Muy buenos días, amados amigos y hermanos

Transcripción

1 LA RESTAURACIÓN DE TODAS LAS COSAS Por William Soto Santiago 22 de diciembre de 1991 Cayey, Puerto Rico Muy buenos días, amados amigos y hermanos presentes aquí en Cayey, Puerto Rico, y también cada uno de ustedes allá en Venezuela, en Colombia, en el Perú, en Chile, en la Argentina, en el Brasil, en el Paraguay, en el Uruguay, en Bolivia, en México, en Guatemala, en Costa Rica, y en todos los demás países de la América Latina que en este día están escuchando esta transmisión vía telefónica, y también a ustedes allá en diferentes lugares de Norteamérica y del Canadá, y también del Caribe. Que Dios en esta mañana nos bendiga grandemente y nos permita entender Su Palabra correspondiente para este tiempo final. Quiero leer una Escritura aquí en 1 de Corintios capítulo 15, verso 42 en adelante, y dice de la siguiente manera: Así también es la resurrección de los muertos. Se siembra en corrupción, resucitará en incorrupción. Se siembra en deshonra, resucitará en gloria; se siembra en debilidad, resucitará en poder. Se siembra cuerpo animal, resucitará cuerpo espiritual. Hay cuerpo animal, y hay cuerpo espiritual. Así también está escrito: Fue hecho el primer hombre Adán alma viviente; el postrer Adán, espíritu vivificante. Mas lo espiritual no es primero, sino lo animal; luego lo espiritual. El primer hombre es de la tierra, terrenal; el segundo hombre, que es el Señor, es del cielo. Cual el terrenal, tales también los terrenales; y cual el celestial, tales también los celestiales. Y así como hemos traído la imagen del terrenal, traeremos también la imagen del celestial. Pero esto digo, hermanos: que la carne y la sangre no pueden heredar el reino de Dios, ni la corrupción hereda

2 la incorrupción. He aquí, os digo un misterio: No todos dormiremos; pero todos seremos transformados, en un momento, en un abrir y cerrar de ojos, a la final trompeta; porque se tocará la trompeta, y los muertos serán resucitados incorruptibles, y nosotros seremos transformados. Porque es necesario que esto corruptible se vista de incorrupción, y esto mortal se vista de inmortalidad. Y cuando esto corruptible se haya vestido de incorrupción, y esto mortal se haya vestido de inmortalidad, entonces se cumplirá la palabra que está escrita: Sorbida es la muerte en victoria. LA RESTAURACION DE TODAS LAS COSAS. En el programa divino está una restauración de todas las cosas; y esto fue tipificado también con toda restauración que el pueblo hebreo tuvo bajo el programa divino. Encontramos que Dios restauró al pueblo hebreo a su tierra, en donde el pueblo hebreo tenía todas las promesas divinas; por esa causa la tierra de Israel es la tierra prometida en donde Dios cumple toda promesa divina para el pueblo hebreo; por esa causa el pueblo tuvo que ser sacado de Egipto y llevado a la tierra prometida, a la tierra de Israel, en donde Dios cumpliría todas esas gloriosas promesas; y mientras el pueblo hebreo estuvo en la tierra de Egipto, solamente encontramos a dos profetas en medio del pueblo hebreo (sin contar por supuesto a Jacob): José y luego Moisés. Por causa de haber vendido a José, el pueblo hebreo tuvo que ir a esa tierra extraña, a la tierra de Egipto, en donde fue esclavizado. Luego el pueblo hebreo se encontró en medio del pueblo en donde estaba aquel que había sido vendido, el cual es tipo y figura del mismo pueblo hebreo, quien por muchos años se ha encontrado vagando en medio del pueblo gentil, pues el pueblo hebreo encontramos que rechazó a Cristo y lo entregó a los gentiles para ser crucificado. Y encontramos que el pueblo gentil, por aproximadamente dos mil años, ha tenido a Jesucristo manifestándose en medio de los gentiles en cada una de las Edades de la Iglesia gentil. Ahora, el pueblo hebreo ha estado regresando a su tierra, en donde Dios cumplirá el resto de las promesas divinas hechas a Israel, las cuales no fueron cumplidas en la Primera Venida del Señor. Ahora, vean ustedes, el pueblo hebreo sabe que toda promesa para ellos será cumplida en la tierra de Israel; por esa causa Dios llevó al pueblo hebreo a la tierra de Israel y allí cumplió las diferentes promesas correspondientes

3 para aquel tiempo, y encontramos que aún hasta les envió profetas en diferentes etapas, y también le dio reyes, incluyendo a David y Salomón que fueron los dos reyes principales en ese Reino de Dios establecido en medio del pueblo hebreo. David fue el rey más importante de todo Israel. Aunque Salomón fue una persona muy importante en el Reino de Dios, David fue el hombre del cual Dios dijo que era conforme al corazón de Dios; por esa causa las promesas del Reino futuro de Cristo, del glorioso Reino milenial, fueron hechas a David. Y por esa causa toda promesa hecha a David, del Reino futuro, se cumplirá en el glorioso Reino milenial del Señor Jesucristo, bajo la Dispensación del Reino. Así que encontramos que la promesa hecha a David acerca de que no faltaría simiente descendiente de David para sentarse en el Trono de David, se cumple en Cristo; por esa causa Jesucristo es conocido también como el Hijo de David, porque El cumple esa promesa hecha a David. Ahora, la restauración del pueblo hebreo a su tierra es tipo y figura de la restauración de todos los hijos de Dios en el programa divino. El ser humano cayó de la vida eterna. Y encontramos que por causa de esta caída los seres humanos han estado apareciendo en este planeta Tierra en cuerpos mortales. La descendencia de Dios, la simiente de Dios, los hijos de Dios que son inmortales, han aparecido en cuerpos mortales también. Veamos lo que Dios habla acerca de Sus hijos en el Salmo 82: Dios está en la reunión de los dioses; en medio de los dioses juzga. Y en el verso 6 dice: Yo dije: Vosotros sois dioses, y todos vosotros hijos del Altísimo. A quiénes dijo que eran dioses? Dice: y todos vosotros hijos del Altísimo. Los hijos del Altísimo son la descendencia de Dios; por esa causa los hijos del Altísimo serán restaurados; y tienen la promesa de ser hechos a imagen y semejanza del Señor Jesucristo, que es Emmanuel, que traducido es Dios con nosotros. Todos los escogidos, los hijos de Dios, serán restaurados a la posición de hijos de Dios. Y de eso estuvo hablando también el apóstol San Pablo, cuando dijo que la Creación completa estaba gimiendo: Porque el anhelo ardiente de la creación es el aguardar la manifestación de los hijos de Dios (la manifestación de los hijos de Dios en cuerpos eternos, la manifestación de los hijos de Dios en la restauración de los hijos de Dios a vida eterna con un cuerpo eterno). Porque la creación fue sujetada a vanidad, no por su propia voluntad, sino por causa del que la sujetó en esperanza;

