masviajesdigital.com http://www.masviajesdigital.com/48-horas-en-mexico-d-f-el-lado-menos-conocido-de-la-urbe/ 48 horas en México D.F., el lado menos conocido de la urbe lugaresy Con más de 1.700 km² y más de veinte millones de habitantes México D.F. es una ciudad inmensa, la tercera gran urbe mundial, la primera en América. Cuando se aterriza en ella o se despega de ella, el avión transoceánico tarda casi media hora en sobrevolar la ciudad. De verdad se puede recorrer en 48 horas? Palacio de Bellas Artes. Nosotros sí. Mi primer consejo es volar por la noche desde España. Se llega temprano, mucho, sobre las cinco de la madrugada. Pero merece la pena. De esta manera uno puede aprovechar bien el tiempo. La mañana la dedicaremos a recorrer el Zócalo, el puro centro y sus aledaños. La tarde la aprovecharemos para visitar Tenochtitlan, la antigua ciudad que conoció y conquistó Hernán Cortés. En el segundo día, cogeremos el coche, o el taxi, y nos iremos a las afueras a recorrer Teotihuacan, o el lugar donde los hombres se convierten en dioses, según su etimología. Por la tarde visitaremos el Museo antropológico nacional, y de paso, a la noche visitaremos el Paseo de la Reforma, y el bosque de Chapultepec.
El Zócalo representa el núcleo político y administrativo de la capital. Se erige en ella una extraordinaria catedral que tal y como hoy la conocemos empezó a construirse por mandato de Felipe II. Está colocada en los terrenos donde antaño se encontraba la ciudad de los aztecas y, concretamente allí, se sospecha que se hallaba algún templo, quizá el propio templo Quetzalcóatl, templo dedicado al sol. La catedral es maravillosa y les aconsejo que la visiten con tiempo y dedicación, pero sobre todo fíjense en ella desde fuera, a cierta distancia, dentro de la plaza de la Constitución, llamada así en honor por la Constitución de Cádiz de 1812, ya que observarán que está algo ladeada; es culpa del terremoto de 1985. Desde entonces cada año se hunde un poquito la catedral, que está claramente vencida hacia un lado. Bueno, culpa del terremoto y del hecho de que la antigua ciudad mexica de Tenochtitlán, estuviera levantada en un islote rodeado de agua, que en su momento los españoles tras la conquista decidieron rellenar. Obviamente esto ha condicionado la historia de esta plaza que ha vivido siempre notables inundaciones.
Catedral de El Zócalo. En la misma plaza dediquen tiempo a entrar en el Palacio Nacional. En él tuvo lugar, en uno de sus salones, la firma de la independencia de México de España. Está repleto de frescos monumentales del gran Diego Rivera y esconde muchos momentos de historia de España y de México. Su patio central es bonito de ver también. Es sede del poder ejecutivo del país y uno de sus grandes símbolos. El presidente del país ya no reside en el Palacio, pero en el mismo se siguen realizando muchos actos oficiales.
Casa de los azulejos. Después de esta visita seguro que está hambriento. Yo le aconsejo que se vaya al restaurante Tacuba y se pida el plato típico de comida mexicana cuatro cositas. No diga no a un buen tequilita. Está en el lugar adecuado. Estará preparado para continuar su visita por la tarde. Yo les recomiendo la visita del sitio arqueológico de Tenochtitlán y el museo que se encuentra pegado al lugar. Sencillamente maravilloso. El lugar se encuentra al este y por detrás de la Catedral metropolitana. Recuerden que sobre la propia ciudad de Moctezuma, Cortés erigió las primeras construcciones españolas. Esto resulta hoy fascinante por cuanto se pueden ver los dos mundos, el primitivo, y el dominador unidos de la mano en todo su esplendor. La zona arqueológica se descubrió en 1978 encontrando la piedra circular que representaba la diosa de la luna (Coyolxauhqui). En 1987 se construía el museo del templo mayor que recoge miles de objetos precolombinos en sus diversas salas.
Restaurante La gruta. Y llega la noche. Si su bolsillo se lo permite alójese en el Gran Hotel, que está en la esquina sur de la plaza principal. Disfrute de su hall y de su maravilloso e histórico ascensor. Desde la terraza del hotel una vista panorámica impagable de todo cuanto ha visto durante el día, y con una temperatura normalmente magnífica.
Edificaciones de Teotihuacan Marcos Cifo. Llegó nuestro segundo amanecer mexicano. Comencemos con unos excelentes huevos revueltos a la mexicana, picantes-picantes, y listos para ir hasta Teotihuacán. Antes podemos pasar por el santuario de la Virgen de Guadalupe. Es visita casi obligada. Merece la pena ver este lugar de peregrinación. Después no le llevará más de una hora acercarse a la antigua ciudad de los Dioses. Es patrimonio de la humanidad desde 1987. Ver el Templo del sol, el templo de la luna, la ciudadela, el templo de Quetzalcoatl es un ejercicio casi místico. Pasear la calle de los muertos, subir hasta las pirámides y dejarse llevar por la vista infinita es algo que nunca olvidará. Muy cerca de la ciudad se halla un magnífico restaurante, La gruta, que se aloja en una cueva natural. Magnífico descanso para una mañana en que a buen seguro sudará lo suyo. El discutido presidente Porfirio Díaz visitó La gruta, el 3 de abril de 1906.
Museo nacional de antropología. Sólo nos queda la tarde, y yo le propongo que visite el Museo Nacional de Antropología. Vaya hasta él, en autobús; esto le permitirá pasar por el Paseo de la Reforma y por el Paseo de Chapultepec. De esta manera entrarán en contacto con la parte más moderna y sofisticada de México y podrán respirar, entre tanta elemento precolombino, el pulso ciudadano del día a día. El museo se creó en los años sesenta. Reúne toda la cultura mesoamericana, con especial interés en la tolteca, mixteca, olmeca, y maya. Tiene joyas como la Piedra del Sol, sencillamente espectacular, los tesoros de la Tumba de Pakal, o las gigantescas Cabezas Olmecas. Más de dos millones de visitas al año. No puede estar en DF y no visitarlo. Se arrepentiría, créame. Dónde cenamos? Hay tantos sitios maravillosos y con estilos tan diferentes Pero en este reportaje no paro de hablar de restaurantes típicamente mexicanos. Por eso les aconsejaré cenar en el restaurante La casa de los azulejos, entre las calles Francisco I Madero y Cinco de mayo. Es un antiguo palacio cuya fachada está revestida de azulejos de Talavera poblana constituyendo un ejemplo de barroco novohispano. Su patio interior le dejará boquiabierto. Se come bien, y es un lugar muy concurrido por artistas, tanto mejicanos como españoles. Se acabó el tiempo. Hemos dejado muchas cosas en el tintero. Pero ya habrá tiempo de regresar. Mientras tanto, y en la mañana en que debe coger el vuelo de regreso, le aconsejo un último vistazo a la ciudad. Para eso súbase a la Torre Latinoamericana. Hasta el mirador y su restaurante. Desayune mientras contempla siglos de historia de la nuestra en 360 grados. Que lo disfrute. Ah, y pegadito al mirador el otro gran edificio representativo de nuestra ciudad; El Palacio de las Bellas Artes, construido a principios del siglo xx, un excelente ejemplo del Art-decó. Ya ve, hemos visitado México DF y no he hablado ni del fenómeno Mariachi, ni de Frida Kahlo. Pues tendremos que volver no le parece? Texto y fotos: Carlos Sobera