Serie: Sermón del monte

Transcripción

1 Serie: Sermón del monte Texto central: Apocalipsis 2:8-11 NO TENGAS MIEDO, YO ESTOY CONTIGO De todas las ciudades de Asia, Esmirna era la más encantadora, se le llamaba el adorno de Asia, la corona de Asia y la flor de Asia. Era una ciudad muy comercial, además era el más seguro de todos los puertos y el más conveniente y tenia la facilidad de que en tiempos de guerra se podía cerrar fácilmente mediante una cadena de lado a lado. Esmirna tenía un estadio en el que se celebraban juegos atléticos famosos todos los años, una biblioteca pública imponente, un odeón o teatro especial para la música, y un teatro que era el más grande de Asia Menor. Esmirna además tenía una legión de templos dedicados a muchas divinidades, tales como a Cibeles, Diosa de la madre tierra, Zeus, el padre de los dioses, Apolo, hijo de Zeus, Afrodita, diosa del amor, Esculapio, dios de la medicina. Fue en Esmirna donde uno de los obispos de la iglesia fue martirizado y asesinado por ser cristiano. La historia cuenta que Policarpo era tan firme en sus convicciones que nada podría haberle hecho negar a Cristo para salvar su vida aquí en la tierra. Ochenta y seis años le he servido, y Él no me ha hecho nunca ningún mal. Cómo voy a blasfemar de mi Rey que me salvo? Esmirna sabia de sufrimientos, persecuciones, y pruebas. La mayoría de nosotros conocemos el término prueba. Lo manejamos en nuestro lenguaje, hablamos de ellas cada día y las enfrentamos diariamente. Pero de vez en cuando hay pruebas que no quisiéramos tener que vivir, porque nos asustan o intimidan de tal forma que pensamos que no podremos soportarlas. Cuando Jesús escribe a la iglesia de Esmirna, no encuentra alguna falla como en la iglesia de Éfeso, pero si le entrega un desafío muy importante para su relación con él y es que la iglesia enfrentará una prueba muy grande que podría llevar a muchos de sus miembros a la cárcel y luego a la muerte. El tema central de la carta a Esmirna es no temas la prueba que yo estoy contigo 1

2 Apocalipsis 2:8-11 Escribe al ángel de la iglesia de Esmirna: Esto dice el Primero y el Último, el que murió y volvió a vivir: 9 Conozco tus sufrimientos y tu pobreza. Sin embargo, eres rico! Sé cómo te calumnian los que dicen ser judíos pero que, en realidad, no son más que una sinagoga de Satanás. 10 No tengas miedo de lo que estás por sufrir. Te advierto que a algunos de ustedes el diablo los meterá en la cárcel para ponerlos a prueba, y sufrirán persecución durante diez días. Sé fiel hasta la muerte, y yo te daré la corona de la vida. 11 El que tenga oídos, que oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias. El que salga vencedor no sufrirá daño alguno de la segunda muerte. Lo primero que podemos apreciar en versículo 8 es el título que Jesús usa para identificarse a la iglesia. El dice: Esto dice el Primero y el Último, el que murió y volvió a vivir Qué relación tiene esto con lo que enfrentaría la iglesia? Mucha! Porque con esto les esta diciendo a los discípulos que él mismo enfrentó la prueba y no solo la enfrentó, sino que la venció, Cristo venció contra todas las pruebas que se le pusieron por delante y con estas se incluye la muerte. No hay nadie, profeta, mentor, maestro espiritual, en ninguna religión, secta o grupo de cualquier índole que haya muerto y vuelto a vivir, salvo Jesús. Las personas pueden argumentar lo que quieran y como quieran acerca de si es o no es el Hijo de Dios, pero lo que la evidencia Bíblica demuestra es que Cristo murió y volvió a la vida y por ende, cada uno de nosotros que ha puesto su confianza en él y lo ha obedecido, también puede tener certeza de que vencerá a la muerte y vivirá con él por siempre. Este era el ánimo que la iglesia estaba recibiendo, la prueba es difícil, la vida se puede perder, pero si te mantienes fiel, vivirás por siempre al igual que lo hago yo. Esta promesa era para la iglesia de Esmirna pero también es para nosotros. Las pruebas pueden ser muy difíciles, pero al final de todo, si ponemos nuestra confianza en Dios y hacemos lo que nos manda entonces viviremos por siempre. En segundo lugar en versículo nueve aparece la palabra conozco y a lo largo de todo el mensaje a las iglesias de Apocalipsis, vamos a encontrar esta relación que Cristo tiene con su iglesia, lo veíamos en Éfeso donde aprendimos que Cristo tiene la iglesia en su mano y camina en medio de ella y ahora la vemos en que Jesús conoce lo que su iglesia vive. Para Dios no es indiferente lo que vivimos, al contrario él está ligado con nuestro sufrimiento y con nuestras alegrías. Si no fuera así, él no podría compadecerse de nosotros y la escritura en Hebreos 4:16 dice: Así que acerquémonos confiadamente al trono de la gracia para recibir misericordia y hallar la gracia que nos ayude en el momento que más la necesitemos. 2

