Hablar con Dios por Pablo A. Jiménez Texto: Hechos 4.29-31 Tema: Para crecer espiritualmente es necesario orar, es decir, hablar con Dios regularmente. Área: Formación espiritual Propósito: Recalcar la importancia de la oración como disciplina espiritual. Diseño: Temático-Doctrinal Lógica: Inductiva Introducción Uno de los grandes beneficios de las redes sociales es que nos permiten mantenernos en contacto con nuestras amistades. Eso es particularmente importante para aquellos de nosotros que tenemos amistades y familiares que viven en otros países. Para nosotros las redes sociales son una bendición. 1/9
Yo puedo asegurarles que el cambios en el mundo de las comunicaciones es dramático. Por ejemplo, en el 1986 yo me mudé a San José, al capital de Costa Rica, donde serví como misionero. Y los medios de comunicación que teníamos a nuestra disposición eran el correo regular, el teléfono y el el telégrafo. De esos tres medios, el telégrafo ha desaparecido. Todas las oficinas desde las cuales era posible enviar y recibir telegramas han cerrado. El teléfono ha evolucionado, ya que para hacer una llamada internacional antes era necesario llamar a central telefónica donde una operadora le comunicaba con el número de teléfono que deseaba alcanzar. El proceso tomaba entre 20 minutos y una hora, dependiendo del volumen de llamadas. Lo que no ha cambiado mucho es el correo regular, que todavía toma varias semanas en llegar de un país a otro. Hoy las redes sociales me permiten mantenerme en comunicación constante con mis amistades. Solo tengo que ver sus respectivos perfiles en Facebook para saber de sus logros, sus familias y hasta de sus problemas. Diariamente puedo ver fotos de gente linda, que llevo cerca del corazón, pero que viven en Venezuela, en Colombia, en México, en Costa Rica o en alguna parte de los Estados Unidos. Y si deseo hablar con esas personas, puedo escuchar sus voces por Facebook o WhatsApp. 2/9
El mundo ha cambiado, pero la amistad no. Cultivar la amistad Afirmó que la amistad no ha cambiado porque hoy como ayer es necesario cultivar las amistades para mantenerlas. Yo sé que a veces nos engañamos a nosotros mismos, diciendo que somos amigos de personas con las cuales no hemos hablado en años. En realidad, la falta de comunicación ha interrumpido o hasta roto esas amistades. Si nos encontráramos con una de esas persona, tendríamos que restablecer la amistad con ella. La amistad necesita comunicación. La amistad necesita diálogo. La amistad necesita contacto constante. Para mantener la amistad con alguien, es necesario hablar constantemente con esa persona. Y lo mismo podemos decir sobre la amistad con Dios. Para mantener viva nuestra amistad con Dios, es necesario cultivar esa relación. Ahora bien, cómo podemos cultivar esa relación con el Dios eterno? Aunque parezca sorprendente, podemos cultivar la amistad con Dios de 3/9
manera muy similar a como cultivamos la amistad con cualquier otra persona. Para mantener viva nuestra amistad espiritual, es necesario hablar con Dios. La oración como conversación espiritual Tanto la Biblia como la tradición cristiana tienen un nombre para el acto de hablar con Dios: Oración. Sí, mis buenos hermanos y mis buenas hermanas, la oración es la forma más efectiva de comunicación con Dios. La oración es una conversación; es un diálogo. Dios es quien ha comenzado ese diálogo, porque el Dios creador nos habla constantemente: Dios nos habla por medio de la naturaleza. Dios nos habla por medio de nuestra razón. Y Dios nos habla por medio de la Biblia, las Sagradas Escrituras. Por lo tanto, toda oración que podamos expresar es una respuesta a lo que Dios ya ha hecho a través de la historia. Oramos a partir de lo que Dios ha hecho por nosotros en el pasado. Oramos por lo que Dios está hoy por nosotros en el presente. Y oramos por lo que Dios hará por nosotros en el futuro. 4/9
