POSICIÓN No 2 RESUMEN

POSICIÓN No 2 RESUMEN

RESUMEN DE POSICIÓN No 2 CONTENIDO Resumen de Declaración.. Introducción. Hermenéutica bíblica Uso del método apropiado.. Estudio del lenguaje, gramática y contexto.. Uso de principios teológicos bíblicos.. Texto, teología y ordenación. Orden en el reino cósmico de Dios Dios, mujer y hombre en el Antiguo Testamento. Adán y Eva antes de la caída Creados a la imagen de Dios. La precedencia de Adán... Adán y la ley. Creada de una costilla de Adán y para él La mujer recibe nombre Matrimonio Hombre y mujer después de la caída. Adán y Eva La mujer desempeñando papeles de liderazgo en Israel. Dios, mujer y hombre en el Nuevo Testamento. Esposos y esposas: La cabeza Efesios 5: 21-23 1 Corintios 11: 12-33. Tema principal del pasaje..

Práctica cultural. Uso del término cabeza (kephalē).. Conexión con Génesis 1 Timoteo 2: 9-14.. Contexto. Aprender en silencio y ser sumisa.. La mujer tiene prohibido enseñar.. Tener autoridad sobre otros. Adán y Eva Naturaleza del ministerio cristiano.. Jesús y el ministerio cristiano.. Ministerio en la iglesia El don del Espíritu.. El Espíritu para hombres y mujeres. Los dones y su inclusión de ambos géneros. Miembros y ministros: No hay diferencia esencial Dones y cargos o posiciones.. Dios toma la iniciativa. Los doce apóstoles. Dones especializados. Comienzo de dirigentes asignados. Diáconos y ancianos.. Imposición de las manos en las Escrituras.. Imposición de las manos en el Antiguo Testamento. Imposición de las manos en el Nuevo Testamento.. Importancia del rito Calificaciones para el liderazgo..

Diaconisas.. Mujeres ancianas Conclusión.. Elena G. White y las mujeres en el ministerio.. Silencio.. Inclusión.. Variedad Comisión.. Misión.. Nombramiento para cargos o posiciones en la Iglesia Adventista del Séptimo Día. Conclusión.. Respuestas a algunas preguntas acerca de ordenación.

RESUMEN DE POSICIÓN No 2 RESUMEN DE DECLARACIÓN El orden en el reino cósmico de Dios se basa en el amor, que define su misma naturaleza y que se expresa a sí mismo en servicio a Dios y a los demás. En su amor, Dios ha dado capacidades y habilidades a sus criaturas inteligentes y, sobre la base de su desarrollo y su servicio amante, se les asignaron responsabilidades específicas. Siendo que Dios les concedió libertad propia, no se vieron restringidas arbitrariamente en su desarrollo al asignárseles un papel a desempeñar particular a ser ejercitado por toda la eternidad, sin la posibilidad de desempeñar otros papeles. Dios no las limitó arbitrariamente en su expresión de servicio amante a los demás. Adán y Eva eran miembros del reino cósmico de Dios. Fueron creados a la imagen de Dios como iguales. Ninguno fue puesto bajo la autoridad del otro sobre la base de su género o del orden de su creación. Eva no fue creada para estar, por naturaleza, bajo Adán. Fue hasta después de la caída que, a fin de preservar el orden en el hogar, fue puesta en sujeción a su marido. Pero esto quedó restringido a la relación entre esposo y esposa. En Israel, el liderazgo recayó primordialmente sobre el liderazgo del hombre. Pero esta práctica común no debe cerrar nuestros ojos al hecho de que Dios estaba interesado en utilizar mujeres como dirigentes de su pueblo. Dios deseaba que su pueblo comprendiera que el hombre y la mujer debían trabajar juntos como iguales en el servicio en favor de él y de su pueblo. Proveyó para su pueblo profetas y profetisas (los más altos e

importantes dirigentes espirituales en Israel) y una jueza que fue también profetisa para ocupar la posición más importante de liderazgo en Israel durante el periodo de los jueces. Desde una perspectiva divina, el liderazgo entre su pueblo no se basa en diferenciación de géneros. En el Nuevo Testamento continúa el patrón común de liderazgo masculino, pero el liderazgo femenino se vuelve altamente visible. Las mujeres pueden ocupar ahora posiciones de liderazgo iguales a las de los hombres. Ellas también reciben el don del Espíritu que las equipa, juntamente con los hombres, para edificar la iglesia. Siendo que los dones son inclusivos en cuanto a género, las mujeres que contaban con los dones necesarios para funcionar como diáconos fueron nombradas y ordenadas como tales. Esto inmediatamente revela que, aunque los cargos de diácono y anciano son específicos, no son exclusivos en cuanto a género. Los miembros de la iglesia, tanto masculinos como femeninos, pueden funcionar como ancianos y diáconos siempre y cuando tengan los dones apropiados y la iglesia reconozca el llamado divino. El hecho de que el Nuevo Testamento no mencione específicamente ancianos de género femenino o ancianas, no significa que no hayan funcionado como tales. Las calificaciones para constituirse en ancianos y diáconos son muy similares y sabemos que hubo diaconisas en el Nuevo Testamento. Hay suficiente apoyo bíblico para que la iglesia proceda a ordenar mujeres al ministerio. Elena G. White no prohíbe o afirma explícitamente la ordenación de mujeres al ministerio. Sin embargo, ella ha abierto la puerta para que las mujeres que posean calificaciones al respecto, ocupen en la iglesia cualquier posición de liderazgo.

Anima a las mujeres jóvenes a estudiar y desarrollar sus talentos dados por Dios a fin de estar listas para servir a la iglesia en tales posiciones. La evidencia bíblica es muy clara. No hay nada espiritual, ética o moralmente incorrecto en la ordenación de mujeres al ministerio evangélico. INTRODUCCIÓN Conscientes de nuestra alta vocación como adventistas del séptimo día, esperamos ansiosamente el pronto retorno de Nuestro Señor Jesucristo. Creemos entusiastamente que Dios tendrá en la tierra un pueblo que sostendrá la Biblia y la Biblia sola, como piedra de toque de todas las doctrinas y base de todas las reformas. 1 Esto demanda un compromiso pleno a la totalidad de las Escrituras y a su incuestionable autoridad como única fuente de fe y práctica. Tales convicciones nos son indispensables al examinar la historia de la salvación, como nos fue revelada en las Escrituras, en nuestra búsqueda de la voluntad de Dios en la cuestión de la ordenación de las mujeres al ministerio evangélico. Al entrar en este tema, una apropiada comprensión del carácter de Dios, de la gran controversia entre el bien y el mal, y del plan de salvación, proveerán el marco de interpretación. Por consiguiente, al examinar la evidencia bíblica para la ordenación de la mujer, necesitamos hacernos algunas preguntas pertinentes respecto a Dios: Cómo ve Dios a las mujeres y cómo nos lo ha comunicado? Qué imagen de Dios sale a relucir a partir de una interpretación en favor de la ordenación de mujeres? Qué 1 CS 653