3 Dios es un Dios de gracia, misericordia, comprensión, porque sabe lo que vivimos, sin embargo no es complaciente con nuestro pecado. Dios nos conoce y como nos conoce nunca nos va a poner una prueba que no podamos superar, pero cuando se nos haga difícil pasarla, también nos va a ayudar en esto. 1 Corintios 10:13 Ustedes no han sufrido ninguna tentación que no sea común al género humano. Pero Dios es fiel, y no permitirá que ustedes sean tentados más allá de lo que puedan aguantar. Más bien, cuando llegue la tentación, él les dará también una salida a fin de que puedan resistir. El mensaje aquí es claro, las pruebas van a venir, algunas serán más difíciles que otras pero cuando lleguen, recuerda que no estas solo, yo estoy contigo. Ya hemos visto dos ideas muy importantes para nuestra fe: 1) Cristo ya enfrentó las pruebas y las venció, por ende nosotros también podemos hacerlo. 2) Cristo conoce nuestra situación y sabe lo que podemos soportar, así que estará con nosotros para ayudarnos a vencer lo que se nos presente. Con esto en mente podemos entrar más de lleno en el desafío que se le da a la iglesia. v.10.- No tengas miedo de lo que estás por sufrir. Este concepto se repite a lo largo de toda la Biblia, Dios nos anima a no temer, a ser fuertes y valientes a no perder la fe por causa del miedo. Génesis 15:1: No temas Abram, Yo soy tu escudo Josué 1:9 Ya te lo he ordenado: Sé fuerte y valiente! No tengas miedo ni te desanimes! Porque el SEÑOR tu Dios te acompañará dondequiera que vayas. Desde tiempos antiguos hemos tenido que batallar contra el miedo, pero no cualquier miedo, sino el que nos impide creer en Dios, el que nos inmoviliza en nuestra fe y nos resta la capacidad de ir adelante. Mateo 14:27 Pero Jesús les dijo en seguida: Cálmense! Soy yo. No tengan miedo O cuando Jesús reprende a los discípulos por su falta de fe Mateo 8:26 Hombres de poca fe les contestó, por qué tienen tanto miedo? 3

4 Y es que el miedo tiene algo que nos congela, nos incapacita para avanzar en nuestras vidas y al mismo tiempo nos quita fe. Cuántas cosas no hemos hecho simplemente por tener miedo?, Cuántos sueños no hemos visto cumplirse tan solo por tener miedo? El miedo nos hace dudar de nuestras capacidades y de lo que podemos lograr en la vida. Por esta razón es vital para los discípulos en Esmirna vencer el miedo y llenarse de fe para enfrentar la prueba que se les vendría, porque no era una prueba sencilla, sino una que podía costarles la vida. La prueba que se les venía era terrible. La palabra que se usa para sufrir es la misma que se refiere a los sufrimientos de Cristo y tiene que ver con la tribulación, el dolor que involucra todos los aspectos de la vida de un ser humano. William Barclay un comentarista bíblico se refiere a esta tribulación con la palabra aflicción, literalmente algo que oprime a la iglesia con un peso muy grande y que tendría que ver con lo que estaban por vivir. Sería difícil lo que vendría a tal punto de que algunos estarían en la cárcel y esto significaba una sola cosa, la muerte. Te advierto que a algunos de ustedes el diablo los meterá en la cárcel para ponerlos a prueba, y sufrirán persecución durante diez días. Ser cristiano en ese tiempo era difícil y traía consigo el compromiso de morir por la causa de Cristo. Hay algo en el sufrimiento que tiene propósito que nos anima a seguir adelante. Digo el sufrimiento con propósito porque cuando sufrimos por una causa que vale la pena, no vale la pena sufrir. Durante varios años mi esposa y yo sufrimos por causa de no poder tener hijos, soportamos humillación, dolor, angustia, inseguridad, y muchas otras emociones que para algunos serían injustificadas, pero sufrimos porque sabíamos que Dios en algún momento nos iba a contestar y a pesar de que el tiempo pasó, él respondió y nos bendijo con nuestra hija Sofía. Cuando la vimos por primera vez fue un sentimiento muy especial y cuando en el tribunal nos otorgaron su cuidado personal, esto nos llenó de alegría. Ese momento en que la jueza dijo que podíamos quedarnos con la niña, fue una experiencia maravillosa, fue como si todo el dolor que vivimos, el amor que guardamos, los sentimientos que atesoramos en nuestro corazón por fin podían entregársele a alguien y ese alguien era nuestra hija. 4

