Redalyc. Guerra Zambrano, Nilson

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1 Redalyc Sistema de Información Científica Red de Revistas Científicas de América Latina, el Caribe, España y Portugal Guerra Zambrano, Nilson Legado Inconcluso: biografía de Monseñor José Humberto Boletín del Archivo Arquidiocesano de Mérida, vol. XIII, núm. 32, julio-diciembre, 2009, pp Archivo Arquidiocesano de Mérida Mérida, Venezuela Disponible en: Boletín del Archivo Arquidiocesano de Mérida ISSN (Versión impresa): aamerida@gmail.com Archivo Arquidiocesano de Mérida Venezuela Cómo citar? Número completo Más información del artículo Página de la revista Proyecto académico sin fines de lucro, desarrollado bajo la iniciativa de acceso abierto

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3 BX4705 P3G8 Guerra Zambrano, Nilson Legado Inconcluso : biografía de Monseñor José Humberto Paparoni Bottaro / Nilson Guerra Zambrano. - - Mérida (Venezuela) : Fundación Archivo Arquidiocesano de Mérida-AAM, 2009 p. 122 (Colección Fuentes para la Historia Eclesiástica de Venezuela ; 18) Incluye bibliografía e índice. ISBN: Paparoni Bottaro, José Humberto, Biografía. 2. Iglesia Católica-Venezuela 3. Obispos -Venezuela-Biografía 30

4 Indice general Exordio... Santa Cruz de Mora... Inmigración italiana... Su vocación... Estudios... Ordenación sacerdotal... En la Universidad Gregoriana... Decisión del Arzobispo Chacón Guerra... Vicario de Nuestra Señora de Regla... Educador y emprendedor... Nueva Diócesis de Barcelona... Cuarto merideño con mitra... Espiritualidad... Toma de posesión... Ordenado Obispo en su Catedral... Cuatro papas en el linaje episcopal... Labor pastoral... Firme en sus convicciones: paz y justicia social... Su muerte... Una vida proyectada al futuro... Fuentes consultadas... Pág

5 Exordio La vida humana de por sí es breve. Es como flor que amanece y por la tarde se marchita. La muerte prematura es un absurdo y a la vez una realidad inexorable. Hace cincuenta años una noticia luctuosa conmovió a Venezuela. En accidente de tránsito, un volcamiento, en una curva al parecer inofensiva a la salida de Barcelona, perdieron la vida tres clérigos: el Pbro. Ermenegildo Carli, quien conducía el vehículo, el Arzobispo de Caracas Mons. Rafael Arias Blanco y el Obispo de Barcelona Mons. José Humberto Paparoni Bottaro. Todos en plenitud de vida, capacidades y expectativas. El libro que prologamos, Legado inconcluso, es la biografía, mejor el periplo vital y el entorno existencial del obispo fundador de la Diócesis de Barcelona. Su paso por la vida fue un celaje. Como el rayo que cruza el firmamento en segundos, su existencia fue una exhalación. Los seres que son muy queridos por Dios son arrebatados por el Creador para tenerlos a su lado, afirma benévolo el autor sagrado. Dejó tras de sí el aroma de la presencia divina que prendó su alma. La fama de inteligencia y santidad marcó todas las etapas de su corta vida. Caminó raudo hacia el misterio, como el pino lento que señala una estrella en la noche profunda, eres una pregunta bajo la luz de tu alma (Fernando Paz Castillo). Bajo la pluma acuciosa del tovareño Nilson Guerra Zambrano se desgranan testimonios documentales y vivos recuerdos de quienes lo trataron o tuvieron la dicha de compartir el lar familiar, la vocación sacerdotal cultivada en Mérida, Caracas y Roma, la pasantía pastoral en Tovar y sus afanes de educador, culminados en el empeño de levantar una nueva circunscripción eclesiástica en el oriente anzoatiguense por disposición del Papa Pío XII. En mis memorias de adolescente quedó grabada una escena que se repetía con frecuencia en los pasillos del Seminario de Caracas. Monseñor Arias Blanco y el Obispo Paparoni caminaban pausadamente, conversando amenamente por los amplios corredores del edificio del Seminario Menor. Nos llamaba la atención contemplar aquellos dos hombres contrastantes como el Quijote y Sancho, aunque en ambos sobresalía la elegancia y pulcritud de sus atuendos y ademanes. La enjuta figura de Mons. Paparoni se erguía señorial bajo una tenue sonrisa y unos ojos de mirada penetrante. Los 32

