Recorriendo el Macizo de Andara desde el Jitu Escarandi Reseña cartográfica: mapa de los Macizos Central y Oriental 1:25000 de Adrados Ediciones El más pequeño de los tres macizos de los Picos de Europa es el Oriental. Podemos acceder desde el Jitu Escarandi, entre Sotres y Tresviso, de forma rápida y directa a sus principales cimas, que además son por lo general sencillas para lo que acostumbramos a ver en esta esquina de la Cordillera Cantábrica. En buena parte del macizo podemos ver las cicatrices de la actividad minera: pistas, pozos y restos de construcciones, que llegan incluso a adentrarse casi hasta su mismo corazón. Puede que éstos sean los motivos por los cuales Andara sea el macizo menos valorado, y puede que visitado, de Picos. Y sin embargo, estas limitaciones son también parte de las fortalezas de Andara. El buen acceso y la disposición de sus cumbres nos permiten hacer grandes encadenamientos de cumbres y crestas fáciles por casi la totalidad de las cimas. En buena forma y con tiempo suficiente, podríamos incluso hacer la gran cabalgada por la parte central del macizo combinando las dos propuestas de ruta que conforman este reportaje. Si nos gustan las rutas de gran desnivel y recorrido siempre podemos desplazarnos a la vertiente sur, a los pueblos de la cántabra Liébana, y encarar sus largas y preciosas canales (nosotros nos limitamos aquí a propuestas desde la parte asturiana). Incluso podemos considerar las cicatrices de la minería como vestigios históricos de tiempos más duros para los habitantes de la zona y sus ambiciosos patrones capitalistas, por encima incluso de la misma naturaleza. Pero tampoco hay que olvidar que seguiremos inmersos en un entorno de alta montaña. Las rutas están pensadas para hacer en condiciones estivales, aunque alguna la hayamos repetido también en invierno, y no dejan de tener pasajes expuestos y técnicos en los que podemos despeñarnos fácilmente (ojo en algunos tramos de la aproximación y trepada final a La Morra de Lechugales, entre otros, sobre todo en mojado o con hielo). Aunque no sea necesario material, no es mala idea llevar algún cordino, material complementario y conocimiento de su uso para La Morra o la cresta del Valdominguero si no nos vemos seguros. Aproximación al refugio del Casetón de Andara: El acceso a las dos rutas lo haremos desde Poncebos y Sotres hasta el collado del Jitu Escarandi, donde hay un pequeño aparcamiento a casi 1300 metros de altura y grandes vistas hacia el Macizo Central. De aquí hacia el Sur sube la ancha pista que tomamos y nos conduce durante una hora de continuo ascenso hasta el refugio guardado del Casetón de Andara, un antiguo casetón minero encastrado en la roca y rehabilitado como refugio; buen campo base además si queremos hacer noche en la zona (1725 metros de altura, han habilitado recientemente una fuente donde coger agua, ya que antes había que entrar en una bocamina). Hasta aquí llega el camino común. A partir de este punto los senderos para cada una de las rutas que proponemos aquí divergen Inicio de la pista en el Jitu Escarandi Entrando en el circo y los caminos a seguir Llegada al refugio: la fuente a la derecha
Del Samelar a La Rasa, la parte Este del macizo: Horario: Unas cinco horas ida y vuelta del Casetón de Andara. Si salimos del Jitu Escarandi, calcular unas dos horas más Ahora debemos remontar por detrás y encima del refugio en busca del collado que se levanta sobre el refugio. Es la collada Tresmancondiú, a 1850 metros, que separa la Pica del Mancondiú del resto del macizo. Perdemos algo de altura por sendero jitado hasta salir a una nueva pista, que viene de los valles, y que seguimos a la derecha. Entramos en las amplias y planas Vegas de Andara, en cuya parte derecha están las antiguas minas de La Providencia. En este punto ya vemos la primera parte de la travesía de cimas, con El Samelar y el San Carlos encima de nuestras cabezas, aunque aún nos falte un buen tramo para