El Nuevo Testamento, una Lección en Contexto Oración: Padre Celestial, creador de todo lo que existe, tenemos nuestra existencia por Tu voluntad divina, a través de Cristo hemos venido a conocer tu amor y tu gracia, concédenos, por medio de la intervención del Espíritu Santo, nuestra humilde petición que crezcamos en conocimiento y sabiduría de Tu santa Trinidad, Tu presencia divina en nuestras vidas, recemos juntos Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo, como era en un principio, es ahora, y por los siglos de los siglos, Amén. Ignorancia de la Santa Escritura es ignorancia de Cristo San Jerónimo, un contemporáneo de San Agustín, hizo esta afirmación firme cuando estaba escribiendo un sermón sobre Isaías en el siglo V. San Jerónimo, un doctor de la Iglesia, exhorta a todos los cristianos a estudiar la Biblia en oración. Nótense que este comentario no fue hecho sobre uno de los evangelios o epístolas, pero sobre uno de los profetas del antiguo testamento. Toda la Sagrada Escritura señala y glorifica a Cristo. San Jerónimo, en el mismo sermón dice después lo siguiente: Si este argumento le parece débil a alguien, déjenlo que escuche al Apóstol Dejen que dos o tres profetas hablen, y dejen a otros interpretar; mas, si por acaso una revelación viene a uno de los presentes que están sentados, dejen que el primero se calle. Cómo es que pueden callar, pues depende en el Espíritu, que habla por medio de sus profetas, cuando deben hablar o callar? Si ellos entendieran lo que estaban diciendo, todas las cosas estarían llenas de sabiduría y conocimiento. Mas no era el aire vibrando con la voz humana lo que llegaba a sus oídos, era Dios hablando por medio del alma de los profetas, tal como otro de los profetas dijo Fue un ángel el que me habló y Gritando en nuestros corazones, Abba, Padre y yo he de escuchar lo que Dios me revela dentro de mi. Lo que San Jerónimo está diciendo es que la mejor forma de conocer a Dios es a través de estudio, oración, y comunidad. Donde haya dos o tres reunidos en Mi nombre, Yo estoy ahí, entre ellos (San Mateo 18:20). Mientras que ciertamente debemos leer y contemplar las Escrituras, el verdadero entendimiento y conocimiento de Cristo viene a través de las bendiciones de nuestra comunidad, nuestra iglesia. Si no fuera por el cuerpo de Cristo, su Santa Iglesia Católica, no tendríamos las escrituras del nuevo testamento Jesús Dijo aquí tienen la Sagrada Escritura, toda la información que necesitan para no ir al infierno. POR SUPUESTO QUE NO! Que fácil somos seducidos en pensar que la Biblia es nuestra única fuente de instrucción y guía, y que nosotros solos podemos entender, en nuestro modo, la voluntad de Dios. Como si Dios dejara caer una caja de Biblias sobre el mundo parea que nos sirva como nuestro manual de instrucciones. Que fácil es para nosotros el creer que sin ayuda alguna podemos distinguir entre el bien y el mal. Se parece mucho a la tentación de la serpiente para Eva: Pues Dios sabe que el día que tu comas de este fruto tus ojos serán abiertos y tu serás como Dios, capaz de discernir entre el bien y el mal. (Génesis 3:5)
El estudio de la Biblia necesita estructura, igual que muchas cosas importantes en nuestras vidas diarias. Para entender el Nuevo Testamento tenemos que entender como es que este presente tan valioso nos fue dado. Todo empezó cuando Jesús le dijo a Simón Y yo te digo que tú eres Pedro, y sobre ésta piedra voy a construir mi Iglesia; y ni siquiera el poder de la muerte podrá vencerla (San Mateo 16:18). Entendamos aquí que la muerte a la que Jesús se está refiriendo no es la muerte corporal, mas bien, es la muerte espiritual. El trabajo en sí empezó en Pentecostés, cuando Jesús les dijo a los apóstoles En verdad les digo que es por su bien, pues si no me voy, al defensor no vendrá, pero si yo me voy yo se los mandaré. (San Juan 16:7) Con éste obsequio y promesa, el Espíritu Santo, el aspecto de la Santa Trinidad que reside entre todos nosotros, dirigió a los Apóstoles y los Primeros Padres a formar la Santa Iglesia Católica de Cristo. Es a través de esta estructura, oración, fe, y obediencia que el Nuevo Testamento tomó forma y fue reconocido. Debemos recordar que el Nuevo Testamento no existía cuando Jesús caminaba en las costas de Galilea. Cuando San Pedro y San Pablo se refieren a la escritura, ellos están mas bien hablando del Septuagenario (el Septuagenario, escrito en griego, es la colección de escritura hebrea [el Tora] y