giovanna bonnelly de dipino

Transcripción

1 Para reflexionar sobre el Adviento (I) Emprender un camino de conversión. giovanna bonnelly de dipino " Era el año quince del reinado del emperador Tiberio. Poncio Pilato era gobernador de Judea, Herodes gobernaba en Galilea, su hermano Filipo en Iturea y Traconítide, y Lisanias en Abilene; Anás y Caifás eran los jefes de los sacerdotes. En este tiempo la palabra de Dios le fue dirigida a Juan, hijo de Zacarías, que estaba en el desierto. Juan empezó a recorrer toda la región del río Jordán, predicando bautismo y conversión, para obtener el perdón de los pecados. Esto ya estaba escrito en el libro del profeta Isaías: Oigan ese grito en el desierto: Preparen el camino del Señor, enderecen sus senderos. Las quebradas serán rellenadas y los montes y cerros allanados. Lo torcido será enderezado, y serán suavizadas las asperezas de los caminos. Todo mortal entonces verá la salvación de Dios. " Lc. 3, 1-6 Como buen historiador que era, Lucas se esfuerza en brindar datos que ayuden a situar históricamente su evangelio. En este tiempo concreto Dios llama a Juan el Bautista para iniciar su predicación, que preparará el camino a la misión de Jesús. Juan fue llamado desde el desierto, como otros personajes importantes del Antiguo Testamento (Moisés, Elías); y desde allí sale a predicar. El centro de su predicación era un bautismo de conversión, como signo del cambio de corazón y del perdón de los pecados. Su voz se levanta con fuerza para invitar al cambio de vida. «Preparen el camino, enderecen los senderos» había anunciado el profeta Isaías al pueblo de Israel que esperaba la liberación en el tiempo del destierro en Babilonia. Juan el Bautista retoma sus palabras porque está por llegar el tiempo de la liberación tan esperada. Adviento es tiempo para cambiar de vida, de profunda conversión para esperar al Dios que llega para salvarnos. Cómo nos solemos preparar para la Navidad? Cómo vivimos el Adviento otros años? Qué hacemos a nivel personal, famiiar y comunitario para prepararnos? Qué sabemos de Juan el Bautista? Recordar enseñanzas de Juan que hayamos escuchado alguna vez en los evangelios. Qué caminos de nuestra vida necesitan ser enderazados para volver a la dirección del Señor? Qué podemos ofrecerle a Dios como actitudes para mejorar o cambiar en este Adviento? Cómo hacer de este Adviento un tiempo de preparación y conversión personal y comunitaria? cambiar el corazón, revisar la vida, reconocer errores y egoísmos para vivir en tu presencia,

2 para escuchar tu voz. aprender a discernir, descubrir tus exigencias, asumir el Evangelio con toda la vida. ayúdanos... danos tu espíritu... como María, para hacer nacer a Dios en nosotros, para dar a luz a Jesús a nuestro alrededor. Para reflexionar sobre el Adviento (II) Vivir una verdadera conversión. " La gente le preguntaba: «Qué debemos hacer?» El les contesaba: «El que tenga dos capas de una al que no tiene, y quien tenga qué comer haga lo mismo.» Vinieron también los cobradores de impuestos para que Juan los bautizara. Le dijeron: «Maestro, qué tenemos que hacer?» Respondió Juan: «No cobren más de lo debido.» A su vez unos soldados le preguntaron: «Y nosotros, qué debemos hacer?» Juan les contestó: «No abusen de la gente, no hagan denuncias falsas y conténtense con lo que les pagan.» " Lc. 3, La gente que se acercaba a recibir el bautismo de conversión de Juan el bautista le consultaba qué debía hacer? El bautismo de Juan era un signo externo de una actitud interior de conversión. El tiempo del Señor estaba cerca y por eso había que cambiar de vida, «enderezar los camino». Las actitudes que Juan propone a sus seguidores para vivir la conversión tienen una profunda conexión con la predicación de los profetas bíblicos del Antiguo Testamento. Los profetas habían anunciado la necesidad de practicar la justicia y ser honesto en la vida cotidiana para seguir los caminos rectos del Señor. Juan responde a cada grupo social invitándolos a vivir la conversión verdadera desde su propia identidad y en su propia actividad cotidiana. La propuesta más radical, que sirve para todos por igual, es la primer respuesta. Dar de lo que tenemos para que otros no pasen necesidad y no sufran. La solidaridad con los hermanos es la expresión más genuina de la conversión que Dios quiere. Qué significa la conversión? Qué gestos utilizamos en nuestras relaciones con los demás para expresar que estamos arrepentidos? Recordar enseñanzas de Juan que hayamos escuchado alguna vez en los evangelios. Qué palabras diría hoy Juan a distintos grupos sociales para expresar con gestos y actitudes una conversión verdadera? Puedes relacionar las palabras de Juan con otras enseñanzas bíblicas, de profetas del Antiguo Testamento o del mismo Jesús? Qué dificultades existen en tu interior para llevar a la práctica los consejos de Juan? Por qué? Qué debes cambiar en tu corazón?