llegar Por encima del refugio en invierno En las Vegas de Andara, siguiente tramo Camino a la cima del Samelar En las Vegas, dejamos la pista principal y cogemos un desvío a la izquierda que sube en varias cómodas revueltas hasta aproximarnos al collado de San Carlos, a 2052 metros, en poco más de una hora desde el refugio. Desde este amplio collado podemos acceder a los dos primeros picos del día: para el Samelar, sólo debemos torcer a la izquierda y seguir la amplia arista que nos lleva a los 2227 metros de su cima (una media hora desde el collado, algo menos de dos horas desde el refugio). A continuación, descendemos otra vez al collado y encaramos ahora la subida al vecino San Carlos, también llamado Sagrado Corazón. No hay mayor misterio que seguir la pindia ladera hasta llegar a la cresta y luego al vértice cimero (2214 metros) y la estatua en un pedestal que le da su nombre alternativo. Desde el Samelar hay algo menos de una hora para coronar. Desde este pico ya vemos la subida a la tercera cima del día. Tenemos que bajar al collado al Oeste y luego subir la pedregosa ladera. Para evitar los muros finales, buscamos a la derecha de la cima una corta canal (20-25 metros) por la que subimos. En la cresta, vamos a la izquierda para llegar a la cima de La Junciana o Cueto de los Llambriales Amarillos, a 2267 metros (30-40 minutos desde el San Carlos). Excelentes vistas desde la cima del Samelar En el collado, evidente subida al San Carlos Vértice del San Carlos con Potes allá abajo La Junciana y La Rasa alineadas tras la nube Camino de subida a la cima de La Junciana La Junciana. La montaña palentina allá lejos La última cima de hoy es la Rasa de la Inagotable. Desde su cara este presenta un cortado inaccesible para nosotros, que debemos primero bordear para poder coronar posteriormente esta cumbre, como se ve en la foto de la derecha. Lo primero es perder altura, primero por el filo de la arista y luego buscando a la derecha una pedregosa y corta canal por la cara que da a las Vegas de Andara, que evita los cortados que nos impiden seguir por el filo. Hay algunos jitos sueltos en esta zona, pero no tienen continuidad así que debemos estar atentos y nos despistarnos para poder encontrar esa canal de descenso y no enriscarnos. Nos acercamos a la base de La Rasa y seguimos hasta una pedrera incómoda que atravesamos, con alguna traza de paso de rebecos. Una primera canal parece que nos permitiera trepar y salir arriba, pero por si acaso la dejamos atrás y seguimos a al visible punto donde la pared desaparece y se transforma en una cómoda ladera herbosa por donde subir y llegar a la tumbada cara Norte de La Rasa.
A la derecha vemos cercana la pista que sube desde las cercanías del Casetón, y que será nuestro camino de descenso. Ahora sólo tenemos que remontar los 100 metros de desnivel que nos separan de la cima de La Rasa si tenemos ganas (2284 metros) y gozar de las vistas que se nos abren al sector de la Morra de Lechugales. La bajada desde La Junciana, vista inferior Salida a la vertiente Norte de La Rasa Cima de La Rasa de La Inagotable Para volver al Casetón, perdemos altura al collado del Mojón, al Oeste. Desde aquí tomamos rumbo Norte por la ancha pista que baja entre las cimas de Los Grajales y nos deja finalmente, en menos de una hora, encima del Casetón de Andara y otro tanto al Jitu. La pista que nos devuelve al Casetón Pasando entre restos mineros en el descenso Encima del refugio del Casetón de Andara De La Morra al Cuetu Teyáu, la cuerda principal del macizo: Horario: Una ruta larga, calcular en torno a las siete horas desde el Casetón (una hora más desde el Jitu Escarandi) Como en la ruta anterior, salimos por encima y detrás del refugio pero en lugar de buscar la horcada de la izquierda, seguimos de frente. A la derecha, tras la collada de la Aldea, se va el valle que esconde el ahora seco Pozo de Andara. Los jitos nos hacen remontar una corta y tumbada canal, tras la cual