6 seminaristas esperábamos el momento del recreo en el que se permitía acercarnos a pedirles la bendición y besarles el anillo episcopal. Regresábamos contentos de haber podido saludar a aquellos imponentes personajes. Sus vidas se unieron en una misma vocación al sacerdocio y al episcopado, ambos compartían inquietudes pastorales comunes, e inexorablemente estaban marcadas por un trágico final. El día de la entrada al Seminario, en una tarde septembrina de 1959, me topé junto con mi familia con el Arzobispo Arias Blanco que abandonaba la casa de estudios que tanto mimaba. Vivía pendiente de la vida cotidiana del Seminario y conocía a todos los seminaristas por su nombre. A los intercambios de saludos y preguntas por mi abuela y tías que conocía desde sus años en el Táchira, nos dijo: voy saliendo para Barcelona. Quiero inspeccionar la construcción de la casa vacacional que se construye en Píritu para disfrute de los seminaristas. Nos veremos la semana que viene. Y así fue, pero para recibir el cadáver que lloró toda Venezuela. Se troncharon muchas ilusiones y proyectos, pero permaneció viva la esperanza de la resurrección. Otros vinieron a continuar la obra que ambos dejaron inconclusa. Aunque el legado de José Humberto Paparoni luce incompleto, la plenitud la encuentra en Dios que le da sentido de eternidad y trascendencia. Fue un hombre de Dios en todo el sentido de la palabra. Y quienes lo conocieron y trataron, tuvieron la certeza de que estaban ante un ángel. Se le pueden aplicar aquellos versos de Charles Péguy que producen la sensación casi inmediata de la vida de comunión, del refluir de Dios mismo que fecunda a todo el que se acerca a El con fe profunda y esperanza cierta: sabéis que el ser de Dios bebe incesantemente en su venero eterno y en su noche profunda; constituye en sí mismo su acrecentamiento, la salvación del hombre y la fuerza del mundo (citado por Ch. Möeller, Literatura del siglo XX y cristianismo. Tomo IV, p. 593). A pesar del tiempo la estela de sus ejecutorias permanece viva. A medio siglo de su desaparición, la Iglesia de Mérida que lo vio nacer y troqueló su ministerio presbiteral en comunión con la Iglesia de Barcelona que lo tuvo como su obispo fundador, rinden homenaje a su memoria dando a la luz pública este esbozo de biografía, también inconclusa, porque los cimientos son como la semilla que sólo cuando cae en tierra y muere es cuando se fecunda y da fruto abundante. 33

7 Nuestro agradecimiento a los mecenas de esta obra. En Anzoátegui, al Sr. Obispo Diocesano, la Catedral de Barcelona, la Parroquia Nuestra Señora de Guadalupe de Barcelona, la Parroquia San Juan Bautista de Aragua de Barcelona. En Caracas a la Basílica Santa Teresa. En Mérida a la Parroquia Nuestra Señora del Carmen de Santa Cruz de Mora, la Parroquia Nuestra Señora de Regla de Tovar, Agropecuaria Joscar C.A., familia Paparoni, Dr. Rafael Pulido, Dr. Alberto Gallardo y Sr. Ramón Márquez. Para el Archivo Arquidiocesano de Mérida es un honor darle cabida en su Colección Fuentes para la Historia Eclesiástica de Venezuela. A su Directora, la Prof. Ana Hilda Duque y a la TSU Raquel Morales del Departamento de Informática, por la revisión y edición final del libro. A todos un Dios se lo pague. Mérida, en la fiesta de la Transfiguración del Señor, 6 de agosto del año de gracia Baltazar Enrique Porras Cardozo Arzobispo Metropolitano de Mérida 34