satanás no quiere que ninguna persona confíe en Dios y sea rescatado de la muerte. 2 El álbum A costa da rock del grupo El mago de Oz, tiene una canción titulada Astaroth. Su letra es muy elocuente. Sin duda este no es un hecho aislado en la música contemporánea. Sin embargo, es bueno reflexionar por qué, después de 4.000 años, sigue vigente el nombre de un dios pagano de la antigüedad.
Puesto que Israel se olvidó de Dios y adoró ídolos, el Señor los castigó. El Señor permitió que las naciones cercanas invadieran Israel y los convirtieran en esclavos. Entonces el Señor se enfureció contra los israelitas y los entregó en manos de invasores que los saquearon. Los vendió a sus enemigos que tenían a su alrededor, a los que ya no pudieron hacerles frente. Cada vez que los israelitas salían a combatir, la mano del Señor estaba en contra de ellos para su mal, tal como el Señor se lo había dicho y jurado. Así llegaron a verse muy angustiados. Jueces 2:14-15 El Señor les había advertido a los israelitas que esto iba a ocurrir si ellos no lo obedecían ni adoraban solamente a El (Josué 23:16, Números 33:51-53, Números 33:55-56, Deuteronomio 4:25-26, Deuteronomio 9:19, Deuteronomio 30:15-20, Josué 23:9-13, Josué 24:19-20). Dios no cambia, no importa cuántos años pasen, Dios siempre se acuerda y cumple de Sus promesas de bendición y castigo. La época de los jueces Cuando Israel reconoció su pecado, se arrepintió y le pidió ayuda al Señor, Dios eligió jueces 3 para guiarlos y rescatarlos de sus enemigos. 3 Jueces o caudillos, los que podían ser hombres o mujeres.
Una y otra vez los israelitas se olvidaban del Señor. Por lo tanto, Dios permitió que los enemigos los conquistaran repetidamente. Entonces el Señor hizo surgir caudillos 4 que los libraron del poder de esos invasores. Pero tampoco escucharon a esos caudillos, sino que se prostituyeron al entregarse a otros dioses y adorarlos. Muy pronto se apartaron del camino que habían seguido sus antepasados, el camino de la obediencia a los mandamientos del Señor. Cada vez que el Señor levantaba entre ellos un caudillo, estaba con él. Mientras ese caudillo vivía, los libraba del poder de sus enemigos, porque el Señor se compadecía de ellos al oírlos gemir por causa de quienes los oprimían y afligían. Pero cuando el caudillo moría, ellos volvían a corromperse aún más que sus antepasados, pues se iban tras otros dioses, a los que servían y adoraban. De este modo se negaban a abandonar sus malvadas costumbres y su obstinada conducta. Jueces 2:16-19 Puesto que los israelitas desobedecieron, el Señor tuvo que castigarlos, pero Su amor y cuidado por ellos no cambió (Isaías 41:8-10, Isaías 44:1-8). El Señor protegió a Israel pues los amaba y además, a través de ellos iba a cumplir la promesa de enviar a un Salvador que destruiría a Satanás y rescataría al mundo de su poder. El Señor les había prometido un Salvador a Adán y Eva, y había reiterado Su promesa a Abraham, Isaac y Jacob, asegurándoles que el Salvador sería uno de sus descendientes. Además, Dios quería que todo el mundo lo conociera y usó a los israelitas para registrar Su mensaje en la Biblia (Romanos 3:2b). Dios preservó a Israel para que nosotros pudiéramos conocer Su Palabra, nos acerquemos a El y seamos salvos. La época de los Reyes Entre todas las naciones del mundo, Israel era la más afortunada, pues su gobernante era Dios mismo. Sin embargo, Israel rechazó a Dios y pidió un rey como el que tenían las otras naciones. Dios les concedió lo que pidieron y muchos reyes gobernaron Israel. (1 Samuel 8:4-7) Algunos reyes creyeron a Dios y confiaron en El, pero la mayoría no. Adoraban ídolos y llevaban al pueblo de Israel a pecar contra los mandamientos del Señor. 4 Tradicionalmente Jueces. Por definición, un caudillo es una persona que guía, un cabecilla o líder.
A través de los años, los arqueólogos han descubierto muchísimas cosas que confirman los detalles de los reinos de Israel. Se confirmó la ubicación de distintas ciudades. Se desenterraron objetos de culto, ídolos, altares y otras cosas pertenecientes a esa época. Se encontraron los nombres de varios reyes inscritos en monumentos y tumbas. Los registros de comercio verifican los nombres de los gobernantes y de las ciudades. Los registros de guerra nombran batallas específicas que se mencionan en la Biblia. Todos los descubrimientos confirman el registro bíblico, ninguno contradice la Escritura. La Biblia contiene historia verdadera, porque es la Palabra de Dios. Algunos ejemplos de los descubrimientos arqueológicos son: El prisma de Senaquerib, que menciona al rey Ezequías (700 a.c.) (2 Reyes 18, 2 Reyes 19, Isaías 36, Isaías 37), el túnel de Ezequías (700 a.c.) (2 Reyes 20:20), el sello de jaspe con la inscripción Semá, siervo de Jeroboam 5 (750 a.c.) (2 Reyes 14:23-29), un marfil con la inscripción del nombre del rey Jazael (800 a.c.) (2 Reyes 8:8-15, 2 Reyes 12:17-18) y la piedra moabita que menciona al rey Omrí (800 a.c.) (1 Reyes 16:21-30). Esta lista en muy limitada. Es posible conocer muchos otros ejemplos con ayuda de manuales y enciclopedias bíblicas. 5 Probablemente Jeroboam II. En 2 Reyes se menciona a Jeroboam II, pero no Semá, aunque Semá es un nombre bíblico que se registra en otros pasajes.
