Huellas del turismo en la Costa Blanca, el origen del turismo de sol y playa Vera Riumbau
Resumen Este trabajo trata sobre el turismo en la provincia de Alicante, enfocado desde las huellas materiales que ha ido dejando el sector turístico en la Costa Blanca, desde los pueblos de la costa más turísticos hasta la propia ciudad de Alicante, con un acontecimiento histórico que marcó un punto de inflexión en el turismo de la zona: la llegada del tren botijo en el año 1858. De la mano del coleccionista, David Beltrá Torregrosa, se ha ido recopilando el patrimonio mueble que el sector turístico ha ido elaborando a lo largo del tiempo, unas huellas que han dejado tanto la Administración Pública en la organización de eventos festivos como empresas de carácter privado, hoteles y balnearios. Entre la colección, circunscrita dentro de la muestra del Museo Comercial e Industrial de Alicante y su provincia (MUCOIN) encontramos un gran elenco patrimonial organizado entre documentos, imágenes y objetos de carácter turístico que nos transportarán a los siglos XIX y XX y que nos ayudarán a entender el turismo en aquella época por los primeros turistas que visitaron nuestra provincia para empezar las deseadas vacaciones. Palabras clave: turismo, sector turístico, Costa Blanca, huellas, patrimonio, restos materiales, colección, patrimonio mueble. 1
Índice 1. Introducción... 2 2. Justificación y objetivos... 4 3. Fuentes y metodología... 5 4. Huellas del turismo en la Costa Blanca: el origen del Turismo en la Costa Blanca... 6 4.1 Los baños de Alicante... 7 4.2 Los Balnearios de interior... 10 4.3 Los inicios de la hotelería en la Costa Blanca... 14 4.4 El despegue del turismo de masas... 18 5. El turismo como tema museístico: El Museo Comercial e Industrial de Alicante (MUCOIN)... 22 5.1 La exposición permanente... 23 5.2 La exposición itinerante... 24 6. Conclusiones... 26 7. Bibliografía y fuentes electrónicas... 27
1. Introducción La ciudad de Alicante es uno de los lugares más turísticos de toda la provincia e incluso de la Comunidad Valenciana. Sin embargo, hay que remontarse en el tiempo para conocer los inicios del turismo en la Costa Blanca y entenderlo como tal en la actualidad. El desarrollo económico y social de Alicante, unido a las excelencias climatológicas fueron algunos de los factores externos que propiciaron el nacimiento y el crecimiento espectacular y continuado en el tiempo de la llegada de visitantes en viaje de placer a la ciudad de Alicante en el siglo XIX. Este incremento de los primeros turistas dio lugar a un cambio en las formas de hospedarse de los mismos; se pasó de las tradicionales posadas y mesones ubicados a las afueras de la ciudad a las casas de viajeros y fondas situadas cerca del mar o en rincones emblemáticos del casco urbano, lugar en el cual salieron los primeros hoteles a principios del siglo XX. Pero fue la llegada del ferrocarril Madrid-Zaragoza-Alicante el 4 de enero 1858, -aunque la inauguración oficial se aplazó al 25 de mayo del mismo año por la visita de la reina Isabel II a la ciudad de Alicante- (Mazón, 2016), la primera línea férrea que unía la capital con la costa mediterránea, la que marcó un antes y un después a dicha ciudad, y siendo «Alicante la primera ciudad costera que estuvo unida con la meseta por el nuevo medio de transporte» (Sánchez, 1990) produciendo de esta forma la primera llegada en masa de madrileños, principalmente viajantes y nobles, a la playa, a causa de la gran oferta termal y el turismo de ola que tanto destacaba en la región del Levante-Sureste (Valencia- Alicante-Murcia). La línea férrea MZA, a partir del 1880 ofrecía servicios de trenes especiales, los llamados trenes botijo, bautizado así porque sus pasajeros solían viajar con agua fresca para combatir el calor y la sed durante el trayecto, hacia la zona del Levante para cubrir la temporada de baños, es decir, de julio a septiembre. Dicho trayecto, podía durar hasta 14 horas, en aquellos casos en los que el destino final era Benidorm, ya que se cogía el tren de Madrid a Alicante y el coche diligencia de Alicante hasta Benidorm. En otros casos, una vez llegaban a la ciudad alicantina, los estaban esperando los carruajes de los balnearios del Postiguet para trasladarlos hacia la zona de los balnearios. Como dice Rafael Barquín (2013) en su publicación de Turismo y los primeros ferrocarriles españoles (1855-1900) a partir de la guía de ferrocarriles España, se conoce que los servicios de dichos trenes tenían una gran rebaja de precios- 20 pesetas en segunda clase y 12 en tercera clase, y en la que no existía la primera clase en estos trenes (Mazón, 2016) con el objetivo de extender el producto turístico a consumidores de menor poder adquisitivo en los lugares en los que el alto nivel no llegaba. Es así, como gracias al ferrocarril, el turismo en Alicante comenzó su desarrollo y además «acercó el turismo a la clase media, que se convierte en la principal clientela» (Vera, 1987). Dicho tren llegaba a Busot (Alicante), donde se encontraba un gran balneario construido en el 1850 o a Benidorm y Gandía, donde comenzaron a levantarse sendos balnearios años más tarde como consecuencia de los beneficios que se sacaban del agua para curar enfermedades. Este turismo de salud y de olas decimonónico fue el precursor del potente fenómeno actual de sol y playa que ha situado a la Comunitat Valenciana y su Costa Blanca en todo un referente. Tal y como ahora suele suceder con la llegada de algunos grupos de turistas, en aquellos años eran recibidos, como si se tratara de un espectáculo de feria, por las autoridades locales y amenizado el momento con música y fuegos artificiales. La estación bullía de 2
alicantinos que acudían para ver el espectáculo de la llegada de madrileños en el tren botijo (Mazón, 2016). A raíz de este acontecimiento, el sector turístico emprendió su gran desarrollo en la provincia de Alicante, así como también un proceso de industrialización distribuido por todas las localidades de la misma, que contribuyeron al crecimiento económico y social, y que años más tarde sirvió para dar un reconocimiento al puerto de Alicante, como Puerto de Interés General. Ejemplos de los sectores industriales y comerciales son; turrones en Jijona, chocolates en Villajoyosa, uvas de mesa del Vinalopó, nísperos de Callosa de Sarriá, textil, aceitunas rellenas y licor de café en Alcoy, conservas en la Vega Baja, mimbres en Gata de Gorgos, azafranes y especias en Novelda, arroces en Pego, alfombras de Crevillente, calzados señora en Elda y Petrel, infantil en Villena, deportivos en Elche, juguetes en Ibi y muñecas de Onil, vinos de Alicante, anises y aguardientes de Monforte del Cid, fondillón de Monóvar, helados, salazones y tejas Alicantinas, salinas de Torrevieja y Santa Pola, piedras naturales en Novelda y Pinoso y un sinfín de industrias referentes en Alicante ya desaparecidas. 3
