Jornada de reparación e intercesión por la paz y la reconciliación en Nicaragua. 15 de Julio al 15 de Agosto El Rosario como Arma de Paz

Transcripción

1 Jornada de reparación e intercesión por la paz y la reconciliación en Nicaragua 15 de Julio al 15 de Agosto 2018 El Rosario como Arma de Paz 1

2 El Rosario como arma de paz Mensaje dado por el Papa San Juan Pablo II el 29 de Septiembre, 2002 Queridos Hermanos y Hermanas! 1. Ya estamos en el umbral del mes de octubre, que con el Memorial litúrgico de la Santísima Virgen del Rosario, nos lleva a redescubrir esta oración tradicional tan simple pero tan profunda. El rosario es una visión contemplativa del rostro de Cristo llevado a cabo, por así decirlo, a través de los ojos de María. Por lo tanto, es una oración que está en el corazón mismo del Evangelio, está en plena armonía con la inspiración del Concilio Vaticano II y muy de acuerdo con la indicación que di en la carta apostólica Novo Millennio Ineunte : Es necesario que la Iglesia vaya a las profundidades del nuevo milenio comenzando con la contemplación del rostro de Cristo. Por lo tanto, deseo sugerir el rezo del rosario a los individuos, a las familias y a las comunidades cristianas. Para dar fuerza a esta petición, también estoy preparando un documento, que ayudará a redescubrir la belleza y la profundidad de esta oración. 2. Deseo confiar una vez más la gran causa de la paz a la oración del rosario. Nos enfrentamos a una situación internacional llena de tensiones, de dimensiones incandescentes. En algunas partes del mundo, donde la confrontación es más fuerte -estoy pensando en particular en la tierra martirizada de Cristo- podemos ver que, aunque siempre es necesario, los intentos políticos sirven poco si los espíritus siguen exacerbados y no hay la capacidad para demostrar una disposición sincera a renovar la línea del diálogo. Pero, quién puede infundir tales sentimientos, salvo sólo Dios? Es más necesario que nunca que se hagan oraciones por la paz en todo el mundo. Precisamente en esta perspectiva, el rosario se revela a sí mismo como una oración particularmente apropiada. Construye la paz, también, porque. al mismo tiempo que recurre a la gracia de Dios, siembra en quien la recita, la semilla del bien, de la que pueden esperarse los frutos de justicia y solidaridad en la vida personal y comunitaria. Pienso en las naciones, pero también en las familias: cuánta paz se aseguraría en las relaciones familiares, si el Santo Rosario fuera rezado en familia! Amén. - Credo - Yo Confieso 2

3 ORACIÓN INICIAL Por la señal de la Santa Cruz Adaptada de la oración de San Juan Pablo II a la Virgen María (Dic. 8, 2001): Oh Virgen María, te pedimos que presentes nuestra oración al Padre que te ha revestido de gracia, apartándote de toda sombra de pecado. Nubes oscuras se han querido posar en nuestras almas y en nuestra nación. La raza humana que recibió el amanecer del tercer milenio con esperanza, ahora se siente abrumada por la amenaza de conflictos nuevos y desconcertantes. Nuestra nación está en peligro. Es por eso que venimos a ti, Virgen Inmaculada, para pedirte que obtengas, como nuestra comprensiva y Madre fuerte, que las almas liberadas del humo del odio puedan estar abiertas al perdón mutuo, a la solidaridad constructiva y a la paz. Oramos con plena confianza, buscando la ayuda de María, la Reina de la Paz - Credo... - Yo confieso... Primer Misterio Gozoso LA ANUNCIACIÓN Oración por la Paz del Papa San Juan Pablo II: Oh Dios, creador del universo, que extiendes tu preocupación paternal sobre cada creatura y que guías los eventos de la historia a la meta de la salvación; reconocemos tu amor paternal cuando rompes la resistencia de la humanidad y, en un mundo dividido por la disputa y la discordia, Tú nos preparas para la reconciliación. Renueva en nosotros las maravillas de Tu misericordia; envía Tu Espíritu sobre nosotros, para que pueda obrar en la intimidad de nuestros corazones, para que los enemigos puedan empezar a dialogar, para que los adversarios puedan estrecharse las manos y para que las personas puedan encontrarse en armonía. Que todos puedan comprometerse en la búsqueda sincera de la paz verdadera que eliminará todas las disputas, de la caridad que supera al odio, del que desarma la venganza. Amén. 3