4 porque también la creación misma será libertada de la esclavitud de corrupción, a la libertad gloriosa de los hijos de Dios. Porque sabemos que toda la creación gime a una, y a una está con dolores de parto hasta ahora; y no sólo ella, sino que también nosotros mismos, que tenemos las primicias del Espíritu, nosotros también gemimos dentro de nosotros mismos, esperando la adopción, la redención de nuestro cuerpo (la transformación de nuestros cuerpos). (Rom. 8:19-23). Y el apóstol San Pablo en 1 de Corintios, capítulo 15, también dice:...como hemos traído la imagen del terrenal, traeremos la imagen del celestial. Hemos traído la imagen animal, y traeremos también la imagen celestial. El dice que todos seremos transformados, y todos seremos a imagen y semejanza del Señor Jesucristo, del segundo Adán, del hombre celestial. Y eso acontece con la final trompeta, con el Mensaje final, que es el Evangelio del Reino, el Mensaje de la Dispensación del Reino, que es la dispensación final. Ahora, los muertos en Cristo también tienen la promesa de recibir un cuerpo celestial, un cuerpo incorruptible, y ser a imagen y semejanza del Señor Jesucristo también como nosotros. Todo esto está prometido para este tiempo final en el cual nosotros vivimos; porque en este tiempo final los escogidos, la descendencia de Dios, los hijos de Dios, entran en el ciclo divino de la restauración de todas las cosas, la cual comienza con los escogidos, con los hijos de Dios, los predestinados desde antes de la fundación del mundo, los cuales han sido predestinados para ser a imagen y semejanza del Señor Jesucristo. Así comienza la restauración de todas las cosas: comienza con la restauración de los hijos de Dios a la vida eterna, con un cuerpo eterno celestial, conforme a la promesa divina. Hemos entrado al ciclo divino de la restauración de todas las cosas, que es el ciclo divino de la Dispensación del Reino, en donde los hijos de Dios serán restaurados a la vida eterna con un cuerpo eterno, celestial, a imagen y semejanza del Señor Jesucristo. La raza humana allá en la caída en el Huerto del Edén, perdió esa bendición de la vida eterna, perdió los derechos a la vida eterna, perdió todos los derechos contenidos en el Título de Propiedad, en el Libro de la Vida; por esa causa el Libro de la Vida regresó a las manos del Dios Todopoderoso, porque Adán no podía continuar con ese Título de Propiedad, con el Libro de la Vida, porque se había salido del programa divino. Así que el Título de Propiedad regresó a Dios, y allí por

5 seis mil años, aproximadamente, encontramos que permaneció, hasta que para el tiempo final se presenta el Señor Jesucristo, el Cordero de Dios, el cual cambia de Cordero a León de la tribu de Judá, y toma el Libro de la mano del que está sentado en el Trono, abre sus sellos, y reclama todo lo que El redimió con Su Sangre preciosa, reclama todo lo que será restaurado a la vida eterna. Ahora, podemos ver que allá en la caída salió de la vida eterna el ser humano y toda la Creación: Todo el planeta Tierra con los árboles, los animales, los peces del mar y también las aves del cielo, salieron de la vida eterna; por eso los animales del campo mueren, por eso las aves del cielo mueren, por eso los peces del mar mueren, por eso también los árboles mueren, y por esa causa también el ser humano muere; porque cayeron de la vida eterna, y perdieron todos los derechos a la vida eterna. Ahora, encontramos que el ser humano ha estado estudiando todo lo relacionado a la vida aquí en el planeta Tierra: a los animales, a los árboles, a las aves, a los peces, y al ser humano. Y el ser humano ha descubierto que entre el hombre y el animal falta un animal, y es el eslabón perdido que el ser humano ha estado buscando científicamente; y ese eslabón perdido es la serpiente. Esa raza que hubo entre el ser humano y el animal. Ese animal entre el chimpancé y el hombre, era la serpiente. Era un animal que podía razonar, era muy inteligente, podía hablar, y tenía un conocimiento muy grande. En palabras más claras, era una generación de personas que solamente le faltaba una sola cosa para ser exactamente igual a Adán: le faltaba alma; pero la serpiente tenía lugar para el alma. Ese es el eslabón perdido que la ciencia ha estado buscando, una raza de seres, de personas, que solamente les faltaba el alma. Y si Dios le colocó lugar para el alma, en algún tiempo Dios colocaría alma en ese lugar. Ahora, ese lugar que la serpiente tenía para recibir el alma, pero que antes de recibir alma humana, recibió en ese lugar al diablo que se encarnó en la serpiente y produjo la caída en el Huerto del Edén. Ese es el eslabón perdido entre el hombre y el animal. Encontramos también otro eslabón perdido, y es el eslabón perdido entre la serpiente y Adán, y ese eslabón es: Eva. Y algunos dirán: pero si hay mujeres en la actualidad. Eso es cierto, pero como aquella que Dios formó del costado de Adán no la hay. Ella podía vivir por toda la eternidad en aquel cuerpo si no hubiera caído. Y ninguna mujer de las que existen en la actualidad, puede decir que puede seguir viviendo en ese cuerpo que tiene, porque ese es un cuerpo corruptible. Pero Eva sí tenía un cuerpo que