imagen de Dios surgirá de una negación a la posibilidad de la ordenación de mujeres? Iniciamos nuestro estudio con sinceridad de corazón, con oración y con la disposición a escuchar lo que el Espíritu tiene para decirle a la iglesia. HERMENÉUTICA BÍBLICA La necesidad de comenzar nuestro estudio con una breve discusión sobre hermenéutica, surge del hecho de que la Biblia no ordena ni prohíbe en forma explícita la ordenación de la mujer al ministerio. Los adventistas que aman al Señor y toman seriamente las Escrituras como la Palabra inspirada de Dios, han llegado a diferentes conclusiones utilizando la misma Biblia para estudiar el mismo tema. Por lo tanto, tales diferencias requieren reflexión en cuanto a la forma como interpretamos la Palabra de Dios (hermenéutica). En 1986, en el Concilio Anual de la Asociación General en Río de Janeiro, Brasil, los directivos de la Iglesia Adventista adoptaron un documento sobre métodos de hermenéutica bíblicos: Métodos de Estudio de la Biblia: Presuposiciones, Principios y Métodos 2 (MBSC por sus siglas en inglés). La hermenéutica tiene que ver no solamente con la comprensión de la Biblia, sino también con el proceso de razonamiento y evaluación de la interpretación bíblica. Los adventistas están de acuerdo en que debemos seguir principios hermenéuticos sólidos. La exégesis aplica esos principios a textos particulares y, la exposición de esos textos comunica el mensaje de Dios contenido en el texto, a través de la predicación o la enseñanza. 2 Este documento fue publicado en la Adventist Review, 22 de enero de 1987 y está disponible en línea en https://adventistbiblicalresearch.org/materials/bible-interpretation--hermeneutics/methods-bible-study. Usaremos su publicación en, George. E. Reid, ed., Understanding Scripture: An Adventist Approach (Entendiendo las Escrituras: Un enfoque adventista) (Silver Springs, MD: Biblical Research Institute, 2005). 329-337.

USO DEL MÉTODO APROPIADO Al colocarse juntos varios textos y procurar entender su importancia teológica debe darse gran consideración a la totalidad de la enseñanza bíblica. La tarea debe ser hecha bajo la guía del Espíritu Santo si esperamos realmente entender la verdad según la intención del Espíritu. De acuerdo con el documento de Río, aceptamos el método de interpretación histórico gramatical de la Biblia como la herramienta adecuada para entenderla. Aceptamos firmemente la Biblia como la Palabra de Dios y, rechazando metodologías que socavan su mensaje y origen sobrenatural, procuramos seguir y obedecer lo que ella enseña. Deseamos estudiarla con corazón humilde y espíritu de aprendizaje, reconociendo nuestras limitaciones humanas al comprender todo lo que tiene para decirnos. ESTUDIO DEL LENGUAJE, GRAMÁTICA Y CONTEXTO Como lo declara el documento de Río, deseamos también seguir métodos fieles de estudio de la Biblia para llegar al significado verdadero del texto de la Biblia. Esto requiere del estudio de trasfondos: En conexión con el estudio del texto bíblico, exploramos los factores históricos y culturales. Tanto la arqueología, como la antropología y la historia, pueden contribuir a la comprensión del significado del texto. 3 Por tanto, debemos considerar, hasta donde mejor podamos, los lenguajes originales de los libros de la Biblia con ayuda de la gramática y la sintaxis, el contexto de los pasajes, el género literario de los libros y la orientación de Elena G. White cuando esté disponible. El contexto del pasaje es su inmediato contexto dentro del libro mismo y en toda la Biblia. En algunos casos, el significado de un 3 MBSC, 333

pasaje es suficientemente claro para el lector, pero en muchos otros, su comprensión requiere un análisis cuidadoso hecho con oración. Esto requerirá el estudio de terminología, construcciones gramaticales, estructura literaria, su marco contextual, etc. ENFOQUE TEOLÓGICO El documento de Río alude a tal enfoque teológico de la hermenéutica cuando dice: Las Escrituras fueron escritas con el propósito práctico de revelar la voluntad de Dios a la familia humana. Sin embargo, a fin de no interpretar mal ciertos tipos de declaraciones, es importante reconocer que están dirigidos a personas de culturas orientales y expresadas en sus patrones de pensamiento Las Escrituras registran experiencias y declaraciones de personas a quienes Dios aceptó, pero que no estaban en armonía con los principios espirituales de la Biblia en general por ejemplo, incidentes en relación con el consumo de bebidas alcohólicas, poligamia, divorcio y esclavitud. Aunque no es muy explícita la condenación de esas profundamente arraigadas costumbres sociales, Dios no necesariamente endosó o aprobó todo lo que permitió y soportó en la vida de patriarcas y [reyes] en Israel El espíritu de las Escrituras es uno de restauración. Dios obra pacientemente para elevar a la humanidad caída de las profundidades del pecado, a su ideal divino. 4 En otras palabras, un enfoque teológico en relación con los principios bíblicos, espirituales y teológicos que hace resaltar el despliegue de la revelación de Dios, es parte de una fiel hermenéutica bíblica adventista. Es la narración de la historia de 4 Ibíd. 335-336.

