Mi amigo el Espíritu Santo Unción hasta los huesos Hechos 19: 11 Y hacía Dios milagros extraordinarios por mano de Pablo, 12 de tal manera que aun se llevaban a los enfermos los paños o delantales de su cuerpo, y las enfermedades se iban de ellos, y los espíritus malos salían Hemos hablado de las diferentes formas en que el Espíritu de Dios se mueve. La biblia compara estos diferentes tipos con elementos físicos que conocemos, de tal forma que sea muy sencillo entender lo que hace el Espíritu. El Espíritu de Dios se mueve como el fuego, como el agua, como el viento, como el vino y también como el aceite. El Espíritu se mueve como fuego, porque purifica como solo el fuego lo hace, afinando el oro y la plata. El fuego consume todo lo que no sirve. Dice la biblia, que Dios va delante de nosotros como fuego consumidor para consumir a los gigantes que se opongan a nuestro destino prometido. También se mueve como viento, porque es el aliento de vida que nos hace nacer de nuevo, porque es quien nos dirige hacia las promesas y gloria de Dios, porque siempre nos impulsa como viento recio a no quedarnos estacionados, sino a movernos hacia lo que Dios tiene preparado para nosotros. El Espíritu de Dios se mueve como el agua también, como la lluvia temprana y tardía que hace germinar la semilla y la hace producir abundancia de buenos frutos. La Palabra de Dios es la semilla sembrada en el corazón, pero sin el Espíritu como lluvia no podrá producir los frutos. Es por ello que la Palabra de Dios les llama: Fruto del Espíritu. EL Espíritu de Dios es como un río de aguas vivas que corren desde el interior del creyente llevando bendición a todo aquel que está alrededor. El Espíritu Santo también se mueve como el vino, trayendo gozo y alegría al creyente. El rey Asuero, para mostrar la grandeza y riquezas de su reino, invitó a toda la población de la ciudad de Asusa, capital del reino, para que participaran de un banquete por siete días, donde sacó los vasos de oro del reino y les dio a beber del vino real, con la condición que cada quien bebiese en la cantidad que cada uno prefiriera. Nosotros somos vasos de oro, nos dice la Palabra, vasos de honra; que deben llenarse del vino real, el Espíritu de Dios. No obstante, sigue vigente la condición: Cada uno llena su vaso en la cantidad que quiere, nadie es obligado a beber de Su vino en el Reino. Y finalmente llegamos a la manifestación que hoy nos ocupará, el Espíritu Santo moviéndose como aceite. El aceite derramado sobre cualquier superficie provoca que éste quede impregnado. A esto se le llama ungir. A diferencia del agua, vino o viento que son un mover del Espíritu interior, el aceite se mueve no dentro sino sobre la superficie. Jesús dijo: Y vendrá SOBRE ustedes el Espíritu Santo y serán llenos de poder Hechos 1: 8 pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo
El Espíritu derramado sobre la iglesia como el aceite se derrama sobre una superficie, y de la misma forma en que la superficie queda impregnada del aceite y permanece durante mucho tiempo, así es la unción del Espíritu en una persona. Es poder de Dios, vigor de Dios, fuerza de Dios, habilitación de Dios. DESARROLLO 1. Habilitación del Espíritu Éxodo 35: 30 Y dijo Moisés a los hijos de Israel: Mirad, Jehová ha nombrado a Bezaleel hijo de Uri, hijo de Hur, de la tribu de Judá; 31 y lo ha llenado del Espíritu de Dios, en sabiduría, en inteligencia, en ciencia y en todo arte, 32 para proyectar diseños, para trabajar en oro, en plata y en bronce, 33 y en la talla de piedras de engaste, y en obra de madera, para trabajar en toda labor ingeniosa. 34 Y ha puesto en su corazón el que pueda enseñar, así él como Aholiab hijo de Ahisamac, de la tribu de Dan Dios había ordenado a Moisés construir un tabernáculo, pero no le dejó que lo hiciera como quisiera, sino que le dio los diseños y materiales precisos que debieran usarse en su obra. No era cualquier obra, al leer las especificaciones y diseño del mismo, verdaderamente era algo precioso lo que le estaba ordenando hacer. Esto parecería solo una anécdota de no ser porque el pueblo que salió de Egipto para dirigirse a la tierra de la promesa, ninguno de ellos había ido a la escuela ni habían tenido tiempo alguno para dedicarse a las artes. Así que Moisés recibe la instrucción de Dios que significaba un verdadero reto para cumplirse. Cómo iban a levantar semejante obra con gente que lo único que sabían hacer era ladrillos? Pues bien, Dios ya había