La oración tiene un aspecto personal y otro comunitario. Oramos en privado, en la soledad de nuestro hogar; pero también oramos en la Iglesia, en unión a otras personas de fe. De hecho, es muy importante orar junto a otras personas. El ejemplo y la inspiración que nos ofrecen los demás nos ayudan tanto a aprender a orar como a perseverar en la oración. La oración trae toda una serie de beneficios a la vida de las personas que buscan de Dios: 1. Nos ayuda a conocer más a Dios. 2. Nos permite presentarle a Dios hasta nuestros pensamientos y deseos más íntimos. 3. La oración nos ayuda a enfrentar y a superar los momentos de dolor, dificultad y prueba que enfrentamos en la vida. 4. En los momentos cruciales de la vida, la oración nos recuerda que no estamos solos, porque Dios está dispuesto a socorrernos. 5. La oración nos ayuda a experimentar el gozo que da el vivir bajo la mirada de Dios. 6. Cuando oramos, pasamos de desear las cosas que Dios pueda darnos a desear la presencia de Dios. La presencia divina es el mayor bien del cual un ser humano puede gozar. 5/9
7. Al mismo tiempo que necesitamos fe para orar, mientras más oramos más fe tenemos en el Señor. Una lección de la Escritura La Biblia ofrece centenares de ejemplos de cómo el poder de Dios se manifiesta cuando su pueblo ora con fe. Noten que no dije el poder de la oración, porque la oración solo tiene poder cuando se dirige a Dios, quien se ha revelado a la humanidad por medio de Jesucristo, en el poder del Espíritu Santo. El ejemplo que deseo presentarles hoy se encuentra en el cuarto capítulo del libro de los Hechos de los Apóstoles. En ese capítulo encontramos la historia de Pedro y Juan, los líderes de los Apóstoles, quienes habían sido encarcelados después de predicar y hacer un milagro en una de las puertas del Templo de Jerusalén. Después de pasar la noche en la cárcel, los Apóstoles enfrentaron a las autoridades judías. En respuesta a sus preguntas, Pedro y Juan les dijeron: Juzguen ustedes: Es justo delante de Dios obedecerlos a ustedes antes que a él? Porque nosotros no podemos dejar de hablar acerca de lo que hemos visto y oído Hechos 4.20-21 6/9
Al verlos responder con tanto valor, los políticos les dejaron en libertad, no sin antes amenazarlos, pues no hallaron ningún modo de castigarlos (4.21). Una vez liberados, los Apóstoles buscaron a los otros creyentes que vivían en la ciudad y les contaron todo lo que habían pasado durante sus dos días de cautiverio (4.23). Y qué hizo la Iglesia? La Iglesia hizo lo que la Iglesia hace en tiempos de crisis: orar. Elevaron oración al Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo (4.24). Elevaron oración en el poder del Espíritu Santo (4.25). Elevaron oración citando la Biblia, la Palabra que da testimonio de la relación entre Dios y la humanidad (4.25-26). Así llegamos a la porción bíblica que deseo recalcar, que se encuentra en Hechos 4.29-31 (RVC): 29 Ahora, Señor, mira sus amenazas, y concede a estos siervos tuyos proclamar tu palabra sin ningún temor. 30 Extiende también tu mano, y permite que se hagan sanidades y señales y prodigios en el nombre de tu santo Hijo Jesús. 31 Cuando terminaron de orar, el lugar donde estaban congregados se sacudió, y todos fueron llenos del Espíritu Santo y proclamaban la palabra de Dios sin ningún temor. 7/9
Noten que la Iglesia ora, presentando a Dios todo lo sucedido. Claro está, Dios sabía lo que había ocurrido. Sin embargo, la oración nos da la oportunidad de recordar y, en el proceso, de interpretar nuestras experiencias de vida. Por eso la Iglesia ora, presentando sus peticiones ante Dios. Noten que Pedro y Juan no responden con violencia a las amenazas recibidas, sino que las depositan en las manos de Dios (4.29). Y noten que no piden venganza, sino que ruegan a Dios la oportunidad de predicar con toda libertad. Notemos, además, que la Iglesia ora en el nombre de Jesús (4.30). Jesús nos enseñó a pedir en oración todas las cosas en su nombre (Juan 14.13-14). Orar en el nombre de Jesús no es una fórmula mágica, ni una superstición. No es como decir abracadabra. Por el contrario, cuando oramos en el nombre de Jesús nos estamos refiriendo a la relación que nos une. Por medio de la obra del Dios Hijo, ahora ustedes y yo podemos llegar a ser hijos e hijas de Dios. Oramos, pues, en el nombre de Jesucristo, quien es nuestro amigo fiel, nuestro Señor y nuestro salvador. Conclusión La Iglesia oró hasta que el lugar donde estaba reunida tembló, en señal de que Dios había escuchado sus ruegos. Esto marcó un momento 8/9
importante en el desarrollo espiritual de la comunidad cristiana, que apenas nacía en aquellos tiempos. Este pasaje bíblico nos enseña que para crecer espiritualmente es necesario hablar con Dios regularmente por medio de la oración. Por lo tanto, si usted desea crecer en la fe de Jesucristo, debe establecer una relación de amistad con Dios y cultivarla diariamente por medio de la oración. 9/9