6 podía seguir viviendo por toda la eternidad, y mantenerse jovencita. Y Eva tuvo también la oportunidad de traer hijos eternos; pero perdió esa oportunidad. Saben ustedes cómo se hubiera llamado el hijo que Adán y Eva hubieran tenido si ella no hubiera caído? Se hubiera llamado Jesús. El primer hijo de ella hubiera sido Jesús. Ahora, encontramos que hay otro eslabón, y ese eslabón es entre el ser humano que existe en la actualidad y Dios, y ese fue: Adán, el cual fue creado por Dios aquí en la Tierra, y recibió todo poder y autoridad en la Tierra, y vino a ser el gobernante, el rey, aquí en la Tierra, y todo estaba bajo su autoridad, bajo su poder, él le colocó el nombre a todas las cosas aquí en la Tierra: a las aves de los cielos, a los peces del mar, a los árboles, etc.; porque él fue puesto como rey aquí en la Tierra; y Dios el Rey del universo. Adán podía decirle a los animales: ven tú acá, y venía. Los leones y todos estos animales que son salvajes en la actualidad, en ese tiempo eran muy mansos y estaban bajo el dominio de Adán; así también todos los peces del mar, las aves de los cielos, los árboles, y toda la Creación. El podía decirle a los árboles: pásate de aquí a allá, y se pasarían; porque él tenía el Título de Propiedad. Teniendo el Título de Propiedad él era nada menos que el heredero de la Tierra, le fue dada la Tierra por heredad con el Título de Propiedad; por esa causa Adán podía hacer lo que él quisiera; porque Dios lo colocó en libre albedrío para hacer conforme a como él deseaba hacer. Dios le dio a Adán libre albedrío, y le dio a conocer los peligros que estaban aquí en la Tierra, le advirtió cómo continuar viviendo por toda la eternidad, y también le advirtió cómo caer de la vida eterna y hacerse mortal. Dios le dijo: No hagas esto; porque el día que lo hagas, ese día tu vas a morir. Porque Dios lo que desea es que Sus hijos vivan eternamente; por lo tanto el consejo de Dios siempre ha sido, es y será, que permanezcan en el programa divino para que vivan eternamente y no se salgan a otro programa. Pero Eva se salió del programa de Dios al programa del diablo a través de la serpiente, y eso ocasionó la caída de la raza humana. Y estos tres eslabones de la Creación, estos tres eslabones que estuvieron aquí en la Tierra, desaparecieron; y encontramos que la serpiente desapareció como una raza; pero esa raza será restaurada; aunque mientras llega la restauración de esa raza, encontramos que la simiente de la serpiente ha estado produciendo y producirá instrumentos a través de los cuales el diablo se manifestará. Vemos que produjo a Caín, produjo también a Nimrod,

7 produjo un sinnúmero de personajes de la historia bíblica, produjo también a Judas Iscariote, y producirá al anticristo en el cual el diablo se encarnará y será la bestia, será el último producto de la simiente de la serpiente en el cual el diablo se encarnará. Y luego esa raza tendrá una restauración, y tendrá alma. Y cómo será todo esto? Veamos: la raza será restaurada en la restauración de todas las cosas, y esa posición que ocupaba la raza de la serpiente será ocupada por seres humanos que pasarán a la vida eterna cuando termine el juicio final. Ahí están incluidos gentiles y también hebreos. Ahora, la restauración de la mujer: Por ejemplo tenemos la mujer que representa a la Iglesia. Cuando la Iglesia del Señor Jesucristo recibe la restauración, ahí está representada la restauración de la mujer. Y la raza humana tendrá una restauración completa de la mujer a la vida eterna, tanto de mujeres que tendrán un cuerpo terrenal, pero que vivirá por toda la eternidad, como también mujeres escogidas, hijas de Dios, que serán restauradas a la vida eterna en cuerpos eternos, cuerpos celestiales. La restauración de Eva en lo espiritual es la restauración de la Esposa del Cordero; y la restauración del hombre, de Adán, es Jesucristo el segundo Adán. Y así como Eva trajo la imagen de Adán, la Esposa de Cristo traerá la imagen de Cristo, el segundo Adán. Ahora, para esta restauración de todas las cosas, esta restauración comienza con los escogidos, una restauración con los escogidos a la vida eterna. Y para esa restauración a la vida eterna se requiere una restauración a una Edad eterna, y esa Edad eterna es la Edad de la Piedra Angular, en la cual estará contenido todo lo que tiene que ver con la eternidad, para que podamos regresar a la eternidad. Ahora, podemos ver que cuando todo esté restaurado a su posición original, entonces habrá en la Tierra una raza que estará ocupando esa posición que ocupó la raza de la serpiente. Y luego también estará la simiente de Dios, los escogidos, que estará ocupando la posición más importante del Reino de Dios, y esa será una posición entre Dios y los demás seres humanos que estarán viviendo aquí en la Tierra. Y los escogidos del pueblo hebreo estarán ocupando aquí en la Tierra una posición muy importante, en donde el Reino de Dios estará restaurado en medio de ellos. Por lo tanto la posición que tenía Adán será restaurada aquí en la Tierra. Y entre la raza humana que estará viviendo en cuerpos aquí en la Tierra por toda la eternidad estará otra raza viviendo en cuerpos celestiales a imagen

8 y semejanza del Señor Jesucristo. Así que podemos ver un orden divino para la restauración de todas las cosas a la vida eterna. Ahora, todas estas cosas están en el programa divino; por esa causa encontramos que Apocalipsis dice de la siguiente manera: Y el que no fue hallado inscrito en el libro de la vida fue lanzado al lago de fuego. (Apoc. 20:15). Todo lo que está escrito en el Libro de la Vida, y que no sea borrado su nombre del Libro de la Vida, entrará a la vida eterna en la restauración de todas las cosas, en esa etapa que corresponde para después del juicio final. Ahora, todo lo que está en el Libro de la Vida, el cual tiene la sección de los escogidos, de los predestinados, y también la sección para el resto de los que están en el Libro de la Vida, los que tienen también derecho a la vida eterna... encontramos que ese Libro de la Vida es el Libro de Dios en donde está el programa divino: ahí está todo el programa original, ahí está todo lo que Dios pensó. Para que podamos entender el Libro de la Vida, tenemos que comprender lo que es un libro. Qué es un libro? Un libro es nada menos que los pensamientos de un autor siendo expresados desde el punto de vista en que él ve las cosas, los temas, que él está tratando. Eso es un libro. Por esa causa en la Tierra hay tantos libros, porque unos piensan en una forma y otros piensan en otra; y acerca de un mismo tema unos tienen una idea y la expresan en un libro, los que son escritores, y otros tienen otra idea acerca del mismo tema y la expresan en esa forma. Y esos libros que escriben son nada menos que el pensamiento de esas personas expresado en forma de letra, de libro. Ahora, el Libro de la Vida son los pensamientos de Dios expresados; por esa causa el que no esté escrito en el Libro de la Vida, será echado en el lago de fuego. El que esté escrito en el Libro de la Vida, estaba en los pensamientos de Dios, y cuando son expresados esos pensamientos divinos... Vean ustedes, los pensamientos divinos van pasando por diferentes dimensiones: pasan de la Mente divina a la dimensión de la teofanía (que es la sexta dimensión), y de ahí son tomados por los profetas de Dios enviados en las diferentes Edades y dispensaciones, y son expresados esos pensamientos en forma de Mensaje, en forma de Palabra hablada, y luego Palabra escrita. Y cuando tomamos la Biblia decimos: esta es la Palabra de Dios. Porque los profetas que profetizaron, dice San Pedro, profetizaron siendo inspirados por el Espíritu Santo, y dice: y el Espíritu de Cristo que estaba en ellos, preanunciaba los sufrimientos por los cuales

