El MACBA presenta la primera retrospectiva de Luis Claramunt Luis Claramunt. El viaje vertical incluye obras realizadas desde principios de los años setenta hasta finales de los noventa. El MACBA muestra una amplia selección de pinturas del artista y pone al descubierto otras facetas de Claramunt como el dibujo, la fotografía y los libros autoeditados. La exposición está organizada en torno a la idea del viaje. El recorrido vincula escenarios vitales del autor, para quien literatura, pintura y vida eran inseparables. Título: Luis Claramunt. El viaje vertical. Inauguración: jueves 12 de julio, a las 20 h. Fechas: del 13 de julio al 21 de octubre de 2012. Comisariado: Nuria Enguita Mayo. Exposición organizada por el Museu d Art Contemporani de Barcelona (MACBA). En paralelo, el Museu Nacional d Art de Catalunya (MNAC) presenta Nonell y Claramunt. Registros de lo urbano. Catálogo: Luis Claramunt. El viaje vertical. Barcelona: Museu d Art Contemporani de Barcelona (MACBA), 2012. Conocido casi exclusivamente por su obra pictórica, Luis Claramunt (Barcelona, 1951 Zarautz, 2000) produjo una obra plural que abarca fotografía, dibujo y libros autoeditados. El Museu d Art Contemporani de Barcelona (MACBA) presenta la primera retrospectiva completa de un autor que entendió y practicó la pintura y la vida como experiencias de radicalidad. Luis Claramunt. El viaje vertical supone una profunda revisión de la obra de este artista que vivió en Barcelona, Madrid, Sevilla y Bilbao con numerosas y largas estancias en Marrakech en una geografía vital muy presente en su obra. Comisariada por Nuria Enguita Mayo y con más de 1.200 obras expuestas (entre pinturas, dibujos, libros y fotografías), representa la aproximación más completa a la obra del artista. Este recorrido muestra cómo su expresionismo inicial fue despojándose con el tiempo hasta transformarse en una mínima caligrafía. No obstante, al mismo tiempo la exposición aporta nueva luz y muestra un Claramunt inédito con una amplia obra que incluía el dibujo, la fotografía y la autoedición de libros. En paralelo a la exposición y en una de las salas del Museu Nacional d Art de Catalunya (MNAC), se presenta Nonell y Claramunt. Registros de lo urbano en un proyecto coorganizado por el MACBA y el MNAC.
De formación autodidacta, Claramunt se mantuvo siempre al margen de toda inercia generacional. Nacido en Barcelona, empezó a pintar a principios de los años setenta, cuando en el país se vivía la politización del arte contra la dictadura de Franco. En una Barcelona que hervía de iniciativas experimentales en el ámbito del arte y la cultura, la suya fue una apuesta distinta. Desclasado de su origen burgués e instalado en la plaza Reial y en estrecho contacto con el mundo gitano, el flamenco y otras subculturas populares, evitó cualquier referente de la vanguardia y se centró en la pintura. Más que con autores de su época, la pintura de Claramunt entabla una sutil complicidad con el expresionismo alemán y el Modernismo catalán especialmente Nonell, pasando por las pinturas negras y los desastres de Goya. Gran lector de literatura, Claramunt convirtió el viaje en un elemento estructurador de su vida y su obra. Después de Barcelona, sumó sucesivos escenarios vitales en Sevilla, Marrakech, Madrid y Bilbao. Su pintura fue cambiando a medida que sus lugares de vida y entornos humanos eran otros. Fueron nuevos espacios que, sumados a las topografías literarias, configuraron una obra hasta hoy desatendida. Luis Claramunt. El viaje vertical está estructurada en series para mostrar hasta qué punto vivir y pintar llegaron a constituir una sola experiencia. Aunque, en conjunto, la exposición mantiene un orden cronológico, se inicia con una amplia selección de dibujos y libros de artista de los años noventa, una de