2. Justificación y objetivos Con la realización de dicho trabajo se concede la oportunidad de dar una visión más extensa e inusual del sector turístico situado y representado geográficamente en la provincia de Alicante desde principios del siglo XIX (1858 por ser más exactos) hasta la década de los sesenta partiendo de la base de la colección única de los restos materiales que aún hoy en día se conservan. Además, y gracias a estos materiales se puede reconocer el buen hacer de la población alicantina, desde los comerciantes, pasando por los empresarios, y familias que con poco o nada entre sus manos, consiguieron articular un escenario económico, industrial y turístico que aún perdura en nuestros días. De esta manera, se hace muy atractivo para el público en general ya que en el mismo se figura una colección única de la Costa Blanca y que como tal tiende a ser valiosa por el mero hecho de no ser investigada ni inventariada en años anteriores, configurando un interés tanto para los lectores como para la gente especializada en el turismo. Tras la introducción del proyecto y la posterior situación histórica, cronológica y geográfica, el objetivo principal de este trabajo es dar a conocer a través de unas propuestas museográficas el patrimonio cultural material que se conserva de toda la provincia de Alicante recopilada en la colección MUCOIN, desde los pueblos y ciudades costeros más turísticos hasta los pueblos de interior con gran incidencia en el ámbito del turismo, y todo ello con una visión académica e investigadora, para dotarlos de una identidad provincial común. En cuanto a los objetivos específicos, son los siguientes: 1. Potenciar el gran elenco patrimonial mueble, repartido entre documentación, imágenes y objetos como guías turísticas que datan del siglo XIX, recuerdos, pegatinas y un patrimonio efímero que se ha conservado. 1.1. Elaborar una base de datos (BD) e inventariar la colección patrimonial del sector turístico del MUCOIN como parte metodológica del trabajo. 2. Desarrollar una dinamización turística de carácter museográfico a través de una propuesta expositiva sobre los restos materiales culturales con el fin de que el público conozca el pasado de esta provincia que tanto nos ha dado histórica, cultural y económicamente, situándonos como un referente a nivel nacional e internacional en el sector turístico. Además, se pretende aumentar el conocimiento de la población tanto nacional como extranjera mediante dichos materiales. 4
3. Fuentes y metodología La metodología utilizada para el estudio del origen del turismo de sol y playa, a fin de cumplir los objetivos expuestos anteriormente, es la relativa a un estudio descriptivo, centrando la atención en las causas que han propiciado dicho origen y la posterior evolución de las actividades turísticas en los destinos tanto costeros como de interior. Por otra parte, y siguiendo la misma línea, se realizó un estudio de investigación acerca de la colección turística del MUCOIN mediante la elaboración de primera mano de una base de datos (BD). En primer lugar, se escanearon todos los materiales facilitados, poniéndoles un número determinado que facilitará el trabajo posterior. En segundo lugar, se seleccionaron unos ítems identificadores, con el objetivo de observar y comprender de una manera más real y directa las características de cada material y poderlos situar tanto geográfica como cronológicamente. Dichos ítems son los siguientes: nº de inventario, nº archivador, patrimonio documental (objetos, imagen, documentación, publicidad y miscelánea), documentación (guías, folletos, revistas, facturas hotel, cartas de comerciantes y publicaciones), procedencia, unidades, cronología, año, alto cm, ancho cm, estado de conservación, imagen, descripción, observaciones, dedicatoria, publicidad, sello, autor y, por último, revisado por. En tercer y último lugar, se catalogó la colección, plasmándola en la correspondiente base de datos, para una mejor facilidad a la hora de hacer consultas o simplemente encontrar el documento o la imagen. Para ello se ha acudido a diferentes fuentes de naturaleza variada, dada la complejidad del tema a tratar. Así, en primer lugar, se realizó una amplia búsqueda bibliográfica a través de Internet y en el ámbito nacional de publicaciones de docentes y documentos académicos, revistas científicas, monografías, noticias y artículos de prensa relacionadas con los temas mencionados, fundamentalmente en el campo del turismo, la evolución que ha sufrido éste en la provincia y la museología. En segundo lugar, se hizo uso de bibliografía impresa como es el caso de libros especializados en el turismo de Alicante como de toda la Costa Blanca, tanto de la actualidad como de los inicios. Por otra parte, se sacó información de los distintos documentos, objetos, fotografías, entre otros, que se encuentran a disposición para poder elaborar dicho trabajo. A partir de los resultados obtenidos, expuestos en la bibliografía final, se llevó a cabo una lectura de las mismas, con el objetivo de dar una visión más explicativa y poder entender mejor la relación entre el turismo y la Costa Blanca, desde mediados del siglo XIX. 5
