Bosquejo #7 EL CORDERO DE DIOS Juan 1:29-34 En estos versículos, tenemos un informe detallado del testimonio que Juan el Bautista dio a los discípulos que le acompañaban, acerca de Jesucristo. Juan continuó dando testimonio de Él, pero ahora, ya no solo hablaría de Jesús sin verlo sino que en este segundo día nos dice el texto: Vio Juan a Jesús que venía a él (v. 29). En dos días consecutivos, Juan el Bautista da un testimonio contundente y coincidente acerca de Jesús y de su obra como aquel que vendría a bautizar después de él, con el Espíritu Santo y fuego. Durante este encuentro vemos como Juan aprovecha la oportunidad que el Espíritu Santo le da para manifestar, como profeta de Dios, todo lo que el Padre quería revelar a los hombres acerca de Jesús. En esta porción del testimonio de Juan vemos cómo él confiesa 3 verdades sobre el Hijo de Dios, con las cuales le hace ver a todos, la magnitud de la persona que en este momento viene hacia él. Como dijimos en el mensaje anterior, Juan el Bautista el día anterior hace la presentación de Jesús frente a sus interlocutores, quienes habían ido a inquirir sobre su persona; pero ahora la situación es diferente, puesto que el día antes hizo una presentación de Jesús teniéndolo detrás del telón del escenario profético, pero ahora lo haría teniéndole frente a todos. Es aquí cuando llega el momento esperado, el momento en que Jesús saldría a la vista de todos como el Mesías esperado, como decía Juan: 1:27 Este es el que viene después de mí, el que es antes de mí, del cual yo no soy digno de desatar la correa del calzado. Juan estaba impresionado por la presencia de Jesús y no tarda en declarar todo lo que el Espíritu Santo pone en su corazón y en su boca para que el mundo sepa que el amor de Dios se ha derramado a través de su Hijo Jesús. Veamos pues su revelación a través del Bosquejo siguiente: I. ESTE ES EL CORDERO DE DIOS II. ESTE ES AQUEL DE QUIEN YO DIJE III. ESTE ES AQUEL SOBRE QUIEN SE POSÓ EL ESPÍRITU
Iglesia de Convertidos a Cristo 2 I. ESTE ES EL CORDERO DE DIOS (Jn. 1:29) A. A QUIÉN DEBEMOS MIRAR 1. 1:29 El siguiente día vio Juan a Jesús que venía a él, y dijo: He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo. Con la expresión He aquí Juan el Bautista muestra a quién es que debemos dirigir nuestra mirada rebelando que este Cordero a través de su muerte en la cruz del calvario y su sangre derramada allí en sacrificio, se convierte en nuestra garantía, por la fe, de la gracia del perdón y de la acción del Espíritu Santo a favor nuestro. 2. Debemos mirar al Cordero porque sólo Él quita y echa nuestro pecado tan lejos que nadie pueda volver a verlo nunca más, como nos apunta Miqueas 7:19 cuando dice: Él volverá a tener misericordia de nosotros; sepultará nuestras iniquidades, y echará en lo profundo del mar todos nuestros pecados. Lo que nos indica que no hay pecado que no sea por él quitado, borrado y olvidado. 3. Debemos mirar al Cordero porque aquí se indica que, para quitar el pecado, Él lo cargó sobre sí como dice Isaías 53:6: 53:6 más Jehová cargó en él el pecado de todos nosotros. Además, también nos dice Colosenses 2:13-15: 2:13 Y a vosotros, estando muertos en pecados y en la incircuncisión de vuestra carne, os dio vida juntamente con él, perdonándoos todos los pecados, 2:14 anulando el acta de los decretos que había contra nosotros, que nos era contraria, quitándola de en medio y clavándola en la cruz, 2:15 y despojando a los principados y a las potestades, los exhibió públicamente, triunfando sobre ellos en la cruz. B. EL CORDERO DE DIOS 1. Nuestro texto inicia diciendo: 1:29 El siguiente día vio Juan a Jesús que venía a él, y dijo: He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo. Esta presentación que hace Juan el Bautista de Jesús, tuvo que haber ocurrido luego de que lo hubiese bautizado y conociese lo que él supo acerca de Jesús, lo cual testifica en los (vv. 32-34).