9 pasaría el Mesías, y también las glorias venideras después de esos sufrimientos. (1 San Pedro 1:10). Ahora, vean ustedes, la Palabra de Dios es la Biblia, todos sabemos eso; porque es la Palabra que le fue dada a Sus mensajeros, desde el primero hasta el último profeta mensajero que El enviaría a la Tierra. Así que cuando podemos oír o leer lo que un profeta mensajero de Dios ha traído para el pueblo de Dios, estamos escuchando o leyendo los pensamientos divinos siendo expresados en forma de Palabra hablada y en forma de letras; por eso son bienaventurados los que leen y los que escuchan las palabras de la profecía de este libro, dice Apocalipsis capítulo 1, verso 3, porque son los pensamientos de Dios expresados. Ahora, podemos ver que cuando los pensamientos de Dios son expresados en forma de Mensaje y en Palabra escrita, encontramos en esos pensamientos... Vean ustedes que dice del recogimiento de los escogidos, habla de los hijos de Dios, señala que los que son de Dios escucharán la Voz de Dios, dice que los que son guiados por el Espíritu de Dios éstos son hijos de Dios. Ahora, vean ustedes que aparecen los hijos de Dios en la Palabra hablada y en la Palabra escrita. Por qué? Porque son los pensamientos divinos. Estaban en los pensamientos divinos, en la Mente de Dios. Y cuando esos pensamientos divinos, esa Mente de Dios, es expresada, aparecen ahí en esa Palabra hablada, y aparecen ahí en esa Palabra escrita. Y cuando se cumple esa Palabra hablada y escrita, qué pasa? aparecen ahí manifestados esos pensamientos divinos en carne humana, y ellos vienen a ser esa Palabra escrita y hablada, manifestada en carne humana. Y cuando eso acontece, qué está aconteciendo? el Libro de la Vida está ahí frente a los seres humanos convirtiéndose en una realidad, el Libro de la Vida está manifestado, el Libro de la Vida está cumpliéndose ahí, y aparecen ahí manifestados los hijos de Dios, los cuales están ahí, escritos en el Libro de la Vida, los escogidos en la sección del Libro de la Vida del Cordero. Cuando el Mensaje de una Edad o dispensación es manifestado, ahí está manifestándose el Libro de la Vida, y están siendo llamados los que están en esa sección del Libro de la Vida que está siendo manifestado en ese tiempo. Por esa causa el Señor Jesucristo podía decir: Mis ovejas oyen mi voz y me siguen. Y yo las llamo por su nombre. El podía decir que el buen pastor llamaba a las ovejas por su nombre. Y El decía: Yo soy el buen pastor. El podía señalar que los escogidos serían llamados por sus nombres conforme a como Dios

10 predestinó en el Libro de la Vida, y cuando El llama por Su Palabra a Sus hijos, los está llamando por el nombre, por Su nombre; porque el nombre está en la Palabra. Así que podemos ver que cuando El está llamando a Sus hijos, a Sus ovejas, por sus nombres, es cuando El los está llamando por la Palabra, el Mensaje, que corresponde para ese tiempo; porque ellos tienen sus nombres escritos en el Libro de la Vida, ya sea una sección o en la otra sección, y cuando se manifiesta esa sección, y surge el Mensaje correspondiente a esa sección, aparecen los que están en esa sección. Por esa causa no se puede esperar que vengan los de una sección sin que todavía se abra esa sección del Libro de la Vida; por esa causa los escogidos de en medio del pueblo hebreo no pudieron llegar en el tiempo de los apóstoles, no pudieron aparecer en el tiempo de San Pablo. San Pablo quiso convertir el pueblo hebreo a Cristo, y no pudo; porque esa sección del Libro de la Vida no estaba manifestándose para ese tiempo, y esa es la sección en donde están escritos los nombres de esos 144 mil hebreos. Así que podemos ver que no es un programa humano, sino divino. Y por cuanto es un programa divino, entonces cada cosa tiene su tiempo en ese programa divino que está en el Libro de la Vida. Ahora, hemos visto que el Libro de Dios, el Libro de la Vida, contiene los pensamientos de Dios expresados, y por esa causa los escogidos están escritos en la sección del Libro de la Vida del Cordero. La Escritura dice que el Cordero fue sacrificado desde la fundación del mundo, o sea, antes de morir en la Cruz del Calvario, ya en el pensamiento divino, en el Libro de la Vida del Cordero, El fue sacrificado, ahí estaba en ese programa lo que acontecería con el Señor Jesucristo. En el Libro de la Vida del Cordero ya estaba señalado todo lo que le aconteció al Señor Jesucristo. Por esa causa El siempre decía que si El no dejaba que las cosas acontecieran, cómo se cumplirían las Escrituras? También hay personas en el planeta Tierra, como siempre las hubo, que no tienen sus nombres escritos en el Libro de la Vida del Cordero, y tampoco en la otra sección del Libro de la Vida. Veamos esto en Apocalipsis 13:4-8: y adoraron al dragón que había dado autoridad a la bestia, y adoraron a la bestia, diciendo: Quién como la bestia, y quién podrá luchar contra ella? También se le dio boca que hablaba grandes cosas y blasfemias; y se le dio autoridad para actuar cuarenta y dos meses. Y abrió su boca en blasfemias contra Dios, para

