"Un Testamento Fundacional Del Siglo Xviii" (*) Escuela Freudiana De Buenos Aires. 2011 María Cristina Del Villar Si algo de una existencia se inscribe, permite que algo nuevo surja, de no ser así, retorna en lo real de la escena de la peor forma. Muchas situaciones de la vida como ser: nacimientos, cumpleaños, muertes,años nuevos, etc, que son de lo real, solamente se los puede fijar, dar un comienzo, un principio, un fin, a partir del significante, del acto. Este nomina y se hace a partir de la localización significante que éste realiza sobre una parte de real. Solamente así, por ejemplo, podemos localizar nacimientos, muertes, un año nuevo, etc y las consecuencias de esa inscripción en aquellos que la realizan y su descendencia. Inscripción que para que sea tal, debe estar articulada a normas que nos ordenan y estás a la ley. Acto que si va más allá de una ley arbitraria, si se pasa ese umbral, ubica de otro modo al sujeto. Un acto, nos dirá Lacan en el seminario del Acto en la primera página de la segunda parte, está ligado a la determinación del comienzo y muy especialmente allí donde hay necesidad de hacer uno precisamente porque no lo hay. Luego nos dirá un acto, articulado a un ceremonial marca un cierto orden. Entonces qué orden instauró este testamento fundacional?. Qué inauguró?. Y si esto fue posible, fue debido a la estructura del acto?. Cuál es ésta? Estos interrogantes guiaron mi investigación. Voy a tratar de transmitirles alguna de las respuestas hasta aquí producidas a partir de una historia del siglo XVIII en nuestro incipiente continente americano. Breve relato de una historia A principios de 1555 en éste continente americano y muy especialmente en todo nuestro noreste y noroeste, eran épocas de plena fundación y conquista. Era necesario poblar las tierras conquistadas, por ello eran propiciadas las uniones de los españoles con las hijas de los caciques o indias plebeyas hasta que llegaran sus esposas españolas o criollas o - Página 1 de 6 -
españolas solteras con las cuales si se casarían. Era necesario formar hogares españoles-indígenas para tener muchos hijos y así poblar las nuevas aldeas. Las poblaciones que se fueron fundando fueron muy precarias, lo que hizo j, como modo de sobrevivir, que las condiciones entre las diferentes razas, fueran obligatoriamente igualitarias- Es así que se consideró legítimos a los hijos mestizos y nadie discutió esto durante la primera generación. Esta fue una transmisión oral de la cual se supo a partir del testamento de la India Jurí, bautizada María, una de las protagonistas de nuestra historia. Muchos pensaban como el fundador de Santiago del Estero: Francisco de Aguirre: Es mayor el servicio que se hace a Dios, al tener un hijo, que el pecado que por ello se comete. Los jesuitas y franciscanos que acompañaban a las huestes también hacían la vista gorda a los concubinatos con las indias, algunos, por cierto, bastante estables. Era costumbre de la época que los nacimientos fueran inscriptos en las iglesias. De los mestizos no existía tal inscripción, aún de primera generación, aún habiendo sido bautizados. Hernán Mexía Miraval, el otro protagonista de nuestra historia, fue uno de los conquistadores del Tucumán, había llegado a las tierras de los Juríes después de errar varios años, por los diaguitas y calchaquíes. Esas tierras húmedas y fértiles ya habían sido descubiertas años atrás. Allí vivían esa comunidad de indios juríes, que tenían características particulares, eran muy laboriosos, prolijos y pacíficos. Cultivaban el maíz, el algarrobo que por sus bondades lo consideraban un árbol casi místico. Sus casas eran pequeños ranchitos de adobe, ordenados en calles alineadas y muy prolijas. Años antes ya habían conocido con Diego de Rojas, primer invasor de sus tierras del Tucma, futura Tucumán, la crueldad y superioridad de sus conquistadores en la batalla, por ello el jefe Jurí decidió aliarse con este nuevo invasor. Cuenta el testamento de la Jurí, María, que éste sevillano era uno de los más jóvenes y activos de la expedición. Una vez llegado a la población se fijó en esta joven, casi niña, indiecita de facciones muy finas, piel canela, ojos negros almendrados. Después de devolverle su mirada son una sonrisa comenzó una historia de unión, amor y tristezas. Como cientos de casos anónimos, éste hubiera sido un caso más. No hubiéramos sabido nada de la existencia de María, ni de su ascendencia y descendencia, de no haber sido por un acto hecho por ella. El 23 de septiembre de 1660, pide que se llame al escribano mestizo: Juan Nieto, quien podía entender su lengua y así dictarle su testamento. Allí quedó escrito su nombre Jurí Amancay, de quien era hija, con quién había tenido sus cuatro hijos, los nombres de cada uno de ellos, con quiénes estos se habían casado, y cual fue el desenlace de la relación que había mantenido durante más de diez años con Hernán - Página 2 de 6 -