la salvación desde la creación ideal por parte de Dios, pasando por la caída de la humanidad, hasta la restauración a través de Cristo del ideal original de Dios en la tierra nueva. Los adventistas emplean un enfoque distintivo en su método teológico Creación-Caída-Re-Creación. La creación es un principio teológico fundamental y central de la enseñanza adventista y sirve de base para nuestra formulación teológica de nuestras enseñanzas. Este es el caso en lo concerniente a nuestra comprensión del conflicto cósmico y de enseñanzas tales como la abstinencia a bebidas alcohólicas, el vegetarianismo y el rechazo de la poligamia y la esclavitud. Esta hermenéutica adventista se refleja también en nuestro nombre: somos adventistas (recreación) del séptimo día (creación). Toda la historia de la redención queda incluida. Con este enfoque distintivo basado en la creación y la re-creación, somos capaces de percibir el amplio panorama de la revelación de Dios, la unidad de las Escrituras y la ultimada intención del material bíblico como un todo (un enfoque canónico) a fin de discernir correctamente el significado del mensaje de Dios. En esta tarea procuramos descubrir, guiados por el Espíritu, el carácter amante de nuestro Dios manifestado en su Hijo y en el registro de su revelación propia en las Escrituras. USO DE PRINCIPIOS BÍBLICOS TEOLÓGICOS De esta manera, los principios de hermenéutica proveen una comprensión equilibrada y bíblicamente informada del texto bíblico. Si tratamos de explicar la verdad bíblica solo y simplemente citando textos bíblicos en vez de aplicar principios bíblicos provistos por el contexto mayor de la Biblia misma, los

adventistas no podríamos apoyar nuestra posición en contra del tabaco y el uso de drogas, o promover el vegetarianismo. Una hermenéutica que toma seriamente los principios bíblicos y que busca sus raíces hasta el tiempo de la creación es también consistente con nuestra posición adventista contra el estilo de vida homosexual, porque el registro bíblico de la creación provee el razonamiento fundamental para una total oposición a este estilo de vida. La enseñanza bíblica en contra de la homosexualidad tiene sus raíces en la legislación de la creación; es universal, no es temporaria, nunca cambió y es válida en todos los tiempos. (ver Gén.1: 26-28; 2: 22-24; Lev. 18: 22; 20:13; Rom. 1: 2, 27). Es consistente también con la trayectoria bíblica construida según el patrón seguido desde la creación, la caída y hasta la re-creación. TEXTO, TEOLOGÍA Y ORDENACIÓN Como se sugirió antes, aun cuando no hay una declaración bíblica explícita y directa para ordenar mujeres al ministerio, tampoco hay ningún impedimento para hacerlo. Por el contrario, un cuidadoso análisis textual y bíblico teológico, señala en dirección de incluir y afirmar totalmente a la mujer en todas las posiciones en el ministerio. Este enfoque es utilizado por todas las partes involucradas en la discusión de la ordenación de mujeres al ministerio. En ausencia de un mandato explícito tenemos que considerar la enseñanza bíblica acerca de la relación entre hombre y mujer. Solamente a través de un oído atento a lo que la Biblia enseña, así como a su énfasis teológico, podemos llegar a una buena conclusión. ORDEN EN EL REINO CÓSMICO DE DIOS

El énfasis bíblico en el ministerio ordenado tiene que ver primordialmente con el orden de la iglesia y, como tal, debe reflejar los principios de orden que rigen en el reino cósmico de Dios. El misterio en torno a la unidad de la Divinidad es para nosotros un misterio impenetrable. Sabemos que Dios es amor y que las relaciones entre la Trinidad son una constante expresión y efluvio de ese amor. Más allá de lo anterior, debemos inclinar humildemente nuestro rostro en silencio ante él. La creación de Dios se caracteriza por el orden y el orden es indispensable para que funcione apropiadamente. Dentro de su reino cósmico, el orden es simplemente la reflexión en la creación del amor de Dios. Siendo la ley del amor el fundamento del gobierno de Dios, la felicidad de todos los seres inteligentes depende de su perfecto acuerdo con los grandes principios de justicia de esa ley. Dios desea de todas sus criaturas el servicio que nace del amor, de la comprensión y del aprecio de su carácter y otorga a todos libre albedrío para que puedan servirle voluntariamente. 5 De acuerdo con esta cita, el amor es el fundamento del gobierno divino. El carácter mismo de Dios es la ley que gobierna el universo. En segundo lugar, el bienestar de las criaturas inteligentes depende de su sujeción a Dios. Dios mismo es el centro de tal orden. En tercer lugar, las criaturas inteligentes expresan su amor en servicio a Dios. Nada se impone arbitrariamente sobre ellas, sino por el contrario, habiendo sido creadas libres, el Creador espera de ellas solamente servicio voluntario. 6 5 PP 12, 13. 6 ED 94, 95

A través de esta ley de servicio, Dios mantiene unido el universo. Es esta ley de servicio que nace del amor la que rige entre los ángeles. Elena G. White sugiere que las posiciones de liderazgo entre los ángeles les fueron asignadas sobre la base de servicio. 7 Sabemos que a los ángeles se les asignan nuevas responsabilidades, lo cual significa que no fueron creados para cumplir una en particular sin la posibilidad de nuevas oportunidades de servicio. 8 Siendo que las posiciones fueron asignadas por Dios sobre la base de servicio, la sumisión de los ángeles a nuevos líderes angélicos fue voluntaria en el sentido de que podían entender la razón por la que el Creador les había asignado esas nuevas posiciones de servicio. La sumisión a los líderes angélicos era de hecho sumisión a Dios. Al pasar el tiempo, las funciones cambiarían al conferir Dios nuevos honores a otros ángeles. En el reino de Dios, nadie estaba limitado a un particular papel a desempeñar. Había un orden armonioso en medio del cual cada ser inteligente podía desarrollar libremente su potencial dado por Dios sin ninguna restricción premeditada y arbitraria (como por ejemplo, quién fue creado primero; y seguramente no sobre la base de género). DIOS, MUJER Y HOMBRE EN EL ANTIGUO TESTAMENTO. Usando nuestro enfoque hermenéutico procederemos ahora a estudiar el papel a desempeñar de la mujer en el comienzo bíblico en el Antiguo Testamento. Esto es indispensable debido al 7 Special Testimonies on Education (Testimonios especiales sobre educación) 57. 8 Por ejemplo, el ángel Gabriel no era un querubín cubridor, pero se le asignó esa posición después de la caída de Lucifer. Elena G. White describe a Gabriel como el ángel que sigue en honor al Hijo de Dios (DTG 74; ver también 201). Esta era la posición de Lucifer antes de su rebelión (cf. 4 CBA 1165; CS 485).