4. Huellas del turismo en la Costa Blanca: el origen del Turismo en la Costa Blanca Es a partir de la segunda mitad del siglo XIX cuando la función veraniega va adquiriendo relevancia en la zona de la Costa Blanca, a raíz de tres acontecimientos importantes, la desaparición de las murallas que introdujo un cambio radical en los vínculos entre la ciudad y el mar y que desencadenaron en conflictos por los intereses comerciales del puerto, la llegada del ferrocarril a la ciudad de Alicante, -que más tarde se expandió a otros destinos como Torrevieja, Cartagena, Águilas o Valencia- y los baños en el mar, desplazados al Postiguet en 1858, los cuales se convirtieron en auténticos lugares de esparcimiento y de nuevas relaciones sociales. Con estos dos hechos se consiguió que en la propia capital alicantina emergieran, desde esa época, formas de ocio asociadas a su papel como lugar de veraneo, con la creación de establecimientos (hoteles, balnearios) que llegaron a alcanzar esplendor y que contribuyeron a configurar la imagen social de la ciudad, sobre todo de su fachada marítima (Vera, 2016: 4) A partir de ahí, se llevaron muchas de las prácticas turísticas a pueblos de interior y de la costa de la provincia de Alicante, que empezaron a adquirir relevancia y a generar cambios sociales y principalmente económicos, haciendo de esto el origen de lo que actualmente conocemos como el turismo de sol y playa. En los capítulos posteriores se va a hablar sobre los cuatro bloques que conforman dicho trabajo coincidente con los bloques de la colección MUCOIN, documentándose de esta manera en una gran variada oferta publicitaria de época y otras formas de promoción típicas de los siglos precedentes. En primer lugar, cabe nombrar los primeros baños de ola en la propia ciudad de Alicante y su transcendencia en el sector turístico, en segundo lugar, los balnearios de interior, entre los siglos XIX y XX, que se desarrollaron en pueblos como Busot, Salinetas en Novelda y gracias a las aguas manantiales, en tercer lugar, los inicios de la hotelería en la Costa Blanca (Benidorm, Gandía, Denia, Torrevieja ) y en cuarto y último término, el despegue del turismo de masas, estudiado a partir de la década de los 60, y que fue el causante de la llegada del desarrollismo y la construcción de los inmuebles en la costa. 6
4.1 Los baños de Alicante Como ya ocurría en otros destinos europeos -Francia- los baños de ola volvieron a emerger a mediados del siglo XVIII, después de unos años olvidados, a causa de la mala fama que habían adquirido por la promiscuidad sexual y los abusos que en ellos se producían, y que la Iglesia, no estaba dispuesta a consentir. (Mazón, 2016). Pero fue a mediados del siglo XIX cuando se empezaron a construir balnearios por casi todos los pueblos costeros, desde Torrevieja hasta Benidorm y Denia, aunque en el pueblo de Alicante se congregó la mayoría de éstos a consecuencia de la llegada de madrileños a la capital alicantina. Se había demostrado que el mar y sus baños eran beneficiosos para la salud física y psíquica, por lo que estas infraestructuras se plantaron en la costa con el fin de atender las necesidades de los nuevos turistas y veraneantes que elegían nuestros destinos para pasar un tiempo de relax y diversión. Dichas instalaciones de balneoterapia eran un punto de encuentro entre las clases rurales y las más selectas, motivadas por los fines curativos que tenía el mar. (Vera, 1986). Paralelamente, se nombraba a Alicante en muchas guías de turismo de la época como una residencia invernal por su benigno clima y su situación topográfica, al igual como promocionaban en muchas otras guías las estaciones de invierno de la costa azul o Riviera francesa e italiana, haciendo de éste, uno de los pueblos más sanos de la Península, No es extraño, pues, que Alicante sea elegido por muchos, como residencia invernal; ni tampoco que muchos enfermos encuentren alivio para sus dolencias (Guía de Turismo Alicante, 1929-1930). Es por esto que Alicante inundó su playa del Postiguet con decenas de balnearios. En realidad, se trataban de casetas de madera que se elevaban por encima del mar y, desde la orilla de la playa, se adentraban en él. Ofrecían a los usuarios camerinos que podían ser familiares o individuales, duchas, espacios a la sombra años más tarde se habilitaron solarios, un restaurante y otros servicios (Mazón, 2016). Había un total de 11, tres de los cuales - La Alianza, Diana y La Alhambra- al ser de grandes dimensiones, se ubicaban de forma permanente, mientras que los otros ocho - La Confianza, La Estrella, León, La Rosa, Madrid, Guillermo, Almirante, y Floridatenían una peculiaridad, y es que se tenían que montar y desmontar una vez se terminaba el verano y con ello, la época estival de disfrutar de un nuevo tipo de turismo, el conocido actualmente como el turismo de salud y bienestar. Imagen de la playa del Postiguet con los balnearios. Alicante Principios S. XX. Fuente: (A.M.A) 7
Uno de los anteriores nombrados consiguió ser el más lujoso en el municipio de Alicante, siendo éste el Diana, tal y como se dice en muchos escritos, en los que centran su atención en las tarifas por no ser estas aptas para botijistas, que recalaban en el resto de balnearios más populares. Éste no sólo ofrecía los tradicionales baños de ola, sino que, además, realizaba ventas de periódicos, postales y similares y se podían alquilar salvavidas, bañadores y toallas para aquellos más olvidadizos. En su interior, cortinas de terciopelo con flecos adornaban la caseta, dando una imagen de camarote de la época. A poca distancia se encontraba un hotel de iguales características, el Hotel Palas, en dónde un alto porcentaje de los clientes asiduos al balneario se hospedaban en él. (Alicante Vivo, 2007). Fachada del balneario Diana. Fuente: (A.M.A) Por otra parte, se tiene información acerca de la existencia de carruajes para desplazar a los turistas del pueblo hasta los establecimientos de baños, con un precio que rondaba las 2 pesetas y que hacía más llevadero el viaje, pensando que muchos iban con toda la familia (Guía de Turismo Alicante, 1929-1930). A finales del decenio 1920-1930, muchos de los balnearios desaparecieron, aunque los que sobrevivieron ganaron en calidad e incorporaron servicios de restaurantes, por lo que podemos tener una idea de que el auge de la balneoterapia en la Costa Blanca, llevó consigo un aumento considerable de las casetas de baño, aunque con una calidad más bien deficiente, dado su carácter popular de las mismas. Imagen de uno de los balnearios del Postiguet. Anuario-Guía de las Playas y Balnearios de España, 1924; 12) Fuente: Colección MUCOIN 8
