1. El P. General en Brasil

Transcripción

1 Nº Octubre 2008 CONTENIDO 1. El P. General en Brasil 2. Ordenación Diaconal 3. P. Gotzon Gárate, SJ 4. P. Ignacio Galdos, SJ 5. Agenda del Provincial 1. El P. General en Brasil Luego de despedirse de la Región Amazónica, y después de encontrarse con la comunidad de los jesuitas de Brasilia, que fueron a saludarlo en el aeropuerto de la capital del país, el P. General ha visitado el Escolasticado Interprovincial de Belo Horizonte. Del 2 al 4 de octubre, el P. Nicolás cumplió un intenso programa en la FAJE: visita al campus, reunión con los profesores, visita a los jesuitas mayores en la Casa de Salud, eucaristía con el cuerpo académico, encuentro con los estudiantes de Filosofía y de Teología y comidas con distintos grupos. Escribe un estudiante de Filosofía, Rafael Basso: «Escribo para compartir con la Provincia la sencilla y estimulante presencia del P. General en el Filosofado. En la mañana, junto con la comunidad académica de la FAJE el P. General, ha presidido la Eucaristía, en la cual nos ha sorprendido con su simpatía y apertura al diálogo inter-religioso. En su homilía nos exhortó a articular la reflexión filosófica y teológica con la práctica del servicio a favor del crecimiento humano, ya que donde hay crecimiento humano hay presencia de Dios. Nos ha estimulado al MAGIS. Su presencia nos ha traído un fuego nuevo al incentivarnos a la profundidad, creatividad y vida en el Espíritu. De una forma cautivante nos ha mirado a los ojos y nos ha dicho con trasparencia y cariño que no fuéramos superficiales, pues nuestro trabajo en las fronteras exigirá jesuitas profundos, creativos y enraizados en el Espíritu. Nos dijo que los jesuitas más grandes no son los que ocupan cargos importantes, sino los que consiguen trasmitir el mensaje de Cristo con vida.» 2. Ordenación Diaconal En la fiesta de San Francisco de Asís, y en el templo capitalino a él dedicado, fueron ordenados diáconos los jesuitas Oscar Buroz, Daniel Figuera, Eduardo Soto, Roberth Urdaneta y Samuel Noticias de Venezuela Nº 516, 15 Octubre

2 Uzcátegui. Confirió la ordenación Mons. Jesús González de Zárate, Obispo Auxiliar de Caracas, cuya homilía gustó mucho a todos los presentes, así como la cercanía y el saludo final a los familiares de los ordenandos. Oscar Ernesto Buroz Echenagucia Nació el año 1969, en Caracas. Es el hijo mayor de Miriam Echenagucia y Eduardo Buroz. Tiene dos hermanos, José Gabriel y María Teresa. Su historia de fe se inició desde muy niño, en la parroquia La Ascensión del Señor, gracias a labor pastoral del presbítero Aurelio Ferrín López. Estudió Comunicación Social en la Universidad Católica Andrés Bello. En 1998 ingresó a la Compañía de Jesús. Al terminar su Noviciado, estudió la Filosofía en la Universidad Simón Bolívar. Desde el año 2000 se dedica a la Pastoral Universitaria en la UCAB. Es uno de los miembros fundadores de la Asociación laical ignaciana Universitarios en Misión. En el año 2004 fue enviado a Guayana para su magisterio en la extensión de la UCAB, donde impartió clases y trabajó en la Dirección de Pastoral Universitaria. El año 2005 ingresó a la Universidad Católica-ITER para realizar sus estudios de Teología, mientras se desempeñaba como miembro del Equipo coordinador, en la UCAB-Caracas, del Programa de Liderazgo Universitario Ignaciano para América Latina, perteneciente a la AUSJAL. Daniel Ernesto Figuera Trías Nació en Caracas el año Es hijo de padres orientales, Ramón Rafael y María Auxiliadora. Quinto de seis hermanos (Jesús, Carmelo, Vaithy, Ramón Oswaldo y Reinaldo). Creció en la Parroquia La Vega y estudió su bachillerato en el Instituto Técnico Jesús Obrero de Catia. A los 20 años ingresó a la Compañía de Jesús, y después del Noviciado estudió Educación Mención Filosofía en la UCAB. Durante su formación como jesuita ha sido profesor en los Colegios Fe y Alegría Andy Aparicio de La Vega y Padre Luis Antonio Ormières de Maturín, en el Colegio San Ignacio y en la Universidad Católica Andrés Bello de Guayana. Y ha colaborado pastoralmente en el Colegio Jesús Obrero y en la Parroquia La Carucieña de Barquisimeto. El año 2005 ingresó en la Universidad Católica-ITER para realizar sus estudios de Teología, mientras se desempeña como Coordinador del Movimiento Juvenil Huellas en la Zona Caracas-Centro. Eduardo Enrique Soto Parra Nació en Cabimas, Estado Zulia, el 13 de diciembre de Es el último de los hijos de Héctor Servideo Soto, fallecido el 28 de noviembre del año pasado y Haydée Mercedes Parra de Soto. El año 1976, la familia decide trasladarse a Maracaibo y allí comienza sus estudios en el Colegio San Vicente de Paúl llevado por los Padres Paúles, hasta graduarse de bachiller el Noticias de Venezuela Nº 516, 15 Octubre