salimos a otra zona de bocaminas, que dejamos bajo nosotros mientras seguimos el camino y los jitos rumbo Sur. A la derecha dejamos el desvío a las antiguas minas de Mazarrasa, y a la izquierda las de La Providencia, sobre las Vegas de Andara y frente al Samelar y San Carlos. Estamos caminando por una antigua pero marcada pista minera que nos lleva en varias lazadas bajo el pilar del Castillo de Grajal. Pasamos bajo él por su lado derecho y atravesamos más restos mineros. Mazarrasa a la derecha, atrás Valdominguero A la izquierda, La Providencia y el Samelar Castillo del Grajal y hacia donde sube la pista Finalmente, la pista termina en el esplendoroso collado del Mojón a 2200 metros, en una hora de cómodo andar desde el Casetón. Si anteriormente recorrimos la ruta anterior, hasta aquí nos sonará ya que forma parte de la bajada de la misma. La pista baja un poco a la izquierda y dobla luego a la derecha, rumbo Oeste perdiendo algunos metros para esquivar las paredes del Grajal de Abajo. Seguimos por ahí hasta que los jitos nos hacen abandonar la pista y tomar un sendero que sube una vez bordeado el Grajal. Al Norte queda el Mancondiú y el Cerralosa En El Mojón, mirando a la montaña palentina El siguiente tramo de ruta desde el Mojón
Ahora estamos subidos al filo de la loma, por un marcado sendero que va rumbo Suroeste por encima de los abismos del Pozo de Andara. Caminamos por la vertiente Norte, y este es uno de los puntos en los que debemos poner atención si hay hielo o nieve ya que un traspiés aquí es mortal, sin posibilidad alguna de detenerse. Es un corto tramo hasta que finalmente la montaña ensancha y regresa el trazado de la pista, que seguimos un rato más hasta que definitivamente muere en una pequeña brecha. Aquí los jitos nos llevan a la derecha (Oeste) por la tumbada ladera del Grajal de Arriba, loma poco marcada pero significativa ya que es aquí donde vemos finalmente el Hoyo del Evangelista y las primeras de las cumbres que hemos venido a coronar (30 minutos desde el Mojón). Camino desde El Mojón al Grajal de Arriba Desde el Grajal, la senda por encima del Hoyo hasta aproximarnos a los Picos del Jierru Como vemos en la foto, vamos hacia la Pica del Jierru, aunque de momento no la coronamos. En su base, los jitos nos llevan a flanquearla por su cara Sur, por ese terreno rocoso y pesado tan típico de los Picos de Europa. Luego doblamos al Sur y pasamos bajo la serie de cotas conocidas como los Picos del Jierru, hasta una amplia terraza pedregosa. Aquí la senda tuerce y sube a una brecha para acercarse ya a la Morra de Lechugales, pero en este punto podemos dejar las mochilas y desviarnos para coronar la segunda cota del macizo, la Silla del caballo Cimero (unos 15-20 minutos desde el Grajal de Arriba). La ascensión consiste en seguir la arista que la separa del resto del cordal, a tramos algo afilada, y posteriormente remontar la corta ladera pedregosa hasta la cima. Entre medias, hay un par de cortas brechas que debemos cruzar, con pequeñas trepadas sin mayores dificultades (en terreno seco, claro). En diez minutos desde el desvío ya deberíamos estar coronando los 2436 metros de la Silla. El recorrido a seguir hasta la cima de la Silla Echando las manos en las brechas Con La República en la cima de la Silla Ahora volvemos al camino para acercarnos a la Morra de Lechugales. Subimos unos metros para, siguiendo los jitos, bordear un par de cotas en otro tramo expuesto en condiciones de nieve o hielo, aunque de baja dificultad. Salimos finalmente a la amplia planicie sobre la cual se eleva el característico mogote cimero. Frente a nosotros buscamos el punto débil del murallón, una grieta en la que algunas veces hay instaladas cuerdas fijas. Trepamos por su parte derecha, por un corto muro de III (unos 4-5 metros) y luego andando ya hasta los 2444 metros de la cima del techo de Andara (en total, poco más de dos horas de ruta desde el Casetón). Trepada final a la Morra de Lechugales