Muchas de las guías de balnearios se hacían eco de estas instalaciones, haciendo publicidad de las mismas, como la que podemos observar a continuación del balneario Alhambra, en la Playa del Postiguet (Anuario-Guía de las Playas y Balnearios de España, 1924). Publicidad del Balneario Alhambra. Anuario de las Playas y Balnearios de España, 1924: 188. Fuente Colección MUCOIN Siguiendo la misma fuente, la Guía de Playas y Balnearios se hacía eco de las brillantes fiestas que la ciudad alicantina junto con su excelentísimo ayuntamiento empezaban a poner en marcha, allá por el 1924 ya que era el único atractivo del que carecía dicha estación de invierno a diferencia de muchas otras. De esta forma, con los balnearios del Postiguet, las beneficencias del clima alicantino y las fiestas, se fraguaba una auténtica estación de invierno que ninguna otra podría aventajarla. Pero no todo fueron buenas noticias, el 14 de julio de 1938, un primer bombardeo a causa de la Guerra Civil, afectó a los balnearios del Postiguet, llevándose la peor parte los balnearios Diana y Alhambra. Terminada la guerra en 1939 se reconstruyeron solamente dos de ellos, La Alianza y Alhambra, los cuales estuvieron en funcionamiento hasta el 1969, año en el que el turismo optó por cambios constantes, incluida la renovación total o la sustitución del negocio, pasando en este caso de los balnearios a los clubes de regata, como se puede ver nombrar en las guías de turismo de los años 1928 y 1929, respectivamente. Balneario Alhambra alcanzado por las bombas. 1938. Alicante. Fuente: (A.M.A) 9
4.2 Los Balnearios de interior Como bien se ha dicho, la llegada del ferrocarril a la región del Levante-Sureste ocasionó una gran repercusión, incrementando de esta forma, los balnearios y demás formas de ocio y veraneo, ya no sólo en la propia capital, si no en los pueblos de interior, que vieron de este acontecimiento una gran oportunidad para solventar los problemas económicos y sociales que sufrían allá por el siglo XIX. Uno de los balnearios de interior más transcendentes de la Costa Blanca fue el situado en Busot, Alicante, por estar situado muy cerca de la capital, con comunicaciones a la misma que daban facilidad a los inmigrantes que venían de Madrid y de la propia capital, Alicante. Del propio Gran Hotel Samper, salían automóviles diarios hacia el balneario, tal y como se puede mostrar en una carta que data del año 1915 y en la que se publicitaban estos servicios. Carta del año 1915. Fuente: Colección MUCOIN Fuente: Estación Médica Invernal de Busot (Alicante), 1897: 14 En 1815 se reveló que de ese humilde pueblo emanaban unas aguas cristalinas que no dejaban ningún olor, que contenían sales y tierras en disolución y estaban a una temperatura de entre 32 y 33 grados. En definitiva, unas aguas salinas termales ideales para curar todos los males (Las Provincias, 2015). Un año más tarde, en 1816, se empezó la construcción de este establecimiento gracias al Conde de Torrellanos, quien convirtió el pueblo de Busot en uno de los más importantes de la geografía alicantina. Fueron muchos los años en los que este balneario tuvo un gran auge, hasta la década de 1930. A partir de ahí, fue decayendo al igual que iba empeorando la función preventiva y curativa del mismo, puesto que la enfermedad de la tuberculosis, una de las más importantes y preocupantes, ya no estaba tan expandida e iba desapareciendo entre la población. Como se puede extraer de estas palabras, el balneario de Busot tenía un fin más curativo de enfermedades varias que los balnearios de la costa alicantina, más centradas en el fin vacacional y de recreo. 10
En una de las guías turísticas de Alicante, que data del año 1909, se nombra a este balneario como la propia estación de invierno y en la que se pueden extraer las siguientes líneas con el fin de tener un conocimiento más exacto acerca del mismo esta incomparable residencia de invierno, cada día más frecuentada por toda clase de convalecientes, como en verano lo es por los reumáticos, une a su clima templado y seco [ ], todas las comodidades de las grandes ciudades, teniendo capilla, telégrafos, correos y espléndido casino (Guía turística de Alicante, 1909: 22) Guía turística de la ciudad de Alicante. 1909. Fuente: Colección MUCOIN En lo que respecta al propio balneario-sanatorio, éste se situaba en la mejor zona que se podía posicionar, ya que en las inmediaciones de éste emergían los principales manantiales. Además, eran muchas las causas que hacían que el balneario se congregara como uno de los principales. Entre ellas hay que destacar la climatología, con unas temperaturas suaves durante todas las estaciones del año y una pureza del aire, característica principal a la hora de utilizarse una localidad como estación médica, la calidad de las aguas, el posicionamiento y la orientación del pueblo, la naturaleza que posee, en la que predomina el pino abeto, que contribuye de una manera favorable a la salubridad de las aguas y por último, el material del suelo, muy propicio a la formación de estalagmitas y estalactitas, y constituyendo una de las curiosidades que prestan atractivo a aquella zona (Valenzuela, 1897:10). Por todo lo anteriormente descrito, el balneario de Busot era una de las fuertes apuestas para convertirse en el primer sanatorio de España para la tuberculosis, establecimiento que tanto abundaba en países como Suiza, Italia y Francia, aunque con no tan distinguibles condiciones como el español. Tal y como dice el Dr. Valenzuela en su libro Balneario de Busot, al establecimiento médico-sanatorio había que unirle un magnífico hotel, de nombre Hotel Miramar montado con todos los adelantos y perfeccionamientos de la ciencia y de la higiene modernas, e instalado éste con las esplendideces y refinamientos del consort y del buen tono de los grandes hoteles extranjeros (Guía turística de Alicante, 1909: 21) y numerosos chalets esparcidos por el monte, que daban un servicio de hospedaje a los cientos de enfermos y sanos que iban a Busot. 11
