Pablo Cervera Barranco Vía Lucis El camino del Resucitado Mosaicos del P. Marko I. Rupnik y del Centro Aletti
Introducción Qué es el Vía Lucis Las estaciones de la resurrección, también conocidas por su nombre latino, Vía Lucis («Camino de la luz»), son una forma de devoción cristiana que fomenta la meditación sobre la resurrección de Jesucristo, algunas de las apariciones de Jesús resucitado y otros episodios recogidos en el Nuevo Testamento. Desde el Domingo de Pascua hasta el de Pentecostés hubo cincuenta días llenos de acontecimientos, inolvidables y trascendentales, que los más cercanos a Cristo vivieron con intensidad, gratitud y gozo inimaginables. Las estaciones de la resurrección prolongan y complementan las estaciones de la Cruz, o Vía Crucis (el término Vía Lucis intencionalmente 21
Vía Lucis lo recuerda), devoción católica tradicional que conmemora la Pasión de Cristo. De igual forma que las etapas de Jesús camino del Calvario se han convertido en oración, queremos seguir también a Jesús en su camino de gloria. Este es el sentido último de esta propuesta: una invitación a meditar la etapa final del paso de Jesús por la tierra. Todas las estaciones de la resurrección se basan en hechos relatados en los cuatro evangelios y en los Hechos de los Apóstoles, en sintonía con la propuesta de san Juan Pablo II que, en el año 1991, ofreció una versión del Vía Crucis vinculada también con los textos del Nuevo Testamento, a diferencia de la versión tradicional. Siguiendo una cierta estructura habitual del rezo del Vía Crucis, propongo también para el Vía Lucis un esquema que incluye para cada estación una lectura de la Escritura, un texto breve para la reflexión y una oración conclusiva. El 17 de diciembre de 2001, la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos promulgó un Directorio sobre la Piedad Popular y la Liturgia, que elogió el Vía Lucis de la siguiente manera: 22
Introducción «Recientemente, en diversos lugares, se está difundiendo un ejercicio de piedad denominado Vía Lucis. En él, como sucede en el Vía Crucis, los fieles, recorriendo un camino, consideran las diversas apariciones en las que Jesús desde la Resurrección a la Ascensión, con la perspectiva de la Parusía manifestó su gloria a los discípulos, en espera del Espíritu prometido (cf Jn 14,26; 16,13-15; Lc 24,49), confortó su fe, culminó las enseñanzas sobre el Reino y determinó aún más la estructura sacramental y jerárquica de la Iglesia. Mediante el ejercicio del Vía Lucis los fieles recuerdan el acontecimiento central de la fe la Resurrección de Cristo y su condición de discípulos que en el Bautismo, sacramento pascual, han pasado de las tinieblas del pecado a la luz de la gracia (cf Col 1,13; Ef 5,8). Durante siglos, el Vía Crucis ha mediado la participación de los fieles en el primer momento del evento pascual la Pasión y ha contribuido a fijar sus contenidos en la conciencia del pueblo. De modo análogo, en nuestros días, el Vía Lucis, siempre que se realice con fidelidad al texto evangélico, puede ser un medio para que los fieles compren- 23
Vía Lucis dan vitalmente el segundo momento de la Pascua del Señor: la Resurrección. El Vía Lucis, además, puede convertirse en una óptima pedagogía de la fe, porque, como se suele decir, per crucem ad lucem. Con la metáfora del camino, el Vía Lucis lleva desde la constatación de la realidad del dolor, que en el plan de Dios no constituye el fin de la vida, a la esperanza de alcanzar la verdadera meta del hombre: la liberación, la alegría, la paz, que son valores esencialmente pascuales. El Vía Lucis, finalmente, en una sociedad que con frecuencia está marcada por la cultura de la muerte, con sus expresiones de angustia y apatía, es un estímulo para establecer una cultura de la vida, una cultura abierta a las expectativas de la esperanza y a las certezas de la fe». Nuestra disposición inicial (Directorio sobre la Piedad Popular y la Liturgia, 153) Los acontecimientos del Vía Crucis concluyen en un sepulcro, y dejan quizá en nuestro interior una imagen de fracaso. Pero ese no es el final. Je- 24
Índice Págs. El Vía Lucis. Devoción pascual del Tercer Milenio (Manuel G. González Corps)... 5 Lugares e iniciativas... 7 Esquemas celebrativos... 8 Introducción... 21 Qué es el Vía Lucis... 21 Nuestra disposición inicial... 24 Cuándo se reza el Vía Lucis... 27 Cómo rezar el Vía Lucis... 28 Oración preparatoria... 30 Ritos introductivos... 32 I estación. Jesús resucita de la muerte... 34 II estación. Los discípulos encuentran el sepulcro vacío... 40 III estación. Jesús se aparece a la Magdalena... 46 IV estación. Jesús en camino con los discípulos de Emaús... 52 V estación. Jesús se manifiesta en la fracción del pan... 58 VI estación. Jesús se aparece a los discípulos... 64 VII estación. Jesús concede a sus discípulos el poder de perdonar pecados... 68 125
Vía Lucis Págs. VIII estación. Jesús confirma la fe de Tomás... 74 IX estación. Jesús se aparece a sus discípulos en el lago de Galilea... 78 X estación. Jesús confiere el primado a Pedro... 84 XI estación. Jesús confía a sus discípulos la misión universal... 90 XII estación. Jesús asciende al cielo... 96 XIII estación. Con María en la espera pentecostal del Espíritu Santo... 102 XIV estación. Jesús manda a sus discípulos el Espíritu prometido por el Padre... 108 Oración final... 114 Rito de conclusión... 115 Créditos... 118 126