Serie de Conferencias: Hijos de Dios. Hijos de un mismo Padre

Transcripción

1 Serie de Conferencias: Hijos de Dios Hijos de un mismo Padre Juan 3: 16 Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. 17 Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él INTRODUCCIÓN Uno de los pasajes bíblicos más conocidos, quizá el más repetido por la cristiandad es el que acabamos de leer. El amor de Dios fue tan grande que decidió darnos a Su Hijo unigénito, para que a través de Él pudiéramos obtener vida eterna. No lo envió para juicio nuestro, no para condenarnos por nuestros pecados y errores; sino por el contrario, para darnos salvación a través de Él. Pero quisiera que pusieran ustedes atención en el hecho que nos dice el evangelio de Juan, de que Jesús era el unigénito de Dios, es decir el único hijo de Dios. No había ningún otro ser humano sobre la tierra que fuera un hijo de Dios. Pero el Hijo de Dios había venido como un ser humano con un propósito muy especial: Juan 1: 18 A Dios nadie le vio jamás; el unigénito Hijo, que está en el seno del Padre, él le ha dado a conocer. Hasta ese momento de la historia, Dios se había manifestado a la humanidad de diversas formas: A Abraham, Isaac y Jacob se manifestó como el Dios Todopoderoso, pero a partir de Moisés, cuando Dios sacó a Su pueblo de la esclavitud de Egipto, Dios se manifestó como Jehová, Yo soy el que Soy. Ellos pudieron conocer a Dios como: Yo soy tu proveedor, Yo soy tu sanador, Yo soy tu justicia, Yo soy tu estandarte en la guerra, etc. Y ese fue el conocimiento que el pueblo de Dios tuvo acerca de Dios y así lo adoraban. Pero el unigénito hijo de Dios tenía un gran propósito, darnos a conocer a Dios como un Padre. Nos dice el evangelio de Juan que nadie, hasta ese momento, había visto a Dios, así que Su Hijo venía a darlo a conocer; para que supiéramos como era el Padre. Así que al ver al Hijo, estaríamos viendo al Padre, estaríamos conociendo a Dios. Pero si éstos dos propósitos de Jesús: Cambiar nuestro juicio por vida eterna y darnos a conocer al Padre, ya parecen maravillosos, quiero hablarles de un tercer propósito de Su venida a esta tierra: Juan 1: 12 Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios; 13 los cuales no son engendrados de sangre, ni de voluntad de carne, ni de voluntad de varón, sino de Dios.

2 El propósito más extraordinario es este, que todo aquel que creyera en Él, fuera levantado a Su misma posición de Hijo. Había un solo Hijo de Dios, y ese Hijo vino a este mundo, para que todos lo que en Él creyeran fueran hechos como Él, Hijos de Dios. Sí, Jesús se degradó de Su posición celestial para venir a una terrenal, como un humano más; para que nosotros, a través de la fe en Él, pudiéramos ser llevados de una posición terrenal a una divina, a una celestial, como Hijos de Dios. No es impresionante el plan? No te llena de gusto? Es por esto que Jesús dijo: Juan 14: 6 Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí Jesús hacía referencia al tabernáculo y al templo, el cual tenía tres diferentes áreas: El atrio, el lugar santo y el lugar santísimo; todas estas áreas con cortinas divisorias a manera de puertas. La primera puerta, para acceder al atrio era llamada el Camino; la segunda puerta, la que daba acceso al lugar santo desde el atrio, era llamada La Verdad ; y la tercera cortina, debajo de la cual el Sumo Sacerdote, una vez al año pasaba desde el lugar santo hasta el lugar santísimo para presentar el sacrificio; se llamaba La Vida. Jesús declaraba que Él era la puerta para entrar al templo, al atrio y allí encontrar el perdón a nuestros pecados y la limpieza de nuestro corazón; pero que también era la puerta para entrar el Lugar Santo y allí encontrar la luz de la sabiduría de Dios, la comunión por medio de la oración y la adoración y el pan de Dios; pero que Él también era la puerta a través de la cual podríamos llegar al Padre. No hay manera de llegar a ser hijos de Dios y encontrarnos con un Padre, sino a través de Jesús. Quizá tu ya antes has tenido fe en Dios y le conoces. Sabes que es el Todopoderoso, sabes que es sanador, proveedor, justicia; etc. Pero si quieres que sea tu papá, si quieres llegar a la condición de hijo de Dios, como Jesús, entonces no hay otra forma sino a través de tu fe en el sacrificio de Cristo Jesús por ti. Esta transformación, este incremento de nivel, se da a través un nuevo nacimiento por la fe en Cristo Jesús. Juan 3: 5 Respondió Jesús: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios. 6 Lo que es nacido de la carne, carne es; y lo que es nacido del Espíritu, espíritu es. 7 No te maravilles de que te dije: Os es necesario nacer de nuevo. 8 El viento sopla de donde quiere, y oyes su sonido; mas ni sabes de dónde viene, ni a dónde va; así es todo aquel que es nacido del Espíritu No se trata entonces de un título de nobleza, en que un ser humano sea llamado conde o duque o rey, aunque sigue siendo un ser igual a los demás; sino que es el producto de un nuevo nacimiento. Nicodemo le preguntaba a Jesús, asombrado, cómo puede un hombre volver a nacer?. Jesús le explica que se trata de un nuevo nacimiento, no en la carne, sino en el Espíritu. Espiritualmente, a través de la fe, una persona nace para ser una persona diferente, un hijo de Dios que lleva la genética espiritual de Dios en su propia vida. Y es así como un ser humano, que cree en Cristo Jesús, se levanta para una nueva y gloriosa posición, la de un hijo de Dios. Dice Efesios 3: 14 Por esta