otros libros inspirados que incluyen los libros deuterocanónicos [Tobit, Judit, Ester, Macabeos, Eclesiastés, Sabiduría, Baruc, y Daniel] incluidos como parte de la biblia hebrea tradicional. Estos libros, a los que también nos referimos como Apócrifa, fueron escritos en los cuatro siglos que preceden el nacimiento de Jesús.) Una Distribución Natural El Nuevo Testamento NO nos cayó del cielo. El Nuevo Testamento NO nos lo entregó un ángel. El Nuevo Testamento NO fue encontrado por un granjero en el campo, como el Libro del Mormón. El Nuevo Testamento NO fue descubierto repentinamente en una olla de barro con 27 libros intactos como los rollos del Mar Muerto. El Nuevo Testamento fue desarrollado, o maduró, en el curso de los primeros 250 a 300 años de la historia del Cristianismo. Si un ángel nos hubiera dado, o fuera descubierto, completo inspiraría duda en lugar de fe. Los humanos no reconocemos milagros cuando los vemos o cuando escuchamos de ellos. Parte de la validez del Nuevo Testamento es en parte el hecho de que nosotros podemos trazar su desarrollo. El hecho de que el desarrollo del Nuevo Testamento no es tan definido y directo como nos gustaría le da más validez histórica. Las enseñanzas originales de Cristo y de los Apóstoles no fueron transmitidas por escrito, fueron transmitidas oralmente. Desarrollo de la Sagrada Escritura. En el tiempo de Jesús había ya una colección de la Escritura, el Septuagenario, que fue usada por las primeras generaciones de Cristiano, el cual fue usado por la Iglesia como la primera Biblia hasta aproximadamente el año 30 DC. Entre los años 50 DC y 100 DC el Nuevo Testamento empezó a tomar forma, fue inspirado, escrito, y
preservado. Pensemos en esto, una generación después de Cristo es cuando el Nuevo Testamento estaba siendo escrito. Existen muchas cartas y tratados de los Primeros Padres que fueron usados por los Obispos, que mientras son históricos e importantes, no son parte del Canon del Nuevo Testamento. Algunos de estos documentos son El Didache (Enseñanzas de los doce Apóstoles), La Carta de Clemente a la Iglesia de Corinto, la Epístola de Bernabé y los diversos escritos de Clemente, Irineo y Lino. Es a través de la Iglesia que los Evangelios y otras escrituras inspiradas fueron reconocidos y canonizados cuando la Iglesia tuvo la necesidad de mantener la autoridad como los repositorios y guardianes de las enseñanzas de Cristo. Algunas escrituras, aun siendo tradicionales y parte de la Iglesia, están en conflicto con las enseñanzas de la Iglesia. Estas no fueron incluidas. Las fechas mas aceptadas de los libros del Nuevo Testamento son: Evangelio de San Mateo, escrito entre los años 37 DC y 100 DC. Mencionado en muchas de las primeras cartas. Evangelio de San Marcos, escrito entre los años 38 DC y 43 DC, creemos que fue el primero. Evangelio de San Lucas, escrito entre los años 50 DC y 100 DC. Evangelio de San Juan, escrito entre los años 65 DC y 100 DC. Hechos de los Apóstoles, escritos entre los años 65 DC y 70 DC, quizás hasta el año 90 DC. Epístolas de San Pablo, escritas entre los años 50 DC y 60 DC. El Apocalipsis, o Revelación, fue escrito entre los años 54 DC y 62 DC, durante el reino del emperador Nero. Encontramos el Canon de Marcían en el siglo II, el primer Canon, que fue probablemente establecido por Marcían en el año 150 DC. Este Canon incluye el Evangelio de San Lucas y diez de las Epístolas de San Pablo. Aunque este Canon fue editado para remover toda influencia Judía es un paso muy importante en el desarrollo de la Nueva Biblia. Desgraciadamente, Marcían cayó después en herejía. Una de sus herejías es que el Antiguo Testamento no aplicaba más, y que el Nuevo Testamento que había canonizado borraba o contradecía el Nuevo Testamento. Si Marcían, o cualquier otro, es dejado editar o excluir enseñanzas la herejía sería muy difícil, si no imposible, de terminar. Con esta herejía de Marcían, la evidencia por la gran necesidad de un canon fue resaltada. Las reglas que fueron impuestas para determinar el canon son: 1. El autor debe de ser un Apóstol o alguien que fue enseñado por los Apóstoles. 2. La escritura y enseñanzas deben ser aceptables como Santa Escritura. 3. El libro debe de ser aceptado por la Iglesia Universal. 4. La escritura debe estar de acuerdo con las enseñanzas de la Iglesia 5. El libro debe ser inspirado por Dios. En el siglo III, en el año 202 DC, Irineo, Tertulio y otros Padres de la Iglesia habían confirmado que los evangelios de San Mateo. San Marcos, San Lucas, y San Juan eran inspirados y por lo tanto canónicos. También confirmaron que Los Hechos de Los Apóstoles, las trece epístolas de San Pablo, y las primeras Epístolas de San Pedro y San Juan, canonizando 20 de los 27 libros
