Ser un miembro profético de la familia vicentina Introducción Profeta Objetivo Lectura de la Escritura y reflexión Conclusión 2 5 10 12 18
Introducción: En esta última reflexión de la serie Cambiar con San Vicente, nos centraremos en el tema del profetismo, patente ya en la primera reflexión de esta misma serie. En aquella primera reflexión señalamos que el Padre General Gregory Gay C.M. para iniciar el proceso de Cambio Sistémico, adoptado por la Familia Vicentina, sugirió que iniciáramos esta etapa centrándonos os en una frase de la 1ª. Epístola de San Juan 1, 1-3: Lo que existía desde el principio, lo que hemos oído, lo que hemos visto con nuestros ojos, lo que hemos mirado y nuestras manos han palpado acerca del Verbo que es Vida. La Vida se dio a conocer, lo hemos visto y somos testigos, y les anunciamos la vida eterna Lo que hemos visto y oído se lo damos a conocer, para que estén en comunión con nosotros, con el Padre y con su hijo Jesucristo. Estas palabras de San Juan, nos animan a dar testimonio, a anunciar, en una palabra a ser profetas. La participación de los laicos en la misión profética de Cristo involucra a todos los bautizados y nos compromete a acoger con fe el Evangelio y a anunciarlo con la palabra y con las obras. Nos compromete también a denunciar el mal con valentía. Este compromiso se expresa con claridad en la Exhortación Apostólica post-sinodal Christifideles Laici. Unidos a Cristo, el gran Profeta, y constituidos en el Espíritu testigos de Cristo resucitado, los fieles laicos son llamados a hacer que resplandezca la novedad y la fuerza del Evangelio en su vida diaria, familiar y social. La Comisión para promover el Cambio Sistémico, cuyo mandato consiste en ayudar a los miembros de la Familia Vicentina a realizar proyectos con una óptica sistémica para lograr cambiar las situaciones injustas que oprimen a los más pobres, hace hincapié en que este cambio no se dará, si no se dan los pasos necesarios para transformar el orden social injusto, en el que los pobres son, o parte de una fría estadística, son un estorbo, algo incómodo o simplemente no existen. La última de las estrategias exitosas propuestas por la comisión, y que forma parte de las estrategias orientadas a la participación y a la corresponsabilidad, refuerza también la importancia de ser profetas, anunciantes del Reino y mensajeros de buenas noticias para los pobres. 2 3
La estrategia propone: Tener una actitud profética: anunciar, denunciar y, comprometerse, a través del trabajo en redes, en acciones de presión para lograr el cambio. Para orientar la reflexión, retomamos varias ideas del texto Ser fuerza profética en el mundo de hoy, elaborado y presentado por Carla Ferrario y Anna Rovetta, ex miembros del Comité Ejecutivo de la AIC, en la Asamblea de Delegadas AIC 1998, celebrada en Querétaro, México. Comencemos por clarificar el término profeta y señalando algunas de sus implicaciones: Profeta en el Antiguo Testamento: Profeta es el que habla en nombre de Dios y nos anuncia su mensaje. El profeta es elegido por Dios e inspirado por el Espíritu Santo. El profeta, sostenido por una fe inquebrantable en las promesas de Dios acepta libremente la misión que el Espíritu le confía. El profeta debe andar ante el Señor para prepararle el camino, para anunciar la salvación, para guiar al pueblo de Dios en el camino de la paz. El profeta es enviado a evangelizar a los pobres, a ayudar a los débiles, a liberar a los oprimidos, a derrocar las tiranías y defender la justicia. Vidriera de Elias de B. Tirtiaux (Bélgica) 4 5
Profetas del Nuevo Testamento : Juan el Bautista, quien era un hombre enviado por Dios No era la luz, sino quien debía dar testimonio de la luz. La palabra era la luz verdadera, que ilumina a todo hombre (Juan 1, 6-8). Los apóstoles hablaron y comunicaron las enseñanzas de Jesús, poniendo en riesgo su propia vida. Los llamaron y les mandaron que de ningún modo hablaran o enseñaran en nombre de Jesús. Pedro y Juan les respondieron: Vean ustedes mismos si está bien delante de Dios que los obedezcamos a ustedes antes que a Él. No podemos nosotros dejar de hablar de lo que hemos visto y oído. Entonces, insistiendo en sus amenazas, los dejaron en libertad, ya que no hallaban la manera de castigarlos, a causa del pueblo (Hechos 4, 18-21). Cristo Jesús, el Profeta por excelencia Vidriera de Juán Bautista de B. Tirtiaux (Bélgica) Cristo es la luz verdadera que revela la verdad y es también el verdadero profeta. Lo afirma Él mismo cuando después de haber leído el texto de Isaías: El Espíritu del Señor sobre mí, me ha enviado a proclamar la liberación de los cautivos, añade: Esta escritura se ha cumplido hoy (Lc. 4, 18). Jesús se proclama el Profeta por excelencia, del que los demás son imagen, anuncio. En él se realiza la buena nueva. 6 7