hecho de que no tenemos un mandato bíblico específico para ordenar o no ordenar mujeres al ministerio. ADÁN Y EVA ANTES DE LA CAÍDA Nos remontamos a los orígenes porque ahí encontramos por primera vez la divina comprensión de la relación entre hombre y mujer y lo que Dios esperaba de ellos. Una lectura del texto indica claramente que fueron creados iguales y que ninguno fue colocado bajo la autoridad del otro. Creados a la imagen de Dios. Y creó Dios al hombre [ha adam, humanidad ] a su imagen, a imagen de Dios lo creó. Hombre y mujer los creó (Gén. 1:27).Tanto el hombre como la mujer son hechos a la imagen de Dios, ambos son bendecidos, ambos comparten de igual manera la responsabilidad de la procreación, ambos sojuzgan la tierra, ambos gobiernan sobre el reino animal (Génesis 1: 26-28). Su naturaleza es la misma y, bajo Dios, deben desempeñar las mismas funciones. Aunque los términos hombre y mujer tienen connotación sexual (biológica) y otras diferencias, tanto al hombre como la mujer se les manda en forma igualitaria y sin ninguna distinción, a ejercer dominio, no uno sobre el otro, sino ambos, juntos, sobre el resto de la creación de Dios. Esos versículos indican explícita y sólidamente la ausencia de cualquier jerarquía del hombre sobre la mujer. La prioridad de Adán. Que el hombre haya sido creado primero, antes que la mujer, puede sugerirle a algunos que Adán debía tener autoridad sobre Eva, pero, contextualmente, este no es el caso (p. ej., los animales fueron creados antes que Adán). Más bien, todo el recuento de Génesis 2 está escrito para mostrar que la creación de la mujer al final de la narración

corresponde en importancia a la creación del hombre en el comienzo. La mujer es creada como el clímax de la historia de la creación. El movimiento en este texto va de lo incompleto a lo completo. La precedencia de Adán significa que la creación de los seres humanos todavía no se había completado. Podemos decir claramente que el Adán de Génesis 2 es el hombre del Adán de Génesis 1 que fue creado a la imagen de Dios como hombre y mujer. El ādam de Génesis 2 es el hā ādam de Génesis 1 en el proceso de ser creado. Esto es contextualmente lo que el escritor bíblico está tratando de comunicarnos. Adán y la ley. Una lectura de Génesis 2:16, 17, da la impresión de que Adán recibió un mandato específico de Dios y de que se esperaba que le informara a Eva sobre el mismo, p. ej., que él era su maestro. En primer lugar, con respecto a quién era el maestro en el Edén, solamente sabemos que Dios y los ángeles eran sus instructores. 9 En segundo lugar, es lógico asumir que tan pronto como Adán fue creado, Dios necesitó advertirlo contra la transgresión. 10 En tercer lugar, sabemos que Dios también le dijo a Eva que no debía comer del árbol del conocimiento del bien y del mal. 11 Dios también les dio instrucciones sobre cómo trabajar y cuidar del huerto. 12 Dios les dio instrucciones específicas a ambos y los hizo responsables ante él. Los trató como iguales. Creada de una costilla de Adán y para él. La derivación de Eva a partir de Adán, señala hacia el hecho de su igualdad. Al usar el material en bruto de la costilla, Dios eligió crear 9 ED 20; PP 30. 10 Cf. YI, 27 de febrero, 1902, párrafo 1. 11 ST 8 de octubre de 1894, párrafos 2, 3. 12 Ibíd., párrafo 1.

estéticamente una mujer mientras Adán estaba dormido. Eva fue creada del lado de Adán (no de su cabeza ni de su pie), para mostrar que debía estar a su lado como su igual. 13 (Gén. 2: 2, 22). Génesis 2 habla directamente sobre la cuestión de los relativos papeles a desempeñar o relación funcional entre el primer hombre y la primera mujer: Eva iba a ser la ayudante de Adán ( ezer kenegdo, Gén. 2:18). El término ezer, traducido frecuentemente como ayudante, no denota en el original la idea de un ayudante o asistente subordinado, como el término ayudante en nuestro idioma implica frecuentemente. Usado mayormente en relación a Dios (como en Éxodo 18:4; Deut. 33:7, 26; Sal. 33: 20; 70: 4; 115:9-11), este término relacional, en las Escrituras, simplemente señala hacia una relación beneficiosa. El término kenegdo significa literalmente como su contraparte, así que la frase entera ezer kenegdo, en Gén. 2, significa nada menos que un benefactor que es su equivalente una compañera igual (Gén. 2:18, 22), tanto en naturaleza como en función. Elena G. White escribió: Cuando Dios creó a Eva, quiso que no fuera ni inferior ni superior al hombre, sino que en todo fuese su igual. La santa pareja no debía tener intereses independientes; sin embargo, cada uno poseía individualidad para pensar y obrar. 14 La creación de Adán y Eva fue un acto singular en el que la separación y la reunificación jugaron un papel importante. Adán fue creado primero y por consiguiente, su primera relación social 13 PP 25 14 3TI 531, la cursiva es nuestra. CF PP 38: En la creación Dios la había hecho igual a Adán. Que Elena G. White implique igualdad funcional (papel a desempeñar) sin jerarquía, así como igualdad ontológica, es muy evidente en la siguiente frase, en la cual se introduce la sujeción o sumisión de la esposa al esposo solamente hasta después de la caída: Si hubieran permanecido obedientes a Dios, en concordancia con su gran ley de amor, siempre habrían estado en mutua armonía; pero el pecado había traído discordia, y ahora la unión y la armonía podían mantenerse únicamente mediante la sumisión del uno o del otro. Tal contraste hace claro que tal jerarquía de funciones que implica sumisión a una cabeza no estaba presente antes de la caída.

fue con el Creador, no con Eva. Deseando dar a Eva el mismo privilegio, Dios hizo caer en sueño a Adán. La primera relación de Eva no fue con Adán, sino con Dios y entonces se la trajo a Adán para iniciar una maravillosa relación en unión mutua y con el Creador. A la separación en este caso le sigue la reunificación. Eva es creada a partir de la costilla de Adán y se le trae de vuelta. Esto es diferente a la forma en que Dios creó otros fenómenos. En esos casos no hay reunificación, porque fue creado algo radicalmente diferente (Gén. 1:4, 7, 9; 2:7). Los términos de y por se usan (1 Cor. 11: 8, 9) para indicar la igualdad de Adán y Eva así como diferenciación de géneros. Ella iba a ser una bendición para él como su igual. Nombre de la mujer. Cuando Adán recibe del Creador a la mujer, exclama: " Esto es ahora hueso de mis huesos y carne de mi carne! Será llamada 'mujer' [ iššah], porque del varón [ iš] fue tomada" (2:23). Debemos prestar cuidadosa atención al lenguaje utilizado aquí. Adán no está celebrando que Eva está ahora bajo su autoridad, sino que ahora tiene una compañera que corresponde a su propia naturaleza ( hueso de mis huesos ). De hecho, el acto de dar nombre, en el Antiguo Testamento, significa normalmente la habilidad de discernimiento, p.ej., él discierne su verdadera identidad (cf. Gén.16:13). Más aun, en Génesis 2:23 se usan dos formas pasivas de referirse a la divinidad; fue tomada, indica que fue Dios quien realizó la acción. La segunda es será llamada. Indica que después de crearla, Dios fue quien la llamó Mujer (Esta fue llamada [por el Señor] Mujer ). Matrimonio. La igualdad de Adán y Eva se expresa en la fórmula del matrimonio: Por eso, el hombre dejará a su padre y a su madre, se unirá a su esposa, y serán una sola carne [basar