actuales del Nuevo Testamento. Todo esto ocurrió 150 años después de la resurrección. Varios años después los otros siete libros fueron canonizados, después de mucho estudio y debate. El Canon Oficial Mucha gente piensa que el Nuevo Testamento fue aprobado en el concilio de Nicea, mas no es así. El concilio de Nicea aprobó 20 reglas (cánones), ninguna de las cuales tiene nada que ver con la Sagrada Escritura. La primera mención que nombra los 27 libros del Nuevo Testamento la encontramos en la Carta de Pascua de Atanasio en el año 367 DC. Aquí el menciona que estos son los únicos libros que han de ser leídos en la celebración de la Misa. La aprobación y canonización de los 27 libros de la Iglesia ocurrió en el sínodo de Hipo, en el año 393 DC. Siglo IV El Latín del Pueblo Alrededor del año 382 DC el Papa Damasco comisionó a Jerónimo para traducir la Biblia completa, incluyendo los dos testamentos, en el latín vulgar, o sea, el lenguaje de la gente. Esto le dio a toda la gente sin educación un acceso sin precedente a la Sagrada Escritura. Acaso nos está diciendo que la Iglesia existió por más de 200 años sin la Biblia? Y que fueron casi 400 años antes de que la Biblia fuera traducida al lenguaje de la gente? Si, eso es exactamente lo que les estoy diciendo. Esto es lo que estoy compartiendo con ustedes el día de hoy. Jesucristo nos PROMETIÓ darnos a su Santa Iglesia, Su Esposa en la Tierra, en la cual encontraríamos seguridad, conocimiento, sabiduría, y lo más importante, SU PRESENCIA REAL Y VERDADERA. El estudio de la Biblia es importante, tal como lo es el comentario de las Sagradas Escrituras de los Primeros Padres y Doctores, y las contemplaciones de los Santos. Pero el entendimiento más completo de la Escritura nos viene a través de la presencia de Cristo durante la Santa Misa. El propósito de la Escritura es que sea proclamada, escuchada, e incluida en nuestras oraciones en comunidad. Más vale que entendamos a Jesús en el contexto que Él quiere cuando nos reunimos a celebrar la Santa Misa. Desde las primeras celebraciones de los judíos, las celebraciones de la Misa en las catacumbas, al día de hoy, la Sagrada Escritura ha sido proclamada, comentada, e incluida en las oraciones de la celebración. Mientras que el estudio y contemplación en oración privada de la Sagrada Escritura es esencial, como San Jerónimo dijo tan apropiadamente ignorancia de la Santa Escritura es ignorancia de Cristo, la verdadera relación con Cristo viene a través del culto en comunidad, estudio, proclamación y celebración de la Sagrada Escritura en el seno de la Santa Iglesia de Cristo para ser actuada y vivida. La Sagrada Escritura nos dirige en esta dirección: Entonces Felipe fue a la carroza y escuchó al etíope leía el libro del profeta Isaías, y entonces le preguntó: Entiendes acaso lo que estas leyendo? A lo cual el etíope le contestó: Cómo voy a entender si no hay
quien me lo explique? (Hechos de los Apóstoles 8:30-31) y Al cabo de tanto tiempo, ustedes ya deberían ser maestros, en cambio necesitan que se les expliquen de nuevo todas las cosas más sencillas de las enseñanzas de Dios. Han vuelto a ser tan débiles que, en vez de comida sólida, tienen que tomar leche (Hebreos 5:12), Día y noche suplicamos a Dios que nos permita verlos personalmente y completar lo que todavía falte en su fe. (1 Tesalonicenses 3:10). Estos versos nos enseñan que necesitamos ayuda para interpretar correctamente las Sagradas Escrituras, pues nosotros somos incapaces de interpretarlas por nosotros mismos. Necesitamos la guía de nuestros líderes designados por Dios en su Iglesia para enseñarnos. Esta dirección la encontramos en la sucesión apostólica y comisión de los líderes de la Iglesia Católica. Oración: Santísima Trinidad te pedimos que nos continúes ayudando en nuestro crecimiento en sabiduría y amor. Te damos las gracias por el tiempo que hemos estados reunidos el día de hoy, por Tu presencia entre nosotros, y por los ricos tesoros que encontramos en Tu Santa Iglesia, te pedimos humildemente que nos guíes y que estés presente en nuestras vidas. Amén.
Recursos: Traducción al Castellano del documento original por Ryan Hunnicutt. Sesiones de verano de 2012.