A 45 km de Busot se halla otro de los balnearios de interior de la Costa Blanca, los llamados Baños de Salinetas, en este caso, en Novelda. Publicación en un periódico de los Baños de Salinetas de Novelda. Fuente: Colección MUCOIN Muy curiosa es la divulgación que se daba a estos establecimientos, como podemos observar en la imagen superior, sacada de un periódico que data del siglo XIX y en el que publicita los baños minerales sulfurosos de Salinetas de Novelda. En las líneas que anteceden a la imagen percibimos un cierto comportamiento de descontento acerca de la moda en aquella época, ya que hacía que los españoles buscaran en establecimientos balnearios del extranjero una temperatura agradable para pasar sus vacaciones al igual que alivio a sus dolencias y se olvidaran de que en el balneario de las Salinetas de Novelda, como en muchos otros, encontrarían lo mismo e incluso mejor. Por lo que respecta al propio balneario, éste se construyó en el 1858, en una época de gran esplendor para este tipo de establecimientos, como también por las mejoras introducidas en los transportes, hasta la década de los 40, cuando empieza la decadencia del balneario y su posterior reutilización para otras obras necesarias tras la Guerra Civil. Constaba de un hotel de lujo, con alrededor de unas 50 habitaciones y viviendas individuales donde se podían alojar familias enteras, comedores, salones, y lo más importante, las consultas médicas. Otro dato curioso es el relacionado con el agua de este balneario, que se embotellaba y posteriormente se vendía en establecimientos especializados de toda Europa, con el fin de seguir las curaciones terapéuticas. 12
Finalmente, pero no menos importante hay que destacar los baños de Ntra. Sra. De Orito, la Estación de Monforte del Cid que fue premiada con medallas de oro en varias exposiciones. Tal como se decía en los folletos publicitarios, como se puede observar en la imagen inferior, los efectos del agua curaban cualquier enfermedad, siendo muy benevolentes entre los enfermos que pasaban la temporada de baños en esta estación. Además, eran las más abundantes y de más rica mineralización entre todas sus similares. Folleto publicitario de los Baños de Ntra. Sra. De Orito. Fuente: Colección MUCOIN 13
4.3 Los inicios de la hotelería en la Costa Blanca La ciudad de Alicante estaba en una época de gran fervor y desarrollo, propiciado por varios acontecimientos, como fue el nombramiento de la ciudad como capital de provincia, la eliminación de sus murallas, el embellecimiento de su espacio público con paseos y plazas, y la tan conocida instalación ferroviaria que favoreció el desplazamiento de masas de forasteros hacia este municipio. La climatología alicantina tan agradable durante las cuatro estaciones del año y los populares baños en el mar, aseguraban la presencia de muchas familias pertenecientes del interior español durante todo el año, convirtiéndose además en la estación de invierno por excelencia. Mención aparte merece el clima alicantino, causante de una de las aportaciones más destacables que se ha llevado a cabo en la provincia de Alicante, el turismo. Los primeros turistas venían atraídos por el clima y éstos, no quedaban defraudados una vez tocaban el suelo alicantino, repitiendo este viaje varias veces al año, tanto en los meses invernales más duros como en los meses de verano, alcanzando la cifra de 30.000 viajeros al año. En muchos escritos como en folletos publicitarios que datan del siglo XX se aludía a este estado de la naturaleza, sin embargo, hay uno que merece especial atención. Se trata de un escrito hecho en un sobre de una carta, perteneciente al Hotel Victoria, como se puede observar en la primera imagen, y en el que se afirma la excelente climatología en la ciudad de Alicante, aun así, a continuación, se transcribe para una mejor comprensión. El clima de Alicante es verdaderamente ideal. Las medias de temperatura anual singularmente en los meses invernales, indican que el frio es casi desconocido. La humedad es [ ] a los reumáticos y a los que padecen enfermedades del aparato respiratorio. Para los nerviosos [ ] y agotados por el trabajo intelectual constituye Alicante una estación invernal de primer orden y sin comparación con otras ciudades de la costa mediterránea, firmado por S. Ramón Cajal. Anverso y reverso de una carta. Fuente: Colección MUCOIN Por todo esto, la gente del interior de España se interesaba por conocer las tierras alicantinas y sus valores climatológicos que las hacían más notables a los ojos de los viajeros y familias pertenecientes a la España húmeda y fría. Esta forma de viajar por placer, suscitó la necesidad de incrementar el número de hospedajes en algunos casos y de mejorar la calidad en otros. Así, las tradicionales posadas o mesones ubicados en los accesos a la ciudad iban desapareciendo al mismo 14
tiempo que iban floreciendo las novedosas fondas y casas de huéspedes, situadas en este caso, en las inmediaciones del paseo marítimo para dar un servicio confortable a las familias que visitaban los nombrados balnearios del Postiguet. De esos alojamientos saldrán a principios del siglo XX los primeros hoteles (Valdés, 2017). A comienzos del siglo XIX se encontraban las posadas que databan de muchos años antes y se conocían como las posadas legendarias, pertenecientes a nobles y a la primera alta burguesía alicantina. Posadas como la de José Senabre, la del Sol, la de Pascual de Bonanza o la de Balseta, eran algunas de las más importantes ya que se ubicaban en la propia Rambla o en los alrededores del Ayuntamiento, en pleno casco antiguo. Pero fue en las últimas décadas del siglo XIX cuando se vio con la obligación de cambiar la orientación de los establecimientos alicantinos a causa de la creciente llegada de los viajeros para quedarse en la ciudad con la llegada del tren (Valdés, 2017). Empezaron a proliferar las primeras fondas, como la de Bossio, la del Vapor (que se convertiría posteriormente en el hotel Palace) y la del Ferrocarril, con una mayor clase y con cuidados en la comida, el servicio de habitaciones y la atención al cliente. Tenían una ubicación más turística, situándose en la fachada marítima y a los alrededores del Teatro Principal. Con el cambio de siglo, los hoteles ya tuvieron un gran apogeo a causa de una mayor propagación del sector turístico entre los visitantes. Es así como a finales de la década de 1920, se incrementó la planta hotelera de la capital con establecimientos como el Reina Victoria Hotel, Hotel Samper, Hotel Palas, Hospedería Nogueras, Hospedería Pastor, Pensión Terol, Pensión Cremades, Pensión Miramar, Pensión Díaz y Pensión La Provinciana. Se anunciaban como modernos y suntuosos establecimientos, con gran confort, excelente cocina en muchos de ellos, equipados cuartos de baño, inmejorable servicio, recibiendo de sus clientes merecidos elogios (Mazón, 2016). Cabe destacar tres hoteles, como fue el Reina Victoria, el Palace o el Gran Hotel Iborra ya que tuvieron una gran repercusión en la ciudad alicantina por la clase noble. Sin embargo, no fue hasta el año 1965 cuando se alzó el primer hotel en la primera línea de costa, el Hotel Carlton, consolidándose de esta manera la ciudad de Alicante como destino turístico de sol y playa. Pegatinas del Hotel Carlton y del Gran Hotel. S. XX. Alicante. Fuente: Colección MUCOIN Las dos imágenes anteriores son un ejemplo de publicidad que se materializaba, divulgando mediante pegatinas los principales hoteles alicantinos que tenían una mayor categoría. 15