ekhad] (2:24). Se pone en alto la relación de Adán y Eva como el patrón para todas las futuras relaciones matrimoniales humanas. En la sociedad patriarcal se esperaba que la mujer se mantuviera cerca o se uniera a su esposo, y de esta manera, la fuerza de esta declaración es que tanto el hombre como la mujer deben pegarse mutuamente. En forma recíproca, este pegarse o no separarse indica la ausencia de sumisión de uno a la autoridad del otro. De la misma manera, en el contexto del pacto del matrimonio, el esposo y la esposa llegan a ser una sola carne (basar ekhad). Esta expresión indica una unidad e intimidad en toda la relación de la totalidad de la persona del esposo, con la totalidad de la persona de la esposa; una armonía y unión mutua en todas las cosas. En pocas palabras, Génesis 2, al igual que Génesis 1, no provee ninguna evidencia que podría usarse para apoyar la sujeción de la mujer al esposo antes de la caída. Más bien, ambos se presentan como totalmente iguales, sin ningún indicio que indique una diferente naturaleza o alguna jerarquía funcional. HOMBRE Y MUJER DESPUÉS DE LA CAÍDA Adán y Eva. La sumisión de la mujer al esposo ocurrió después de la caída de Adán y Eva. y él [tu esposo] te dominará [mashal] (Gén. 3:16). El verbo hebreo traducido como te dominará (mashal) no es el mismo usado para la pareja humana dominad o gobernad (radah) sobre los animales (Gén. 1:28), sino que señala hacia un papel de liderazgo que implica reconfortar, proteger, cuidar y amar. Es de importancia crucial reconocer que el liderazgo amante de Adán y la sumisión de Eva vienen después de la caída, presentados por Dios como

remedio para preservar la unidad y la armonía en el matrimonio. Esta relación no es un mandato dado en la creación, sino que viene como resultado del pecado: el pecado había traído discordia, y ahora la unión y la armonía podían mantenerse únicamente mediante la sumisión del uno o del otro. 15 Finalmente, el papel de liderazgo amante (mashal) en Génesis 3: 16, se limita a la relación esposo esposa y por lo tanto no involucra una subordinación general de la mujer al hombre o una posición como cabeza del hombre sobre la mujer. En pocas palabras, no hay impedimentos en Génesis 3 que eviten que la mujer tenga completa e igual participación con el hombre en cualquier ministerio al que Dios podría llamarla y para el cual él podría habilitarla. Mujeres en posiciones de liderazgo en Israel. Siendo que el texto bíblico deja abierta la posibilidad de que la mujer ejerza liderazgo, hay en el Antiguo Testamento numerosos ejemplos de mujeres que ejercitan el don del liderazgo y el ministerio. Entre otros, encontramos el de María (Miriam), notable profetisa, líder en Israel juntamente con sus hermanos (Miqueas 6:4), y Hulda (2 Reyes 22: 14-20; 2 Crónicas 34: 22-28). Es Débora, sin embargo, quien merece consideración especial. En el libro de los Jueces se le describe como dirigente militar, con la misma autoridad de los generales de género masculino, además de jueza, a quien los israelitas hombres acudían en busca de consejo legal y para resolver casos judiciales. Sería un error considerar a Débora como solamente una profetisa a quien se le dieron poderes judiciales temporarios. Lo que con frecuencia se pasa por alto es que muy pocos profetas en el Antiguo Testamento son llamados jueces y profetas. Estos dos cargos se le adjudican a Moisés 15 PP 38 (se añadió la cursiva).

(Éxo.18:6) y a Samuel (1 Sam. 7: 6, 15-17). Esto podría sugerir que Débora fue la máxima dirigente de Israel de ese tiempo, además de profetisa y jueza. No hay duda de que los jueces eran líderes en el Israel anterior a la monarquía (Jueces 2: 11-19) y de que tenían además funciones judiciales. En el momento de crisis, ella fue instrumento de Dios para liberar a su pueblo. 16 Esa era la labor de los jueces durante el tiempo de los jueces (2:16). Guiada por el Señor, tenía autoridad sobre los hombres como profetisa y jueza. Su liderazgo es tan impresionante, que cuando Barac vaciló y le pidió que estuviera con él en la batalla, ella le indicó que eso sería contra el papel tradicional de la mujer y dañino culturalmente para Barac, pues sería de vergüenza para él. Pero a él no le preocupó porque quería que el mejor liderazgo de Israel lo acompañara. Al elegir a Débora como líder en Israel, con autoridad sobre su pueblo, Dios demostró que no hay nada moral o espiritualmente erróneo con tener a una mujer en altas posiciones de liderazgo entre el pueblo de Dios. En conclusión, el Dios del Antiguo Testamento no discrimina arbitrariamente contra los seres humanos sobre la base de género. Siempre que quiso utilizar a una mujer como dirigente en Israel, lo hizo. Esto muestra que el patrón o práctica común del liderazgo masculino seguido en todas partes en el antiguo oriente cercano y no solamente en Israel no fue el exclusivo para Dios. Si fuéramos a hablar de ideales divinos, este sería uno muy claro. El ideal no era que el hombre ocupara las posiciones de liderazgo más significativas, sino que tanto hombres como mujeres, como iguales, dirigieran al pueblo de Dios. Este ideal se remonta a lo que Dios instituyó en el Jardín del Edén. 16 Elena G. White declara: Moraba en Israel una mujer ilustre por su piedad, y a través de ella el Señor eligió liberar a su pueblo (ST, 16 de junio de 1881, párr. 4).