San Vicente de Paúl, un profeta del Siglo XVII La visión de Vicente se centra en Jesucristo, Evangelizador de los pobres Cristo viene a dar libertad a su pueblo y a librarlo de la esclavitud de sus heridas corporales y espirituales La liberación que Cristo trae al pobre, de acuerdo a la visión de SanVicente, es una liberación integral (espiritual y corporal). San Vicente ejerció su misión profética con un gran amor por la justicia y también con un inmenso amor por la verdad. No hagáis por caridad, lo que debe ser hecho por justicia. San Vicente amaba la verdad y enfocó toda su vida en ella y llamó sencillez a la pasión por la verdad. Sencillez es la virtud que yo más amo nos dice San Vicente. Yo la llamo mi Evangelio. San Vicente, como profeta, también ofrece un mundo alternativo y nos pide que entremos en él. Se trata de un mundo donde los pobres son los maestros y donde nosotros somos los siervos. Ellos, los pobres, son tus amos Es un mundo donde los últimos son los primeros y los primeros los últimos. Es un mundo que en cierto sentido está al revés. Santa Luisa usaba una expresión propia: El pobre es el primero en la Iglesia. Es el príncipe y el maestro, siendo algo así como la encarnación del pobre Cristo. Debemos servirles con respeto, sin tener en cuenta ni su carácter, ni sus defectos. Debemos amarle (J. Calvet, Louise de Marillac par elle même). Profetas de nuestro tiempo En este mundo disfuncional, lleno de contradicciones, profetas son todos aquellos hombres y mujeres, que han dedicado su vida a anunciar el Reino, a proclamar las verdades de nuestra fe, a anunciar que el Reino de Dios está cerca y que es para los pobres y a denunciar todas aquellas injusticias que impiden la realización del plan de Dios. Para San Vicente, Jesús es el modelo y Jesús habla siempre con la verdad. Dice las cosas como son. Sus intenciones son puras, refiriendo todas las cosas de la vida a Dios. Hoy, como en tiempo de San Vicente, sencillez significa sinceridad, transparencia. 8 9
Especificidad de la Misión profética de la Voluntaria AIC El fundamento de nuestra identidad es evidentemente el proyecto de San Vicente, nuestro fundador, que decidió servir a Cristo en los pobres y por tanto respetar su dignidad de hijos de Dios, amarlos como hermanos y luchar contra las injusticias que los afectan. Un objetivo prioritario de nuestra identidad es realizar en nuestra vida una síntesis comprometida de nuestra vocación cristiana y de nuestro compromiso social, es decir, una síntesis vital entre el Evangelio y los deberes cotidianos de la vida. Esto constituye un aspecto profético de nuestra misión como laicos cristianos. Todas las implicaciones del profetismo se entrelazan y es difícil trazar una líneas divisoria entre los diferentes aspectos que se conjugan en el profetismo, entre la paz y la libertad, la justicia, la comunión, el perdón, la acogida, la verdad. Objetivo de la Quinta Sesión Reflexionar sobre lo que es ser profeta y, como miembros de la AIC y de la Familia Vicentina, asumir una actitud profética. Comencemos la sesión con la oración para el Cambio Sistémico: Te alabamos y te damos gracias, Oh Dios, Creador del Universo. Has hecho todas las cosas buenas, y nos has dado la tierra para cultivarla. Concédenos que sepamos usar siempre agradecidamente las cosas creadas, y compartirlas generosamente con todos los necesitados. Danos creatividad en ayudar al pobre a hacer frente a sus necesidades humanas básicas. Abre nuestras mentes y corazones para que podamos estar a su lado y ayudarles a efectuar el cambio de aquellas estructuras que les mantiene en la pobreza. Permítenos ser hermanos y hermanas con ellos, amigos que caminan con ellos en sus luchas por los derechos fundamentales humanos. Te lo pedimos por Jesucristo nuestro Señor. Amen 10 11