11 blasfemar de su nombre, de su tabernáculo, y de los que moran en el cielo. Y se le permitió hacer guerra contra los santos, y vencerlos. También se le dio autoridad sobre toda tribu, pueblo, lengua y nación. Y la adoraron todos los moradores de la tierra cuyos nombres no estaban escritos en el libro de la vida del Cordero que fue inmolado desde el principio del mundo. Aquí podemos ver que desde el principio del mundo fue inmolado el Cordero de Dios; y también encontramos que hay personas que no tienen sus nombres escritos en el Libro de la Vida del Cordero, ni tampoco en la otra sección, los cuales no entrarán a la vida eterna. Ahora, encontramos que el Libro de la Vida son los pensamientos divinos expresados; por eso también la Palabra de Dios son los pensamientos de Dios; así como la palabra de cada uno de ustedes son los pensamientos de ustedes siendo hablados. Aunque hay personas que dicen que hablaron sin pensar; y podemos decir que una persona así está peor que los animales; pero en realidad no hablaron sin pensar, más bien lo dicen cuando quieren poner excusas para defenderse; o a menos que no estén locos. Una de esas cosas tienen que escoger cuando dicen que hablaron sin pensar: o se están defendiendo para poner excusas y no asumir la responsabilidad de lo que hablaron, o están locos. Escoja la que más le convenga; o los colocamos más abajo de seres humanos. Así que es necesario que todos entendamos que la palabra de una persona es el pensamiento de esa persona, así como la Palabra de Dios es el pensamiento de Dios expresado. Y como Dios ha dicho, así El hará. Por eso Dios dice: pensé, hablé, y no me arrepentí. Ahora, tenemos que entender que estamos viviendo en el tiempo más importante: El tiempo en que ha comenzado el ciclo divino para la restauración de todas las cosas; eso comienza con la restauración de los escogidos, los cuales están escritos en el Libro de la Vida del Cordero. Y de la sección del Libro de la Vida del Cordero, nosotros los que vivimos aquí en la Tierra somos los últimos escogidos, incluyendo también a 144 mil hebreos que están escritos en el Libro de la Vida del Cordero. Por esa causa dice que siguen al Cordero por dondequiera que va. Así que lo seguirán en la Tercera Dispensación (de las tres grandes dispensaciones), lo seguirán en la Dispensación del Reino, recibiendo el Mensaje del Evangelio del Reino, y siendo sellados con el sello del Dios vivo. Ahora, la sección del Libro de la Vida del Cordero que

12 corresponde a este tiempo final, está materializándose, porque son los pensamientos divinos, y nosotros somos pensamientos divinos manifestados aquí en la Tierra. Y esos pensamientos divinos se han hecho carne aquí en la Tierra; por lo tanto el Libro de la Vida del Cordero está manifestado aquí en la Tierra. A través de las Edades pasadas de la Iglesia gentil se manifestó la parte correspondiente del Libro de la Vida del Cordero allá en medio del pueblo hebreo, luego se manifestó la parte correspondiente a la Dispensación de la Gracia entre los gentiles en la primera Edad, y así sucesivamente en la segunda, en la tercera, en la cuarta, en la quinta, en la sexta y en la séptima. Y en nuestro tiempo, en la Edad de la Piedra Angular, Dios está llamando los de la sección del Libro de la Vida del Cordero que pertenecen a la Edad de la Piedra Angular. Ahora, vean ustedes que cada sección del Libro de la Vida del Cordero se manifestó en diferentes continentes, diferentes naciones; y a nosotros nos ha tocado la sección del Libro de la Vida del Cordero que corresponde al fin del tiempo. Y por esa causa es que estamos recibiendo el llamado final. Dios nos ha llamado por nuestro nombre. Nosotros siendo una parte de Dios, somos la Palabra de Dios manifestada para este tiempo final, somos los pensamientos divinos materializados en carne humana, el Libro de la Vida del Cordero manifestado, materializado, en el fin del tiempo. Y por esa causa el Mensaje que ha salido para llamar y juntar a los escogidos, pertenece al Libro de la Vida del Cordero; así como el Mensaje correspondiente para cada Edad del pasado pertenecía también a la sección del Libro de la Vida del Cordero, en donde Dios mostró Su programa para cada Edad del pasado. En este tiempo El nos muestra Su programa para este tiempo final. Por esa causa nosotros hemos sido enviados en el fin del tiempo para vivir en este planeta Tierra vestidos de carne humana, porque estamos escritos en el Libro de la Vida del Cordero, en la parte que corresponde al fin del tiempo. Por esa causa ni ustedes ni yo podíamos aparecer aquí en la Tierra en carne humana antes de este tiempo. En otros tiempos le tocó a otros hijos de Dios pertenecientes a las Edades pasadas, pero a nosotros nos ha tocado la parte más importante del programa divino, nos ha tocado la parte más importante del Libro de la Vida, nos ha tocado la parte en donde se abre el Séptimo Sello, en donde es dado a conocer a cada hijo de Dios el gran misterio del Séptimo Sello, el cual es dado a conocer por la Voz del Señor por medio de Su Angel mensajero, y esa Voz del Señor Jesucristo es la Voz que ruge como león y

13 siete truenos emiten sus voces. Por lo tanto es el Mensaje perfecto del Evangelio del Reino, el Mensaje de la Dispensación del Reino, el Mensaje que El prometió para el fin del tiempo, para llamar y juntar a todos los escogidos. Y El dijo: mis ovejas oyen mi voz y me siguen, y al extraño no seguirán. No lo escucharán y no lo seguirán, sino que escucharán la Voz de Cristo en el fin del tiempo, rugiendo como león, con esos siete poderosos truenos, llamando y juntando a todos los escogidos al darle a conocer el gran misterio del Séptimo Sello, al darle a conocer el gran misterio de la Segunda Venida del Señor como León de la tribu de Judá, como Rey de reyes y Señor de señores. Esa es la forma como los escogidos son llamados y juntados; porque ahí se les da a conocer todo el programa del Señor como el León de la tribu de Judá, se les da a conocer todo el programa para la Dispensación del Reino, se le da a conocer todo el programa de reclamo del Señor Jesucristo, de todo lo que El redimió con Su Sangre preciosa, y se le da a conocer las cosas que deben acontecer pronto en la Dispensación del Reino. Así son llamados y juntados todos los escogidos, y preparados para la transformación de sus cuerpos, para la restauración a la vida eterna, para la restauración de los escogidos a su posición correspondiente con un cuerpo celestial como el del Señor Jesucristo: inmortal, incorruptible, un cuerpo celestial. San Pablo dijo: como hemos traído la imagen del terrenal, traeremos también la imagen del celestial. Y entonces estaremos en la posición más alta que un hijo de Dios puede estar: en la posición de la imagen y semejanza del Señor Jesucristo. Esa es la posición más alta que un ser humano puede alcanzar; y eso le corresponde a los escogidos de Dios. Esa será la raza que estará entre Dios y los demás seres humanos que estarán viviendo en este planeta Tierra. Y a esa raza también Dios pertenecerá con Su cuerpo celestial, en el cual El se manifestó. Así que el Señor Jesucristo con ese cuerpo celestial será nada menos que Emmanuel, será Dios en un cuerpo. Y cada uno de nosotros en cuerpos iguales al del Señor, siendo a imagen y semejanza del Señor Jesucristo, entonces ahí estará la descendencia de Dios, los hijos de Dios, ahí estarán en la misma posición en que Dios estará: en un cuerpo celestial, incorruptible, inmortal, un cuerpo que no tendrá limitaciones, un cuerpo que será interdimensional, interestelar; y todo lo demás que usted pueda llamarle a un cuerpo que no tiene limitaciones, un cuerpo que podrá pasar de una dimensión a otra