Con la entrada de la segunda mitad del siglo XX, la ciudad de Alicante dio un vuelco impresionante con la introducción de decenas de hoteles que se sumaban a los anteriormente nombrados. Hoteles como el Reycar, el Leuka, el Hotel Cristal, el Gran Sol, el Meliá (todavía en uso) o el desaparecido recientemente hotel Sidi en la playa de San Juan, los cuales crecieron cualitativa y cuantitativamente. Como dato curioso decir, que la gran mayoría de hoteles que empezaron su andadura en el mundo de la hotelería eran hoteles familiares, que nada o poco tenían que ver con el turismo pero que vieron la oportunidad de crecer como negocio hotelero. Pero no solo fue la ciudad alicantina la que mantuvo ese nivel hotelero y turístico tan deseable. Municipios como Benidorm, Torrevieja, Calpe o Denia se congregaron en auténticos destinos de sol y playa y con ello, edificando magníficos hoteles para hospedar a los turistas que se sentían atraídos por el clima mediterráneo. Como citaba la guía turística de Alicante y provincia en el año 1954, de la propia ciudad de Alicante, salían diversas excursiones hacia las playas de Benidorm, hacia Calpe con su Peñón de Ifach, Guardamar, Santa Pola (Hotel Miramar) y Torrevieja, con sus magníficos hoteles y balnearios, como hacia ciudades de interior, Alcoy, donde se encuentra la Font Roja, un establecimiento hotelero situado a 1200 metros sobre el nivel del mar, Elche, conocido como el Jerusalén español por la gran influencia de las palmeras y Orihuela con sus museos y severos edificios. En Alcoy, a parte del Hotel Font Roja, había tres más con categorías iguales y una pensión, de calidad más baja. El Hotel Comercial con una tarifa de 12 50 ptas, el Hotel Continental el mejor de la ciudad como solían referirse en las guías turísticas, con una tarifa de 11 00 ptas y el Europa, más barato, con una tarifa de 7 00 ptas. (Guía turística Alicante Turismo, 1929-1930; 89). Por su parte, el periódico Información del 1973 se hacía eco de la ruta más famosa de la Costa Blanca de la que nadie podía perderse. Estamos hablando de la Ruta hacia Algar y Guadalest, donde se pueden encontrar las magníficas Fuentes del Algar, con su constante discurrir de agua cristalina y los burro-taxis de Guadalest. Imagen del periódico Información de la ruta más famosa. 1973.Fuente: MUCOIN El municipio de Benidorm, al igual que la capital de provincia, llamaba la atención por las aguas cristalinas que presentaba y por su benigno clima, que hacía que los enfermos pudientes de Madrid y Alcoy, principalmente, se desplazaran por preinscripción médica hasta el balneario que la ciudad ofrecía, el Balneario Virgen del Sufragio lo que 16
hizo que se tuviera que construir hoteles de igual categoría para dar servicio a esas familias. Postal de la Playa de Levante de Benidorm. Fuente: MUCOIN El Hotel Bilbaíno fue el primer establecimiento hotelero en Benidorm, construido en el 1926 y que sigue en funcionamiento hasta en la actualidad. Situado en primera línea de la Playa de Levante era parada obligatoria para aquellos turistas que emprendían las ansiadas vacaciones. Pegatina del Hotel Bilbaíno. Benidorm. Fuente: Pegatinas de la Colección MUCOIN Con el eslogan dónde el sol pasa el invierno y la brisa el verano Benidorm y sus playas más famosas de la Costa Blanca, se convirtió en el primer destino turístico de la misma, incluso superando a la propia capital de provincia, Alicante. En la actualidad, es una de las ciudades españolas que más pernoctaciones registra, seguida de Madrid y Barcelona. Por todo esto, se vio la necesidad de incrementar el número de hoteles para dar servicio a los turistas. Según la Oficina Municipal de Información Turística, que publicó una lista de los establecimientos hoteleros, éstos sumaban un total de 177, entre hoteles de una, dos, tres, cuatro y hasta cinco estrellas. Por lo que respecta a la datación, ésta tiene alguna complicación para posicionarla en el tiempo. Sin embargo, no todos los hoteles y fondas eminentes de la Costa Blanca, muy publicitados en prensa, folletos y guías turísticas como la del 1928, 1930, 1935 y posteriores, siguen en pie, por desgracia, como es el caso del demolido Parador de Ifach en Calpe o el Gran Hotel Miramar en Busot, heredero del viejo balneario termal, hoy abandonado (Martínez, 2016). 17
4.4 El despegue del turismo de masas A partir de finales de los años cincuenta del siglo XX, en España empieza a emerger una nueva forma de hacer turismo que rompe con lo que hasta ahora estábamos acostumbrados. Es el llamado turismo de masas tan conocido en nuestras costas valencianas. Fueron muchas las causas que propiciaron el gran despegue del turismo, hasta al punto de llegar a constituirse como un fenómeno social de mayor relevancia en todos los tiempos. El aumento de los salarios, las mejoras introducidas en los transportes, como fue la llegada del Seat 600 un turismo que conquistó a las familias españolas por su capacidad de desplazamiento hacia las costas mediterráneas y con ello, a cumplir los sueños de pasar las vacaciones junto al mar, la reducción de la jornada laboral, las vacaciones pagadas, así como el aumento del nivel de vida en los países de la Europa occidental, lo que ocasionó una llegada en masa de turistas de clase media/baja por el incremento de las rentas de éstos, aunque con unos niveles de llegadas que se mantenían por parte de la clase más pudiente. Se transitó desde una función incipiente, motivada por las condiciones climáticas, hasta llegar a configurar un sistema económico-territorial