ORAR CON... LOS QUE SUFREN

Transcripción

1 Hablar con Jesús ORAR CON... LOS QUE SUFREN discapacitados y enfermos Pedro José Belloso Ciáurriz Prólogo de D. Fernando Sebastián Aguilar, Arzobispo de Pamplona, Obispo de Tudela 4ª edición DESCLÉE DE BROUWER

2 Índice Presentación... 7 El sufrimiento y el combate de cada día El misterio de la cruz, sabiduría escondida de Dios Una buena noticia: hay caminos en la cruz María: Hágase tu voluntad! Jesucristo en la Escritura, un encuentro personal contigo Apuntes bibliográficos

3 Presentación La sorprendente condición del hombre hace que nos parezca verdad lo que no es y que no percibamos espontáneamente la verdadera realidad de nuestra vida. Ahora estamos todos convencidos de que la vida es salud, espontaneidad, alegría, sin necesidad de ningún esfuerzo ni ninguna maduración interior. Esta imagen de la vida es una ilusión creada artificialmente, pero todos la tenemos metida en la cabeza. Vivimos instalados en una ficción de vida, construida por nosotros mismos, como si fuera una burbuja hecha con nuestras propias mentiras, que nos impide ver la realidad de la vida verdadera, tal como ha sido creada por Dios, y a la cual estamos siendo llamados y conducidos por su gracia. Menos mal que no nos faltan momentos de gracia y de iluminación, golpes de luz inesperados, que nos hacen ver de forma sorprendente lo que difícilmente llegamos a percibir espontáneamente en la vida de cada día. 7

4 ORAR CON... LOS QUE SUFREN, DISCAPACITADOS Y ENFERMOS Casi siempre estos momentos de claridad tienen algo que ver con el sufrimiento, con la ruptura de algo, con el hundimiento de nuestras propias construcciones. De pronto, una desgracia imprevista, una enfermedad, la muerte de un ser querido, algo que se nos viene encima, descompone nuestras previsiones y nos hace ver otra realidad de la vida que nos quedaba encubierta y perdida. El dolor es muchas veces una verdadera revelación, que nos muestra la verdad profunda de muchas cosas. Creemos que somos fuertes, autosuficientes, poderosos. Y de repente una enfermedad nos descubre, por debajo de las apariencias, una verdad más profunda de nuestra vida, en la debilidad, la incapacidad, la dependencia. La experiencia de la propia debilidad es imprescindible para caer en la cuenta de muchas cosas y poder invocar a Dios con la confianza y la gratitud que merece. Dicen que el dolor impide a muchos reconocer la bondad de Dios.Yo digo que sólo desde el dolor aceptado y vivido como parte integrante de la verdad de nuestra vida, podemos llegar a sentir el gozo de tener cerca de nosotros la inmensa bondad de Dios. Quien no ha sido visitado por el dolor difícilmente llega a la paz y a la esperanza de la oración de Jesús: Hágase tu voluntad y no la mía; hágase tu voluntad en la tierra como en el Cielo. Padre, en tus manos pongo mi vida. 8

5 PRESENTACIÓN En este libro, las reflexiones y las oraciones hechas desde la discapacidad son una escuela admirable de fe y de piedad.y son también, como ocurre siempre, una escuela de admirable humanidad, hecha de compasión, humildad, ternura y felicidad. Uno llega a pensar que la discapacidad es para algunas almas elegidas la puerta estrecha para entrar en la amistad con Dios y en la cámara secreta de la más refinada humanidad. Con estas palabras quiero dejar el testimonio de mi afecto y cariño hacia todos los que viven con paz y esperanza su propia discapacidad, y mi admirada gratitud a cuantos pasan sus horas junto a ellos ayudándoles a vivir, y compartiendo con ellos el amor y el gozo de las cosas sencillas y verdaderas. Dios sea bendito por tanta maravilla. La generosidad inagotable de los auxiliares y la serena alegría de los enfermos son indudablemente uno de los lugares más luminosos de nuestro mundo, donde Dios amanece y brilla cada día para quien quiera verlo. Aquí no hay ocaso de Dios, sino manifestación luminosa y conmovedora de su Amor como fuente de vida y de felicidad. Fernando Sebastián Aguilar Arzobispo de Pamplona y Obispo de Tudela 9

6 El sufrimiento y el combate de cada día

7 ORAR CON... LOS QUE SUFREN, DISCAPACITADOS Y ENFERMOS Por qué,yahveh, te quedas lejos, te escondes en las horas de la angustia? Salmo 10, 1 Ante el sufrimiento de cada hombre discapacitado o enfermo y de su familia, aparece inevitablemente un interrogante: Por qué? El hombre dirige esta pregunta a sí mismo, a los demás hombres y a Dios. Muchas veces no encontramos respuestas. Esta situación nos lleva a la desesperanza, a múltiples frustraciones y conflictos en nuestra relación con Dios y con los demás seres. En medio de nuestra angustia, parece que Dios está lejos, escondido, ausente, desaparecido. Llegamos, incluso, a dudar de su existencia. 12