PERDÓN ABSOLUTO Lucas 7:36-50 Hoy en día se dice que, en este mundo nada es absoluto, sino que todo es relativo, y sabemos que esto lo dicen aquellos que no tienen la seguridad de la salvación y más que todo, aquellos que nunca han conocido al Dios absoluto, creador de todas las cosas. Ahora bien, hoy vamos a demostrar que cuando Dios salva a una persona, le concede un perdón absoluto de todos sus pecados no importando la categoría o calidad de los mismos. Si leemos Lucas 7:36 a 50, una de tantas historias del Nuevo Testamento, veremos que en ella se desarrolla una preciosa enseñanza las 2 clases de corazones que existen en este mundo y la manera de agradecimiento de aquellos que son perdonados. El hombre sin Dios nunca puede entender cómo un creyente entrega todo su corazón a Cristo y cómo se entrega dejando todo en un segundo plano cuando pone a Jesús en primer lugar de su vida. Es necesario que comprendamos que el creyente debe ser la persona más agradecida de la tierra, porque ha comprendido lo que realmente significa haber recibido el perdón absoluto de sus pecados. Esta historia, es una historia que nos revela este corazón agradecido, ella pertenece por lo menos al tiempo inicial del ministerio de nuestro Señor, tiempo en que todavía los fariseos no se habían ensañado contra Cristo. En este período del ministerio del Señor, los fariseos querían cerciorarse de este personaje que había surgido entre su pueblo, al igual que Nicodemo este Simón quería que Jesús intimara con él, pero Jesús como lo hizo con Nicodemo y con los demás de su clase, le iba a evidenciar su corazón, comparándolo con el corazón de una mujer pecadora. Veamos pues. I. EL CORAZÓN DE AMBOS PERSONAJES II. LA ENSEÑANZA DE JESÚS III. LA CONCLUSIÓN HERMOSA DE SU ENSEÑANZA
Iglesia de Convertidos a Cristo 2 I. EL CORAZÓN DE AMBOS PERSONAJES A. SIMÓN EL FARISEO 1. Tenía interés marcado en intimar con Jesús (v. 1) - Uno de los fariseos rogó a Jesús que comiese con él. Jesús aceptó su invitación para descubrir su hipocresía. En el (v. 1) se nos dice: Y habiendo entrado en casa del fariseo, se sentó en la mesa. 2. En el corazón de Simón sólo había un deseo hipócrita de conocer más de Jesús, ya que ni siquiera lo consideraba como maestro como lo hizo Nicodemo en Juan 3:2 - Este vino a Jesús de noche, y le dijo: Rabí, sabemos que has venido de Dios como maestro; porque nadie puede hacer estas señales que tú haces, si no está Dios con él. 3. Como fariseo de pura sepa se creía bueno y de una clase superior a los demás. Vemos como menospreció a la mujer que le visitaba y la condición de profeta que poseía Jesús al decir en el (v. 39): Cuando vio esto el fariseo que le había convidado, dijo para sí: Este, si fuera profeta, conocería quién y qué clase de mujer es la que le toca, que es pecadora. Analicemos ahora el corazón de la mujer: B. LA MUJER PECADORA 1. A diferencia de Simón el Fariseo, en ella había una desesperación por encontrar el perdón de sus pecados y fue de inmediato a Jesús (v. 37) - Entonces una mujer de la ciudad, que era pecadora, al saber que Jesús estaba a la mesa en casa del fariseo, trajo un frasco de alabastro con perfume. 2. Había una profunda HUMILLACIÓN en su corazón como lo manifiesta el (v. 38) y estando detrás de él a sus pies, llorando, comenzó a regar con lágrimas sus pies, y los enjugaba con sus cabellos; y besaba sus pies, y los ungía con el perfume. 3. No sólo tenía un deseo de perdón, sino que estaba dispuesta a mostrarle a Jesús lo que sentía. Lloraba y le servía a Jesús como un Señor y como su Rey. Su tristeza la llevó al