14 Eso le llaman transmutación (un cuerpo que puede cambiar de una forma a otra); por eso podemos ver que lo que cada uno de nosotros seremos cuando estemos ya cambiados con cuerpos celestiales es tan grande, que no hay palabras humanas, ni pensamientos humanos, que pueda alcanzar la definición de lo que será ese cuerpo y de lo que nosotros seremos. Solamente con la Palabra de Dios, que es el pensamiento divino expresado, es que podemos dar a conocer lo que nosotros seremos y lo que será ese cuerpo celestial. Por esa causa el apóstol San Pablo en Efesios capítulo 1, verso 17 en adelante, dice:...para que el Dios de nuestro Señor Jesucristo, el Padre de gloria, os dé espíritu de sabiduría y de revelación en el conocimiento de él, alumbrando los ojos de vuestro entendimiento, para que sepáis cuál es la esperanza a que él os ha llamado, y cuáles las riquezas de la gloria de su herencia en los santos (Para que nosotros sepamos cuáles son las riquezas de la herencia, y conozcamos a Dios, teniendo sabiduría y revelación en el conocimiento de El) y cuál la supereminente grandeza de su poder para con nosotros los que creemos, según la operación del poder de su fuerza, la cual operó en Cristo, resucitándole de los muertos y sentándole a su diestra en los lugares celestiales, sobre todo principado y autoridad y poder y señorío, y sobre todo nombre que se nombra, no sólo en este siglo, sino también en el venidero. Así que es necesario que nosotros tengamos sabiduría y entendimiento para que seamos iluminados en el conocimiento de Dios. Tener sabiduría y conocimiento de Dios, no terrenal, sino conocimiento celestial; que está sobre todo entendimiento humano, está sobre todo razonamiento humano. Así que de este conocimiento es que nosotros tenemos que ser llenos, y este es la sabiduría que nosotros necesitamos: la celestial, la de Dios, para conocerle a El y conocer Su programa, conocer la herencia que nosotros tenemos en El; porque los que son guiados del Espíritu de Dios, éstos son hijos de Dios, y si hijos también herederos de Dios, y coherederos con Cristo Jesús Señor nuestro. Así que siendo los herederos de Dios, nosotros tenemos todos los derechos que nos corresponden, y por esa causa es regresado el Título de Propiedad, el Libro de la redención, el Libro o Escritura de la herencia divina, para que nosotros podamos recibir esa herencia, para que nosotros podamos ser restaurados, y así obtener esa herencia que a nosotros nos corresponde.

15 Por esa causa es restaurado el Libro de la Vida, el Título de Propiedad, a los hijos de Dios, para nuestro regreso a la vida eterna, para estar completamente en eternidad con un cuerpo celestial eterno y poder vivir por toda la eternidad, y así puedan venir las diferentes etapas de esta total restauración que El ha prometido. Esta restauración comienza con los escogidos en lo espiritual, y luego se materializará produciendo la transformación de nuestros cuerpos y la resurrección de los muertos en Cristo que antecede a nuestra transformación. Y todo esto en cuerpos celestiales, en cuerpos eternos. Y luego continuará ese programa o proceso de la restauración de todas las cosas, restaurándole el Reino de Dios al pueblo hebreo, en donde se manifestará el glorioso Reino milenial; por esa causa 144 mil tienen que ser restaurados. Y estos hebreos serán restaurados conforme a como dice el apóstol San Pablo en la carta a los Romanos capítulo 11, verso 15 en adelante: Porque si su exclusión es la reconciliación del mundo, qué será su admisión, sino vida de entre los muertos? Si las primicias son santas, también lo es la masa restante; y si la raíz es santa, también lo son las ramas. El verso 23 de este capítulo 11 de Romanos dice: Y aun ellos, si no permanecieren en incredulidad, serán injertados, pues poderoso es Dios para volverlos a injertar. Porque si tú fuiste cortado del que por naturaleza es olivo silvestre, y contra naturaleza fuiste injertado en el buen olivo, cuánto más éstos, que son las ramas naturales, serán injertados en su propio olivo? Porque no quiero, hermanos, que ignoréis este misterio, para que no seáis arrogantes en cuanto a vosotros mismos: que ha acontecido a Israel endurecimiento en parte, hasta que haya entrado la plenitud de los gentiles; y luego todo Israel será salvo, como está escrito: Vendrá de Sión el Libertador, que apartará de Jacob la impiedad. Así que para el pueblo hebreo hay una promesa de restauración; por esa causa cuando el Señor Jesucristo fue a ascender, los discípulos le preguntaron a Jesús: restaurarás tú en este tiempo el reino a Israel? Y El les dijo: No toca a vosotros saber los tiempos y las sazones que el Padre puso en su sola potestad. Así que el pueblo hebreo estaba esperando una restauración de todas las cosas cuando apareció el Señor Jesucristo, y aún cuando fue a ascender al cielo los mismos discípulos estaban esperando la restauración del Reino, ellos esperaban que el Señor Jesucristo, como el