3 causa doblo mis rodillas ante el Padre de nuestro Señor Jesucristo, 15 de quien toma nombre toda familia en los cielos y en la tierra El padre da un nombre, da un apellido; el padre define la patria. Es por ello que si Dios, a través de la fe y el nuevo nacimiento, es ahora tu Padre, entonces tu tienes un nombre nuevo, un apellido nuevo; el de Dios. Tu patria ya no está en la tierra, sino en el cielo; de donde es Dios. Y si eres hijo de Dios, con un nombre y una patria nueva, entonces, como hijo que eres, Dios hoy quiere poner en tus manos herencia, riqueza celestial y sus negocios. Juan 3: 34 Porque el que Dios envió, las palabras de Dios habla; pues Dios no da el Espíritu por medida. 35 El Padre ama al Hijo, y todas las cosas ha entregado en su mano Si, escucha: El Padre ama al Hijo. Quiero decirte que Dios te ama pero no como ama a todo el mundo; Dios te ama ahora como hijo suyo. Te pregunto: es el mismo amor que tu tienes por tus vecinos que por tus hijos? No, verdad? A tus hijos les amas con un amor muy especial, pues así es como Dios te ama a ti; y es por ese amor tan especial que tiene de ti, que el entrega todas Sus cosas en tus manos. Vamos extiende tus manos y recibe: Amor, riquezas celestiales, poder, sabiduría, gloria, nombre y autoridad en la familia de Dios, respaldo, etc. De esta forma, tu boca hablarás las palabras de Dios, porque Dios no da Su Espíritu por medida. Así que todo aquel que quiera más pues reciba más, porque Dios no te limita en Su Espíritu. No hay medida en que Dios de Su Espíritu, recibe todo lo que quieras. Y es que como hijos de Dios no podemos ya hacer nada por nosotros mismos. Dijo Jesús: Juan 5: 19 Respondió entonces Jesús, y les dijo: De cierto, de cierto os digo: No puede el Hijo hacer nada por sí mismo, sino lo que ve hacer al Padre; porque todo lo que el Padre hace, también lo hace el Hijo igualmente. 20 Porque el Padre ama al Hijo, y le muestra todas las cosas que él hace; y mayores obras que éstas le mostrará, de modo que vosotros os maravilléis El Padre ama al hijo, nuevamente lo dice; entonces no solo le entrega todas Sus cosas en sus manos, sino que le muestra todas Sus obras y le enseña como debe hacerlas. Los hijos heredan los negocios de los padres, por lo cual el padre les enseña cómo hacer las cosas. Es por ello que no podemos hacer las cosas por nosotros mismos, sino que requerimos la guía, la enseñanza y el poder del Espíritu Santo en nosotros. Y el Padre no da el Espíritu por medida. Recibe sabiduría, guía, autoridad y poder de lo alto. Un cristiano, como hijo de Dios, debe crecer como todos los hijos lo hacen. Nacen y son unos bebés, se les ama y se les alimenta; y entonces inician su crecimiento. No se les demanda nada porque son incapaces de alguna responsabilidad, pero aprenden a jugar con las cosas de la casa.

