El Mensaje Triunfante de la Resurrección Pastora Susie Fernandez Iglesia Casa de Oración y Adoración 8 de abril 2012
La resurrección Mateo 28:1-4 1 Pasado el día de reposo, al amanecer del primer día de la semana, vinieron María Magdalena y la otra María, a ver el sepulcro. 2 Y hubo un gran terremoto; porque un ángel del Señor, descendiendo del cielo y llegando, removió la piedra, y se sentó sobre ella. 3 Su aspecto era como un relámpago, y su vestido blanco como la nieve. 4 Y de miedo de él los guardas temblaron y se quedaron como muertos.
Mateo 28:5-7 5 Mas el ángel, respondiendo, dijo a las mujeres: No temáis vosotras; porque yo sé que buscáis a Jesús, el que fue crucificado. 6 No está aquí, pues ha resucitado, como dijo. Venid, ved el lugar donde fue puesto el Señor. 7 E id pronto y decid a sus discípulos que ha resucitado de los muertos, y he aquí va delante de vosotros a Galilea; allí le veréis. He aquí, os lo he dicho.
Mateo 28:8-10 8 Entonces ellas, saliendo del sepulcro con temor y gran gozo, fueron corriendo a dar las nuevas a sus discípulos. Y mientras iban a dar las nuevas a los discípulos, 9 he aquí, Jesús les salió al encuentro, diciendo:!!salve! Y ellas, acercándose, abrazaron sus pies, y le adoraron. 10 Entonces Jesús les dijo: No temáis; id, dad las nuevas a mis hermanos, para que vayan a Galilea, y allí me verán.
Jesús ha resucitado! Esta es la gran verdad de nuestra fe cristiana. Aquel, al que mataron colgándolo de un madero ha resucitado verdaderamente, triunfando sobre el poder del pecado y de la muerte. Hechos 10:39 Y nosotros somos testigos de todas las cosas que Jesús hizo en la tierra de Judea y en Jerusalén; a quien mataron colgándole en un madero. Ante quienes niegan la resurrección de Cristo o la ponen en duda hay que afirmar con fuerza que la resurrección de Cristo es un acontecimiento histórico y real que sucede una sola vez y una vez por todas: El que murió bajo Poncio Pilato, éste y no otro, es el Señor resucitado de entre los muertos: Jesús vive ya glorioso y para siempre.
Hechos 2:31-33 31 viéndolo antes, habló de la resurrección de Cristo, que su alma no fue dejada en el Hades, ni su carne vio corrupción. 32 A este Jesús resucitó Dios, de lo cual todos nosotros somos testigos. 33 Así que, exaltado por la diestra de Dios, y habiendo recibido del Padre la promesa del Espíritu Santo, ha derramado esto que vosotros veis y oís.
La resurrección de Cristo es una verdad fundamental de nuestra fe. Juan 2:21-23 21 Mas él hablaba del templo de su cuerpo. 22 Por tanto, cuando resucitó de entre los muertos, sus discípulos se acordaron que había dicho esto; y creyeron la Escritura y la palabra que Jesús había dicho. Jesús conoce a todos los hombres 23 Estando en Jerusalén en la fiesta de la pascua, muchos creyeron en su nombre, viendo las señales que hacía.
El mensaje de la Resurrección declara que: El Señor Jesucristo vive. Algunos creen que Él fue solo un personaje bíblico o una figura histórica; otros, que fue un buen hombre o, acaso, uno de tantos profetas y que su resurrección fue un mito. Pero como hijos de Dios, nosotros sabemos que resucitó debido a que Él fue mucho más que un profeta, nada menos que el Hijo unigénito de Dios.
Por consiguiente, ahora Él está a la diestra de su Padre abogando por nosotros. 1 Juan 2:1 Cristo, nuestro abogado Hijitos míos, estas cosas os escribo para que no pequéis; y si alguno hubiere pecado, abogado tenemos para con el Padre, a Jesucristo el justo.
y, conforme a su promesa, está preparando lugar para nosotros y regresará a llevar a los suyos a las moradas eternas. Juan 14:2-3 2 En la casa de mi Padre muchas moradas hay; si así no fuera, yo os lo hubiera dicho; voy, pues, a preparar lugar para vosotros. 3 Y si me fuere y os preparare lugar, vendré otra vez, y os tomaré a mí mismo, para que donde yo estoy, vosotros también estéis.
Notemos, entonces, que los profetas de otras religiones han muerto, pero nuestro Señor es el único que vive y estuvo muerto y que vive por los siglos de los siglos. Apocalipsis 1:18 y el que vivo, y estuve muerto; mas he aquí que vivo por los siglos de los siglos, amén. Y tengo las llaves de la muerte y del Hades. que está activo y ocupado en nuestro bienestar temporal y eterno.
Nosotros somos perdonados. Nuestros pecados han sido perdonados no por nuestras buenas obras ni promesas de portarnos bien, sino por el sacrificio vicario que Cristo hizo a nuestro favor. Por este acto, el Padre lo levantó de los muertos y ratificó todo lo que su Hijo había afirmado acerca de sí mismo. Como nuestro Señor resucitado, Cristo puede también salvar perpetuamente a los que por Él se acercan a Dios, viviendo siempre para interceder por ellos.