Mexia Miraval. En este testamento lo llama amo y señor y nos cuenta la Princesa Mocha, cómo fue su vida con éste, una vez aceptado su destino. Colaboró en la formación de la nueva aldea Hispano-Jurí y su fidelidad fue absoluta hacia su amo, padre de sus cuatro hijos. Esa era la costumbre Jurí transmitida de padres a hijos. Era más importante la fidelidad a la familia que a la comunidad. Años difíciles, intensos, constantes viajes y conquistas para él, sucesivos nacimientos para ella, ocupándose de los hijos, la casa, la huerta, la siembra del maíz. También se ocupaba de brindarle a él, al regreso de cada hueste, un hogar cálido, lleno de hijos que él intentaba hispanizar. Retornaba cansado y la más de la veces, herido. Allí encontraba cura, consuelo y atención hasta la ida a la nueva conquista, hasta el nuevo regreso. Años difíciles, pero de mucha unión, a su regreso encontraba cada vez más grandes a sus hijos que portaban los rasgos de las dos razas. Como todo comienzo, tienen algo de sagrado y tanto ella como él debían intuir de alguna manera como los protagonistas bíblicos, que eran una pareja fundacional. Dicho con sus palabras en la segunda página del testamento: Quiero que mis hijos, los hijos de mis hijos y los de ellos sepan de este origen. Hernán trataba de enseñarles el español y sus costumbres. Todos juntos iban a la iglesia y allí les enseñaban sus creencias y los valores religiosos. Valoraba mucho todo lo que le recordaba a su patria y guardaba los objetos que se la recordaba como si fuesen casi divinos. Su guitarra, panderetas, telas suntuosas, encajes, almendras, vinos, romances Dice que ella y sus hijos miraban fascinados esos objetos que representaban el bagaje cultural de su amo. Así fueron transcurriendo esos años heroicos y fundacionales del mestizaje inicial hasta que a fines del 1562-1563, la unión y la paz hogareñas comenzaron a quebrarse, fueron años de grandes revoluciones de los Juríes, su pueblo, y a pesar de su dolor debió responder a su amo. En esa misma época Francisco de Aguirre nombrado gobernador de Santiago del Estero, les pide al Capitán Mirabal y a su compañero de huestes que refundara la ciudad de Tucumán en tierra Jurí. Es en ese mismo lugar donde el Capitán Medina lleva ocho huérfanas de guerra entre españolas y criollas para que se casaran. María ubica allí el cambio radical de su vida familiar. Siendo fiel al mandato de su raza Jurí, obedeció a su amo y padre de sus cuatro hijos, aceptando con total resignación el casamiento de éste con una de las españolas y luego la partida de su señor con sus hijas, para que su esposa las terminara de educarlas, a la usanza española. Miraval quería que ellos formaron parte de la nueva aristocracia americana, donde al decir de muchos: Querían que valiera más la sangre vertida que la heredada. El problema es que se renegó, tanto de una de las - Página 3 de 6 -
sangres vertidas así como de los orígenes de ella. Nada se sabe si el Capitán tuvo dudas, temores, remordimientos, ante la decisión que tomó. Se sabe que no tuvo más hijos a pesar de casarse con una joven de catorce años. La única fuente donde un decir se hizo escuchar fue el testamento de María. Allí habló de su amo, de la pena que ella realmente sintió ante su alejamiento y el de sus hijos tan amados. Si se sabe que a partir de su partida, diez años después, viviendo ya en la casa de una de sus hijas, casada con Tejedor, hombre hidalgo, de gran fortuna, hace este testamento a partir del cual cambió radicalmente su vida. Sus hijos cumplieron el deseo del padre, todos se casaron con hidalgos o hijos de éstos e hicieron fortuna. Pasaron a formar parte de las familias más ricas de Córdoba y Tucumán. En el testamento, quedaron escritos los orígenes de esta familia e inscripto el nacimiento de una raza, la mestiza, renegada por aquellos mismos que la propiciaron, también quedó inscripta la renegación de los orígenes por parte de uno de los protagonistas de esta