las facetas más desconocidas de la producción de Claramunt que funciona como prefacio y marco de referencia privilegiado para interpretar su trabajo pictórico. Dibujos y libros autoeditados Expuestos en bloques o conjuntos, los dibujos suponen una aproximación muy directa al universo de Luis Claramunt: condensan una gran energía creativa y un procedimiento de trabajo que surge de la inmediatez de la percepción. Pese a que el dibujo estuvo presente en toda la trayectoria de Claramunt, los últimos cinco años de su vida adquirió protagonismo de forma compulsiva. Entre 1994 y 1999 realizó centenares de dibujos que plasman su forma de habitar los distintos escenarios de vida. Se refieren a ciudades como Bilbao y lugares como el zoológico de Barcelona, o bien adoptan referentes literarios como los relatos de Joseph Conrad o Robert Louis Stevenson. Se exponen también sus ilustraciones para textos de Albert Camus, como El extranjero y La peste, y de Henry de Monfreid. Claramunt no solía enmarcar sus dibujos ni exponerlos en galerías. No magnificaba sus cualidades plásticas ni su valor de obra única. A menudo los fotocopiaba en papeles de colores para destacar su identidad gráfica y su valor secuencial. Para Claramunt, pese a carecer de valor de cambio ni ser concebidos como piezas originales, marcaban el hilo de su discurso creativo. Gran parte de los dibujos realizados en aquellos años fueron recogidos en libros autoeditados que regalaba a sus amigos. Claramunt produjo más de 30 libros que hoy constituyen un valioso archivo de trabajo en torno a su obra.
Trayecto pictórico Si bien la exposición se ha abierto con un espacio dedicado al dibujo, el grueso de la muestra se centra en la pintura, desde principios de los años setenta en Barcelona hasta las pinturas de mar de finales de los noventa. Un trayecto que se inicia con un conjunto de retratos de primera época que forman parte de la Colección MACBA y con la serie de «colgados», obras que corresponden a los años de Barcelona, donde Claramunt vivió hasta 1984. La vecindad urbana de la plaza Reial y la Rambla, y el deambular por calles donde se vive al margen van componiendo una forma de mirar específica que se traduce en cuadros de interiores de tablaos, jugadores, personajes etílicos y escenarios de ciudad como estaciones de tren, puentes, arrabales y calles. Esta es una fase de un grafismo febril que escapa de la perspectiva y el ilusionismo del espacio. Más que los objetos o las personas, a Claramunt le interesan las relaciones y correspondencias en el espacio. Así, construye escenas en que borra los límites entre fondo y figura, y fusiona arquitecturas y cuerpos. Los suyos son cuerpos deformes que denotan un tipo de vivencia urbana y de imaginación literaria. En los últimos años en Barcelona y los primeros en Sevilla, ya a mediados de los ochenta, la tela se vuelve casi monocroma y Claramunt confía en la mancha como elemento que la estructura. Son cuadros que se concentran en aspectos estrictamente compositivos. Las series realizadas entre 1986 y 1988 dedicadas a Marruecos y al mundo de los toros representan un punto de inflexión en la obra de Claramunt. La mancha deja paso a la línea, y la superficie se vacía. En los cuadros de toros y mercados de ganado, y también en la última fase de la pintura marroquí, la estilización se radicaliza y la pintura se vuelve más concreta y cerebral. Con un interés básicamente compositivo, Claramunt renuncia al color y a la textura en un acusado proceso de simplificación. Ya desde finales de los años setenta, Claramunt había incorporado la fotografía a sus paseos urbanos. Aunque se trata de una faceta poco conocida, la práctica fotográfica le permite materializar un método de trabajo centrado en la inmediatez como elemento creativo. Las series de