Homilía de S. E. Mons. Carlos Aguiar Retes, Arzobispo de Tlalnepantla, Apertura Puerta Santa 14 de diciembre de 2015 Universidad Anáhuac Oráculo de Balaam, del que escucha la palabra de Dios y contempla en éxtasis, con los ojos abiertos la visión del todopoderoso. Quién es Balaam?, Balaam no es un miembro del pueblo de Israel, es un hombre al que reconocen en todas las religiones aledañas al territorio de Israel como un vidente, como alguien que sabe interpretar lo que Dios quiere en medio de las circunstancias. Balaam es llamado por Balac, un rey pagano de esos reinos cercanos al medio oriente, y quiere tenerlo a su servicio. Balaam se ve forzado, presionado, por este rey para hacer ese viaje y hablar en nombre de Dios, pero en lugar de hablar bien de ese rey, Balaam dice lo que Dios le anuncia y no traiciona a Dios, no obstante, le da enojo del rey que lo ha maltratado y al hablar Balaam, movido como dice el texto, cuando escucha la palabra de Dios con los ojos abiertos proclama este bellísimo oráculo pero en favor del pueblo de Dios, del pueblo de Israel no del rey Balac. Que bellas son tus moradas, Israel, son como jardines junto al río, como árboles que plantó el señor, como senderos junto a la colina. 1
Inmensa abundancia es lo que proclama Balaam para Israel de donde viene la promesa de que un descendiente será quien me lleve a la plenitud al pueblo de Israel, de su descendencia trascender. No se derrama, de la flor se levanta una estrella y un centro surge de ella. Este texto del libro de los números nos lo presenta hoy la Liturgia de la cercanía de la Navidad, para recordar que quien quiera plenamente este oráculo es David, el gran rey de Israel, de quien se podría decir fue una primicia con su gobierno de unidad, de cercanía al pueblo. De reconocerse la grandeza de David, se reconoce que él acepto sus errores, particularmente sus pecados, y se atuvo a la misericordia de Dios, esa es la grandeza de ese rey, sin embargo no es en él en quien se hace plenitud de haberlo hecho sino en Jesucristo. Quiero resaltar esta primera parte de la reflexión sobre cómo Dios se hace presente aún en personas que están fuera de lo que se consideraba el pueblo elegido, el pueblo de Dios. Hoy en día, también es necesario descubrir que fuera de nosotros, los católicos bautizados y practicantes, como todos ustedes aquí presentes, que hay también quienes escuchan a Dios sin estar perteneciendo y participando en la vida de la Iglesia, por eso es que ustedes ven cómo ha surgido y crecido la figura del Papa Francisco, porque él reconoce, lo acepta y lo vive en sus rezos, encuentros y reflexiones abiertas múltiples; cómo la acción de Dios se hace presente en otras iglesias cristianas pero no católicas, o en otros grupos no cristianos y en la comunidad judía o también en grupos de no creyentes. Dios nos habla a todos, el corazón del hombre está para escuchar a Dios, y esa es la naturaleza con la que hemos sido creados. Nuestro ser está sediento de todos. 2
No es la religión la que me da esa naturaleza, la religión me ayuda para descubrirla y crecer en ella, pero antes de la religión está la creación de Dios. Balaam es un representante de esta realidad, pero no nos podemos quedar ahí, vayamos más adelante en la lectura del evangelio cuando a Jesús le preguntan las autoridades de su tiempo Con qué derecho haces todas estas cosas? Quién te ha dado semejante autoridad? Juan Bautista ya lo había señalado, es él y síganlo a él y Jesús empieza a actuar como mesías, dando salud, dando consuelo pero sobre todo expresando el rostro misericordioso del Padre, es el rostro misericordioso de Dios nuestro Padre. Ante esta pregunta, entonces él, hábilmente, pone ante las autoridades religiosas de su tiempo un acontecimiento que está en la obra de Dios, reconoce, dice Jesús: Ustedes, el bautismo de Juan es del cielo o de la tierra, es cosa que viene de Dios o es cosa de los hombres?, los acontecimientos de la vida permiten descubrir la voz de Dios, lo que sucede, lo que acontece, y es nuestra labor, particularmente de los pastores, ayudar a discernir lo que viene de Dios o