3 año En 1989 ingresa en la Universidad Católica Andrés Bello, en la que se gradúa de Abogado en Luego de ejercer su profesión en varios escritorios jurídicos, en la Procuraduría General de la República, en el recién creado SENIAT y estudiar los Postgrados de Derecho Administrativo en la UCAB y Derecho Tributario en la UCV, Eduardo decide ingresar en la Compañía de Jesús el 26 de septiembre de Hizo la Maestría en Filosofía en la Universidad Simón Bolívar. Sus actividades apostólicas las ha realizado en el Instituto Universitario Jesús Obrero (IUJO), en la Universidad Católica Andrés Bello, en el Centro Gumilla, y en el Servicio Jesuita a Refugiados en las fronteras del Alto Apure. Durante los estudios de Teología en el ITER, hasta su reciente traslado a la comunidad de Las Casitas, en La Vega, ha venido acompañando a la comunidad cristiana de Los Higuitos, perteneciente a la Parroquia Jesús Obrero de Catia. Roberth Jesús Urdaneta Nació el año 1975, en el Municipio La Cañada de Urdaneta del Estado Zulia. Es hijo de Ramón Ocando y Aura Cecilia Urdaneta, el menor de 12 hermanos (Mauricio, Maigualida, Martín, Morgan, Mónica, Moraima, Marconis, William, Rubén, Crisálida, Raquel, Katrina y Ramón). A los 18 años ingresó a la Compañía de Jesús, y después de dos años de Noviciado estudió Educación mención filosofía en la UCAB. Durante esta etapa de sus estudios colaboró pastoralmente con el Instituto Radiofónico Fe y Alegría desde el Barrio Catuche, con el Movimiento Juvenil Huellas en el Instituto Técnico Jesús Obrero y con la Fundación Cultural Agua Fuerte en Caracas y el pueblo de Uraca en el Estado Aragua. Posteriormente fue enviado a Ciudad Guayana para su magisterio: en Puerto Ordaz en el Colegio Loyola Gumilla como miembro del Equipo de Pastoral y profesor de bachillerato, y en San Félix como animador litúrgico y acompañante de jóvenes. Después de un año se le asigna la misión de continuar su magisterio en el Instituto San Javier del Valle en el Estado Mérida; allí se desempeñó como profesor por horas de Inglés e Historia del Arte y como miembro del Equipo de Pastoral, además de acompañar a los alumnos internos en uno de los dormitorios. El año 2005 ingresó a la Universidad Católica-ITER para realizar sus estudios de teología, mientras se desempeña como animador litúrgico y coordinador de la atención a los niños y niñas de la Catequesis para la Primera Comunión, ambas cosas en la Parroquia Jesús Obrero de Catia. Samuel Uzcátegui Uzcátegui Nació el año 1975 en la ciudad de Mérida. Es hijo de Gabriel Uzcátegui y Socorro Uzcátegui y último de seis hermanos (Zuleyma, Boanerges, Norma, Onías y Cheo). En su infancia y Noticias de Venezuela Nº 516, 15 Octubre

4 juventud trabaja en la parroquia San José Obrero, y particularmente en el grupo apostólico Soldedi (Soldados de Dios) en el cual descubre y fortalece su opción vocacional. A los 21 años ingresa al Noviciado de la Compañía de Jesús en Barquisimeto. Después de dos años comienza sus estudios filosóficos en Caracas, en el ITER, y a la par realiza su trabajo pastoral en el colegio Andy Aparicio de La Vega, donde es enviado luego para su Magisterio. Al año, es enviado a la parroquia San Luis Gonzaga de Cumaná y da clases en el Centro de Capacitación Laboral Cristo Resucitado y en el Seminario Diocesano. Luego viene nuevamente a Caracas al colegio San Ignacio en el que concluye su etapa de Magisterio. En el año 2003 comienza sus estudios de Teología en la Universidad Católica-ITER trabajando en la parroquia Jesús Obrero en distintas labores de acompañamiento a las comunidades cristianas de esta parroquia. 3. P. Gotzon Gárate, SJ El jesuita y filólogo vasco Gotzon Gárate, reconocido como uno de los máximos exponentes de la lengua y literatura en euskera, falleció en Bilbao, víctima de un cáncer, a los 74 años de edad y 55 de Compañía. Era hermano de nuestro José Luis Gárate y de Román, también jesuitas. Según ha informado la Universidad de Deusto, institución en la que impartió docencia como catedrático de su Facultad de Filosofía y Letras y donde creó la carrera de Filología en euskera en 1976, el fallecimiento se produjo en la noche del jueves 9 de octubre. Nacido en Elgoibar en 1934, se doctoró en Filosofía en la complutense de Madrid, en Teología en la Universidad de Innsbruck (Tirol) y en Filología Romana, en la de Deusto-Bilbao. Posteriormente Noticias de Venezuela Nº 516, 15 Octubre

