La Caridad V: Pecados Contra la Caridad Autor Pastor Felipe Rincón jueves, 06 de noviembre de 2008 Modificado el domingo, 04 de enero de 2009 Iglesia Evangélica el Plantío del Señor. PECADOS CONTRA LA CARIDAD Introducción: El decálogo es el resumen de la ley moral que Dios ha dejado como modelo y guía para nosotros de la perfección que él demanda y notemos que los cuatro primeros mandamientos tienen que ver con nuestra relación con Dios y los seis restantes tienen que ver con nuestra relación con las demás personas; por ello estos se resumen en amar (caridad) a Dios y al prójimo. Si tenemos caridad hacia Dios y hacia el prójimo estaremos libres de muchas maldades. Los pecados son contrarios a la caridad, y la caridad vence al pecado. Qué hemos visto hasta ahora? (1) Definimos lo que es la caridad: Este es un amor (ágape o caritas) que radica fundamentalmente en la voluntad y no en los sentimientos. (2) Presentamos los elementos y cualidades de la caridad y la diferenciamos de la filantropía. Filantropía es amor al género humano. La filantropía es un amor natural de la razón, es naturaleza. En la filantropía se ama al ser humano porque es humano. La caridad es una virtud infundida por la gracia en la voluntad, con la que amamos a Dios por sí mismo con todas nuestras fuerzas, y al prójimo por Dios, como Cristo nos amó. Amamos no como se aman los hombres simplemente porque son hombres, sino que se aman en Dios y por Dios. (3) Vimos el orden de la caridad. Primero Dios y luego el prójimo. (4) Vimos las obras de la caridad: misericordia, beneficencia, comunicación de bienes, y corrección fraterna, entre otras. Ahora consideremos algunos de los pecados que más directamente lesionan la caridad.
1. Odios. 1ª Juan 3:14-15 Nosotros sabemos que hemos pasado de muerte a vida, en que amamos a los hermanos. El que no ama a su hermano, permanece en muerte. Todo aquel que aborrece a su hermano es homicida; y sabéis que ningún homicida tiene vida eterna permanente en él. 1ª Juan 2:9 El que dice que está en la luz, y aborrece a su hermano, está todavía en tinieblas. 1ª Juan 2:11 Pero el que aborrece a su hermano está en tinieblas, y anda en tinieblas, y no sabe a dónde va, porque las tinieblas le han cegado los ojos. 1ª Juan 4:20 Si alguno dice: Yo amo a Dios, y aborrece a su hermano, es mentiroso. Pues el que no ama a su hermano a quien ha visto, cómo puede amar a Dios a quien no ha visto? Odio es tener un gran disgusto, hay varios sinónimos del odio; Amargura que es odio en silencio; Resentimiento que es tener malos sentimientos debido a una ofensa. Todos estos tienen el mismo origen: el deseo de aferrarse a malos sentimientos. El cristiano debe guardar su corazón de cualquier odio por pequeño que sea, y ha de ahogar toda antipatía en el amor de Cristo, no consintiendo en ella, ni menos expresarla de palabra. Debemos pedirle a Dios que transforme nuestros corazones para que no se ofendan y guarden enojos o disgustos contra ninguno de nuestros hermanos. 2. Discordias. Esto es contiendas y disensiones. 1ª Corintios 3:2 Os di a beber leche, y no vianda; porque aún no erais capaces, ni sois capaces todavía, porque aún sois carnales; pues habiendo entre vosotros celos, contiendas y disensiones, no sois carnales, y andáis como hombres? Gálatas 5:20-21 idolatría, hechicerías, enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas, disensiones, herejías, envidias, homicidios, borracheras, orgías, y cosas semejantes a estas; acerca de las cuales os amonesto, como ya os lo he dicho antes, que los que practican tales cosas no heredarán el reino de Dios.
La discordia es un pecado de la lengua. Se siembra discordia cuando o se maltrata de palabras o de hechos a su hermano. Se siembra discordia cuando se trata de influir en otros para que tengan una mala opinión del hermano. Cuando se critica, se injuria, se denuncia o se burla de un hermano. Cuando usted critica o denuncia falta de su hermano o de su iglesia o su pastor, usted está decepcionando a la iglesia y haciendo que la gente pierda la fe en el ministerio, que cierre sus oídos al evangelio. Cuando alguien sepa que usted anda hablando de él o ella, como espera usted reaccione? No es eso sembrar discordia? 3. Ofensas. Mateo 5:22 Pero yo os digo que cualquiera que se enoje contra su hermano, será culpable de juicio; y cualquiera que diga: Necio, a su hermano, será culpable ante el concilio; y cualquiera que le diga: Fatuo, quedará expuesto al infierno de fuego. La Biblia de Jerusalén dice: Pues yo os digo: Todo aquel que se encolerice contra su hermano, será reo ante el tribunal; pero el que llame a su hermano imbécil, será reo ante el Sanedrín; y el que le llame renegado, será reo de la gehenna de fuego. Efesios 4:29, 31 No salga de vuestra boca palabra dañosa, sino la que sea conveniente para edificar según la necesidad y hacer el bien a los que os escuchen. 31 Toda acritud, ira, cólera, gritos, maledicencia y cualquier clase de maldad, desaparezca de entre vosotros. Ofensa es causar molestia o agravio. También es enfadarse por un dicho o hecho. Por qué nos enfadamos con los demás? Nos enfadamos cuando nos tratan mal, cuando nuestros derechos son pisoteados. Sabes que, siempre van a hacer cosas que nos enfadarán si estamos buscando salvaguardar nuestros derechos. Entreguémosle a Dios nuestra reputación y el derecho de ser amado y entendido, así no nos vamos a ofender cuando se cometan injusticias, cuando nos maltraten. Pues no tenemos derechos, son de Dios. 4. Juicios temerarios.