Hebreos 7:25 por lo cual puede también salvar perpetuamente a los que por él se acercan a Dios, viviendo siempre para interceder por ellos.
Nosotros viviremos para siempre. Juan 11:25 Le dijo Jesús: Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá. Aunque los creyentes mueran físicamente como todos los demás, pero espiritualmente nosotros tenemos la promesa de vida eterna.
Juan 3:16 Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.
Por lo que en el momento de morir, nuestros espíritus salen de nuestro cuerpo e inmediatamente van a la presencia del Señor. 2 Corintios 5.8 pero confiamos, y más quisiéramos estar ausentes del cuerpo, y presentes al Señor. Para nosotros, la muerte física es el final de todo sufrimiento, dolor, tentación y desengaño y el comienzo de una vida totalmente nueva en la presencia de Dios.
La vida eterna, en sí, es interminable. Es decir, que no podemos perder lo que el Padre nos ha dado con la redención, pues hemos sido sellados como hijos de Dios por el Espíritu Santo Efesios 1:13-14 13 En él también vosotros, habiendo oído la palabra de verdad, el evangelio de vuestra salvación, y habiendo creído en él, fuisteis sellados con el Espíritu Santo de la promesa, 14 que es las arras de nuestra herencia hasta la redención de la posesión adquirida, para alabanza de su gloria.
Quiere decir que eso nos da licencia para disfrutar de una vida de pecado? Por supuesto que no. Si lo hacemos, el Señor nos disciplina, porque nos ama tanto que no permitirá que volvamos a caer en las garras del pecado y el error; pues nuestra salvación está asegurada por toda la eternidad.
Tendremos un cuerpo resucitado. Cuando Cristo estuvo en este mundo, su cuerpo fue visible y tangible como el de cualquier otro ser humano. Después de la resurrección, su cuerpo siguió siendo humano y al mismo tiempo, glorificado, llevando solamente las huellas del sufrimiento en las manos y los pies. Pero ese cuerpo no fue un fantasma; sus discípulos pudieron tocarlo y Él mismo comió delante de ellos como cualquier ser humano.
Sin embargo, era diferente al nuestro porque podía atravesar paredes y desaparecer en un abrir y cerrar de ojos. Juan 20:19 Jesús se aparece a los discípulos Cuando llegó la noche de aquel mismo día, el primero de la semana, estando las puertas cerradas en el lugar donde los discípulos estaban reunidos por miedo de los judíos, vino Jesús, y puesto en medio, les dijo: Paz a vosotros.
La Biblia nos enseña que un día nosotros también tendremos cuerpos nuevos. Romanos 8:23 y no sólo ella, sino que también nosotros mismos, que tenemos las primicias del Espíritu, nosotros también gemimos dentro de nosotros mismos, esperando la adopción, la redención de nuestro cuerpo. pues Cristo transformará el cuerpo de la humillación nuestra, para que sea semejante al cuerpo de la gloria suya.
Filipenses 3:21 el cual transformará el cuerpo de la humillación nuestra, para que sea semejante al cuerpo de la gloria suya, por el poder con el cual puede también sujetar a sí mismo todas las cosas.
Aunque por ahora nosotros no sabemos mucho al respecto, nuestros cuerpos glorificados serán perfectamente adecuados para vivir en nuestro hogar celestial.
El cielo será nuestro hogar. Si la vida es difícil por ahora, recordemos que este mundo no es nuestro hogar sino que nuestra existencia será perfecta para siempre. La Biblia nos dice que este planeta será transformado en un paraíso, semejante al Huerto del Edén en pureza, y hermosura eternal. Allí reinaremos con Cristo para siempre y con nuestros cuerpos glorificados le serviremos, amaremos y alabaremos.
Apocalipsis 22:3 Y no habrá más maldición; y el trono de Dios y del Cordero estará en ella, y sus siervos le servirán, Aunque en general desconocemos todos los detalles de lo que experimentaremos en la eternidad, podemos anticipar que estaremos activos y gozosos en la presencia del Señor.
Reconoceremos a nuestros seres queridos. La Palabra de Dios nos dice que todo marido debe amar a su mujer; que los hijos son bendición de Dios; que los creyentes deben amar y cuidar de los demás. Para Dios las relaciones humanas son muy importantes, por lo que es lógico que reconozcamos a quienes fueron a la presencia de Dios antes que nosotros. Así como los discípulos reconocieron al Señor resucitado, nosotros volveremos a disfrutar de nuestros familiares y nos regocijaremos con ellos alabando y sirviendo al Señor por toda la eternidad.
La muerte expiatoria de Cristo y su asombrosa resurrección son las dos verdades más importantes de toda la Biblia. Sin esas realidades, el cristianismo carecería de poder para salvar a las almas perdidas. Está usted agradecido por su cruento sacrificio y por su victoria inmediatamente después de su aparente derrota?
Si no has recibido a Jesús como su Salvador, no tendrá la seguridad absoluta de que al morir estará con el Señor. Mi oración es que hoy mismo reciba a Cristo como su Salvador, entregue su vida en sus manos, y le pida que le permita vivir como a Él le agrada. Entonces estará listo para gozar de la vida eterna junto a Él.