EL SEÑOR JESÚS. VISTA PREVIA de las primeras páginas de la versión impresa.

Tamaño: px

Comenzar la demostración a partir de la página:

Download "EL SEÑOR JESÚS. VISTA PREVIA de las primeras páginas de la versión impresa."

Esperanza Gallego Vázquez
hace 6 años
Vistas:

1 Enrique Ponce de León, S.J. EL SEÑOR JESÚS VISTA PREVIA de las primeras páginas de la versión impresa.

2 El Señor Jesús Enrique Ponce de León, S.J. Octava edición, primera de Buena Prensa, marzo de ª edición, marzo ISBN: Hecho en México Con las debidas licencias Derechos reservados a favor de: Obra Nacional de la Buena Prensa, A.C. Ventas: Orozco y Berra 180 Sta. María la Ribera Tel exts. 511 a 515 Apartado M México, D.F. ventas@buenaprensa.com Tel Fax Sin costo para usted: Librerías San Ignacio: México, D.F. Col. Santa María la Ribera. San Cosme 5. Tels: y Col. Roma. Orizaba 39 bis. Tels y Tlalpan. Congreso 8. Tels y Centro. Pasaje Catedral. Donceles 91, locales 25 y 115. Tels , y Chihuahua, Chih. Av. Tecnológico Plaza Comercial. San Agustín. Col. Granjas. Tel. (614) y Culiacán, Sin. Jesús G. Andrade 214 Ote. Esq. Ángel Flores. Tel.(667) Guadalajara, Jal. Madero y Pavo, Sector Juárez. Tels. (33) y Guadalupe, Zac. Calle Jardín de Juárez 10. Tels. (492) León, Gto. Hermanos Aldama 104. Col Centro. Tel. (477) Mérida, Yuc. Calle 60 # 490 B. Col. Centro. Parque La Madre. Tel. (999) Monterrey, N.L. Washington 812 pte. Centro. Tels. (81) y Puebla, Pue. Blvd. Valsequillo 115. Plaza Crystal locales Col. Residenciales Boulevares. Tel. (222) l Tijuana, B.C. General Juan Sarabia (Calle 10) Centro. Tel. (664) Torreón, Coah. Czda. Cuauhtémoc 750 Nte. Centro. Tels. (871) y Tuxtla Gutiérrez, Chis. Tercera Oriente Sur Col. Centro. Tel. (961) En los Estados Unidos: Good Press Tel.: (001) Más cerca de usted con la librería itinerante

3 Si confiesas con tu boca que Jesús es Señor, y en tu corazón crees que Dios lo resucitó de entre los muertos, serás salvado. Rom 10, 9

4 Índice Presentación...7 Resucitó!...9 El Señor de la vida Quédate con nosotros...13 El Espíritu del señor...17 Señor mío y Dios mío...19 Es el Señor...23 Hoy les ha nacido un Salvador que es el Cristo Señor...27 Feliz la que ha creído...31 El Reino está cerca...35 El Señor Jesús es el Reino...39 Yo he vencido...41 Vengan...45 Hagan todo lo que él les diga...49 El Señor del templo...53 Un atardecer...55 Agua viva...57 La llegada del Reino...61 Comienza una amistad...63 Tomó nuestras enfermedades...65 He sido enviado para anunciar la Buena Nueva...67 Si ustedes no ven señales y prodigios no creen...69 El Señor Jesús tiene autoridad para perdonar...73 Alegría en el cielo...77 Un hombre tenía dos hijos...79 El Sermón de la felicidad

5 Enrique Ponce de León El hombre que llegó a ser digno...85 El dolor de una madre...89 Un acreedor...93 Los amigos...97 Los enemigos...99 Dichoso el seno que te llevó! Los misterios del Reino Miedo a creer Un nuevo apóstol La fe que salva Vino a su casa y los suyos no lo recibieron El Reino sufre violencia El Señor de la libertad Ven El pan de la resurrección El destierro El Señor Jesús es el Cristo Escúchenlo El poder de la oración La luz es alguien Figuras en la arena El Señor Jesús es la recompensa Abbá La vida es alguien Como niños Bautismo de fuego El hombre que fue visto Hosanna Unción para la sepultura El cuerpo entregado y la sangre derramada Yo soy! El Señor Jesús es el Hijo de Dios El Señor Jesús es Rey La hora de la exaltación María, Señora de la esperanza

6 Presentación Antes de esta edición del libro de El Señor Jesús, ya muchos ojos sorprendidos han leído y releído este hermoso relato del jesuita Enrique Ponce de León, y se han encontrado con la eterna novedad, noticia fresca, del Hijo de Dios hecho hombre, hermano, compañero, maestro, amigo. La sonrisa de Jesús ese gesto de cercanía, comprensión, afecto y de buen humor ilumina y colorea toda la narración. Jesús sonríe con la sonrisa con que el Creador mira a su creación. Es la caricia de Jesús a los enfermos, a los que tienen vergüenza de sus debilidades, a los que saben que su vida no es tan digna como quisieran, a los padres desconsolados por la pérdida de sus hijos, a los que se ahogan en la angustia, a los que tienen ensombrecida la mirada Esa sonrisa es la ocasión de un gozoso encuentro con nuevos horizontes en los que cabe la esperanza, la posibilidad de ser amado y de amar, de nacer a una vida sazonada por la equidad. Una sonrisa de hombre. Los lectores también se han encontrado con una mirada que raspa; con unos ojos brillantes, serenos y fraternos, que, como espejos, revelan los apegos, superficialidades, prejuicios y determinaciones que nos mantienen en una vida incompleta, empequeñecida, opaca. Son unos ojos que desarman, desnudan la realidad personal más auténtica. Es la 7