5 se especializó en Marxismo por la Universidad de Friburgo (Alemania) y publicó varios libros en euskera con estudios sobre las figuras y los idearios de Marx, Lenin y Mao. Gárate, quien deja escritos más de 30 libros, destacó por sus numerosos trabajos sobre el euskera hablado, sus cuentos y hasta sus novelas policiacas y crónicas desde los distintos lugares que visitó a lo largo de su vida como Nueva York o la India. Se puede ver un reportaje sobre el P. Gotzon Gárate en EITB: Gotzon-Garate/ 4. P. Ignacio Galdos, SJ La actitud del misionero debe de ser siempre de alegría [Aprovechando su visita a la sede de ALBOAN en Bilbao, el jesuita Ignacio Galdos (hermano morocho de nuestro P. Pedro Galdos) ofreció algunas impresiones sobre su trabajo en Gujerat.] Cómo fue tu llegada a Gujerat y tu primer contacto con la población adivasi? Vine a la India en el año 1951, con veinte años. Llegamos con una ilusión enorme, soñando con realizar grandes hazañas. Creíamos que podíamos conquistar la India, pero al final ha sido la India la que nos ha conquistado. Amamos la India y a los gujeratis, pero la que nos ha dejado una huella más profunda ha sido la población adivasi. En el año 1964 comenzamos a trabajar junto a los adivasis. Recuerdo que el Padre Provincial tomó un mapa y me dijo: Oye Galdos, tienes que desarrollar esta zona al sur de Gujerat. Además de no conocer la zona, fuimos allí sin dinero, sin tierras y sin una casa donde alojarnos. Llegamos a Baruch en tren, primero en uno grande y luego en otro pequeño. Y después a andar. Íbamos de pueblo en pueblo, andando. Yo tenía un compañero adivasi que se llamaba Amir y él me presentaba a la gente. Para acercarme a la gente yo llevaba un magnetófono, que era el primero que se veía por aquella zona. Se ponían muy contentos cuando les pedía que cantaran o dijeran algunas palabras y después escuchaban su voz grabada. Quedaban cautivados. Como se corrió la voz, me llamaban para que acudiera a los pueblos. De esa manera, gracias al magnetófono conseguí entrar en los pueblos adivasis. Ellos me daban de comer, me daban una estera para dormir y al día siguiente partía con mi mochila, de pueblo en pueblo, para hablar con la gente. Y de qué hablabais con la gente? Sobre todo, hablábamos de la educación, porque la situación era catastrófica en este ámbito. En aquellos pueblos había algunas escuelitas pero, tras cuatro o cinco cursos, los niños y niñas adivasis salían sin saber leer ni escribir. Fue entonces cuando empezamos a acoger niños y niñas en el internado. Sin embargo, el internado se encontraba en Baruch, en el litoral, donde vive la gente de casta alta y muy lejos de las zonas adivasis. Por lo tanto, decidimos que teníamos que ir a los pueblos y vivir con la población adivasi. Noticias de Venezuela Nº 516, 15 Octubre