resuelto el problema de antemano. Así que le dice a Moisés que no se preocupara por ello. Bezalleel, de la tribu de Judá, ya había sido habilitado por el Espíritu de Dios para tener sabiduría, inteligencia y ciencia en las artes, en diseño y para trabajar el oro, la plata y el bronce, las piedras preciosas, etc. Además le había dado un habilitación especial como maestro, al igual que Aholiab de la tribu de Dan. Así que ellos enseñarían a las personas designadas para la elaboración del tabernáculo, cómo debieran hacer las cosas. Esta es la unción que habilita para ciertas tareas. EN éste caso podemos apreciar una habilitación artística en el manejo de los materiales y en el diseño. Si ponemos atención en la biblia podremos encontrar muchos tipos semejantes de habilitación. Como por ejemplo, Asaf, el músico principal en los tiempos del rey David. Tenía una habilitación excepcional, junto con David, para la música; tanto así que durante su tiempo no solo compusieron una gran cantidad de canticos de adoración, sino que inventaron nuevos instrumentos musicales para adorarle. El Espíritu de Dios sobre tu vida, te habilita para realizar Su obra. Quizá haya proyectos que Dios ha puesto en el corazón de pastores, que son imposibles de realizar y de repente entra la desesperación al pensar cómo podrá hacerse dicho proyecto. Pero podemos confiar, porque si Dios dio el proyecto, también Él suplirá para que se realice, y no solo en la provisión económica, sino en la provisión de Su
unción, de Su Espíritu, habilitando a diferentes personas en las áreas necesarias para que el proyecto se realice, no como sea, sino con gran excelencia. Así, concluyo que Dios a algunos les ha dado ya habilitación artística excepcional, a otros musical, a otros en ingeniería, a otros más en política, otros en modas, algunos más en finanzas, otros en hacer grandes riquezas para la obra de Dios. 2. Poder de Dios Y la unción del Espíritu, como lo dijo Jesús, es Poder de lo Alto, para que la vida sobrenatural se abra paso delante de nosotros. Dios es Todopoderoso, no está limitado por leyes naturales. ÉL es el autor de todo lo que existe, y quien dictó esas leyes naturales por la excelencia de Su sabiduría. Las obras de Dios, por tanto, no están supeditadas a las leyes que Él mismo puso. Dios pasa por encima de toda ley natural de la tierra o del universo entero. Y Jesús dijo: Hechos 1: 7 Y les dijo: No os toca a vosotros saber los tiempos o las sazones, que el Padre puso en su sola potestad; 8 pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra Sus discípulos que vieron con sus propios ojos un ministerio lleno de milagros y cosas sobrenaturales, no solo contarían aquellos magníficos hechos a otras personas con la esperanza de que les creyeran; sino que ellos mismos las harían de forma tal que la gente creyera en Aquel que lo había hecho posible. Es por eso que el apóstol Pablo dice: 1 Corintios 2: 4 y ni mi palabra ni mi predicación fue con palabras persuasivas de humana sabiduría, sino con demostración del Espíritu y de poder, 5 para que vuestra fe no esté fundada en la sabiduría de los hombres, sino en el poder de Dios La predicación de la Palabra de Dios debe ser demostrada. No son palabras solamente, sino que debe haber una demostración: De qué? Del Espíritu que opera en nuestras vidas y del poder de Dios; de forma tal que la fe de la gente no esté fundada en sabios argumentos, sino en el poder de Dios. El Espíritu Santo es derramado en estos tiempos sobre la iglesia para ungirla con Poder de lo Alto, para que no platiquen solamente de las preciosas enseñanzas sobrenaturales de la Palabra de Dios, sino que la demuestren con hechos poderosos. Es así como predicaron todos aquellos hombres que recibieron aquel derramamiento del Espíritu: Señales, maravillas, milagros, prodigios, sanidades, liberaciones, etc. Hoy día, cómo se ha descuidado la unción del Espíritu!, tanto así que muchas congregaciones cristianas solo hablan la Palabra y algunas otras ni siquiera lo hacen, sino que se conforman con enseñar los buenos valores de la biblia y hábitos de excelencia. No digo cada congregación, sino que cada cristiano, debiera predicar la Palabra de Dios con grandes demostraciones del Espíritu y de Poder, pues la mano de