DIOS, MUJER Y HOMBRE EN EL NUEVO TESTAMENTO Nuestro estudio del Nuevo Testamento mostrará que lo que encontramos en el Antiguo Testamento es igualmente válido en el Nuevo. La Biblia revela a Dios, quien en forma consistente ama, cuida y usa a los seres humanos, hombres o mujeres, en cualquier posición de responsabilidad entre su pueblo. El patrón común masculino de liderazgo encontrado en el Nuevo Testamento, presentado también en el Antiguo, no representa exclusivamente la voluntad de Dios para su pueblo. Examinaremos en nuestro tópico la relación de esposo y esposa en algunos de los más importantes pasajes en el Nuevo Testamento, la naturaleza del ministerio, los dones del Espíritu y las calificaciones para el liderazgo en la iglesia. ESPOSOS Y ESPOSAS: LA CABEZA El Nuevo Testamento presenta importantes instrucciones respecto a la relación entre esposos y esposas. En las epístolas encontramos siete usos del término griego que significa someterse (hypotassō; 1 Cor. 14:34; Efe. 5: 21, 24; Col. 3:18; Tito 2:5; 1 Ped. 3: 1,5), en el contexto de las relaciones entre hombre y mujer (anēr/gynē). Hay cierta ambigüedad en el idioma griego en cuanto a anēr/gynē, porque la misma palabra puede significar hombre o mujer, o esposo o esposa. Sin embargo, al mirar detenidamente cada uno de estos pasajes, se hace manifiesto que el contexto es consistentemente el de relación de esposo y esposa y no de hombre y mujer en general. Efesios 5: 21-33. Este es el pasaje fundamental del Nuevo Testamento que tiene que ver con las relaciones de esposo y esposa, y el único en este asunto que contiene ambos términos

cabeza (kephalē) y someter (hypotassō). No se trata de la obediencia incondicional de la esposa al esposo, y mucho menos de sumisión coercitiva. La referencia al esposo como cabeza de la esposa (versículo 23), debe entenderse en relación a la naturaleza de la posición como Cabeza, de Cristo, descrita en el mismo versículo. En los días de Pablo, la palabra griega para cabeza (kephalē) podía usarse en varias formas simbólicas. Aquí no está usada como la autoridad de Cristo sobre la iglesia, sino de Cristo como la fuente de la vida y nutrimento para el resto del cuerpo (cf. Efe. 4: 15, 16; Col. 2:19). Los esposos deben emular el amor de Cristo como Salvador de la iglesia. El esposo debe amarla, sustentarla y estimarla o valorarla, así como Cristo se dio a sí mismo a la iglesia (versículos 25, 28). En el matrimonio, el amor es la forma ultimada de sumisión. Como en el caso de Génesis. Efesios 5 hace claro también que el consejo de Pablo para los esposos y esposas no puede extenderse a la relación entre hombres y mujeres en general. Aun cuando algunos arguyan que la iglesia es una familia y que por lo tanto en la iglesia debe seguirse la jefatura o función de cabeza masculina seguida en la familia, el apóstol mismo muestra cómo la relación matrimonial se aplica a la iglesia. El concepto de esposo como cabeza del hogar no es igual al de hombre como cabeza de la iglesia. Más bien, el único Esposo y Cabeza de la iglesia es Cristo y, toda la iglesia, incluyendo a los hombres, son su esposa, igualmente sumisos a él (Efe. 5: 21-23). 1 Corintios 11: 2-16. Fuera de Efesios 5: 23, el único otro pasaje que utiliza kephalē - cabeza, en el contexto de las relaciones hombre mujer, es 1 Corintios 11:3. Este pasaje está

relacionado en forma temática y terminológica a Efesios 5: 21-33 y enfoca su atención en las esposas y su sumisión al papel de cabeza, de su propio esposo y no al de los hombres sobre las mujeres en general. Aunque muchos argumentos en contra de la ordenación de la mujer se han basado en el consejo de Pablo en 1 Corintios 11, una sencilla lectura de este pasaje revela que Pablo no está hablando aquí de liderazgo y autoridad en la iglesia, ni de ordenación. Más bien, el propósito de este pasaje es instruir a los corintios respecto a cubrirse o no cubrirse la cabeza al dirigir las reuniones de la iglesia y dar sus razones acerca de esta instrucción. Tema principal del pasaje. En realidad, el consejo de Pablo está en armonía con otros pasajes de sus cartas en donde podemos ver a mujeres ejerciendo liderazgo en el ministerio evangélico. En 1Corintios 11: 4, 5, Pablo señala claramente los tópicos principales del pasaje y tanto hombres como mujeres aparecen como participando y dirigiendo en los servicios de adoración, orando y profetizando (o sea, aconsejando e instruyendo a los creyentes reunidos en el nombre de Dios; cf. 1 Cor.14:1-5, 29-33). Tal liderazgo se describe aquí exactamente en los mismos términos de hombre y mujer sin alguna sugerencia de desaprobación o diferenciación entre los dos, ya sea en el tipo o en el nivel de liderazgo en que están involucrados. Práctica cultural. Durante muchas generaciones, los adventistas no han tomado esta instrucción como significando que la mujer deba cubrirse la cabeza durante el servicio de adoración, mientras que el hombre no deba hacerlo. Esto se ha considerado como una instrucción culturalmente específica dentro de un contexto específico. Tal reconocimiento por parte de

la iglesia no es el resultado de hacer a un lado el consejo de las Escrituras, sino se ha hecho precisamente por la razón opuesta prestar atención y obedecer totalmente las preocupaciones fundamentales de naturaleza cultural reveladas en el pasaje. Pablo declara explícitamente en los versículos 4 al 6, que su preocupación respecto a cubrirse la cabeza tiene que ver con traer deshonor en vez de honor sobre la cabeza de la persona. Ciertamente, la preocupación respecto a honor la desarrolla más tarde en los versículos 7 al 9, en donde Pablo habla de la mujer como gloria de su marido. Es en esa perspectiva que regresa en los últimos versículos apelando a lo que era generalmente considerado como apropiado para una mujer, natural para un hombre, y practicado generalmente por las iglesias (versículos 13-16). Las instrucciones de Pablo respecto a que es deshonroso para una mujer raparse el cabello (versículo 6) deben entenderse contra el alto valor dado a honrar la contemporánea sociedad greco romana. En esa sociedad, una mujer con la cabeza descubierta o rapada, estaba en peligro de ser considerada como adúltera o prostituta y, una mujer que hablaba en público en un escenario casual, dirigiéndose a hombres que no eran su esposo, era considerada como alguien que procuraba seducirlos. Uso del término cabeza (kephalē). Pablo inicia en el versículo 3 su argumento respecto a cubrirse la cabeza, usando una ilustración, una metáfora, para hablar a esta cultura de honor deshonra, acerca de lo que es apropiado y vergonzoso de hacer, tanto para hombres como para mujeres, en el marco público de la iglesia. Usa la metáfora de la cabeza para demostrar que lo que una persona creyente hace con su cabeza física, ejerce un impacto sobre su cabeza metafórica. Así