4 Pero es esperado que en algún momento el hijo crezca y llegue a la madurez. La Palabra de Dios nos dice que debemos crecer hasta alcanzar la estatura del varón perfecto Jesucristo. Qué significa esto como hijos? Jesús dijo de sí mismo: Juan 10: 30 Yo y el Padre uno somos. 31 Entonces los judíos volvieron a tomar piedras para apedrearle. 32 Jesús les respondió: Muchas buenas obras os he mostrado de mi Padre; por cuál de ellas me apedreáis? 33 Le respondieron los judíos, diciendo: Por buena obra no te apedreamos, sino por la blasfemia; porque tú, siendo hombre, te haces Dios. 34 Jesús les respondió: No está escrito en vuestra ley: Yo dije, dioses sois 35 Si llamó dioses a aquellos a quienes vino la palabra de Dios (y la Escritura no puede ser quebrantada), 36 al que el Padre santificó y envió al mundo, vosotros decís: Tú blasfemas, porque dije: Hijo de Dios soy? 37 Si no hago las obras de mi Padre, no me creáis La estatura del varón perfecto Jesucristo es esta: Que llegues a ser uno con el Padre. Los religiosos del tiempo de Jesús querían apedrearle, porque al decir que era uno con el Padre, se hacía Dios. Jesús les responde que desde la ley Dios había puesto un destino en nosotros, ser dioses. Te ésta haciendo explotar tu cerebro esto? Pues así es. Los dioses, hijos de Dios, hacen las obras del Padre. Jesús les decía: Si no hago las obras del Padre, entonces, no me crean. Quieres ser un con el Padre? Quieres ser como Él es? Quieres hacer Sus obras? DESARROLLO 1. DIOS ES CREADOR Dios es el creador de todo lo que existe, todo fue hecho de la nada. Hebreos 3: 4 Porque toda casa es hecha por alguno; pero el que hizo todas las cosas es Dios Así que tan solo mira todo lo que Dios ha hecho, desde el espacio, las galaxias, los planetas, una expansión impresionante que parece ser infinita. Pero igualmente hizo todo lo que existe a partir de sistemas pequeñitos, desde una célula que funciona a través de átomos que tienen un núcleo, electrones y protones; cada célula tiene una función y entre ellas forman tejidos con funciones específicas. Así toda la naturaleza funciona, con una creación maravillosa que revela la grandiosa mente de nuestro Dios. Pues bien, Él es creativo, es creador; y nosotros Sus hijos hemos recibido todo de Su mano, hemos recibido de Su genética. Llegando a ser como Él es, siendo uno con Él, nosotros debemos ser igualmente creativos. Recibe la creatividad de Dios en tu mente. No aún no se manifiesta lo que llegaremos a ser, pero hoy día tenemos las primicias del Espíritu, y esto te da un poder de creatividad superior al resto de los seres humanos porque tu eres un hijo de Dios.

5 De tal forma que lo que ojo no vio ni ha subido a corazón de hombre Dios lo ha preparado para ti. La innovación es un tema de hijos de Dios. Mi padre es creativo, por lo tanto, yo seré igualmente creativo e innovador en esta tierra. 2. DIOS ES AMOR Dice 1 Juan 4: 7 Amados, amémonos unos a otros; porque el amor es de Dios. Todo aquel que ama, es nacido de Dios, y conoce a Dios. 8 El que no ama, no ha conocido a Dios; porque Dios es amor. Dios es amor, un hijo que ha llegado a la estatura del varón perfecto Jesucristo, es uno con Dios; por lo tanto no es solamente un creyente, sino un hombre o una mujer que fluye en amor, en el amor de Dios. No es un amor humano, sino un amor que todo lo cree, que todo lo espera, que todo lo soporta. Un amor capaz de perdonar los agravios y pasarlos por alto, un amor que restituye, que está dispuesto a sufrir. El amor de Dios podemos verlo en Cristo Jesús, siendo compasivo y misericordioso, siendo generoso y poniendo a los intereses de los demás por encima de los suyos propios. Esto es amor. Mi Padre es amor, por lo cual yo amaré como Él ama. 3. DIOS ES SANTO Una cualidad más de Dios que podemos ver en Jesús y a través de la Palabra de Dios, es que Él es Santo. Dice el Salmo 99: 5 Exaltad a Jehová nuestro Dios, Y postraos ante el estrado de sus pies; Él es santo. Si, Dios no es común, es singular, es una persona muy especial que hace lo correcto. Mientras que muchas personas se escudan en el hecho de que todos los demás hacen lo mismo, una persona apartada y santificada no es así; es una persona extraña en este mundo, piensa muy diferente a los demás y ama la rectitud y la justicia. Mi Padre es santo, por lo cual yo seré santo, como Él es santo. 4. DIOS ES FIEL Me gusta hablar de mi Padre porque es maravilloso, es genial. Una cualidad más de mi Padre es que es fiel. 2 Timoteo 2: 13 Si fuéremos infieles, él permanece fiel; Él no puede negarse a sí mismo. Fidelidad es la capacidad de cumplir la palabra dada aún en circunstancias diferentes a cuando prometimos o dijimos que haríamos algo.

6 Hoy día vemos a tanta gente que un día dice una cosa y al día siguiente dicen otra, y muchas veces completamente diferente. Lo verdaderamente dramático es cuando esto ocurre en personas que se dicen ser cristianos. Prometen algo y luego no pueden cumplir con su palabra. Muchos cristianos, si así, entre comillas, no han podido cumplir con su voto matrimonial, ni en sus promesas. Mis amados Dios es fiel, y quien sea uno con Dios, ha de ser fiel y cumplir con su palabra dada, de la misma forma en que nosotros confiamos en que Dios cumplirá la Suya, porque Él es fiel. Yo seré una persona altamente confiable, porque cumpliré cada palabra que haya dicho. 5. Mi Padre es # 1 Termino haciendo una reflexión. En tiempos donde la sabiduría no es exactamente el atributo mas visto en el ser humano, donde las personas priorizan lo que no es importante, confían en quien les miente y aclaman al perverso; sería muy bueno para los hijos de Dios poner las cosas en orden. Lo más importante, el Número 1 en la vida es mi Padre celestial. La persona más confiable es mi Padre, puedo creer plenamente en Su Palabra No hay otro a quien creer y adorar sino a Dios: Padre, Hijo y Espíritu Santo. No seguiré ninguna otra corriente de pensamiento, ni política, ni intelectual, no filosófica; sino lo que Dios expone en Su Palabra.