lo que a través de los hechos nos está pidiendo a gritos Dios nuestro Padre. Evidente, las autoridades como lo escuchábamos en el evangelio, no se quisieron comprometer porque si decían que sí era del cielo, entonces Jesús les diría: Y ustedes, por qué no lo aceptaron?, y si decían que era de la tierra se echaban encima al pueblo que sí reconoce que es de Dios, y Jesús entonces les dice: Pues si ustedes no responden yo tampoco respondo. En esta lógica, tenemos que descubrir cómo Dios actúa si nosotros no abrimos nuestro corazón. Dios no va a actuar en nosotros, pero si nosotros le abrimos nuestro interior, va a actuar y abundantemente, 3
como decía el profeta Balaam, con gran plenitud y abundancia desarrollará entre nosotros esa belleza que es el interior de una persona que se sabe amada y que por eso sabe amar. En este evangelio, nosotros podemos entonces descubrir la importancia de establecer el diálogo entre Dios y nosotros y entre nosotros, para también discernir juntos lo que Dios nos está diciendo. Este Año de la Misericordia que el Papa ha proclamado, es precisamente en esta línea, al Papa Francisco le podemos decir nosotros como Iglesia de Tlalnepantla peregrina, reconocemos la voz de Dios y la escuchamos, queremos discernirla entre nosotros para ver qué es lo que necesitamos. Yo creo en Jesús, así ubico el por qué estamos aquí reunidos en torno a Jesús. La Universidad Anáhuac en la apertura de sus Rectores, el Padre Quirce primero, y ahora el Padre Cipriano, nos han facilitado a la Iglesia de Tlalnepantla como institución formar a nuestros agentes de Pastoral, así llamados Comités de Acción de Responsabilidad Social en nuestra Arquidiócesis, que son la apertura de nuestras parroquias para entrar en relación con todos los sectores de nuestra población, que aunque no participan y no se identifican plenamente con la Iglesia o incluso que no se consideren parte de la Iglesia, queremos ir a colaborar, descubrir lo que a través de los acontecimientos, Dios quiere que hagamos en beneficio de nuestra sociedad, pero los necesitamos formar y la Universidad Anáhuac así como ha abierto esta Puerta Santa, también abrió la puerta para la formación de nuestros agentes, lo cual agradezco de sobremanera. Cada quien pone lo que tiene y se van dando las facilidades para responderle a Dios, también en cada uno de ellos, de los que hoy hago 4
el reconocimiento de haber cursado el Diplomado en Doctrina Social de la Iglesia, que es precisamente la predicación de la misericordia de Dios ante nuestros seres más necesitados, a nuestros propios prójimos que están en situación de inequidad, de pobreza, de necesidad, de solidaridad. La Doctrina Social de la Iglesia es la forma en que se aplica a lo que Jesús enseñó para vivir entre nosotros, y vivir conforme lo dice el profeta Balaam, escuchando la palabra de Dios, contemplando la acción de Dios con una mirada que pueda penetrar profundamente y descubrir con los ojos abiertos lo que Dios quiere de nosotros. Creo que quienes estamos aquí presentes estamos dispuestos a responderle a Dios desde las necesidades que descubrimos en nuestro alrededor. El Año de la Misericordia nos va a facilitar porque vamos a tocar el corazón de Cristo, por eso estamos solemnemente contemplando la acción; los evangelios son el corazón de la Biblia, escuchándolos, meditándolos, nuestro corazón se irá haciendo de mayor similitud al de Jesús. Estamos creados para eso, somos imágenes y semejanzas de Dios, pero el desarrollo y el crecimiento es lo que debemos hacer. Este Año de la Misericordia, es un año de gracia para nuestra sociedad, para nuestro pueblo peregrino, para que descubramos la forma como Dios quiere que actuemos hoy, en este tiempo y enmendemos nuestros errores, pidámosle al señor entonces que sepamos encaminarnos por las vías del perdón y de la reconciliación. Son los caminos indicados por Jesús para mostrar la misericordia, sabiendo perdonarnos, sabiendo perdonar a los demás y sabiendo vivir como descendientes, debemos 5
pedir perdón de nosotros. Pidámosle al señor esta gracia en nuestra oración. Que así sea. --ooooo-- 6