Dios no se ha acortado, ni Su promesa de derramar a Su Espíritu Santo ha dejado de ser. 3. Fortaleza de Dios Dice Salmos 92: 10 Pero tú aumentarás mis fuerzas como las del búfalo; Seré ungido con aceite fresco. 11 Y mirarán mis ojos sobre mis enemigos; Oirán mis oídos de los que se levantaron contra mí, de los malignos El Espíritu de Dios derramado e impregnado en nuestras vidas es fuerza sobrenatural operando en nosotros. La unción te levanta, es mucho más que un buen tónico, o tomar vitaminas. Cuando estas bajo la unción te sientes invencible, ves a los grandes gigantes de oposición, adversidad o incluso demonios, muy por debajo de tu hombro. Jesús, al ser glorificado en el cielo, tomó la fortaleza del cielo. No es una fuerza natural, sino una absolutamente sobrenatural. Necesitamos esa fuerza del cielo para vivir aquí en la tierra dando testimonio de que tenemos un Dios Todopoderoso. Salmos 68: 33 Al que cabalga sobre los cielos de los cielos, que son desde la antigüedad; He aquí dará su voz, poderosa voz. 34 Atribuid poder a Dios; Sobre Israel es su magnificencia, Y su poder está en los cielos. 35 Temible eres, oh Dios, desde tus santuarios; El Dios de Israel, él da fuerza y vigor a su pueblo 4. Ungidos hasta los huesos Y bueno, como hemos dicho, la unción no es otra cosa sino estar impregnados del Espíritu Santo derramado sobre la Iglesia. Cada vez que nos reunimos en el nombre de Jesús y que permitimos que la Presencia de Dios descienda entre nosotros, el Espíritu Santo se está derramando y ungiéndonos con Su aceite fresco. Es así como podemos comprender el texto bíblico por el cual empezamos esta conferencia. Los milagros extraordinarios, a los que se refiere este pasaje, es que se llevaban los paños y delantales que usaba el apóstol Pablo para ministrar con ellos a otro lugar, y mediante esos paños la gente recibía sanidad de sus enfermedades y hasta eran liberados. Cuando el Espíritu de Dios se derramaba sobre el apóstol Pablo era ungido Él y todo lo que llevaba puesto. La unción quedaba impregnada en su vida, pero en su ropa también.
Quisiera que comprendiéramos este hecho, porque quiero decirles que aquí, en este lugar donde nos reunimos, el Espíritu de Dios se derrama una y otra vez, de forma tal que no solo nosotros estamos siendo ungidos, sino que puedes ver instrumentos musicales, sillas y demás cosas que están siendo impregnadas también con la unción. De repente la gente dice: Cómo es posible que suene tan bonito esa guitarra o ese sax, o cómo es que nuestros muchachos pueden tocar en ese nivel si no tienen los estudios para hacerlo? La respuesta es sencilla: Unción. Pero si puedes darte cuenta de que los objetos son ungidos, mucho más lo has sido tú, solo falta que pongas en práctica lo que Jesús nos ordenó. Una persona que asistió a nuestra congregación por espacio de seis meses aproximadamente, me comentó con entusiasmo, que al orar por uno de sus familiares para que recibiera sanidad, esta persona, sin tener un contexto cristiano ni haber visto lo que en nuestras reuniones sucede, había caído al suelo y había sanado. Estaba feliz porque decía: Yo también puedo hacerlo!; y pues claro que sí; si había estado bajo la unción eso iba a suceder. Por lo tanto puedo concluir que el nivel de unción de una persona es directamente proporcional a lo profundo de la relación que tenga con el Espíritu Santo. Si solo está en la Presencia de Dios cuando está en la congregación tendrá un nivel de unción determinado, pero si acaso, persiste en estar en la Presencia de Dios y buscarle permanentemente, entonces el derramamiento será mayor y su unción notablemente incrementada. Esa unción se notará en todo lo que haces: Sabiduría, talento, poder, milagros, manifestaciones del Espíritu, etc. EL profeta Elías decía: Vive Jehová, en cuya Presencia estoy, y podemos apreciar en las escrituras que la unción que tenía era muy poderosa. Años después, su sucesor, Eliseo, aprendió de su maestro el secreto: Estar en la Presencia de Dios; y la unción que tuvo fue mucho más grande: Hasta los huesos. Cuenta la Palabra de Dios, que una vez muerto, hubo una pelea en el camino y mataron a un muchacho, como arreciaba el conflicto, lo tomaron y aventaron a una cueva, justo donde yacían los huesos del profeta Eliseo. El muchacho muerto revivió, al tocar los huesos ungidos de Eliseo. Quién lo revivió? Pues no fue Eliseo, porque ya estaba muerto, entonces quién? La unción del Espíritu que reposaba en Eliseo. 5. Ministración Quieres unción? Ya conoces el secreto. Debajo de la Presencia de Dios, recibiendo Su impartición. No te opongas a la unción, mejor fluye en ella, y verás la voluntad de Dios operando en ti poderosamente.