Lectura 13 de Josué ISRAEL OCUPÓ TODA LA TIERRA Josué 18:1-22:34 V.C.: 21:45 No faltó palabra de todas las buenas promesas que Jehová había hecho a la casa de Israel; todo se cumplió. La semana pasada nosotros aprendimos sobre la fe de Caleb y la orden de Josué que dijo: Aunque es un bosque, tú lo desmontarás. Dios quiere que llevemos una vida de desafío para conquistar la tierra prometida. Con respecto a la distribución de la tierra las dos tribus y media, la tribu de Judá, Efraín, y la media tribu de Manasés recibieron sus heredades. Las otras dos tribus y media, la tribu de Rubén, Gad y la otra media tribu de Manasés habían recibido la tierra del oriente del río Jordán. La palabra de hoy es sobre la distribución de la tierra de las demás tribus. A través de distribuir la tierra a las siete tribus, Israel ocupó toda la tierra de Canaán y Dios cumplió su promesa con ellos. Nuestro Dios es fiel, por eso cumple sus promesas con nosotros. Oro que nosotros también recibamos esta bendición de ocupar la tierra prometida. Oro que este mensaje nos de una dirección espiritual para conquistar toda la tierra prometida. Amén. Miren 18:1. Toda la congregación de los hijos de Israel se reunió en Silo, y erigieron allí el tabernáculo de reunión, después que la tierra les fue sometida. Durante el tiempo de la conquista de la tierra, el tabernáculo de reunión estaba en Gilgal, pero después de conquistarla los hijos de Israel erigieron el tabernáculo de reunión en Silo y se reunieron allí. Silo se ubicaba en el centro de Canaán y pertenecía a la tribu de Efraín, la misma tribu de Josué. Por esta razón Silo era un lugar adecuado para reunirse. Entonces, el centro social y religioso del pueblo de Israel se mudó al centro de Canaán, lo cual implicaba que el pueblo de Israel comenzó a residir en la tierra prometida. Como nosotros aprendimos anteriormente, las cinco tribus Rubén, Gad, Manasés, Judá, y Efraín recibieron su heredad tanto en el oriente del río Jordán, como en la tierra de Canaán. Sin embargo, todavía las otras siete tribus no habían recibido su heredad. Miren 18:2. Pero habían quedado de 1
los hijos de Israel siete tribus a las cuales aún no habían repartido su posesión. Aunque ellos entraron en la tierra prometida, no recibieron heredad ni ocuparon la tierra. Por qué? Cuando vemos 18:3, podemos escuchar el regaño de Josué para estas siete tribus, diciendo: Hasta cuándo seréis negligentes para venir a poseer la tierra que os ha dado Jehová el Dios de vuestros padres? Podemos saber que ellos eran negligentes para ocupar la tierra prometida. Ellos no le habían pedido a Josué que les repartiera su heredad. Pedir la heredad no significaba solamente recibir la bendición, sino también la responsabilidad de echar fuera a los cananeos. Para pedir la heredad ellos tenían que estar dispuestos a luchar para ocupar la tierra. Pero posiblemente ellos estaban cansados para ir a poseer la tierra. Ya habían peleado durante 7 años, entonces no querían luchar más, sólo querían descansar. Estaban en el tiempo de paz, por eso se sentían tranquilos y cómodos estando con Josué. Ellos no estaban dispuestos a dejar su comodidad para recibir la heredad de Dios. También podemos pensar que a ellos no les gustaba la tierra que les quedó. Las buenas zonas fueron ocupadas por la tribu de Judá, Efraín, y Manasés. Las tierras que quedaron no eran buenas como las de estas tres tribus. Además estas tierras estaban lejos de Silo, es decir que estaban lejos de la capital. Ellos no querían ir tan lejos. El norte y el sur de Canaán era la frontera con otros grandes pueblos. Sobretodo ellos no tenían fe para desafiar y poseer la tierra. Josué les dijo: la tierra que os ha dado Jehová el Dios de vuestros padres. Él tenía fe en que Dios les iba a permitir poseer esa tierra. Pero ellos no confiaron en la palabra de Dios. Ellos tenían miedo de pelear contra los cananeos sin Josué. Porque cada tribu tenía que pelear sola, ellos sentían que no podían vencer en la guerra. Josué entendió bien su situación y los regañó diciendo: Hasta cuándo seréis negligentes para venir a poseer la tierra que os ha dado Jehová el Dios de vuestros padres? Este regaño es para todos los cristianos que no luchan para cumplir la voluntad de Dios. Dios nos dio esta misión de poseer la tierra prometida, pero si nosotros no luchamos por la fe para cumplir esta misión, él nos regañará diciendo: Hasta cuándo serás negligente para conquistar la tierra que Dios te ha dado? Dios nos ha entregado todas las universidades de Venezuela. Pero todavía estamos trabajando solamente en la UCV. Hemos sido negligentes en este sentido. 2
