ENERGIA TERMOELECTRICA Daniela Serrano Lady Alejandra Moreno Valentina Bohórquez Andrea Matías
Es la forma de energía que resulta de liberar el agua de un combustible para mover un alternador y producir energía eléctrica. Las centrales térmicas producen electricidad mediante la combustión recursos limitados como el carbón, el petróleo, gas natural y otros combustibles fósiles.
Mediante la radiación solar se calienta un aceite especial de origen sintético hasta alcanzar los 400ºC. Con ese aceite se calienta agua. Esa agua se evapora y pasa a unas turbinas cuyo movimiento produce la energía eléctrica.
Los rayos del sol sobre el cristal se reflejan al tubo por donde circula el aceite que se calienta. Ese aceite pasa por unos intercambiadores agua-aceite. Con el aceite calientas el agua, la evaporas y el vapor de agua mueve unas turbinas. Ahí es cuando se produce la electricidad.
Las sales se utilizan para producir las 24 horas del día. El procedimiento es el siguiente: con el sol aparte de calentar el aceite para evaporar agua, también calientas aceite que pasa por unos intercambiadores aceite-sales. Las sales se guardan en dos tanques con temperaturas de 300 y 400 grados. Las sales se van pasando de un tanque a otro para que se mantengan a la temperatura adecuada. Por la noche cuando se ha ido el sol se pasa a hacer el proceso contrario, con las sales se calienta el aceite que vuelve a calentar el agua y producir vapor que será el que siga moviendo las turbinas que producen la electricidad.
La energía termoeléctrica es de uso ilimitado en el planeta, y su velocidad de consumo es mayor que la de su regeneración, esto la clasifica como una forma de energía no renovable. Por eso hoy en día se trabaja en la obtención de energías renovables, entre las cuales se cuentan la eólica, geotérmica, hidroeléctrica, mareomotriz, solar, undimotriz, la biomasa y los biocombustibles.
Generadores termoeléctricos convierten el calor residual en micro vatios de energía eléctrica y podrían ser una alternativa a las pilas. Termoeléctrica tiene un avance del 90%: Se trata de una planta que generara alrededor de 3 megas de energía.
Son las centrales más baratas de construir (teniendo en cuenta el precio por megavatio instalado), especialmente las de carbón, debido a la simplicidad (comparativamente hablando) de construcción y la energía generada de forma masiva. Las centrales de ciclo combinado de gas natural son mucho más eficientes (alcanzan el 50%) que una termoeléctrica convencional, aumentando la energía eléctrica generada (y por tanto, las ganancias) con la misma cantidad de combustible.
El uso de combustibles fósiles genera emisiones de gases de efecto invernadero y de lluvia ácida a la atmósfera, junto a partículas volantes (en el caso del carbón) que pueden contener metales pesados. Al ser los combustibles fósiles una fuente de energía finita, su uso está limitado a la duración de las reservas y/o su rentabilidad económica. Sus emisiones térmicas y de vapor pueden alterar el microclima local.
Afectan negativamente a los ecosistemas fluviales debido a los vertidos de agua caliente en estos. Su rendimiento (en muchos casos) es bajo (comparado con el rendimiento ideal), a pesar de haberse realizado grandes mejoras en la eficiencia (un 30-40% de la energía liberada en la combustión se convierte en electricidad, de media).
Suelos y aguas: La calidad del suelo puede empeorar debido a la precipitación de polvo, sobre todo en las proximidades de la central, siendo especialmente peligrosa la contaminación ocasionada por los metales pesados contenidos en el polvo.
Humano: el daño ocasionado por las centrales térmicas puede ser directo (acción de los gases contaminantes sobre el organismo), o indirecto (cadena alimentaria y alteraciones del medio ambiente). Sobre todo los gases contaminantes, emitidos en conjunto con polvos finos en concentraciones muy altas, pueden producir afecciones de los órganos respiratorios.
Paisaje: la construcción de las vías de transporte necesarias para el suministro de medios de explotación y para la gestión de residuos Aire: Recibe la mayor parte de la contaminación directa, en forma de emisiones de polvo y gases contaminantes.