5 Cuando uno esta sufriendo parece que el mundo se viene encima, pero cuando le hayamos sentido al dolor, la carga se hace mucho más manejable hasta el punto de casi no sentirla. Cuando miramos a nuestra hija, el dolor que vivimos pierde importancia, no es relevante, sino que ha pasado a las memorias de nuestra familia. Satanás siempre estará buscando la manera de hacernos caer y de que abandonemos la fe, pero si nos mantenemos firmes y fieles, al término de la carrera Dios nos entregará un premio demasiado especial. Sé fiel hasta la muerte, y yo te daré la corona de la vida. Como cristianos vamos a sufrir, pero este sufrimiento tiene un propósito, no es vacío y cuando lo enfrentamos y lo vencemos, podemos encontrar el premio que se nos tiene preparado. Cuando entró en la arena del circo vino una voz del Cielo que decía: < Sé fuerte, Policarpo, y pórtate como un hombre.» El procónsul le dio a escoger entre maldecir el nombre de Cristo y ofrecer sacrificio al César, o morir. «Ochenta y seis años Le he servido -le contestó Policarpo-, y Él no me ha hecho nunca ningún mal. Cómo voy a blasfemar de mi Rey Que me salvó?» El procónsul le amenazó con la hoguera, y Policarpo replicó: «Tú me amenazas con un fuego que arde sólo un momento y se sofoca en seguida, porque no conoces el fuego que les espera a los malvados en el juicio por venir y en el castigo eterno. A qué esperas? Venga, haz lo que quieras conmigo!» El gentío llegó de las tiendas y de los baños con teas, y los judíos, aun quebrantando el descanso sabático al llevar tales cargas, fueron los primeros en allegar la leña. Iban a atarle al poste del patíbulo; pero él dijo: «Dejadme como estoy; porque el Que me da poder para soportar el fuego me concederá permanecer inmóvil en medio de las llamas sin la seguridad de vuestros clavos.» Así es que le dejaron atado pero sin apretarle en las llamas, y Policarpo hizo su gran oración: Señor Dios Todopoderoso, Padre de Tu amado y bendito Hijo Jesucristo, por medio de Quien hemos recibido pleno conocimiento de ti, Dios de los ángeles y poderes, y de toda la creación, y de toda la familia de los rectos que viven ante Ti, yo Te bendigo por concederme este día y hora el poder participar, entre el número de los mártires, del cáliz de Tu Cristo, por la Resurrección a vida eterna tanto de cuerpo como de alma en la inmortalidad del Espíritu Santo. Sea yo recibido hoy entre ellos delante de Ti como sacrificio rico y aceptable, como Tú, el Dios de verdad y sin engaño, has preparado de antemano y mostrado y cumplido. Por esta razón yo también Te alabo por todas las cosas, Te bendigo, Te glorifico, mediante el Sumo Sacerdote eterno y celestial Jesucristo, Tu amado Hijo, mediante Quien sea dada gloria a Ti con Él y el Espíritu Santo, tanto ahora como por todas las edades que están por venir. Amén. 5

6 Hasta aquí los hechos escuetos; a continuación se nos dice que las llamas hicieron una especie de tienda alrededor de Policarpo sin llegar a tocarle. Por último el verdugo le atravesó para ejecutar lo que las llamas no pudieron hacer. «Y cuando hizo esto salió una paloma, y mucha sangre, hasta tal punto que apagó el fuego, y toda la multitud se maravilló de la diferencia que hay entre los incrédulos y los elegidos.» De lo que no cabe duda es que Policarpo murió como un mártir, testigo, de la fe. No podía ser un fácil compromiso ser cristiano en Esmirna; y sin embargo la carta a Esmirna es una de las dos en las que el Cristo Resucitado alaba a la iglesia sin reservas. 6

7 Bibliografía Biblias consultadas Nueva versión Internacional Textos consultados Comentario al Apocalipsis, Arthur E. Puente Jr. Comentario al Nuevo Testamento, William Barclay. Páginas Web Wikipedia, la enciclopedia libre. Material Extra Persecución a los cristianos 7