Pero ahora estamos orando ardientemente para conquistar a otras universidades. Tengo fe en que vamos a conquistar las 6 universidades principales hasta el año 2010. Estas seis universidades están en las ciudades principales de Venezuela Caracas, Maracaibo, Valencia, Mérida, y Puerto la Cruz. Pero hay más universidades en toda Venezuela. En Amazona también hay universidades. Quiénes irán a estas universidades para ocuparlas? Si nosotros no queremos ir allí y demoramos en ir a conquistarlas, Dios va a regañarnos grandemente. Oro que nosotros no demoremos más en irnos a conquistar las universidades. Amén. Josué les ordenó a las siete tribus que escogieran tres varones de cada tribu. Entonces, vinieron a Josué 21 representantes de las siete tribus. Josué los envió para que se levantaran y recorrieran la tierra y describieran conforme a sus heredades y volvieran a él. Realmente su misión no era fácil. Tuvieron que andar por toda la tierra para hacer el mapa. Además los cananeos podían atacarlos. Sin embargo, ellos cumplieron esa misión. Por qué Josué formó esa comisión de 21 hombres? Josué quiso animar a cada tribu para que fueran a tomar su heredad. Cuando alguien ha estado solamente en su casa, puede tener cierto temor de ir a un nuevo lugar. Pero después de conocer el lugar, uno puede ir con más facilidad. Josué quiso que ellos vieran la tierra y se animaran para poseerla. También de esa forma Josué pudo distribuir la tierra justamente. Sin conocer bien la tierra, Josué no podría repartirla correctamente, por eso él necesitaba un mapa de Canaán. Si no conocemos bien las universidades del interior, no sería fácil ir a ellas para tomarlas. Por eso es bueno visitar las universidades y conocerlas. Cuando ellos volvieron del viaje con el mapa, Josué les echó suerte delante de Jehová en Silo, y allí repartió Josué la tierra a los hijos de Israel por sus porciones. De esta forma las siete tribus la de Benjamín, Simeón, Zabulón, Isacar, Aser, Neptalí, y Dan pudieron recibir su heredad en la tierra de Canaán. Miren el 19:49,50. Y después que acabaron de repartir la tierra en heredad por sus territorios, dieron los hijos de Israel heredad a Josué hijo de Nun en medio de ellos; según la palabra de Jehová, le dieron la ciudad que él pidió, Timnat-sera, en el monte de Efraín; y él reedificó la ciudad y habitó en ella. Después de repartir la tierra a las 12 tribus, Josué les pidió a los hijos de Israel su heredad. Josué podía tomar la tierra que quería antes 3
de repartir la tierra a cada tribu siendo el líder del pueblo, pero él dejó atrás el buscar su propia heredad. Él era un buen líder que trabaja primeramente para el beneficio de su pueblo antes de buscar su propio beneficio. La ciudad que recibió Josué, Timnat-sera, en el monte de Efraín, era una ciudad destruida. Por eso Josué tuvo que reedificarla para habitar en ella. Dejó su privilegio y participó en el sufrimiento de su pueblo. Él era un líder que amaba a su pueblo. Después de repartir la tierra, Dios le mandó a Josué que señalara las ciudades de refugio. Dios había hablado con Moisés sobre las ciudades de refugio, y habló con Josué de nuevo. Las ciudades de refugio tenían el objetivo de proteger a los homicidas que mataban sin intención. Según la ley de los judíos si uno mata a otro, lo podían matar por venganza. Aunque lo matara sin intención, podía estar en un peligro de morir. Entonces, ellos podían refugiarse en las ciudades de refugio hasta que entrara en juicio delante de la congregación. Dios les dio los criterios para distinguir el homicidio intencionado del accidental. Si mataban con instrumentos de hierro, piedra en la mano, instrumento de palo en la mano, serán homicidas. También si por odio lo empujó, o echó sobre él alguna cosa por asechanzas, y muere, o por enemistad lo hirió con su mano, y murió, el heridor morirá, es homicida. Entonces, el vengador de la sangre podía matar al homicida cuando lo encontrare. En cambio, si casualmente lo empujó sin haber enemistad, o echó sobre él cualquier instrumento sin asechanzas, o sin verlo hizo caer sobre él alguna piedra que pudo matarlo, y muriere, por ejemplo, cuando uno fuere con su prójimo al monte a cortar leña, y al dar su mano el golpe con el hacha para cortar algún leño, saltare el hierro del cabo, y diere contra su prójimo y éste muriere y él no era su enemigo, ni procuraba su mal, entonces él no era un homicida intencional. En ese caso él podía huir a una ciudad de refugio y podía conservar su vida hasta que se abriera un juicio ante la congregación. Si la congregación viera que no tenía intención de matar, él podía volver de nuevo a la ciudad de refugio para que el vengador de la sangre no lo matara. Después de la muerte del sumo sacerdote que estuvo en el momento del juicio, él podía volver a su casa. Josué señaló a las seis ciudades como las ciudades de refugio tanto en el oriente del río Jordán, como en el occidente del río. Estas se ubicaban en los 4