Iglesia de Convertidos a Cristo 3 2. Este razonamiento viene, primeramente: a. Porque en el evangelio de Juan no aparece el Bautismo de Jesús. b. Porque Juan el Bautista dice en el (v. 33) que él no le conocía como Dios se lo había manifestado antes de éste día. c. Porque es en el momento del bautismo donde Juan sabe que Jesús es el Hijo de Dios, cuando Dios mismo lo testifica desde el cielo y viene sobre Él el Espíritu Santo en forma de paloma. 3. La expresión con que Juan el Bautista se refiere a Jesús es: He aquí el cordero de Dios, que quita el pecado del mundo. Él puede estar refiriéndose al cordero de la expiación del cual Dios habla a través de Moisés en Levítico 16:1-34. Este era también el estatuto perfecto para hacer expiación (borrar la culpa) por el pecado de Israel o puede estar refiriéndose al cordero pascual que también se menciona en Éxodo 12:1-13 el cual libró a los israelitas de la muerte en la noche de los primogénitos. 4. Estos corderos establecidos en el Antiguo Testamento no podían quitar el pecado del mundo, por esto era necesario un mejor sacrificio, ahora Dios mismo tomaba a su Unigénito, el cual siendo El Hijo de Dios, es ofrecido por el mundo como El Cordero de Dios el que verdaderamente quitaría su pecado - Isaías 53:7; Hebreos 9:11-28. 5. Este cordero enviado de Dios era el único que podía cubrir la medida de justicia de Dios como nos dice Hebreos 10:1-14 cuando nos apunta los (vv. 5-7) citando el Salmo 40:6-8 cuando dicen: Por lo cual, entrando en el mundo, dice: Sacrificio y ofrenda no quisiste; Mas me preparaste cuerpo. Holocaustos y expiaciones por el pecado no te agradaron. Entonces dije: He aquí que vengo, oh Dios, para hacer tu voluntad, Como en el rollo del libro está escrito de mí. C. EL ÚNICO QUE QUITA EL PECADO DEL MUNDO 1. Pecado = Hamaritian y no Hamaritas = Pecados. Cuando se habla de que este cordero quita el pecado del mundo se está declarando que el propósito del sacrificio de Cristo es que él
Iglesia de Convertidos a Cristo 4 fuera nuestra pascua y pudiera quitar para siempre el pecado que nos condenaba. 2. Juan el Bautista está diciendo con esta expresión que Jesús quita, levanta y se lleva consigo el pecado que pesa sobre el pecador que se arrepiente. Así también lo testifica: a. Mateo (Mt. 8:17) 8:17 para que se cumpliese lo dicho por el profeta Isaías, cuando dijo: El mismo tomó nuestras enfermedades, y llevó nuestras dolencias. b. Felipe (Hch. 8:32) 8:32 El pasaje de la Escritura que leía era este: Como oveja a la muerte fue llevado; y como cordero mudo delante del que lo trasquila, así no abrió su boca. c. Pedro (1 P. 2:22) 2:22 el cual no hizo pecado, ni se halló engaño en su boca. d. Hebreos (He. 9:28) 9:28 así también Cristo fue ofrecido una sola vez para llevar los pecados de muchos; y aparecerá por segunda vez, sin relación con el pecado, para salvar a los que le esperan. 3. Este cordero que quita el pecado del mundo es el que el apóstol Juan vio más adelante en Apocalipsis 5:6 y 13; quien recibe toda la gloria, alabanza, honra y poder por su hecho portentoso. Juan el Bautista manifiesta ahora: II. ESTE ES AQUEL DE QUIEN YO DIJE (Jn. 1:30) A. DESPUES DE MÍ VIENE UN VARÓN 1. Este es el honor que Dios le concedió a Juan el Bautista, que mientras los profetas hablaron del Mesías que había de venir, Juan dijo Este es indicando con esto el privilegio que él tuvo de verlo, de presentarlo y decir de Él lo que el Espíritu ahora le daba para revelarlo. 2. Es seguro que Juan el Bautista se sintió bendecido al ser escogido por Dios como profeta para revelar al mundo que Jesús era el Mesías prometido y profetizado, aquel que venía a