historia. Por este se supo de la legalidad de las uniones españolas-juríes, y del nacimiento de los hijos. Lectura de una historia Los ritos funerarios, como las ceremonias que ellos implican: fundan. Dentro de las cuales podemos incluir el testamento. Estos ritos son uno de los roles fundamentales de la dignidad humana. Es un modo de inscribir la muerte pero también la vida. Dice de la existencia de un ser humano. Y nosotros los analistas sabemos que la muerte del significante, el intento de que éste desaparezca de la faz de la tierra, es la muerte más dolorosa, porque el significante introduce la castración simbólica, sin esto no hay posibilidad de subjetivación alguna. Ese cuerpo, si no porta la subjetivación que el significante vehiculiza es pura carroña, sobrante (1). Nos dice Silvia Amigo: Escrita una historia puede pasar al inconsciente, puede no estar siempre presente, como alma en pena, como pesadilla de lo que no es posible despertar. Para poder llegar a algún olvido o represión necesarios para nuestra condición de seres humanos, es prerrogativa haber producido esta letra. Inscribir un hacer, por vía de un decir y así inaugurar algo nuevo. Este es el valor de este testamento. Este olvido por inscripción no podría ser más opuesto al olvido al que de vez en cuando, siguiendo una moral claramente mafiosa, nos instan quienes se verían afectados por dicha inscripción. Renegación. Retorno en lo real de la escena y del peor modo. María, a partir de este testamento, al autorizarse a decir y que ese decir quedase escrito y testificado, nació a una nueva vida subjetiva, fue un acto de nacimiento. Un acto que implicó dar un cierto orden a una situación pre-existente, al tomar esa tradición de la cultura española - Página 4 de 6 -
se ubicó en una serie, donde no reniega del padre de sus hijos, ni del origen también español de ellos y de lo que en esos años de convivencia ella vivió. Se apropió de un acto tradicional, que se funda en una cierta necesidad de transferir algo que es considerado como esencial en el orden del significante. Que haya que transferirlo, como decía al principio del trabajo, junto con Lacan, supone que no se transfiere por si solo, que no es del orden de lo natural, que efectivamente sanciona un verdadero comienzo y como tal también implica una renovación. A partir de relatos de su vida, de sus orígenes Juríes, los nombres de sus padres, el de cada uno de sus hijos, con quienes éstos se habían casado, su vida con Miraval, la separación de éste y declarar sus últimas voluntades hasta como y con quienes quería ser enterrada y a quienes quería heredar cada uno de sus bienes. Fundó, erigió, estableció su vida a partir de ahí marcó un comienzo, otra posición subjetiva. Ese testamento fue un acta de nacimiento Esa es la verdadera estructura del acto y no hay ninguna acción que no se presente con un punto significante de entrada y es ella lo que caracteriza el acto.después de ese testamento vivió más de veinte años. Se la veía con un andar sereno, muy Jurí. Fue muy respetada por toda su decencia,y por toda la ciudad de Cordoba donde viviò hasta su muerte. Luego de ese acto siguieron otros actos, se casó con el indio Andrés a la usanza Jurí, no habló casi nunca más el español y nadie la cuestionó por esto. A sus nietos los mecía y les cantaba en su lengua y disfrutaba de cocinar y enseñarles sus costumbres. Iba a visitar a los jesuitas y se sentaba en la iglesia a la usanza de su pueblo de origen. Para concluir. En el punto donde el sujeto suspende en principio la interrogación por tal o cual hecho, si responde o no a la ley arbitraria a la cual está alienado y puede ir más allá, allí hay un acto. Nos dirá Lacan: Allí donde era algo para alguien, el sujeto debe advenir, de la alienación al Otro, a la separación. Báscula constitutiva del sujeto. Este testamento fundacional le permitió a Maria, armar un nuevo orden atravesado por la ley, que le permitió reordenar y redistribuir sus goces. Bibliografía. Jacques Lacan / Seminario Problemas cruciales del psicoanálisis Jacques Lacan / Seminario del Fantasma Jacques Lacan / Seminario del Acto psicoanalítico Jacques Lacan / Seminario Aún Jacques Lacan / Seminario El Sinthome Roberto Rabinovich / Qué sucede en el acto psicoanalítico?. Buenos Aires: Lugar editorial. Cuadernos Sigmund Freud Nro 20 - El acto psicoanalítico. - Página 5 de 6 -
Silvia Amigo / Clínica de los fracasos del fantasma - Página 6 de 6 -