Qué es la artroscopia? La artroscopia es un procedimiento quirúrgico que se usa en Traumatología y Cirugía Ortopédica para diagnosticar y tratar diversos problemas y enfermedades que se localizan en el interior de una articulación o que afectan a alguna estructura anatómica relacionada con ella. Su uso es habitual en España desde los años setenta por lo que la consideramos ya como una técnica totalmente consolidada entre los procedimientos quirúrgicos más habituales de nuestra especialidad. Además, se trata de un tipo de cirugía en continuo avance y expansión. Lo novedoso de la artroscopia frente a los procedimientos quirúrgicos habituales es que el cirujano puede ver la articulación por dentro en su totalidad mediante un instrumento óptico de pequeño tamaño llamado artroscopio, cuya imagen se recoge por medio de una cámara de televisión. Para Introducir el artroscopio en la articulación tan sólo se necesita una mínima incisión que apenas deja cicatriz en el paciente. Este instrumento óptico magnifica la imagen e incorpora una fuente de luz para visualizar la articulación. Es, por tanto, un método de los llamados muy poco invasivos y que permite, en general, acortar los tiempos de Ingreso hospitalario y conseguir una recuperación precoz. Los artroscopios tienen forma de tubo alargado y varían en su grosor en función del tamaño de la articulación donde se van a emplear. Suelen oscilar entre 1,7 y 4,5 mm. A través de ellos
obtenemos imágenes en una pantalla de televisión a la que se conecta, con lo que el cirujano puede determinar el tipo de lesión existente y aplicar el tratamiento más adecuado. El cirujano dispone además de instrumentos especialmente diseñados que son capaces de cortar, separar, sujetar, cauterizar, extirpar, etc., lo cual le permite llevar a cabo el procedimiento quirúrgico con mayor o igual eficacia que si tuviese que abrir totalmente la articulación. Cuándo está indicado usar la artroscopia? Los procedimientos de artroscopia se vienen utilizando, en primer lugar, para poder realizar diagnósticos a los que no se puede llegar con los pasos habituales de exploración física, radiológica o de otro tipo. El diagnóstico es mucho más preciso con la artroscopia que con otros métodos porque vemos directamente el tejido lesionado como puede ser el cartílago, los ligamentos, los meniscos o los músculos y tendones. A veces, podemos visualizar alteraciones que pueden pasar desapercibidas o diagnosticadas con poca exactitud con exploraciones como la radiografía, el TAC (Scanner) o la Resonancia Magnética. En segundo lugar, la artroscopia nos sirve para tratar enfermedades o procesos traumáticos que han producido alteraciones en una articulación con la consiguiente sintomatolo- gía para el enfermo. En efecto, las enfermedades de diverso tipo y los traumatismos pue Algunas de las situaciones que más frecuentemente precisan artroscopia para ser diagnosticadas y/o tratadas son: Rotura de ligamentos o de meniscos. Desgaste o degeneración del cartílago articular. Fragmentos o cuerpos libres de hueso o cartílago en el interior de la articulación. Inflamaciones de la cubierta sinovial o de otros tejidos. Luxaciones o Inestabilidades de una articulación. Rotura o degeneración de tendones o músculos.
En qué articulaciones puede usarse la artroscopia? Las articulaciones donde con mayor frecuencia se lleva a cabo la artroscopia son: las llamadas articulaciones mayores como son la rodilla (la más frecuente) y el hombro. En otras articulaciones mayores como la cadera, la artroscopia tiene menos Indicaciones. Ademas, la artroscopia puede utilizarse en otras articulaciones llamadas "pequeñas" como son el tobillo, la muñeca, el codo y, clrcunstancialmente, otras aún más pequeñas de la mano o el pie. Figura 1: Instrumental (pincería habitualmente utilizados en los procedimientos artroscópicos) Quién debe llevar a cabo la artroscopia? Debemos tener en cuenta que aunque se trata de un tipo de cirugía menos invasiva que otras en nuestra especialidad, la artroscopia es un procedimiento quirúrgico como tal y, por tanto, debe ser desarrollado sólo por cirujanos especialistas en Traumatología y Cirugía Ortopédica. Por otra parte, durante una artroscopia pueden surgir problemas imprevistos o la necesidad de abrir la articulación si resulta imposible resolver el problema mediante las pequeñas incisiones. En estos momentos, sólo un cirujano que además de la artroscopia, domine el resto de las técnicas quirúrgicas de la especialidad, podrá llevar a feliz término la intervención.