de notables proporciones e indiscutible importancia en nuestra realidad (Martínez, 2016; 4). Esto fue una gran revolución a nivel mundial ya que se convirtió en un nuevo modelo de turismo en el que las clases populares empezaron a cobrar un especial protagonismo (Mazón, 2016). Las costas alicantinas se convirtieron en auténticos destinos de sol y playa, con precios asequibles que hacían más deseables aun si cabían nuestras tierras a los ojos de los turistas nacionales, provenientes de otras zonas de España, como Madrid y a los extranjeros, sobre todo de la Europa occidental, que se sumarían en las décadas siguientes. El municipio de Denia ya vio por entonces un gran potencial turístico al que sacar provecho, que a día de hoy es la ciudad Creativa de la Gastronomía. De esta manera se construyeron muchos más hoteles, como el tan reconocido Parador Las Rotas, aun en funcionamiento, y en el que la inauguración estaba prevista para Julio del 1951, tal y como se tiene conocimiento por la multitud de folletos publicitarios que se divulgaban. Cartel publicitario Parador Las Rotas. Fuente: Colección MUCOIN 18
Como se puede percibir en las líneas de uno de ellos, éstos se dirigían a veraneantes, turistas, artistas y campeones del mundo de los deportes para que visitaran ese complejo no solamente en los meses de verano, si no en todas las estaciones del año, haciendo alusión reiteradamente al clima que se puede disfrutar en la ciudad de Denia. Como se ha dicho en el apartado anterior, la capital de provincia, así como algún que otro destino turístico de la Costa Blanca, incrementaron su planta hotelera para poder sobrellevar la gran multitud de turistas que ya visitaban nuestras costas. Este es el caso de Benidorm, uno de los ejemplos más espectaculares de desarrollo turístico que se ha visto en mucho tiempo. En junio del 1959, la ciudad de Benidorm, ya poseía veinte hoteles de gran variada categoría, aunque destacaban los de primera, como era el caso del Hotel Europa, Les Dunes o Brisa, además de diez residencias, cinco pensiones y tres campings, como se puede observar en la imagen inferior. Relación de hoteles, residencias y pensiones de esta villa. Fuente: Colección MUCOIN La ciudad de Benidorm, pasó de un pequeño pueblo de pescadores que, con los menguados recursos de la pesca y de unos modestos cultivos, no se podía hacer gran cosa... como no fuera emigrar (Nuño de la Rosa, 2013), a una de las más destacables ciudades de ocio del mundo mediterráneo, gracias como no, al turismo, convirtiéndola en el icono de esa época. El alcalde de por entonces, D. Pedro Zaragoza Orts, fue el creador de Benidorm que, junto con su trabajo incansable y su intuición, la transformó en uno de los principales destinos turísticos de España. Acciones como permitir el uso del bikini en sus playas, o celebrar el primer Festival de la Canción, llegaron a situar a Benidorm en la cumbre del éxito. Como bien dice la Guía Turística de dicha ciudad en el año 1968, se ha erigido como un lugar de veraneo realmente cosmopolita, en donde pueden escucharse las más diversas lenguas e idiomas. Era, por tanto, una ciudad única en toda la fachada mediterránea por la gran variedad de turistas extranjeros que se podían encontrar en sus calles. Además, dicha guía se encuentra traducida en los principales idiomas de los turistas más predominantes, como era el inglés, francés, alemán y holandés, para facilitar la comprensión. 19
Guía turístico de Benidorm. 1969. Fuente: Colección MUCOIN Por otra parte, y como también vemos expuesto en la misma guía, se hacía referencia al turismo residencial, otro fenómeno que nació a partir de la década del 1970. En el caso de Benidorm, eran muchos los chalets y apartamentos que se levantaron a lo largo de las dos playas y en zonas predominantemente residenciales como el Rincón de Loix (considerándose como el campo durante generaciones por los vestigios pesqueros y su mal olor que emanaba de las calles) y La Cala. Sin embargo, en otros destinos costeros como Altea, Calpe, Denia, Alicante, Santa Pola o Torrevieja, también se destacaba este nuevo portento que suscitó una corriente perpetua de visitantes y turistas durante todas las estaciones del año, movidos por el clima, el nivel de vida, la gastronomía y la diferencia de precio respecto a sus países de origen. Uno de los periódicos más importantes y destacables a nivel nacional, como es el Diario Información, se hacía eco de los principales destinos turísticos de la Costa Blanca, allá por el año 1973. Como bien dice en una publicación, en las grandes agencias de viajes internacionales, hay una banderita situada exactamente en el punto geográfico correspondiente a Benidorm. Estas banderitas señalan los lugares idóneos de vacaciones para ofrecer a la numerosa clientela comprendida en turistas alemanes, belgas, daneses, suecos, etc los cuales eran los auténticos propagandistas de las excelencias que presentaba la ciudad en sus países de origen. Por otra parte, nombra a Altea como el pueblo alicantino que acoge al turismo mundial, mostrando claras diferencias entre el turismo disfrutado en este encantador pueblo y el que se deleita en los demás destinos, puede ser porque no se ha dejado ganar por la construcción tan prodigada en rascacielos, lo que siempre motiva una merma del paisaje. Además, Altea tenía otra visión respecto al desarrollo turístico, la cual se lanzó hacia una promoción eminentemente residencial. Por su parte, otro de los destinos de costa como es Torrevieja, se hizo hueco entre el panorama turístico y las publicaciones de este periódico, en el cual se muestra otra faceta del turismo, como es el deportivo, ya que, por entonces se encontraba el Real Club Náutico de Torrevieja en pleno auge, con casi un millar y medio de socios, que con sus yates inundaban la ciudad de nueva vida. Pero no solo publicitaban las ciudades y pueblos costeros, más bien se quería divulgar el turismo de interior con sus pueblos escondidos entre los valles, ejemplos como Callosa d en Sarrià, Polop de la Marina o Chirles, el paraíso escondido como se solía identificar entre los turistas. 20