Como podemos ver, en esta oración, que hemos venido repitiendo en cada sesión, se mencionan los aspectos clave del profetismo. La oración por el Cambio Sistémico nos llama a apoyar a los pobres en sus luchas y a defender su dignidad y dar los pasos necesarios para coadyuvar, junto con ellos y con otros, a erradicar la pobreza promoviendo un cambio estructural. Sin este cambio, la paz sólo podrá ser aparente, pues el fundamento de la paz es la justicia. Esto lo vemos con claridad en varias citas de los profetas. Como un ejemplo señalamos las siguientes citas del Profeta Isaías: Vengan, subamos al cerro de Yavé, a la casa del dios de Jacob, para que nos enseñe sus caminos, y caminemos por sus sendas, Porque la ley sale de Sión, y de Jerusalén la palabra de Yavé. Gobernará las naciones y administrará justicia a muchos pueblos. Harán arados de sus espadas y sacarán hoces de sus lanzas. Una nación no levantará la espada contra la otra y no se prepararán para la guerra (Isaías 2, 3-4). Reflexión personal y grupal Qué nos dicen estos versículos de la escritura? Qué hacemos nosotras para transformar el desierto en Jardín, para promover la paz y la justicia? Lectura de la Escritura. De nuevo soplará sobre nosotros un viento que viene desde arriba; entonces, el desierto se transformará en un jardín y el jardín crecerá como un bosque. En el desierto se actuará como es debido, lo que traerá una tranquilidad total; en el jardín se juzgará correctamente, y el fruto de esta justicia será la paz (Isaías 32, 15-17). Analicemos a la luz de nuestro afán de justicia, la estrategia para el Cambio Sistémico, que nos urge a ser profetas : Tener una actitud profética: anunciar, denunciar y, comprometerse, a través del trabajo en redes, en acciones de presión para lograr el cambio 12 13
Tomemos en consideración sus componentes: Anunciar Dar testimonio Estamos siempre dispuestas a hablar con la verdad, aún cuando nuestra propia conveniencia está en juego? Damos testimonio de la verdad que proclamamos? Nuestras intenciones son siempre rectas en lo que a nuestro servicio se refiere? Somos siempre auténticas y ponemos a los pobres en primer lugar? De qué manera practicamos la verdad en nuestro servicio? Practicamos la verdad a través de obras de justicia y caridad? Con nuestras acciones al servicio de los pobres anunciamos a Jesucristo, que nació y murió para salvarnos? Anunciamos a Cristo resucitado? Es nuestro servicio consistente con lo que decimos? 14 15
Denunciar Denunciamos las injusticias de las cuales los pobres son objeto? Mencionen algunas acciones de presión emprendidas por el grupo Trabajo en redes El cambio, como habíamos dicho en la reflexión anterior, no se puede lograr plenamente trabajando en forma aislada. Es necesario convertirnos en multiplicadores, en personas que saben atraer a otros a defender la causa de los pobres. Convirtámonos en mensajeros de buenas noticias, en promotores de paz Reflexionen sobre las dificultades que han encontrado al hacer la denuncia o al ejecutar una acción de presión Reflexionen sobre la siguiente cita: Que dichoso (hermano) es encontrarse en ese estado de bienaventuranza que proclama dichosos a los que sufren persecución por la justicia! En adelante, os veré bienaventurado en este mundo (San Vicente de Paúl, IV, 83) Compromisos grupales Formulen en grupo uno o más compromisos que las lleven a ser miembros proféticos de la Familia Vicentina. Fijen una fecha límite para cumplir sus compromisos grupales. 16 17
Conclusión y oración final Nos encontramos al final de una etapa importante de la formación espiritual ofrecida por la AIC. Este recorrido ha sido mucho más rico cuando Voluntarias, Asesores y Asesoras de la AIC lo hemos hecho juntos. Las experiencias compartidas, la reflexión en equipo, nos han enriquecido y en muchas ocasiones nos han permitido desarrollar proyectos conjuntos, más efectivos y transformadores. Comprometámonos, juntos también, a ser profetas, a hacer historia la profecía, a buscar el advenimiento de una nueva cultura de vida, de un mundo de justicia y de equidad. Qué nuestro amor a los pobres nos lleve a continuar por este camino, que se inició cuando dimos el SÍ, siendo fieles a nuestra vocación cuando el Señor nos invitó a servirlo a través de los más necesitados, los más amados de su corazón. Terminemos nuestra reflexión con la Oración de la Familia Vicentina, pidiéndole al Señor nos haga profetas de nuestro tiempo, respetuosos de la persona de los pobres, amantes de la verdad, de la justicia y la paz Hagamos realidad la profecía laica que nos ha destinado por vocación a introducir en nuestras vidas y a extender a nuestro entorno el calor de la utopía evangélica. 18 19
Señor Jesús, tu que quisiste hacerte pobre Haz que tengamos ojos y corazón para los pobres; Y que te reconozcamos a Ti en ellos; en su sed, en su hambre, en su soledad, y en su desventura. Suscita en nuestra Familia Vicentina la unidad, la sencillez, la humildad, y el fuego de la caridad que abrasó a San Vicente de Paúl. Danos fortaleza para que fieles a la práctica de estas virtudes, podamos contemplarte y servirte en la persona de los pobres, y un día unirnos a Ti y a ellos en tu Reino. AMEN. 20