7 Enrique Ponce de León mirada del Señor, el Dios que se hizo uno de nosotros para enseñarnos a caminar iluminados por la verdadera luz. A Buena Prensa le alegra colaborar en la difusión de este hermoso escrito a nuevos lectores, entre los que ciertamente se encontrarán muchos jóvenes, para quienes esta lectura será un dato importante y benéfico que marcará una nueva dirección de su vida. Miguel Romero Pérez, S.J. 8

8 El silencio cobijaba celosamente el secreto del valle. Resucitó! Se comenzaron a dibujar las siluetas de los montes con un rosado que sabía a primavera. Los gallos se disputaban el anuncio del día. Pero las mujeres, en su dolor, no veían el amanecer que afloraba. Su amor las impulsaba al cadáver. Querían llorarlo más; ungirlo mejor; quedar enterradas en vida con él. Aferradas al pasado permanecían en la noche. Quién podría mover la piedra de la muerte? se preguntaban. Porque esa piedra era más grande, más pesada e impenetrable de lo que ellas mismas se imaginaban: era la muerte que el hombre llevaba en su entraña. Subieron por la colina de la vida, pero en ella sólo encontraron cruces de muerte. Entonces, un relámpago de luz hirió sus ojos: la piedra estaba retirada! Querrían huir, gritar; pero un miedo recostado en el amor que se abría a la fe, se lo impidió. La paz sea con ustedes prorrumpió la luz. Sé que buscan a Jesús, el crucificado. Por qué buscan entre los muertos al que está vivo? 9

9 Enrique Ponce de León La esperanza empujó a las mujeres al sepulcro. El sol naciente iluminó la piedra vacía. La vida estaba fuera! Resucitó! proclamaron los mensajeros. Vayan a Galilea, tierra de esperanza, ahí lo encontrarán. El mensaje se hacía luz; y la Luz les mandaba dar un mensaje: el Señor Jesús estaba vivo! Porque Galilea, más que un lugar, es una manera de vivir (Mc 16, 1-8; Mt 28, 1-10; Lc 24, 1-11) 10

10 El Señor de la vida Lloraba. La vida le había sido arrebatada y ni siquiera Muerto lo podía tocar. La resurrección para ella significaba soledad; una soledad mucho más cruel que todas las vividas anteriormente. Lloraba su muerte. Porque al ver morir a la Vida, la vida había muerto en ella. Si por lo menos pudiera llevar la muerte sobre sus hombros Se inclinó hacia el sepulcro ciudad de la muerte y encontró Mensajeros de vida. Mujer, por qué lloras? Ingenuidad celestial. Asombro de resurrección que no comprende el dolor de la muerte. La vida se acercó a la mujer que lloraba su muerte. Ella, entre sus lágrimas, no alcanzó a ver más que a un hombre: Hombre con sabor a tierra; Dios jardinero de pies con barro. Mujer, por qué lloras? repitió el Señor Jesús la pregunta que el cielo se hacía. Levantó sus ojos y una ausencia infinita brotó de ellos. A quién buscas? preguntó la vida. Señor respondió la mujer enamorada, si tú lo has sacado, dime dónde lo pusiste y yo me lo llevaré. 11

11 Enrique Ponce de León María! dijo el Señor. Rabbuní! 1 exclamó la fe en la vida. María se arrojó a los pies de su Maestro. Jesús se inclinó hacia ella. Le secó sus lágrimas. Le sonrió. Ya no eran la Misericordia y el pecado que se encontraban, sino dos corazones que se amaban en un amanecer de vida. Ya suéltame le ordenó Jesús, porque todavía no he subido al Padre. Anda a decirles a mis hermanos que subo al Padre, que es el Padre de ustedes: y a mi Dios, que es el Dios de ustedes. María se arrancó con dificultad de aquel cuerpo que era su vida. Dio unos pasos. Se volvió. El Señor Jesús la animaba a ir con los demás: en ellos descubriría al Señor de la vida. (Jn 20, 11-18) 1 Rabunní: palabra aramea que significa maestro. Posee un sentido más solemne que rabbí. 12

Documentos relacionados

Oraciones por nuestros difuntos

Compilación: Ma. de Guadalupe Salinas Tostado Oraciones por nuestros difuntos Ritual para laicos oraciones por nuestros difuntos Ritual para laicos Compilación: Ma. de Guadalupe Salinas Tostado ISBN: 978-607-8293-29-2