3 Señor del Adviento, enséñanos tus caminos. Que sepamos vivir las actitudes del hombre nuevo. Que sepamos vivir para los demás, en la solidaridad y la práctica del bien. Danos fuerzas para expresar con obras nuestra conversión. Que abramos nuestras manos para ayudar al que necesita y abramos nuestro corazón para albergar al niño Dios que nacerá en Navidad. Para reflexionar sobre el Adviento (III) Concebir a Jesús para darlo a los demás. "Por entonces María tomó su decisión y se fue, sin más demora, a una ciudad ubicada en los cerros de Judá. Entró en la casa de Zacarías y saludó a Isabel. Al oír Isabel su saludo, el niño dio saltos en su vientre. Isabel se llenó del Espíritu Santo y exclamó en alta voz: «Bendita tú eres entre las mujeres y bendito el fruto de tu vientre! Cómo he merecido yo que venga a mí la madre de mi Señor? Apenas llegó tu saludo a mis oídos, el niño saltó de alegría en mis entrañas. Dichosa tú por haber creído que se cumplirían las promesas del Señor!»" Lc. 1, Poco tiempo después del anuncio del ángel, María parte a la casa de su prima Isabel. El Evangelio nos señala que María parte sin demora, apresuradamente, a un pueblo que quedaba en las montañas de Judá. Apenas enterada del embarazo de su prima, corre a ayudarla, pues Isabel ya era mayor. Ya en casa de Zacarías, Jesús entra en escena. Isabel, llena del Espíritu Santo, reconoce su presencia y exclama con alegría: Bendita tu, María, y bendito el fruto de tu vientre. María es portadora de la vida nueva. En su seno lleva a Jesús, el Hijo de Dios y Señor de la Vida. Isabel percibe la sencillez de la Virgen y su Fidelidad creciente a la palabra del Señor. Feliz de ti, por haber creído. María es feliz por haber confiado en Dios. La verdadera felicidad se alcanza al encontrar el sentido profundo de la vida. María lo encuentra en su entrega generosa a Dios que salva. Hay una razón profunda para vivir, y esta es entregarse para dar vida a los demás. Salir de uno mismo y servir con generosidad. María lo vive como nadie, ella es la madre del Señor, la fuente de la Vida. Conocemos personas mayores en nuestra comunidad? Quiénes las ayudan o visitan? Qué aprendemos de ellas o ellos? Quién era Isabel? En qué otras escenas bíblicas aparece? Quién lleva el Espíritu Santo a la casa de Isabel? Qué nos puede mostrar esta escena para nuestras prácticas pastorales en la comunidad? Qué produce la visita de María en Isabel y en Juan? Cómo podemos ayudar a los ancianos de nuestra comunidad?

4 Qué aprendemos de la actitud de María para vivir en nuestra vida cotidiana? Madre del Salvador, que nazca Jesús con nosotros. Acércanos a tu hijo para que nos llene de su presencia y llegue el Espíritu a nuestras comunidades. Queremos vivir un Adviento solidario, siguiendo tus pasos, María, para estar cerca del que sufre y pasa necesidad. Aliéntanos para decidir vivir en la práctica las actitudes que tú nos enseñas, con tu ejemplo sencillo, solidario y cercano. Que llevemos a Jesús a los más necesitados, para que el Señor llegue a todos y sea Dios-con-nosotros. Para reflexionar sobre la Navidad Dios se hace cercano, hermano, luz para nuestra Esperanza. En el principio era la Palabra, y la Palabra estaba ante Dios, y la Palabra era Dios. Ella estaba ante Dios en el principio. Por Ella se hizo todo, y nada llegó a ser sin Ella. Lo que fue hecho tenía vida en ella, y para los hombres la vida era luz. La luz brilla en las tinieblas, y las tinieblas no la recibieron. Ella era la luz verdadera, la luz que ilumina a todo hombre, Y la Palabra se hizo carne, puso su tienda entre nosotros, y hemos visto su Gloria: la Gloria que recibe del Padre el Hijo único, en él todo era don amoroso y verdad. " Jn. 1, En Navidad celebramos con alegría el nacimiento de Jesús el Salvador en medio nuestro. Dios ha querido establecer su morada entre nosotros. La Palabra lo dice con una bella frase «puso su tienda entre nosotros». Porque nuestro Dios no se hace grandes castillos o palacios, prefiere la sencillez de un pesebre, rodeado del afecto de los pastores, humildes hombres del pueblo. El día de Navidad nace la luz que ilumina nuestra vida y nuestro caminar. El Señor de la Vida nos muestra su rostro para que podamos mirarlo a El y quedar iluminados, como dice el Salmo 34, 6. A través de Jesús conocemos al Padre, y a través de Jesús descubrimos la vida del Espíritu.

5 El misterio de la Encarnación del Señor nos revela que Dios es un Dios-con-nosotros. Que comparte nuestra historia para liberarnos del pecado y de la muerte y conducirnos a la Vida verdadera, al Amor y a la Verdad. Cómo celebramos la Navidad en nuestra familia? Guardamos un espacio o momento para rezar en común, para dar gracias? Recordar los relatos del nacimiento de Jesús en los evangelios de Mateo y de Lucas. Relacionarlo con el texto de Juan, qué nos enseña cada uno sobre el misterio de la encarnación de Jesús? Piensa en tus familiares, conocidos y amigos, qué puedes pedirle al niño Dios por ellos? Qué quieres agradecerle a Dios por todo lo vivido en este año? Navidad, nace el Señor en medio nuestro. Dios se hace uno-con-nosotros, pues viene a visitarnos y a compartir nuestra vida. Su luz ilumina nuestra historia para mostrar el camino que nos lleva a la salvación, a la fraternidad y al encuentro. Desde el pesebre Dios nos mira con rostro de niño, lleno de esperanza y vitalidad, diciéndonos «quiero crece en tu familia, en tu comunidad, en tu vida» Ese es nuestro Dios, un niño en pañales, que necesita nuestro esfuerzo para crecer y llegar a todos.