ROMA (30 de marzo al 3 de abril de 2009)

Transcripción

1 ROMA (30 de marzo al 3 de abril de 2009) 30 de marzo: Salimos de la T4 en un vuelo de Iberia y empezaron las carreras. Tras un vuelo sin complicaciones, llegamos al aeropuerto de Fiumicino donde nos tocó esperar dos horas la llegada del autobús que nos conduciría al hotel Portamaggiore. Después de tomar una pizza en un sitio cercano al hotel comenzamos nuestra primera incursión por la ciudad. Primero fuimos a la Plaza de España, subimos a La Trinitá dei Monti, observamos la vista desde arriba y nos hicimos esta foto. 1

2 En la plaza se encuentra la fuente de La Barcaccia, obra de Bernini. De ahí emprendimos el camino hacia el Panteón, por vía Condotti y Vía del Corso. Antes de llegar al Panteón, nos encontramos con la columnata del templo de Adriano. Y, por fin, el Panteón. 2

3 El final del recorrido nos condujo a la Fontana de Trevi. 31 de marzo. Visita a los Museos Vaticanos donde habíamos quedado con el guía Waldo a las nueve de la mañana. 3

4 La visita duró unas tres horas y pudimos ver, aunque no fotografiar, algunas de las joyas de los Museos Vaticanos. Tras tomarnos unos refrescos, nos dirigimos al Castillo de San Angelo para poder apreciar la vista de Roma, ya que no subimos a la cúpula de San Pedro porque teníamos que esperar una media hora. Vistas panorámicas desde el castillo. Tras un tiempo para comer, fuimos dando un paseo por la margen derecha del río hacia el barrio del Trastevere, donde visitamos la iglesia de Santa María del Trastevere. 4

5 Cruzamos el río por el Ponte Sisto que comunica con la pequeña isla del río Tiber, y cruzamos hacia la Sinagoga y el barrio judío. Seguimos paseando hacia el Campo dei Fiori y en la Piazza Navona nos tomamos un descanso a los pies de la Fontana dei quattro fiume. Esta plaza se construyó sobre el estadio de Domiciano, de ahí su forma. Los edificios están edificados sobre la cavea, la zona reservada a los treinta mil espectadores a los que daba cabida en estadio. La plaza tiene tres fuentes, aunque la más importante es la de los Cuatro Ríos de Bernini. En esta plaza acabamos nuestra visita, pero nos tocaba volver al metro y regresar al hotel, otra buena media hora de carreras. 1 de abril. Habíamos quedado con el guía a las nueve al lado de la Domus Aurea, inicio del recorrido por el Coliseo y el Foro. Como llegamos media hora antes, decidimos aprovecharla para ver El Moisés de Miguel Ángel que está en la iglesia de San Pietro in Vincoli. A las nueve en punto iniciamos el recorrido desde la Domus Aurea el palacio que se construyó Nerón, tras el incendio, sobre el que Trajano, posteriormente, edificó sus termas. Desde él se obtiene una magnífica vista sobre el Coliseo y el foro. 5

6 Visita al Coliseo: Fue el anfiteatro más bello del mundo romano, se inició en el año 72 y lo acabó Tito. Subida al Palatino, colina donde vivía la clase dirigente romana durante la República. Desde ahí se tiene una bonita vista hacia el Foro. Posteriormente bajamos al Foro y fuimos paseando por la Vía Sacra, pasando por el Templo de Majencio, uno de los edificios más grandiosos de la Roma Imperial (parte de él se ve en la foto). Esta visita duró tres horas en las que fuimos corriendo detrás del guía que nos explicaba a matacaballo los lugares más significativos. 6

7 Sobre las doce acabó nuestra visita guiada y decidimos hacer un descanso, pero empezó a llover y sopesamos distintas posibilidades hasta optar por la que nos pareció más oportuna: seguir la visita en el interior de los Museos Capitolinos, donde nos podríamos refugiar de la lluvia. En los Museos vimos las esculturas más significativas, con el fin de no tener una indigestión generalizada de arte. 7