6 Poco a poco comenzamos a trabajar en el área adivasi y un hindú, que oyó que un misionero extranjero se movía por aquella zona, me vino a hablar. Me dijo que había oído hablar de los jesuitas, que eran muy buenos educadores. Me dijo también que había pecado mucho en la vida y que el peso de sus pecados era muy fuerte. Por eso, para aliviarse de ese peso, nos regaló diversas tierras, para que abriéramos allí escuelas e internados. De esta manera, gracias a este hindú tan devoto, comenzamos con un pequeño internado en Zankhvav y en otras zonas del sur de Gujerat. Después comenzamos a abrir colegios. Nuestra propuesta es muy clara, no hay desarrollo sin educación. En 1985 abrimos una institución en Bardipada, una de las zonas más atrasada de la región. En aquel entonces conseguí a duras penas que 25 niños y dos niñas acudieran a nuestra escuela de educación primaria. Hoy tenemos 348 niños y 312 niñas. En aquella zona en la que no había colegios, hemos comenzado el año pasado a impartir 11º curso y este año abrimos el 12º curso, completando así el ciclo preuniversitario. Es mas, tenemos que decir a muchos y niñas que no tenemos sitio, porque tenemos muchas más peticiones de las que podemos atender. Y eso no solo ocurre en Bardipada, sino también en Unai, en Pimpri, en Subir Estamos viviendo un resurgir del pueblo adivasi. Entre nuestro alumnado han salido médicos, ingenieras, abogadas, maestros En Bardipada estamos muy orgullosos de que entre nuestros catorce maestros y maestras, diez son antiguos alumnos y alumnas. Eso nos da mucho ánimo y alegría. Cómo ha cambiado vuestro trabajo en todos estos años? Ha cambiado mucho. Compramos tierras para levantar nuestras instituciones, tenemos jeeps para andar de pueblo en pueblo Por las mañanas solemos estar en la oficina y, a eso de las cinco de la tarde salimos hacia los pueblos, donde nos reunimos con la gente, discutimos sobre sus problemas, oramos, y a veces incluso cantamos y bailamos. Nos dan de cenar y sobre las diez y media nos volvemos. Tras más de cincuenta años de trabajo en la India, conservas el mismo entusiasmo que cuando llegaste? Yo siempre digo que queremos trabajar allá y morir allá. Pero morir con sueños, porque vivir sin sueños es lo peor que le puede pasar a una persona. Hay que mantener siempre las esperanzas, pero no solo para uno mismo, sino compartir las esperanzas, el entusiasmo y la alegría con las demás personas. En este sentido, la actitud del misionero debe de ser siempre de alegría. Cuando estamos con los adivasis, ellos deben sentir que estamos felices a su lado. Si vas con cara larga, la gente se da cuenta. Hay mucho analfabetismo, pero la población adivasi es muy sabia y eso hay que respetarlo. Por eso, hemos trabajado mucho en cuestión de inculturación; no se trata de ir a enseñar sino a aprender. Es fundamental tener esa ilusión por ser aprendices de su cultura. En este sentido, entiendo la cultura como la relación que tiene el ser humano con todo el universo, con la familia y con Dios. Por ello, no hay culturas atrasadas ni avanzadas. Aquella que da más alegría, más felicidad y más bienestar, esa es la mejor cultura. Por eso, no tiene sentido cuando se dice que los adivasis son una cultura atrasada. Serán pobres, pero también son avanzados en muchas Noticias de Venezuela Nº 516, 15 Octubre

7 cosas, como en su capacidad de entender la verdadera naturaleza de la humanidad. Por eso, yo muchas veces acudo a ellos en busca de consejo. Pero no solo necesitamos consejo, sino que todas las personas necesitamos también amor. No puedes ir en plan nosotros amamos a los adivasis, sino que tienes que ir a aprender de ellos y a recibir su amor. Entonces eres feliz, y ellos también lo son. Si vas en plan de dador, eso no funciona. Qué valores puede aportar al resto del mundo una cultura como la adivasi? Lo primero que nos enseñan es paciencia, aguantar, no perder los estribos cuando las cosas no van bien. Tienen mucha fuerza para resistir. Además, tienen una alegría inmensa a pesar de contar con muy poquitas cosas materiales. Ese afán de tener la mejor casa, el mejor coche, las mejores vacaciones no va con ellos. No, allá viven más en comunidad, con un espíritu de hermandad, de ayudarse Cuando uno se ponía enfermo, en la carreta de bueyes no iban uno o dos, sino que muchas veces las carretas traían al enfermo y a diez o doce personas del pueblo. Son muy solidarios, saben ayudarse mutuamente. Antes de que nosotros fuéramos allá y hablásemos de que Dios es padre y todos somos hermanas y hermanos, la semilla del evangelio ya estaba allá, Jesús ya estaba dentro de sus corazones y de sus vidas. Es decir, nuestro trabajo como misioneros no consiste en traerles a Cristo, sino que se trata de descubrir a Jesucristo y los valores del Evangelio en ellos, que ya los tienen. Y reforzarlos, admirarlos y alabarlos, porque han vivido hundidos durante siglos. Cuando empezamos a abrir colegios, la gente de casta alta nos decía que era un disparate, porque los adivasis no tienen cabeza ni facultades para ir a la universidad. Pero hemos demostrado todo lo contrario, que pueden ir a la universidad y lograr todo lo que se propongan. Esa es nuestra mayor satisfacción. (Tomado de las Noticias de Loyola) 5. Agenda del Provincial Visita a la UCAB Visita al Alto Apure 25 San Cristóbal: Inauguración del Parque Universitario de la UCAT 28 Reunión de Rectores (ACSI) 29 Comisión Huellas 31 ECPAPV sociosjve@cantv.net m Noticias de Venezuela Nº 516, 15 Octubre