que la elección de un hombre respecto a cubrirse la cabeza no tiene que ver solamente con su propia libertad de elegir, sino que influye sobre el honor con el que otros van a ver a Cristo su cabeza. En forma similar, la libre elección de una mujer respecto a cubrirse la cabeza, afectará no solamente a ella misma, sino también a su esposo cabeza y ultimadamente a Dios, la absoluta Cabeza. La palabra cabeza (kephalē) era usada por judíos y gentiles en relación a varias ideas vinculadas con el lugar que ocupa la cabeza física en relación con el cuerpo, incluyendo la de prominencia, de representación de un todo, de ser lo primero, o la fuente. En este pasaje, Pablo está enfocando su atención en la idea metafórica de Adán como lo primero que fue creado y ciertamente como la fuente de donde fue creada la mujer (versículos 8, 9). El uso de lo anterior tiene buen sentido en relación con el versículo 3 y, ciertamente, el mejor sentido cronológico. Estaría diciendo entonces que Cristo fue primero, o la fuente, en relación al hombre (incluyendo con ello a toda la humanidad, como en Rom. 4:8; Efe. 4:13); que el hombre, Adán, fue primero, o la fuente, en relación con su esposa Eva; y que Dios fue primero, o fuente, en relación con Cristo (el Mesías) al enviarlo a redimir a la humanidad. Conexión con Génesis. En los versículos 7 al 9, Pablo elabora sobre esta metáfora, añadiendo varias razones tomadas de Génesis 1-3, respecto a que las mujeres deben preocuparse por no deshonrar a sus esposos. Aunque como el hombre, la mujer fue creada a imagen de Dios, Pablo enfoca su atención en el hecho de que ella tuvo el privilegio adicional de ser creada para llenar la necesidad del hombre y para ser su gloria. Pablo va

a Génesis 2 y provee una excelente lectura del mismo. Nota así que en Génesis, la mujer es creada del hombre ese es su origen inmediato y no el hombre de la mujer. Esos son los hechos. De acuerdo con Pablo, la mujer vino a enriquecer al hombre y en ese sentido, le añadió al hombre honor y gloria. Ella fue creada para beneficio del hombre, no el hombre para beneficio de la mujer, y porque él fue creado antes, ella fue creada. Para Pablo y Génesis, este es el fundamento de la diferenciación de géneros. Este argumento es usado por Pablo para indicar que cuando una mujer participa en la adoración, debe cubrirse la cabeza a fin de dar gloria a Dios, no al hombre. Al hacer esto, evita también la glorificación propia, porque su cabello es su gloria (versículo 15). En la cultura del primer siglo, se entendía tradicionalmente que la gloria de la mujer, y especialmente su cabello, debía cubrirse en público a fin de evitar acarrear vergüenza al exhibirlo inmodestamente fuera de su familia. En tales circunstancias, habría sido especialmente importante en un servicio de adoración evitar distraer la atención de rendir gloria y adoración solamente a Dios. Notemos que, enseguida del resumen de sus instrucciones en el versículo 10, Pablo equilibra su argumentación en los versos 11 y 12, al hacer muy claro que, desde la creación, ha sido la mujer a la que Dios ha colocado primero como fuente, porque es ella la que ha dado a luz a cada hombre desde Adán. En resumen, 1 Corintios 11: 2-16, hace una clara distinción entre hombre y mujer en cuestión de vestimenta, en armonía con Deuteronomio 22: 5 y pide a las esposas que actúen en forma tal que no deshonren a sus esposos. Este pasaje no tiene que ver con una prohibición de que mujeres ocupen cargos de liderazgo,

ni es acerca de la posición universal del hombre sobre la mujer, como cabeza. Pablo no encuentra en Génesis 1-3 un principio nunca notado o expresado antes. Usa el pasaje para demostrar que desde el principio, la esposa enriqueció la vida del esposo y le trajo honra y que esto debe continuar siendo el caso durante la adoración en el contexto de un mundo caído. Pablo está usando la referencia de la creación como explicación para su argumento, no como la causa de una norma universal de relación entre hombre y mujer. No hay nada en el contexto que apoye la idea de que en la iglesia el anciano o ministro es la cabeza de la mujer. 1 Timoteo 2: 9-14. Este es uno de los pasajes más disputados en el debate sobre ordenación de la mujer. Siendo que este pasaje específico trata de cuestiones relacionadas con la mujer, prestaremos atención particular a lo que su contexto inmediato (la epístola a Timoteo) dice acerca de él. Contexto. Una cuidadosa lectura de 1Timoteo demuestra que la carta de Pablo fue escrita en respuesta a enseñanzas falsas que estaban amenazando con destruir la obra de Dios en Éfeso. Desde el mismo comienzo de la carta, Pablo encarga a Timoteo que se oponga a los falsos maestros cuyas mal encaminadas doctrinas estaban socavando la obra genuina del evangelio (1:3). En vez de proclamar el poder del Cristo resucitado que transforma vidas humanas (cf. 1:5; 12-16), estos individuos proclamaban un exclusivo mensaje que contenía no más que ideas sensacionalistas (cf.1:3-4; Tito 1:14; 3:9). En la segunda mitad de la carta, Pablo describe más a fondo la naturaleza de esas falsas enseñanzas (4:5; 6: 3-10) y las contrasta con el tipo de conducta que debiera caracterizar una vida vivida en armonía con la verdad del evangelio. La carta

concluye entonces con una apelación a permanecer firmes en contra de las falsas doctrinas (6: 20, 21). Las falsas enseñanzas estaban penetrando extensamente también entre un número de las mujeres creyentes. El alcance de la influencia negativa de esas enseñanzas se hace manifiesto en la prominente atención que Pablo presta a la mujer en sus discusiones contra las falsas enseñanzas. A Pablo le preocupa la conducta de las mujeres en la adoración (2:10-15), de las viudas (5: 5-6, 10-11, 14) y las mujeres que van de casa en casa hablando lo que no conviene (5:14). El hecho de que Pablo describa a esas mujeres como hablando lo que no conviene, sugiere que estaban conectadas hasta cierto punto con ciertas personas. Se le encargó a Timoteo que evitara enseñar una diferente doctrina (1:3). La conexión de esas mujeres con los falsos maestros puede verse también en el hecho de que su deseo de no casarse y tener hijos (5: 11-16), coincide con la defensa del celibato por parte de los falsos maestros (4: 1-3; 5: 9, 10). Era la conexión de esas mujeres con los falsos maestros y sus doctrinas herejes lo que estaba en el centro de la prohibición de Pablo. Aprender en silencio y ser sumisas. El contexto de este pasaje provee la razón de la declaración acerca de que la mujer debe aprender en silencio. En vez de escuchar a falsos maestros, deben ser enseñadas en la iglesia por aquellos bien versados en la doctrina cristiana. Como buenas estudiantes, se espera que las mujeres aprendan en silencio; en otras palabras, que no interfieran con el proceso de enseñanza. Además, deben ser sumisas al maestro y a la enseñanza cristiana.