lugares altos para que cualquiera pudiera encontrarlas fácilmente. Esta gracia del refugio se aplicaba no solamente a los judíos, sino también a los extranjeros. Las ciudades que fueron señaladas como las ciudades de refugio eran Cedes en Galilea, en el monte de Neftalí, Siquem en el monte de Efraín, y Quiriat-arba (que es Hebrón) en el monte de Judá, Beser en el desierto, en la llanura de la tribu de Rubén, Ramot en Galaad de la tribu de Gad, y Golán en Basán de la tribu de Manasés. Estas ciudades fueron ocupadas por los levitas, por eso las otras tribus tuvieron que entregar estas ciudades a los levitas. Por ejemplo, Hebrón era la heredad de Caleb, pero cuando ella fue señalada como una ciudad de refugio, Caleb la entregó en mano de los levitas. Ellos pusieron como prioridad que las ciudades fueran usadas por la comunidad antes que en su propio beneficio. Las ciudades de refugio son el símbolo de nuestro Salvador Jesús. Nosotros debemos morir a causa de nuestros pecados. Pero si nosotros entramos en nuestro Salvador Jesucristo, el cual es nuestra ciudad de refugio, podemos ser salvos. Fuera de Jesús solamente tenemos muerte, pero en Jesús encontramos nuestra salvación. Los levitas no tenían su heredad, porque Jehová era su heredad, y los sacrificios de Jehová Dios de Israel eran su heredad. Ellos recibieron 48 ciudades de todo el territorio de Israel para habitar y guardar los sacrificios de Dios. Entre ellas 6 ciudades eran las ciudades de refugio. De esta forma los levitas podían estar en todas las tribus de Israel y trabajaban para servir a Dios en medio del pueblo. Ellos no buscaban su propia heredad, sino esperaban que las otras tribus les dieran las ciudades, y no se quejaban por la ubicación y el tamaño de la ciudad que recibieron. Ellos dieron el ejemplo de la tribu escogida para servir a Dios. Miren 21:43. De esta manera dio Jehová a Israel toda la tierra que había jurado dar a sus padres, y la poseyeron y habitaron en ella. Por fin el pueblo de Israel pudo recibir la tierra prometida por Dios. Ellos poseyeron toda Canaán y habitaron en ella. Además Dios les dio reposo. Dios cumplió su promesa con ellos. Leamos 21:45. No faltó palabra de todas las buenas promesas que Jehová había hecho a la casa de Israel; todo se cumplió. Nuestro Dios es fiel y cumple su promesa con su pueblo. No hubo ni una promesa que no se cumpliera con el pueblo de Israel. La palabra dice: todo se cumplió. Dios cumple su promesa con nosotros. Nosotros también 5
queremos ver esta bendición de Dios. Queremos experimentar esta fidelidad de Dios. Dios nos dio la promesa de conquistar todas las universidades de Venezuela. Él cumplirá su promesa con nosotros. Pero nosotros debemos esforzarnos para ocupar la tierra que Dios nos prometió. Si nos quedamos dormidos sin desafiar por la fe para poseer la tierra prometida, el Señor nos regañará y nos empujará para que salgamos a conquistar las universidades prometidas. Oro que nosotros también podamos recibir esta bendición de Dios en su tiempo. Amen. Finalmente podemos observar una equivocación entre las tribus que estaban en el occidente del río Jordán y las que estaban en el oriente del río. Las tribus que habían recibido su heredad en el oriente del río Jordán cumplieron su compromiso con las demás tribus. Ellos, por haber recibido su heredad antes de conquistar a Canaán, se comprometieron a pelear adelante con las otras tribus en la guerra contra los cananeos y no iban a volver a su tierra hasta que las otras tribus poseyeran la tierra prometida. Ellos cumplieron su compromiso y Josué los felicitó por su fidelidad. Además Josué les dio muchos regalos, ganado, plata, oro, bronce y vestidos para que compartiera el botín de sus enemigos con sus hermanos. Así volvieron a su tierra con gran alegría. Llegando a los límites del Jordán ellos edificaron un altar de grande apariencia. El motivo de edificarlo era para que sus hijos no se olvidarán de Jehová Dios ni se separaran de las otras tribus del occidente del río. Pero esto causó una confusión a las otras tribus. Les parecía que estas dos tribus y media estaban buscando la idolatría. El altar de sacrificio estaba en Silo y no debían edificar otro altar de sacrificio en otro lugar. Los israelitas tuvieron que ir a Silo para darle sacrificio a Dios una vez al año. Pero otro tipo de altar se podía edificar, por ejemplo, el altar de memoria. Las nueve tribus y media se asustaron por ese altar edificado por las tribus del otro lado del Jordán, entonces, ellos se levantaron para pelear contra ellos. Finalmente esa equivocación se resolvió y todos entendieron bien los motivos y se alegraron en Dios. Podemos ver que ellos estaban muy animados para servir solamente a Dios. Ellos estaban muy alerta ante la idolatría y el pecado contra Dios. Este tipo de malentendido puede ocurrir entre nosotros. En ese momento nosotros debemos solucionar el problema conversando. Si vemos el pecado entre nosotros, debemos arrepentirnos, y 6
debemos entender a otros hermanos, debemos tener paz con ellos para servir a Dios juntos con alegría. En conclusión: Dios cumplió su promesa con el pueblo de Israel. Oro que nosotros también recibamos esta bendición de poseer nuestra tierra prometida. Amén. 7