4 SEGUNDO Misterio Gozoso LA VISITACIÓN Oración del Papa Pablo VI: Señor, Dios de paz, que haz creado al hombre, el objeto de Tu generosidad para estar cerca de Ti en la gloria, te bendecimos y te damos gracias porque nos has enviado a Tu Hijo amado, Jesús, haciendo de Él el misterio de la pascua, el arquitecto de toda la salvación, la fuente de toda paz, el lazo de la verdadera hermandad. Te agradecemos por el deseo, los esfuerzos, los logros que Tu espíritu de paz ha llevado a cabo en nuestro día: reemplazar el odio por el amor, la diferencia por la comprensión, la indiferencia por el cuidado. Abre aún más nuestros corazones a las necesidades de todos nuestros hermanos y hermanas, para que seamos capaces de construir una verdadera paz. Recuerda, Padre de misericordia, a todos aquellos que tienen dolores, que sufren y mueren por la causa de una mayor hermandad en el mundo. Para todos aquellos de cualquier raza, cualquier lengua que venga Tu reino: Tu reino de justicia, de paz, de amor; y que la tierra esté llena de tu gloria. Amén. TERCER Misterio Gozoso El NACIMIENTO DE JESÚS Oración por la Paz del Papa San Juan XXIII: Señor Jesucristo, que eres llamado el Príncipe de la Paz, que eres nuestra paz y reconciliación, quien ha dicho: La Paz contigo, danos la paz. Haz que todos los hombres y mujeres sean testigos de la verdad, la justicia y el amor fraternal. Quita de sus corazones todo lo que ponga en peligro la paz. Ilumina a nuestros gobernantes para que garanticen y defiendan el gran don de la paz. Que todas las personas de la tierra se conviertan en hermanos y hermanas. Que la tan anhelada paz florezca y reine siempre sobre Amén. 4

5 CUARTO Misterio Gozoso LA PRESENTACIÓN DE JESÚS Oración de San Francisco: Señor, hazme un instrumento de Tu paz. Donde haya odio, siembre yo amor; donde haya agravio, perdón; donde haya duda, fe; donde haya desesperación, esperanza; donde haya oscuridad, luz; donde haya tristeza, gozo. Oh, Divino Maestro, concédeme que no busque tanto ser consolado, como consolar; ser comprendido como comprender; ser amado, como amar. Porque es dando que recibimos; es perdonando que somos perdonados; es muriendo que nacemos nuevamente a la vida eterna. QUINTO Misterio Gozoso JESÚS PERDIDO Y HALLADO EN EL TEMPLO El Papa San Juan XXIII, en su Paz en la Tierra (Abril 11, 1963): Es Cristo quien nos consiguió la paz; es Cristo quien nos la legó: Les dejo mi Paz; les doy mi paz pero no como la da el mundo. Permítannos, entonces, orar con todo nuestro fervor, por esta paz que nuestro divino Redentor vino a traernos. Qué Él quite de las almas de los hombres, todo lo que pueda poner en peligro la paz. Que Él transforme a todos los hombres en testigos de la verdad, la justicia y el amor fraternal. Que Él ilumine con Su Luz, las mentes de los gobernantes para que, además de cuidar por los bienes materiales de sus pueblos, también les garanticen el hermoso don de la paz. Finalmente, que Cristo encienda los deseos de todos los hombres, de romper las barreras que los dividen, de fortalecer los lazos del amor mutuo, de aprender a comprenderse mutuamente y a perdonar a aquellos que les han hecho mal. Mediante Su poder e inspiración, que todos los pueblos se reciban en sus corazones como hermanos y que la paz que anhelan, siempre florezca y reine entre ellos. 5

6 ORACIÓN FINAL Oración del Papa Juan Pablo II (Enero 1, 2002 en su homilía por el Día de la Paz Mundial): Salve, Madre santa! Virgen Hija de Sión, cuán profundamente debe sufrir tu corazón de Madre por este derramamiento de sangre! El Hijo que abrazas tiene un nombre querido para los pueblos de la religión bíblica: Jesús, que significa Dios salva. Así lo llamó el Arcángel antes de ser concebido en tu vientre (cf. Lucas 2, 21). En el rostro del Mesías recién nacido, reconocemos el rostro de todos nuestros niños que sufren por ser despreciados y explotados. Reconocemos, especialmente, los rostros de tus hijos, de cualquier raza, nación o cultura a la que pertenezcan. Por ellos, Oh María, por su futuro, te pedimos que movilices los corazones endurecidos por el odio para que se abran al amor, para que la venganza dé paso, finalmente, al perdón. Consíguenos, Oh Madre, que la verdad de esta afirmación No hay paz sin justicia, no hay justicia sin perdón se grabe en nuestros corazones. Así, la familia humana será capaz de encontrar la verdadera paz que fluye de la unión de la justicia y la misericordia. Madre Santa, Madre del Príncipe de la Paz, Ayúdanos! Madre de la Humanidad y Reina de la Paz ruega por nosotros! 6