David, el gran Rey de Israel David tenía treinta años cuando comenzó a reinar, y reinó cuarenta años. 2 Samuel 5:4 David fue el más grande y conocido Rey de Israel. A diferencia de la mayoría de los reyes, David creyó verdaderamente en Dios y quiso obedecerlo en todo. Igual que nosotros, David nació pecador y estaba separado de Dios. Pero David reconocía su pecado, sabía que merecía la muerte y reconocía que su única esperanza era la misericordia y el perdón de Dios. Debido a la confianza que David depositó en Dios, el Señor lo aceptó y lo perdonó, como lo había hecho con todos los que habían confiado en El (Abel., Enoc, Noé, Abraham, Isaac, Jacob, Moisés, Josué y muchos otros). Además, David también fue uno de los profetas que Dios escogió para escribir parte de la Biblia. David escribió la mayoría de los Salmos, que son canciones de alabanza a Dios por Su amor y misericordia. Antes de ser rey, David fue pastor de ovejas (1 Samuel 16:11, 1 Samuel 17:15, 1 Samuel 17:34-35). Algunos de los Salmos contienen figuras literarias que provienen del conocimiento que tenía David de pastores y ovejas. Dios usó esas figuras para explicarnos que nuestra posición como pecadores es como ovejas extraviadas, que necesitamos un pastor que nos guíe por las sendas de justicia. El Señor es el único que puede hacer estas cosas por nosotros y ser nuestro Buen pastor. (Salmos 23, Salmos 65) David planeó construir el templo Como rey de Israel, David obtuvo mucha riqueza y construyó un palacio hermoso de madera, piedra, oro y plata. Un día David estaba pensando en su hermosa morada y se dio cuenta que la casa del Señor era todavía la misma que tenía en el desierto, con pieles de animales y cortinas de tela. Era el Tabernáculo que los israelitas habían hecho para el Señor cuando estuvieron en el monte Sinaí. (2 Samuel 7:1-2) David quería construir para el Señor una morada hermosa, hecha de piedra, madera, plata y oro. Quería que el Señor tuviera un lugar donde el pueblo pudiera adorarlo y ofrecer sus sacrificios. Dios envió a Su profeta Natán a hablar con David.
Cuando tu vida llegue a su fin y vayas a descansar entre tus antepasados, yo pondré en el trono a uno de tus propios descendientes, y afirmaré su reino. Será él quien construya una casa en mi honor, y yo afirmaré su trono real para siempre. Yo seré su padre, y él será mi hijo. Así que, cuando haga lo malo, lo castigaré con varas y azotes, como lo haría un padre. Sin embargo, no le negaré mi amor, como se lo negué a Saúl, a quien abandoné para abrirte paso. Tu casa y tu reino durarán para siempre delante de mí; tu trono quedará establecido para siempre. Natán le comunicó todo esto a David, tal como lo había recibido por revelación. 2 Samuel 7:12-17 Dios le dijo a David que, después que muriera, uno de sus hijos iba a quedar en el trono y construiría una casa en Su honor. Además, Dios le hizo a David la misma promesa que les había hecho a Abraham, Isaac y Jacob. Le prometió que el Salvador sería uno de sus descendientes y Su trono quedaría establecido para siempre. Salomón, hijo de David, construyó el templo David preparó los materiales para construir la casa del Señor en Jerusalén. Jerusalén, igual que la mayoría de las ciudades antiguas, estaba rodeada de grandes murallas de piedra para proteger al pueblo de los enemigos. Los arqueólogos han descubierto muchos lugares antiguos en esas ciudades y muchos niveles de reconstrucción de la muralla. En la actualidad, se pueden ver muchos sitios arqueológicos, algunos que se remontan a la época de los reyes de Israel. Mi hijo Salomón pensaba David es muy joven e inexperto, y el templo que hay que construir para el Señor debe ser el más grande y famoso de toda la tierra; por eso le dejaré todo listo. Así que antes de morir, David dejó todo listo. Luego llamó a su hijo Salomón y le encargó construir el templo para el Señor, Dios de Israel. 1 Crónicas 22:5-6 David hijo de Isaí reinó sobre todo Israel. En total, reinó cuarenta años sobre Israel: siete años reinó en Hebrón, y treinta y tres en Jerusalén. Y murió muy anciano y entrado en años, en medio de grandes honores y riquezas, y su hijo Salomón lo sucedió en el trono. 1 Crónicas 29:26-28
Salomón decidió construir su palacio real y un templo en honor del Señor. 2 Crónicas 2:1 Una vez terminada toda la obra que había mandado hacer para el templo del Señor, Salomón hizo traer el oro, la plata y todos los utensilios que su padre David había consagrado, y los depositó en el tesoro del templo de Dios. 2 Crónicas 5:1 Antes de morir, David le encargó a su hijo Salomón la responsabilidad de construir el templo. Salomón llegó a ser rey de Israel después de la muerte de David, su padre, y construyó el templo para Señor en Jerusalén. Ya no era necesario usar el Tabernáculo que los israelitas habían construido en el desierto, usando pieles de animales y tela. El nuevo templo del Señor tenía las mismas áreas y muebles que el Tabernáculo. Una cortina gruesa estaba colgada separando el lugar santo del lugar santísimo. Esta cortina era un símbolo de la separación entre la santidad de Dios y el hombre pecador.