Se prohíbe a las mujeres enseñar. Se les prohíbe a las mujeres enseñar, por causa de la influencia que las falsas enseñanzas están teniendo sobre ellas una influencia que tal vez no solamente ha afectado su conducta, sino que probablemente implique también su promoción de las falsas enseñanzas. Las mujeres de Éfeso no eran aptas para enseñar, no porque eran mujeres, sino porque habían sido o estaban siendo engañadas por los falsos maestros de la misma manera que Eva había sido engañada por las seductoras palabras de la serpiente (cf. 1 Tim. 2:14; 2 Cor. 11: 3, 4). Bajo estas circunstancias, estas mujeres no estaban en posición de enseñar; necesitaban primero convertirse en estudiantes (2:11). Ejercer autoridad sobre El verbo authentein en 1 Timoteo 2:12, traducido como tener autoridad sobre no se refiere a autoridad oficial para enseñar. Un cuidadoso examen del uso del verbo, muestra que no hay justificativo en el primer siglo para traducir authentein como ejercer autoridad. 17 Este tipo de autoridad se expresa usualmente a través de la forma verbal a partir del vocablo griego que Pablo usa comúnmente en otra parte para referirse a autoridad -exousia (p. ej. Rom. 9:21; 13: 3; 2 Cor. 13:10; 2 Tes. 3:9). En vez de ello, él usa el inusual verbo authentein solamente encontrado aquí en el Nuevo Testamento, pero un término que también tiene connotaciones negativas asociadas con él. Se refiere a una forma de conducta dominante o controladora. Esto indica que la raíz del problema en Éfeso era la forma dominante o controladora en que las mujeres estaban enseñando o, más probablemente, a su actitud hacia aquellos 17 Linda L. Belleville, Enseñanza y Usurpación de Autoridad: 1 Timoteo 2: 11-15, en Discovering Biblical Equality: Complementarity without Hierarchy (Descubriendo la igualdad bíblica: Complementaria sin jerarquía) (ed. Ronald W. Pierce y Rebecca M. Groothuis, Downers Grove, Ill.: InterVarsity, 2004), 216.

que las estaban instruyendo. Pablo prohíbe esta conducta inapropiada en el versículo 12, y explica entonces la razón de la prohibición con una referencia al orden de la creación en el versículo 13. Adán y Eva. Es importante notar que Pablo no explica lo que quiere decir cuando dice: Porque Adán fue formado primero, después Eva. Y Adán no fue engañado, sino la mujer (versículos 13 y 14). Por consiguiente, se han dado diferentes explicaciones (p. ej., que Eva usurpó la posición como cabeza, de Adán). Pero Pablo está contrastando la precedencia de Adán en la creación, con la precedencia de Eva en pecar, a fin de indicar que el engaño no es inevitable Adán, aunque fue creado primero, no fue engañado. El engaño se asocia en ambos casos con falsos maestros y, si las mujeres dejan de escucharlos, no serán engañadas. Esta interpretación del texto dentro de su contexto inmediato se apoya en 1 Corintios 11:5, en donde Pablo reconoce específicamente el derecho de la mujer a orar o profetizar en la iglesia actividades que no solo se llevaban a cabo en voz alta, sino que incluían también un elemento de enseñanza pública. Entendida desde esta perspectiva, la prohibición de Pablo se toma mejor como un requerimiento temporario relacionado con las falsas enseñanzas que estaban causando problemas a los creyentes en Éfeso. Como todas las Escrituras, este pasaje tiene autoridad universal para la iglesia de hoy. Pero para ser fieles a la Escritura, este pasaje debe aplicarse solamente a situaciones similares dentro de la iglesia; situaciones en que, bajo la influencia de falsas enseñanzas, la conducta de ciertos individuos, sean mujeres u hombres, amenacen con minar la

proclamación del verdadero evangelio (Gál. 1: 7-9). El contexto indica que este pasaje no es acerca de la ordenación de la mujer o acerca de la posición como cabeza sobre la mujer, de los ancianos de la iglesia. Tampoco tiene que ver con la posición de cabeza, del esposo sobre la esposa. NATURALEZA DEL MINISTERIO CRISTIANO Jesús y el ministerio cristiano. La naturaleza del ministerio cristiano fue incuestionablemente manifestado y establecido por Jesús a través de su ministerio de enseñanza y sacrificio: "Porque el Hijo del Hombre tampoco vino para ser servido, sino para servir, y dar su vida en rescate por muchos" (Mar. 10: 45). El servicio abnegado es la más grande expresión del ministerio cristiano como se manifestó en la encarnación y muerte del Hijo de Dios. Aquél que era divino por naturaleza, se convirtió en siervo hasta el punto de dar su vida por nosotros (Fil. 2: 5-8). Su exaltación se basó en su inconmensurable servicio en favor de otros. También les enseñó eso a sus discípulos cuando les dijo: Sabéis que los que son tenidos por gobernantes de las naciones, se enseñorean de ellas, y los grandes ejercen autoridad sobre ellas. Pero entre vosotros no será así. Antes el que quiera ser grande entre vosotros, sea vuestro servidor (Mar. 10: 42, 43). La teología del ministerio de Cristo se basa en el servicio, el sacrificio propio y la humildad, y no en luchas de poder, rango, estatus o género. Jesús estaba reestableciendo en su iglesia el principio divino de orden que imperaba sobre su reino cósmico antes del origen del pecado, que era el amor divino manifestado en servicio a los demás. Las posiciones de liderazgo fueron entonces asignadas sobre la base de una vida de servicio y no