ARCIPRESTAZGO LOGROÑO OESTE- PARROQUIA EL SALVADOR DE YAGÜE ESPERAMOS y ACTUAMOS Desde la Campaña de Cáritas Internacional promovida por el Papa Francisco, con el lema: Una sola familia humana. Alimentos para todos y la Campaña de Navidad de Cáritas de España, con el lema: Qué haces con tu hermano? Ama y vive la justicia
1ª vela: (Color morado) Vigilar. Esperanza vigilante Hoy es la invitación a mirar nuestro mundo. Un mundo deshumanizado y necesitado de salvación. Dios viene a todos (universalidad de la salvación). Descubrimos las pobrezas y en especial la del hambre en el mundo y las dificultades para que todos los seres humanos se vean reconocidos en su dignidad y puedan desarrollarse. El hambre de millones de niños/as, hombres y mujeres del mundo es una gran llamada para unirnos por la lucha por Una sola familia humana, alimentos para todos. El horizonte del año 2025 para luchar por la desaparición del hambre y la instauración de otro mundo más justo, fraterno y solidario. Nuestra primera vela del Adviento nos abre a la universalidad, a la conversión y la vivencia de la fraternidad abierta a todos los hombres y mujeres del mundo. 1ª Vela ORACIÓN DE LA CORONA DEL ADVIENTO Encendemos, Señor, esta luz, como aquél que permanece en vela, esperando para salir al encuentro del Señor que ya viene. Queremos abrir la puerta de nuestra casa, de nuestra parroquia, de nuestra comunidad, para que, cuando llegues, podamos acogerte entre nosotros, sea quien sea el que viene en tu nombre. Queremos ser, en medio de un mundo lleno de miedos y de recelos, un corazón comunitario abierto a la esperanza. Alimentos para todos: Leche, aceite, colacao (o similar), dulces navideños juguetes en buen uso.
2ª vela: Escuchar. Esperanza creativa (Color azul) Preparar los caminos del Señor en nosotros mismos, en la comunidad y en la sociedad. Se nos invita a dejar de lado nuestras resignaciones, e insensibilidades ante las injusticias y los problemas de los demás. 2ª Vela LA CORONA DE ADVIENTO Los profetas mantuvieron encendida la esperanza de Israel. Eran portavoces del Señor, que consuela a su pueblo. Aquí estamos, Señor, de nuevo este segundo domingo. Encendemos una segunda vela Queremos abrir las puertas de nuestra casa para consolar a quienes, junto a nosotros, tropiezan en los caminos con las piedras del egoísmo y la injusticia, de la soledad y el abandono. Queremos un camino de igualdad. Renueva en nosotros la esperanza.
3ª vela: Compartir: nuestra Esperanza estando abiertos con alegría a las necesidades de los demás, especialmente de los empobrecidos. Color Verde. Como Juan somos enviados por Dios para dar esperanza a los empobrecidos. 3ª Vela ORACIÓN DE LA CORONA DE ADVIENTO Encendemos la tercera vela del Adviento. Estad siempre alegres, nos dice san Pablo. Es la alegría de tu presencia en medio de nosotros. Juan Bautista prepara tus caminos y anuncia tu llegada, Señor. También nosotros queremos anunciarla y ser testimonio vivo de esperanza, creando posibilidades donde parecía que no había alternativas posibles. Estás cerca, Señor, casi te tocamos con la punto de los dedos:
4ª Vela: ACTUAR: Concretamos nuestra esperanza en la Campaña de Cáritas, nos comprometemos y actuamos invitando a compartir lo que tenemos, lo que somos, nuestro tiempo en, respondiendo al lema de Cáritas: Qué haces con tu hermano? Ama y vive la justicia Color: Rojo. 4ª Vela ORACIÓN DE LA CORONA DE ADVIENTO Es la cuarta vela del Adviento, Señor. La quinta vela eres Tú, que nos llegas en Jesús, pero aún no la encendemos. La cuarta vela, sin embargo, está llena de envidia y quiere iluminarse toda entera con la alegría de tu llegada. A pesar de todos los pesares, ésta es la vela de la alegría, y le abrimos de par en par las puertas de la casa. Entra, Señor, y danos la alegría de tenerte! Entra, Señor, y comunícanos toda la esperanza que estamos necesitando!
PREGÓN DEL ADVIENTO 2014 Os anuncio una buena noticia: el Adviento va a comenzar. Alzad la vista, restregaos los ojos, despertad, otead el horizonte, porque Dios viene. Daos cuenta del momento. Avivad el oído para escuchar los susurros, los gritos, el anuncio de la Vida que va nacer. En el seno de María, crece el germen de un mundo nuevo: el Hijo del Dios encarnado, el Emmanuel, el Dios-con nosotros. Con el Adviento, amanece la esperanza en el horizonte, en el corazón de todo creyente; porque de los cielos llueve el rocío de la justicia, de la paz y del amor: Dios se ha encarnado en una doncella, hija de Israel, a la que todas las generaciones llamarán Bienaventurada porque ha creído en el anuncio del ángel. Al fondo, se percibe ya la Navidad: una Navidad gozosa, íntima, fraterna, serenada, pacífica y solidaria. Para algunos también será una Navidad superficial, triste, desgarrada, incluso violenta, pero siempre esposada, unida a la esperanza. La esperanza, esa niña que habita en lo más profundo del ser humano, es la que nos mantiene firmes ante la espera de que un mundo mejor es posible. El Adviento, es llama de esperanza, llama ardiente que atraviesa el espesor de los tiempos y de las tinieblas. Llama que alumbra el camino del peregrino vacilante, perdido en la encrucijada de los caminos y del tiempo. Adviento, un camino solidario que da la mano al extraviado y al cansado; abraza al solitario y abandonado; consuela al triste, visita al enfermo, al extranjero y al encarcelado; da pan al hambriento y agua al sediento. Adviento se esposa, se une con la Humanidad sedienta de verdad, de justicia, de paz y fraternidad. Adviento, contenido de gozosa y buena nueva: María está en cinta! una gestación de ternura y esperanza le acompaña. Dios visita a su pueblo! Dios se hace uno de nosotros, para hacernos semejantes a Él. Estad alegres, os lo suplico, estad alegres, el Señor viene y planta su tienda entre nosotros dándonos el poder de ser hijos de Dios. Isaías grita lleno de esperanza: Caminemos a la luz del Señor. Preparad los caminos del Señor, para que todo el mundo contemple la salvación de Dios (Is. 40, 3). Con la esperanza de todos los pobres de Yahvé y los pobres de todos los tiempos, pronuncia María su Fiat: Hágase en mí según tu palabra Lc 1,38). Y el Verbo se encarnó y habitó entre nosotros, colmando todo anhelo de libertad y salvación. Alegraos, saltad de júbilo, poneos vuestro traje de fiesta, perfumaos con perfumes exquisitos de buenas obras, para recibir a vuestro Dios que viene. Avivad la alegría, el júbilo y la fiesta. Preparad el camino! Ya llega nuestro Salvador, nuestro Dios. Él está a la puerta y llama, si le abres, él se sentará a la mesa y cenara contigo (Ap. 3,20). Ora, contempla, acoge la Vida! Y con ella, celebra la Navidad, la fraternidad solidaría. Entonces, será Navidad! CARMEN HERRERO MARTÍNEZ, Fraternidad Monástica de Jerusalén, soeurcarmen@gmail.com ESTRASBURGO (FRANCIA). ECLESALIA.- 28/11/14