Siguiendo la misma línea, era una época de gran efervescencia para el sector turístico, que se traducía en efectivos medios de publicidad para llegar a un público más amplio geográficamente hablando. Cualquier turista que tocaba las playas de Benidorm, como las de Torrevieja o Alicante, se llevaba un souvenir para su pueblo. Era una manera de poder decir a su círculo familiar y de amigos que había estado allí de vacaciones, como el poder guardar un recuerdo de ese lugar. Souvenirs de la Costa Blanca típicos de la época de los 50. Fuente: MUCOIN 21
5. El turismo como tema museístico: El Museo Comercial e Industrial de Alicante (MUCOIN) Una vez se ha comprobado la gran contribución de la colección MUCOIN que David Beltrá Torregrosa custodia en su tierra natal Novelda, a la hora de entender y ayudar a divulgar y conocer de una manera más profesional y directa la historia alicantina, llega el momento de que ese patrimonio documental, nombrado anteriormente, y cuya índole es muy compleja y miscelánea, vea la luz para dar así, una visión más amplia de lo que fue el turismo en los dos últimos siglos pasados y que de una forma u otra, ha condicionado el modelo turístico de la actualidad. Con este bloque queremos diseñar un producto de carácter cultural que podrá ser expuesto en aquellas ciudades representativas del turismo de interior o de costas. Se proponen dos fórmulas que no son excluyentes, por un lado, la creación de un museo vinculado al sector turístico y, por otro lado, una exposición itinerante del tema estudiado. El diseño que planteamos es la base de cualquier comienzo museístico de este sector en la Costa Blanca y es consecuencia de la investigación de este trabajo, donde se podrá incorporar más apartados a mayor investigación. El guion expositivo será representativo de esta geografía en los últimos 100 años y se propone ordenado cronológicamente siguiendo los cuatro bloques desarrollados en este trabajo. Además, se diferencia por un lado los municipios de la costa con una gran incidencia en el sector turístico como Denia, Benidorm, Alfaz del Pí, La Vila Joiosa, Alicante, Torrevieja, Orihuela, entre muchas más y, por otro lado, los municipios de interior con sus particularidades que los hacen únicos a los ojos de los turistas. Se va a proceder a exponer dos propuestas museísticas, una de carácter permanente y otra, de carácter temporal e itinerante. En el guion expositivo utilizando como base los cuatro bloques explicativos del turismo en la provincia, se le acompaña de diversos ambientes de tipologías que se encuentran íntimamente ligadas al turismo y las cuales quedan recogidas en la misma colección del MUCOIN, siendo éstas la gastronomía, la cultura y ocio, las fiestas, entre muchas más. Un primer espacio es el relacionado con la gastronomía típica de la provincia, centrando la atención en el helado, tan representativo de la Costa Blanca y más concretamente de los pueblos de Jijona y Alicante, y tan típico por parte de los turistas en el verano. En el segundo espacio se representa el turismo de ocio, recreando parte de un cine de verano de la época y con la proyección de las películas del destape de los años setenta, las cuales fueron toda una revolución social. Finalmente, se plantea una sala con objetos, imágenes, textos y publicidad de las fiestas y todo el rico patrimonio inmaterial típico de los pueblos de la provincia de Alicante y que de una manera u otra han contribuido a la presencia de turistas. Por todo esto, se proyecta en el trabajo, dos propuestas diferentes pero complementarias entre ellas. En la referida a la primera, se esboza la opción de llevar a cabo una exposición permanente con la base de la colección del MUCOIN, apuntando hacia la organización y ejecución del primer Museo del Turismo, mientras que en la segunda, se propone la realización de una exposición itinerante de toda la colección impregnada del sector turístico del MUCOIN por todas las ciudades alicantinas que han tenido o tienen una involucración directa con el turismo. 22
5.1 La exposición permanente Como se ha expuesto anteriormente, el objetivo final de este trabajo es la difusión del patrimonio documental del sector turístico, para así poder fortalecer la identidad comunitaria, como es en este caso, de la provincia alicantina y de su marca turística Costa Blanca. Por lo tanto, la primera alternativa propuesta es la exposición permanente en el tiempo del MUCOIN, el Museo Comercial e Industrial de Alicante y su provincia, ubicado en Novelda, ya que es la base de la colección turística, además de tener el dominio de la misma. A esto, hay que sumarle la gran ocasión que se le brinda a la hora de ampliar los sectores más característicos de la provincia alicantina representados en el museo, como son los puramente industriales y comerciales, con un total de 100.000 piezas recopiladas desde la llegada del ferrocarril MZA a Alicante en el 1858 hasta la década de los sesenta, donde el sector turístico tiene un papel predominante. Sin embargo, la propuesta del museo, no tiene por qué ser exclusiva del municipio de Novelda. Es una gran oportunidad que merece el esfuerzo de muchas instituciones públicas y/o privadas mediante convenios. Siguiendo la misma línea, hay que decir que ya existe un proyecto de creación de un Museo del Turismo en Alfaz del Pi, cuya fecha de arranque será en el propio 2017. Es por esto, que pueden llegar a ser dos propuestas complementarias entre ellas y con la finalidad de ampliar la colección inicial con el patrimonio documental del MUCOIN, así como suplementar al actual Museo del Turismo online que existe en la Fundación Frax. Más de 400 piezas del sector turístico propiamente dicho y repartidas entre guías turísticas, revistas y material de publicidad como banderolas, pegatinas, souvenirs, folletos tendrán la oportunidad de ser vistas por el público más entregado e interesado por la historia y la evolución sufrida de este campo en la Costa Blanca, con un enfoque más publicitario necesario para que el usuario conozca y reconozca el sello de Alicante. Por otra parte, se mostrarán las piezas y objetos de muchos otros sectores industriales y comerciales datados de los siglos XIX y XX, todos ellos con un grado de implicación en el turismo. Finalmente, pero no menos importante, con el vuelco de todo este material, se dota tanto a la propia provincia de Alicante como al propio museo, de una identidad, singularidad y relevancia a nivel económico, social como cultural. 23