16 Hijo de David, se sentara en el Trono de David, y allí comenzara ese glorioso Reino milenial que el profeta Isaías, el profeta Zacarías y otros profetas habían anunciado, pero ellos no comprendieron que por cuanto el pueblo hebreo había rechazado a Jesucristo, al Hijo de David, entonces se cerró la puerta para el pueblo hebreo, se paró la semana número setenta en la mitad de esa semana, los tres años y medio, y se abrió la puerta para los gentiles, se abrió la Dispensación de la Gracia. Y el pueblo hebreo ha tenido un tiempo en donde Dios no ha estado tratando con ellos espiritualmente, no ha estado tratando con ellos tampoco como nación; porque el Reino de Dios fue quitado de en medio del pueblo hebreo, y por esa causa ha tenido dos mil años de problemas; porque el pueblo hebreo ha estado fuera del Reino de Dios; pero el pueblo hebreo será restaurado. El glorioso Reino milenial es la restauración del Reino de Dios en medio del pueblo hebreo, y al pueblo hebreo, para que el Trono de David sea ocupado por el Hijo de David, conforme a las promesas hechas a David. Ahora, todo esto corresponde a la restauración de todas las cosas, y hemos entrado a ese ciclo, a ese tiempo de la restauración de todas las cosas. Y cada cosa que tiene promesa de restauración, será restaurada en el momento señalado en el programa divino. Nosotros tenemos el privilegio de ser los primeros que entramos en el programa de la restauración de todas las cosas, para recibir la restauración a la vida eterna. Por eso recibimos la restauración del Título de Propiedad, del Libro de la Vida. Esto es restaurado a nosotros para así tener todos los derechos a la restauración a la vida eterna. Cuando nosotros estamos escuchando, y estamos leyendo, y estamos recibiendo el Mensaje de la gran Voz de trompeta, de la trompeta final, el Mensaje del Evangelio del Reino, estamos recibiendo el Título de Propiedad, estamos recibiendo el Libro de la Vida, estamos recibiendo ese Librito que fue sellado con siete sellos, el Libro de la Vida, el cual es dado a nosotros. Y siendo que el Libro de la Vida son los pensamientos divinos expresados, cuando recibimos los pensamientos divinos expresados en este tiempo final, que son el Mensaje del Evangelio del Reino, el Mensaje de la trompeta final, estamos recibiendo el Libro de la Vida, estamos recibiendo el Título de Propiedad, para ser restaurados a la vida eterna, para ser restaurados a un cuerpo celestial con vida eterna, y con un espíritu teofánico eterno, y ser a imagen y semejanza del Señor Jesucristo. Y así la imagen y semejanza que recibió Adán, que fue creado a imagen y semejanza de Dios, es restaurada en el

17 fin del tiempo, cuando cada escogido de Dios reciba el cuerpo celestial. Cuando los muertos en Cristo resuciten, y nosotros los que vivimos seamos transformados, los hijos de Dios estarán restaurados; porque es la primera parte de la restauración de todas las cosas. Por eso dice que toda la Creación gime a una y a una está de parto hasta ahora, esperando qué? la manifestación de los hijos de Dios, que es la resurrección de los muertos en Cristo en cuerpos celestiales incorruptibles, y la transformación de nosotros los que vivimos. Esa es la redención de nuestros cuerpos, esa es la redención de la cual dijo San Pablo (2 Corintios 1:22): tenemos las arras del Espíritu, hemos sido sellados con el Espíritu Santo para el día de la redención, la redención de nuestros cuerpos (Efesios 4:30). Redimir nuestro cuerpo es ser transformado o pasado de un cuerpo mortal a un cuerpo inmortal, de un cuerpo terrenal a un cuerpo celestial. Ahora, vean ustedes que habrá en esta Tierra personas con cuerpos terrenales, pero inmortales, y habrán personas con cuerpos celestiales inmortales también. Así que todo esto está en el programa de la restauración de todas las cosas, y en ese programa nosotros podemos decir: las cuerdas nos han caído en lugares deleitosos, y grande es la heredad que nos ha tocado. La parte más importante de la herencia divina nos corresponde a nosotros, la parte más importante del programa de Dios nos corresponde a nosotros; porque nos ha tocado vivir en el ciclo divino de la restauración de todas las cosas, el cual comienza con cada uno de nosotros. Por esa causa nosotros recibimos la fe para ser transformados, la fe para ser raptados, la fe para regresar a la vida eterna, la fe para ser restaurados en un cuerpo celestial inmortal. Y esa fe la recibimos por la Palabra, por el Mensaje final, que es la Voz de los siete truenos de Apocalipsis, es la Voz de Cristo hablándonos en este tiempo final y dándonos Su Palabra, dándonos el Título de Propiedad, el Libro de la Redención, dándonos el Libro de la Vida, para que podamos vivir por toda la eternidad en cuerpos celestiales, porque la carne y la sangre no pueden heredar el Reino de Dios, ni la corrupción hereda la incorrupción. Para heredar el Reino de Dios, para recibir nuestra herencia, se requiere un cuerpo incorruptible, un cuerpo inmortal, un cuerpo celestial, el cual Dios ha predestinado

18 y ha diseñado para cada uno de nosotros a imagen y semejanza del Señor Jesucristo, en la restauración de todas las cosas. LA RESTAURACION DE TODAS LAS COSAS. Nosotros, como ya hemos visto, estamos viviendo en el tiempo más importante de todos los tiempos: el tiempo de la restauración de todas las cosas, y esa restauración comienza con nosotros, por la Palabra hablada, que son los pensamientos de Dios, los pensamientos de la Mente de Dios. Por esa causa este tiempo está representado o señalado como la Cabeza de oro del Reino de Dios, como la Edad de oro, la Edad de la Piedra Angular, que es la Edad de la Mente divina. Hubo diferentes Edades en el pasado, pero ahora estamos viviendo en la Edad de la Mente de Cristo expresando Sus pensamientos y mostrándonos a nosotros quiénes somos nosotros en el pensamiento de Dios, quiénes somos nosotros en ese programa divino. Y nosotros somos colocados en ese programa divino, en la posición que nos corresponde. Así que estando en la etapa de la Mente de Cristo, estamos en la etapa de la manifestación del amor divino, no amor humano, no amor mental de los seres humanos, sino el amor de Dios manifestado, expresado, en la Edad de oro, en la cual nosotros vivimos, expresándonos Su amor y dándonos a conocer quiénes somos nosotros en Su programa. Y al ver quiénes somos nosotros en Su programa, podemos experimentar Su amor divino. Antes cuando leíamos la Escritura que dice: son muchos los llamados pero pocos los escogidos, pensábamos: seré yo uno de los pocos escogidos? o uno de los muchos llamados? Cuando escuchábamos acerca de los escogidos, de los predestinados, pensábamos: seré yo uno de los escogidos? Pero cuando El nos ha expresado Sus pensamientos contenidos en el Libro de la Vida, entonces nosotros decimos: Somos los escogidos del fin del tiempo, y no lo sabíamos, pero ahora sí lo sabemos; porque El nos ha dado sabiduría y entendimiento, y nos ha llenado del conocimiento de Su programa, y nos ha dado a conocer quiénes somos nosotros en Su programa, quiénes somos nosotros y dónde estamos en el Libro de la Vida. Y porqué estamos viviendo aquí nosotros en la Tierra? Estamos nosotros viviendo aquí en la Tierra porque la parte del Libro de la Vida que corresponde a este tiempo final está manifestándose aquí en la Tierra, y nosotros somos una parte del Libro de la Vida del Cordero, que es la parte más importante del Libro de la Vida. Así que conociendo ya quiénes somos nosotros,