Iglesia de Convertidos a Cristo 3 Veamos pues: II. LA ENSEÑANZA DE JESÚS arrepentimiento (2 Co. 7:9, 10). Cuanta diferencia había entre estos dos corazones Jesús aprovecharía la oportunidad para evidenciar a Simón y para exaltar a la mujer pecadora por cuanto se había humillado. La enseñanza de Jesús viene dada frente a la indignación de Simón el Fariseo, y era el momento de declarar su verdad, y lo hizo por medio de una parábola (vv. 40-43) con la cual: A. EVIDENCIÓ EL CORAZÓN DE SIMÓN 1. Simón, una cosa tengo que decirte. Él no se imaginaba la omnisciencia de Cristo y pensó tal vez que Jesús sería engañado con su hipocresía. Por esto respondió: Di Maestro (v. 40). 2. Jesús lo pondría a auto-acusarse juzgando al otro con justicia y para esto le refirió una parábola. En los (vv. 41-43) se declara: Un acreedor tenía dos deudores: el uno le debía quinientos denarios, y el otro cincuenta; y no teniendo ellos con qué pagar, perdonó a ambos. Di, pues, cuál de ellos le amará más? Respondiendo Simón, dijo: Pienso que aquel a quien perdonó más. Y él le dijo: Rectamente has juzgado. 3. Jesús ahora acusaba su corazón con el juicio que el mismo había hecho, y lo hacía delante de todos. En los (vv. 44-47) se dice: Y vuelto a la mujer, dijo a Simón: Ves esta mujer? Entré en tu casa, y no me diste agua para mis pies; mas ésta ha regado mis pies con lágrimas, y los ha enjugado con sus cabellos. No me diste beso; mas ésta, desde que entré, no ha cesado de besar mis pies. No ungiste mi cabeza con aceite; mas ésta ha ungido con perfume mis pies. Por lo cual te digo que sus muchos pecados le son perdonados, porque amó mucho; mas aquel a quien se le perdona poco, poco ama. EN POCAS PALABRAS LE DIJO: SIMÓN TU AMOR POR MI NO ES TAN GRANDE COMO EL DE ELLA. SIMÓN, ESTA MUJER ME HA HECHO REY. MÁS TÚ CON TODA TU RELIGIOSIDAD NO HAS CREÍDO NI SIQUIERA QUE SOY PROFETA.
Iglesia de Convertidos a Cristo 4 B. EXALTÓ EL CORAZÓN DE LA MUJER PECADORA Mas esta mujer siendo pecadora. 1. Desde que entré no ha cesado de besar mis pies (v. 45). 2. Me ha ungido con perfume mis pies, haciéndome su Rey (v. 46). 3. Ha reconocido la autoridad que tengo para perdonarle, como dijo de Mí Juan el Bautista. He aquí el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo - Juan 1:29-30. Veamos ahora. III. LA CONCLUSIÓN HERMOSA DE SU ENSEÑANZA A. TERMINÓ CON LAS CAVILACIONES DE SIMÓN 1. Simón, aunque pensaste que es pecadora (v. 39). Sus muchos Pecados le son Perdonados, Porque Amó Mucho (v. 47). 2. Simón, porque Ella amó mucho por los muchos pecados que le habían sido perdonados. 3. Simón, el perdón que ha recibido es la causa de su amor. SIMÓN, AQUEL A QUIEN SE LE PERDONA POCO, POCO AMA. SIMÓN, ESTE ERES TÚ. B. TERMINÓ CON LOS TEMORES DE LA MUJER 1. A ella le dijo: tus pecados te son perdonados. 2. Antes era pecadora, ahora aunque no era perfecta, había recibido perdón (v. 48). 3. Ya ella podía descansar, porque su juicio terrenal era el apedreamiento, pero ni aún Simón pudo tirarle la primera piedra como la mujer adúltera de Juan 8:7. El peso de su pecado ya había sido quitado de sus hombros.
Iglesia de Convertidos a Cristo 5 C. TERMINÓ CON LOS CUESTIONAMIENTOS HUMANOS 1. Quién es este, que también perdona pecados? (v. 49). Esta fue la pregunta de los religiosos que estaban a su lado. 2. Jesús quiso demostrar a ellos y al mundo la base de su evangelio, y le dijo a la mujer, sin ni siquiera contestar la pregunta hecha por ellos. TU FE TE HA SALVADO, VE EN PAZ (v. 50). 3. Jesús demostró con esta actitud, que el pecado merece castigo y lleva consecuencias, pero declaró al mismo tiempo, que la deuda de todos los hombres es con Dios y Dios es el único que tiene autoridad para perdonar pecados. CONCLUSIÓN Y APLICACIÓN: Jesús nos declara que todos somos pecadores. Jesús nos dice que de acuerdo al dolor que sintamos por el pecado es que seremos agradecidos. Jesús nos enseñó que nuestro pecado merece ser pagado y que ninguno de nosotros tenemos con qué pagar por él (v. 2). Jesús enseñó que solo por la fe en su sangre es que seremos perdonados (v. 50). Tenemos pues, dos alternativas frente a Dios, o ser como Simón o ser como la mujer arrepentida y decir, señor, he pecado frente a ti y estoy dolido por haberte ofendido, quiero reconocer que por mi pecado fuiste a la cruz a pagar por mi, y por esto quiero recibir tu perdón, para servirte toda mi vida.