Mateo 7:1-3 «No juzguéis, para que no seáis juzgados. Porque con el juicio con que juzguéis seréis juzgados, y con la medida con que midáis se os medirá. Cómo es que miras la brizna que hay en el ojo de tu hermano, y no reparas en la viga que hay en tu ojo? Romanos 14:4, 10,13 Tú quién eres, que juzgas al criado ajeno? Para su propio señor está en pie, o cae; pero estará firme, porque poderoso es el Señor para hacerle estar firme. 10 Pero tú, por qué juzgas a tu hermano? O tú también, por qué menosprecias a tu hermano? Porque todos compareceremos ante el tribunal de Cristo. 13 Así que, ya no nos juzguemos más los unos a los otros, sino más bien decidid no poner tropiezo u ocasión de caer al hermano. Esto se conoce como prejuicio, juzgar con precipitación. Un juicio o una opinión formada sin el debido análisis; una decisión mental que no se basa en la razón ni en la justicia; una opinión prematura. El prejuicio es un problema espiritual, un problema del corazón. Se trata de sacar conclusiones apresuradas antes de conocer todos los hechos. El prejuicio y la envidia pusieron a Jesús en la cruz. El prejuicio es lo opuesto al amor, porque el amor escoge creer lo mejor acerca de las personas sin dudar. El prejuicio entorpece nuestro discernimiento y espiritualidad. No debemos estar precipitándonos en hacer juicio. Porque por una parte, nosotros juzgamos mal, porque juzgamos por apariencias. Y por otra parte nosotros no tenemos ninguna autoridad para juzgar. 5. Maledicencias. Mateo 12:34-35 Generación de víboras! Cómo podéis hablar lo bueno, siendo malos? Porque de la abundancia del corazón habla la boca. El hombre bueno, del buen tesoro del corazón saca buenas cosas; y el hombre malo, del mal tesoro saca malas cosas. Maldecir, vocabulario incorrecto. Un corazón con problema es la raíz de toda maledicencia. Las secretas aversiones, las envidias y desprecios, los juicios temerarios, todo sale fuera y se expresa más o menos por la maledicencia y la murmuración. Esto nos indica que el asunto no está en cuidar la boca y lo que dice, es tener cuidado con el corazón, con lo que se siente. Si usted no purifica el corazón tendrá malas palabras. Santiago 3:3-8 He aquí nosotros ponemos freno en la boca de los caballos para que nos obedezcan, y dirigimos así todo su cuerpo. Mirad también las naves; aunque tan grandes, y llevadas de impetuosos vientos, son gobernadas con un muy pequeño timón por donde el que las gobierna quiere. Así también la lengua es un miembro pequeño, pero se jacta de grandes cosas. He aquí, cuán grande bosque enciende un pequeño fuego! Y la lengua es un fuego, un mundo de maldad. La lengua está puesta entre nuestros miembros, y contamina todo el cuerpo, e inflama la rueda de
la creación, y ella misma es inflamada por el infierno. Porque toda naturaleza de bestias, y de aves, y de serpientes, y de seres del mar, se doma y ha sido domada por la naturaleza humana; pero ningún hombre puede domar la lengua, que es un mal que no puede ser refrenado, llena de veneno mortal. Pensamos que podemos hablar y que los demás no se deben ofender, pero que sentiríamos nosotros, como reaccionaríamos si los demás hablasen de nosotros o con nosotros de la misma forma. 6. Acepción de personas. Santiago 2:1-4 Hermanos míos, que vuestra fe en nuestro glorioso Señor Jesucristo sea sin acepción de personas. Porque si en vuestra congregación entra un hombre con anillo de oro y con ropa espléndida, y también entra un pobre con vestido andrajoso, y miráis con agrado al que trae la ropa espléndida y le decís: Siéntate tú aquí en buen lugar; y decís al pobre: Estate tú allí en pie, o siéntate aquí bajo mi estrado; no hacéis distinciones entre vosotros mismos, y venís a ser jueces con malos pensamientos? Es favoritismo, parcialidad. El favoritismo es amor carnal, amor dictado por preferencias. La acepción de personas es un juicio falso, por el cual la persona se inclina hacia aquellos que estima más valiosos sabios, ricos, bellos, fuertes-, dejando de lado a los otros. Me gusta su personalidad, apariencia, etc. El amor caritativo que es el amor de Dios acepta y ama a las personas tal como son. 7. Daños al prójimo. Romanos 13:10 El amor (la caridad) no hace mal al prójimo; así que el cumplimiento de la ley es el amor. El que ama a su hermano no le hace daño ni perjuicio alguno: no le roba, ni le miente, ni le engaña, tampoco le hiere.