Cuando le dedicaron el templo y le hicieron sacrificios, el Señor entró en el lugar santísimo del templo de la misma forma que había entrado en el Tabernáculo. Cuando el Señor descendió y entró al templo, el pueblo vio la luz brillante, la gloria Shekiná, y adoró al Señor. Al sumo sacerdote se le permitía entrar al lugar santísimo solo una vez al año a favor del pueblo. Los israelitas no podían acercarse a Dios por sí mismos. La única manera de ser aceptados era depender del sumo sacerdote y de la sangre que ofrecía por ellos. (Levítico 16:2-3, Levítico 16:34) Cada año, el sumo sacerdote llevaba la sangre de los animales al lugar santísimo del templo y la rociaba sobre el propiciatorio, la tapa de oro puro del arca del pacto. Los israelitas debían recordar que eran pecadores, que Dios es perfecto y que el castigo por el pecado es la muerte. Como la sangre de los animales no podía pagar el pecado, tenía que colocarse delante de Dios todos los años para aplazar el juicio de Dios. (Hebreos 10:4) Muchos reyes gobernaron Israel después de la muerte de Salomón Después la muerte de Salomón, la nación de Israel discutió acerca de quién debía ser el nuevo rey y se dividió en dos reinos. Las diez tribus del norte se llamaron Israel y las dos del sur, Judá. (1 Reyes 11:9-13, 1 Reyes 11:31-37)
Conclusiones Se presentó de manera panorámica parte de la historia del Antiguo Testamento. Es bueno que, de manera personal, cada uno lea el resto de las historias y acontecimientos narrados en la Biblia, pues están llenas de lecciones y enseñanzas valiosas. Israel era un pueblo desagradecido y desobediente. Sin embargo, Dios se mantuvo fiel a Sus promesas. A medida que aprendemos lo que el Señor nos dice, es necesario que pensemos en nuestra propia respuesta a la Palabra de Dios. La Palabra de Dios está escrita para nosotros a fin de que podamos conocerlo.
1] Quién fue el líder de guió a Israel a la tierra prometida después que murió Moisés? 2] Qué hicieron los israelitas después que murió José? 3] Quién está detrás de la adoración a ídolos? 4] Por qué Satanás conduce a la gente a adorar ídolos y otras cosas que no son el único Dios? 5] Cómo castigó Dios a los israelitas por adorar ídolos? 6] Qué hizo Dios cuando los israelitas reconocieron que estaban equivocados y recurrieron a Dios? 7] En qué se diferenciaba David de la mayoría de los reyes que gobernaron Israel? 8] Qué promesa le hizo Dios a David? 9] Quién construyó el Templo del Señor?
10] Qué representaba la cortina que dividía el lugar santo del lugar santísimo en el Templo del Señor? 11] Con que frecuencia podía entrar el sumo sacerdote al lugar santísimo? 12] Para qué entraba el sumo sacerdote al lugar santísimo? 13] Qué ocurrió con la nación de Israel después que murió Salomón? Respuestas 1. Josué. 2. Se olvidaron de Dios y comenzaron a adorar ídolos. 3. Satanás. 4. (a) Porque odia a Dios y no quiere que lo adoren y (b) no quiere que nadie confíe en Dios y sea rescatado de la muerte. 5. Permitió que los pueblos cercanos los invadieran y los hicieran esclavos. 6. Hizo surgir jueces (caudillos) que los ayudaban a librarse de los opresores. 7. David reconocía su condición de pecador, confiaba en Dios y trataba de obedecerlo en todo. 8. Uno de sus descendientes sería el Salvador. 9. Salomón, hijo de David. 10. La separación de la santidad de Dios con el hombre pecador. 11. Solo una vez al año. 12. Llevaba la sangre del sacrificio para que Dios perdonara los pecados de Israel y aplazar el castigo sobre el pueblo. 13. Se dividió en dos reinos.