Glorioso vivac con el Cortés de fondo Los Urrieles al otro lado de Áliva Volvemos atrás. Si queremos, podemos coronar los Picos del Jierru desviándonos y crestear, usando a veces las manos, al punto más alto (2422 metros). Luego buscamos a la derecha de la arista una clara canal que baja en diagonal al camino de aproximación. Ahora nos dirigimos a la Pica del Jierru que se encuentra frente a nosotros. Su ascensión no tiene más misterio que acercarse a la base por el mismo camino por el que subimos y luego dejarlo para subir por su ladera Sur, por sendero evidente y jitado. Así llegamos a la amplia cima (2424 metros) en menos de media hora desde La Morra de Lechugales, poco más si hemos coronado antes los Picos del Jierru. Los Picos y la Pica del Jierru En La Pica, con La Silla y La Morra por detrás
Aquí tenemos que poner atención, ya que debemos bajar por una ladera pedregosa de fuerte pendiente al Norte, perdiendo mucha altura, en un tramo que con nieve o hielo puede ser muy expuesto y delicado. La bajada la hacemos no desde la misma cima, sino yendo unos metros al Este y luego buscando el punto de menor inclinación. Hay algunos jitos que pueden facilitarnos la orientación, y poco a poco la pendiente va decreciendo. Todo este tramo lo hacemos por la vertiente que da al Pozo de Andara (Este) y con el Valdominguero bajo nosotros, ya que hacia este pico nos dirigiremos ahora. Tras 20 minutos de bajada y perdiendo 300 metros de desnivel llegaremos finalmente a los Campos de Valdominguero y luego al collado homónimo, frente al que acometemos la subida al pico. Para ello, nos aproximamos a mitad de pared, donde vemos una vira que sube en diagonal a la izquierda (jitos) para luego seguir hasta la misma cima del pico (2265 metros, sobre 40 minutos de ruta desde La Pica del Jierru). Ahora viene un tramo divertido. Bajando a los Campos de Valdominguero Del Collado al Pico Valdominguero En la cima, el Cuetu Teyàu al Norte La cresta que sale del Valdominguero hacia el Norte es, sin nieve, una sencilla travesía. En invierno es también factible, pero ya requiere mayor pericia y puede que incluso material de seguro según las condiciones. Es una buena actividad para iniciarse en las tan típicas travesías cresteras de Picos, pero por si acaso, no está de más llevar un cordino y algo de material para prever enrisques. Iremos siempre sobre la cresta, entre la vertiente Este (Andara) y la espectacular Oeste (valle del Duje). Usaremos las manos para apoyarnos y hacer breves trepadas por las brechas y horcadas que atravesaremos, con pasos de II grado. Pasamos varias cotas y agujas en una media hora de recorrido hasta que al final, tras un corto destrepe (II), salimos a terreno ya abierto y despejado. Vista de la cresta desde la vertiente Este Cuatro tomas atravesando la cresta, en verano e invierno Por aquí seguimos al Norte, sin perder altura, para ganar rápidamente la cima de las Picas del Jou Sin Tierre (2159 metros). Dejando la cresta atrás en invierno Ahora, en ruta a los dos siguientes picos En las Picas del Jou, los Urrieles al fondo Bajamos al collado que nos separa del siguiente pico y rápidamente coronamos la cima del Cuetu Teyau (2129 metros), encima de Sotres y donde terminamos ya por fin las cumbres de hoy (40-50 minutos desde el fin de la cresta). El retorno lo haremos al Jitu Escarandi, para lo cual bajamos la pendiente del pico al Este y luego vamos al Norte, perdiendo altura a lo largo del cordal bajo la cima del Pico Boru (jitos) hasta un amplio collado, el de Fuente Soles a 1520 metros. Vemos a la derecha la pista que viene del Casetón, hacia la cual bajamos hasta el Jitu para dar por terminada esta larga actividad (de hora y media a dos horas desde el Cuetu Teyau). En el Cuetu Teyau, entre la niebla Bajada del Cuetu Teyau, hacia el Norte Bajando de Fuente Soles a la pista Disfrutad con cuidado estas preciosas actividades por el olvidado Macizo Oriental. Suerte y un saludo del Maquis.