fotografías de Barcelona y Bilbao en los años noventa ponen en evidencia su fascinación por la ciudad con imágenes del puerto y las estaciones de tren, la ría de Bilbao y su puente colgante, fábricas abandonadas y calles vacías de gente. Son series que ponen de manifiesto el registro de su experiencia urbana. El trayecto se cierra con la última producción de Claramunt, ya en los años noventa, cuando su obra se internacionaliza con un intenso pero breve reconocimiento en el extranjero. En aquellos años, el mar se hace omnipresente con series como Mar Rojo y Mar Negro (1997) y Naufragios y tormentas (1999), sus últimos cuadros. Tormentas de hielo, de esta última serie, cierra un trabajo pictórico que cabalgó entre la figuración y la abstracción y que, visto en conjunto, supone un significativo proceso de vaciado. En su última etapa, Claramunt cambia la mancha de los cuadros de mares, tormentas y naufragios por un grafismo caligráfico reducido a negro sobre blanco en las series dedicadas a Bilbao y Madrid. Si la pintura de Claramunt y su visualidad se mantuvieron al margen de gestos generacionales y hoy pueden resultar distantes, el acceso a su gramática interna permite narrar otra historia del arte contemporáneo en un relato visual hasta hoy desconocido. Claramunt lector Luis Claramunt. El viaje vertical finaliza con un espacio de lectura que incluye una selección de los libros de cabecera de Claramunt, así como una amplia representación de los catálogos de su trayecto expositivo y grabaciones audiovisuales de flamenco, una música que siempre le acompañó.
Nonell-Claramunt en el MNAC En paralelo a la exposición, el Museu Nacional d Art de Catalunya (MNAC) presenta Nonell y Claramunt. Registros urbanos, un proyecto coorganizado por el Museu d Art Contemporani de Barcelona (MACBA) y el MNAC. Se trata de una selección de la serie de dibujos «La mota negra» de Claramunt en diálogo con una selección de dibujos de Nonell que forman parte del Gabinete de Dibujos y Grabados del MNAC. La obra de Isidre Nonell (1872-1911) fue uno de los primeros referentes pictóricos de Luis Claramunt. Pese a la distancia en la época, el diálogo entre la producción de uno y otro evidencia una clara afinidad. Ambos cuentan con una obra en dibujo muy significativa y consideraban el dibujo un lenguaje autónomo al margen de la pintura. Por otra parte, y a contracorriente de su tiempo, tanto uno como otro manifestaron un acusado interés por los ambientes urbanos marginales. El interés de Nonell por las gitanas y los arrabales llamó la atención de un Claramunt que, en sus inicios, visitaba el MNAC con frecuencia. Catálogo de la exposición Con motivo de la exposición, el Museu d Art Contemporani de Barcelona (MACBA) publica Luis Claramunt. El viaje vertical en una edición única en catalán, castellano e inglés. Con textos de Nuria Enguita Mayo, Carles Guerra, Ángel González, Teresa Lanceta, Bartomeu Marí y Francisco Rivas, incluye también una completa biografía y una cuidadosa selección de obras del artista.
Luis Claramunt. El viaje vertical Del 13 de julio al 21 de octubre de 2012 MACBA. Plaza de Els Àngels, 1. 08001 Barcelona. HORARIO. Lunes, miércoles, jueves y viernes, de 11 a 19.30 h (a partir del 25 de junio, de 11 a 20 h); sábados, de 10 a 20 h; domingos y festivos, de 10 a 15 h; martes no festivos, cerrado. VISITAS GUIADAS DIARIAS (incluidas en la entrada). VISITA COMENTADA A CARGO DE NURIA ENGUITA MAYO, comisaria de la exposición. Jueves 12 de julio, 18.30 h. Entrada gratuita. Salas del museo. Plazas limitadas. MÁS INFORMACIÓN: www.macba.cat y http://twitter.com/macba_barcelona Esta nota de prensa está publicada con una licencia Creative Commons (Reconeixement-CompartirIgual 3.0 No adaptada - CC BY-SA 3.0) http://creativecommons.org/licenses/by-sa/3.0/deed.ca