19 entonces caminamos hacia adelante sabiendo que vamos paso a paso caminando en y de acuerdo al Libro de la Vida. Que nuestros pasos sean en y de acuerdo al Libro de la Vida, a la sección del Libro de la Vida del Cordero, y sigamos al Cordero de Dios por dondequiera que vaya, el cual se ha convertido en el León de la tribu de Judá. En la primera Dispensación el Cordero anduvo por la Dispensación de la Ley y con el Mensaje de la Ley; en la segunda Dispensación caminó por el camino de la Gracia, con el Mensaje de la Gracia. Y los que estaban escritos en el Libro de la Vida del Cordero lo siguieron en cada Edad; y nosotros en este tiempo seguimos al Cordero en el camino de la Dispensación del Reino, con el Mensaje del Reino, porque por ahí es que El va en este tiempo final, de acuerdo al Libro de la Vida del Cordero. Así que Dios continúe guiándonos en el camino de la Vida, en el Libro de la Vida del Cordero, sabiendo que no estamos aquí por mera casualidad, sino porque el Libro de la Vida del Cordero está manifestado, y están siendo llamados y juntados todos los escogidos que están en el Libro de la Vida del Cordero, en donde están los escogidos de entre los gentiles y los escogidos de entre los hebreos. Así que vean ustedes, hemos visto, hemos descubierto, no por nuestra propia cuenta, que nuestros nombres estaban en el Libro de la Vida del Cordero desde antes de la fundación del mundo. Por esa causa ustedes no se pueden perder, ni yo tampoco; porque estamos en la sección del Libro de la Vida del Cordero. Así que nosotros luchamos, trabajamos en el Reino de Dios, y cada uno tiene libre albedrío y desea servir a Dios, agradar a Dios en todo, no ofender a Dios, sino vivir de acuerdo a Su Palabra, sin nadie obligarlo. Porque si alguna persona hace algo porque alguna otra persona lo obligue, no lo está haciendo de adentro; por lo tanto no está usando su libre albedrío; y eso entonces no le cuenta como algo que ha hecho de todo corazón, sino que es algo que ha hecho como hacen los hipócritas. La persona aparece como un hipócrita delante de Dios. Lo que hacemos en Dios y Su programa, lo hacemos de todo corazón, porque amamos al Señor Jesucristo, el cual nos amó a nosotros primero, y se dió en la Cruz del Calvario por cada uno de nosotros. No porque alguna persona nos obligue, sino porque conocemos Su programa, conocemos lo que es correcto, conocemos el bien, conocemos el mal, y hemos decidido el bien, hemos hecho nuestra elección para servirle a Dios en el buen camino, en el camino de Dios, sirviéndole a El con amor, y así agradamos a Dios. Todo lo que hagamos, lo tenemos que hacer en Su

20 nombre y con amor divino, con entendimiento también, porque algunas personas que creen en la Biblia, piensan que cuando hacen algo para Dios, como quiera que lo hagan, está bien. Pero si no lo hacen con amor divino, porque aman a Dios, y con entendimiento, sabiendo que lo que hacen está bien hecho, no haciendo las cosas de cualquier manera, sino bien hecho, sabiendo que lo están haciendo para Dios, haciéndolo con entendimiento... Y cuando se dice todo lo que se hace para Dios, eso es TODO. Ya sea desde la cosa más pequeña que se haga para Dios, por ejemplo desde hacer alguna cosa insignificante, ya sean los niños, los jóvenes, los adultos, los ancianos, lo que se haga para Dios hay que hacerlo con entendimiento. Y si trabajamos en algo en la obra de Dios, arreglando alguna cosa, lo hacemos con entendimiento y con amor divino. Si se canta para Dios, San Pablo decía: en el Espíritu, pero con entendimiento. No como le salga a la persona lo que va a hacer, sino sabiendo que lo que van a hacer, lo van a hacer bien hecho. Por ejemplo, si es un cántico, el que canta que cante bien, no todo desafinado frente al público, porque eso ni agrada al público, ni agrada a Dios; porque lo está haciendo sin entendimiento. Si alguien va a tener un cántico especial, entonces el que dirige el devocional tiene primero que escuchar qué es lo que esa persona va a cantar, y saber que canta bien, porque va a cantar para el Rey de los cielos y de la Tierra. Cree usted que van a permitir aquí en la Tierra que le vaya a cantar a un rey o a una reina y que una persona venga y diga: yo quiero cantarle ; y que entonces en seguida un grupo vaya a acompañarlo sin saber que esa persona canta bien? Cree usted que se va a agradar ese rey o esa reina? Sería más bien una ofensa para ese rey o esa reina. Hace algún tiempo, no recuerdo si fue este año o el año pasado, que una señora se puso a cantar el himno americano, me parece que fue en una actividad deportiva o algo así, y se puso a cantar desafinada, y a hacerlo en forma de broma o de mofa; y esa señora tuvo problemas por hacer eso, y hasta fue llevada a corte. Porque las cosas de una nación se respetan, tanto la bandera, como su himno nacional, su moneda, y todas esas cosas. No se puede estar abusando de esas cosas que son símbolo de una nación. Hay personas que le escriben también nombres y cosas a los billetes de diferentes naciones, lo cual está mal hecho. Y así por el estilo un sinnúmero de cosas que no están bien. Y en el Reino de Dios y las cosas de Dios son más importantes que las de esta Tierra; por lo tanto uno tiene