Figura 2: Óptica de artroscopia y pinzas en las vías de acceso habituales con mini-incisiones en la articulación de la rodilla Dónde y cómo debe realizarse una artroscopia? Una correcta artroscopia debe realizarse en un recinto hospitalario o clínico con quirófanos debidamente equipados a nivel de personal de enfermería y auxiliar, así como de instrumental quirúrgico, anestésico y sala de reanimación. Toda intervención quirúrgica precisa el ambiente estéril de un quirófano. Antes de iniciar la operación se aplica anestesia, que, según la articulación a operar mediante artroscopia, podrá ser local, reglo-nal, raquídea o general. El anestesiólogo, de acuerdo con su cirujano, se encargará de recomendar lo más apropiado en función de cada caso. Antes de iniciar la cirugía, se cubre al enfermo y la zona a operar con sábanas estériles y se aseptiza la zona de la piel adyacente a la articulación. Es usual utilizar antibióticos para disminuir el peligro de infección. Se realizan pequeñas incisiones del tamaño de un ojal de botón para acceder al Interior de la articulación introduciendo a través de ellas el artroscopio y el instrumental apropiado según el caso. Toda la operación es visualizada por el cirujano en un receptor de televisión. Además, si se dispone de un aparato de vídeo y el cirujano lo cree indicado se pueden grabar imágenes. Una vez finalizada la intervención, se cierran las pequeñas incisiones (muchos cirujanos prefieren si es posible no dar puntos de sutura para conseguir mejor resultado estético) y se
aplica un vendaje elástico o un aposito salvo en casos que precisen inmovilización por algún motivo, ya sea mediante yeso o con dispositivos ortopédicos. Tiempo necesario de ingreso La mayoría de los procedimientos de artroscopia no precisan más de uno o dos días de ingreso hospitalario. Las artrosco-pias más simples se realizan en muchas ocasiones en las llamadas "unidades de día o de cirugía ambulatoria" con posibilidad de recibir el alta en el mismo día de la operación bajo determinada vigilancia en el domicilio. Antes del alta, el paciente debe recibir un informe escrito sobre su intervención con instrucciones sobre medicaciones y comportamientos a realizar y otros a evitar. Si durante el postoperatorio apareciese fiebre, dolor excesivo, sangrado de la herida u otros síntomas según el caso, se deberá contactar de nuevo con el médico o acudir a urgencias en función de la necesidad. Figura 3: Vía de acceso a la articulación mediante mini-incisiones. Tiempo de recuperación después de la intervención Aunque la cirugía mediante artroscopia es una de las que permite una reincorporación más rápida del paciente debido a su carácter poco agresivo, debe tenerse en cuenta que el tiempo de recuperación es distinto para cada paciente y no debemos comparamos con amigos o conocidos que se hayan sometido a intervenciones similares. Cada paciente es distinto y ninguna artroscopia es igual.
Ocasionalmente, durante el transcurso de la operación, el cirujano puede descubrir enfermedades o defectos que pueden precisar una cirugía más amplia que requiera abrir la articulación y que puede ser realizada en el mismo acto quirúrgico o bien, si la situación lo requiere, en un segundo tiempo. Por otra parte, es distinto el tiempo que se precisa para realizar una vida normal que una actividad deportiva o laboral enérgica determinada. Su cirujano le informará en cada caso sobre los plazos aproximados, teniendo en cuenta siempre las peculiaridades de cada paciente. Figura 4: La artroscopia aplicada a otras articulaciones menos habituales como el tobillo. Posibles complicaciones Desafortunadamente, y a pesar de tratarse de un método de mínima invasión, la artroscopia, como cualquier otra técnica quirúrgica, no está exenta de complicaciones. Aunque su incidencia es realmente pequeña, ocasionalmente y a pesar de realizar una adecuada prevención tomando todas las medidas previas oportunas, pueden aparecer, como complicaciones más frecuentes, derrame o inflamación articular, flebitis o trombosis venosas, daño en los pequeños vasos y nervios cercanos a la zona operada, etc. A ellos, hay que añadir los que pueden derivar de la anestesia en si. No obstante, su cirujano le hará llegar previo a la cirugía un consentimiento informado que usted deberá firmar autorizando a realizar la intervención y donde se detallan todas las posibles complicaciones que pueden presentarse con sus oportunas mati-zaciones.
Figura 5: Equipo de televisión, cámara y video. Ventajas de los procedimientos artroscópicos Como ya hemos indicado, la principal ventaja para el paciente radica en la necesidad de incisiones muy pequeñas que generalmente conllevan una menor estancia hospitalaria y una más rápida recuperación. Muchos de ellos pueden abandonar el centro quirúrgico el mismo día de la operación. Además, las pequeñas incisiones ofrecen la posibilidad de obtener un resultado estético más apetecible, sobre todo en zonas expuestas del cuerpo. Sin embargo, recordaremos e insistiremos de nuevo en el hecho de que los pacientes que se someten a cirugía ar-troscópica pueden tener diagnósticos muy diferentes y condiciones particulares previas que condicionarán sus resultados, su estancia en el hospital y su tiempo global de recuperación. La serie de monografías "Manual para el Paciente" ha sido preparada por miembros de la Sociedad Española de Cirugía Ortopédica y Traumatología (SECOT) e intenta contener información actual. Sin embargo, no representa una política oficial de la Sociedad y su texto no significa la exclusión de otros puntos de vista aceptables. Para preguntas relativas a estos temas, debe de consultar a su Traumatólogo y Cirujano Ortopédico, que le informará sobre las condiciones y los distintos tipos de tratamiento realizables para cada caso concreto. 2002 SECOT