8 El Espinario Loba capitolina Venus Capitolina El galo moribundo 8

9 A las dos nos dimos un respiro para comer y descansar bajo la lluvia intermitente romana. Volvimos a quedar para llevar a cabo un plan que resultó un poco estresante pero que nos permitía estar a cubierto la mayor parte del tiempo: Visita a algunas de las iglesias más significativas. 1. San Andrea de la Valle. 2. Iglesia del Gesú. Iglesia diseñada por Vignola, acabada en 1582, con capillas de escultores manieristas. Fue decorada en la segunda mitad del XVII. El altar llamado el triunfo de San Ignacio es el más rico de Roma. En esta iglesia vimos un espectáculo de luz y sonido que mostraba el esplendor de esta barroquísima iglesia. 3. Santa María de la Minerva. Situada detrás del Panteón, es una iglesia gótica, que nos gustó más. En la plaza se encuentra el elefante de Bernini. 4. San Andrea del Quirinal. Esta pequeña capilla, una de las joyas que más gustaba a su autor, Bernini, se encuentra en la Avenida del Quirinal, a una distancia considerable de las anteriores. 5. Iglesia de San Carlo alle Quattro fontane. Iglesia de Borromini. Se dijo que esta pequeña iglesia cabría en un pilar de San Pedro. Destaca su cúpula elíptica que parece flotar y que está decorada con estucos blancos y dorados que bañan de luz espacio interior de forma oval. Cúpula de San Carlo alle quattro fontane Cúpula de San Andrea del Quirinal 9

10 6. Iglesia de Santa María de la Victoria. Contiene la escultura de Bernini: El éxtasis de Santa Teresa. Bastante cansados y también mojados regresamos al hotel para cenar, a la hora de siempre, las ocho y media, nuestro rancho de hidratos de carbono. 2 de abril. Teníamos que estar en la Gallería Borghese a las nueve menos veinte de la mañana, hora a la que nos habían citado en la reserva que habíamos hecho un mes atrás. Esto nos costó iniciar nuestras ya habituales carreras, esta vez por el inmenso parque de la Villa Borghese. La Gallería contiene una de las colecciones privadas más importantes de arte, entre sus obras maestras, además de Caravaggios hay que destacar las impresionantes esculturas de Bernini: El David, Dafne y Apolo o el Rapto de Proserpina. 10

11 Tras una hora y media de visita por el museo, cogimos del metro hacia las Termas de Caracalla. Unos baños públicos inmensos que podían acoger a cerca de mil seiscientos romanos que acudían no sólo por razones de higiene sino por el gusto al deporte y la diversión. Fueron construidas en el siglo III y conservan restos de mosaicos, paredes, piscinas Comimos a las afueras de las termas y cogimos un autobús para visitar las Catacumbas de San Sebastiano, antiguos cementerios subterráneos al uso hasta el siglo VI. Nos costó una buena media hora de espera llegar a las catacumbas, y más de una hora, salir de allí, esperando en el arcén de una carretera muy transitada donde dudábamos de que pasara algún autobús. 11

12 A los tres cuartos de hora apareció el esperado autobús que nos dejó en el Circo Massimo, cuyo lado fuimos recorriendo hasta llegar a la Iglesia de Santa María e Cosmedín. Su pórtico conserva el célebre mascarón que representa al dios Océano cuya boca mordía la mano del mentiroso que la introdujera, de ahí su nombre de La boca de la Verdad. Nuestro intenso día de visita se acabó tomando un helado en los alrededores del Circo Massimo y volviendo al hotel en metro. 3 de abril. Las profesoras entendieron perfectamente que los alumnos optaran por dedicar la mañana a las compras en los alrededores de la Piazza del Popolo en vez de elegir el plan cultural de visitar la Galería Doria-Pamphili y el Ara Pacis Augustae. Ambos lugares entre la Piazza del Popolo y la de Venecia, a los lados de la Vía del Corso, arteria romana por la que habíamos paseado en días anteriores. Algunos alumnos sí visitaron el Ara Pacis Augustae sobre el que se ha construido un museo. El altar conmemoraba la victoria de Augusto en Hispania y Galia. Así acabó nuestra visita a Roma que ha sido provechosa no sólo muy tanto para los alumnos como las profesoras sino también muy divertida. 12