Iglesia de Convertidos a Cristo 5 entregar su vida en sacrificio por sus pecados y por los de todo el mundo. 3. Él ahora declara: 1:30 Este es aquel de quien yo dije: Después de mí viene un varón, el cual es antes de mí; porque era primero que yo. Esto lo dijo el día anterior cuando lo expresó diciendo: 1:27 Este es el que viene después de mí, el que es antes de mí, del cual yo no soy digno de desatar la correa del calzado. Definitivamente este era el varón, hombre (Anër) igual que nosotros el cual venía a tomar nuestro lugar para pagar nuestra deuda por el pecado y darnos liberación, como nos dice Hebreos 2:14-15: 2:14 Así que, por cuanto los hijos participaron de carne y sangre, él también participó de lo mismo, para destruir por medio de la muerte al que tenía el imperio de la muerte, esto es, al diablo, 2:15 y librar a todos los que por el temor de la muerte estaban durante toda la vida sujetos a servidumbre. B. ÉL ES SUPERIOR A MÍ: PORQUE ES PRIMERO QUE YO 1. También dice: ÉL ES ANTES DE MÍ. La idea de Juan el Bautista era dejar claro que Jesús era superior a él. Con esto, Juan dejaba ver con toda humildad su inferioridad ante la grandeza del Dios-hombre o del Dios-encarnado. 2. Anteriormente había declarado que no era digno de desatar la correa de su calzado, ahora establece que Jesús es superior a él porque él sabe que es primero que él, por el hecho de que él ha existido siempre. Ya en Juan 1:1-2 se ha dicho acerca de Él: 1:1 En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios. 1:2 Este era en el principio con Dios. 3. Juan el Bautista sabía que su papel era de precursor como había profetizado Zacarías su padre en Lucas 1:76, 77 cuando dijo: 1:76 Y tú, niño, profeta del Altísimo serás llamado; Porque irás delante de la presencia del Señor, para preparar sus caminos; 1:77 para dar conocimiento de salvación a su pueblo, para perdón de sus pecados. Pero ahora hacía saber que, aunque él tendría este papel, Jesús era primero que él.
Iglesia de Convertidos a Cristo 6 C. YO NO LE CONOCÍA 1. El apóstol Juan nos recoge las palabras de Juan el bautista y nos dice: 1:31 Y yo no le conocía; más para que fuese manifestado a Israel, por esto vine yo bautizando con agua. 1:32 También dio Juan testimonio, diciendo: Vi al Espíritu que descendía del cielo como paloma, y permaneció sobre él. En (1:33) vuelve a repetir: 1:33 Y yo no le conocía; pero el que me envió a bautizar con agua, aquél me dijo: Sobre quien veas descender el Espíritu y que permanece sobre él, ése es el que bautiza con el Espíritu Santo. 2. Siendo primos, es probable que Juan y Jesús se conocieran bien, pero esa expresión Y yo no le conocía que aparece dos en esta sección lo que quiere decir es que, Juan el bautista no había reconocido la condición mesiánica de su primo hasta el momento de su bautismo. Se ve claramente en el contexto, que aquí se hace referencia a algo más allá de un mero conocimiento físico: Juan el Bautista confiesa que le tuvo que ser revelado de lo alto que Jesús era el Cristo. Era en este sentido que no lo había conocido. 3. De hecho, Juan todavía no había visto ninguna de sus señales. Sin embargo, cuando nuestro Señor se presentó ante Juan para que lo bautizase, éste le dijo: "Yo necesito ser bautizado por ti, y tú vienes a mí?" (Mt 3:14). Estas palabras nos dejan ver que sí conocía a Jesús antes de este momento, y que de hecho entendía que su vida de santidad era muy superior a la suya. Este detalle es interesante porque queda excluida la falsa sospecha de que Juan dio testimonio de Cristo a causa de la familiaridad que tenía con él. 4. Veamos algunos contrastes entre Juan y Jesús: a. Juan prepara el camino (Lc. 1:79). Jesús es el Camino (Jn. 14:6). b. Juan bautiza con un bautismo visible (en agua), que era señal de purificación (Mt. 3:5). Jesús bautiza con un bautismo invisible (con el Espíritu y fuego) (Jn. 1:33). c. El mensaje de Juan era dirigido a Israel (Lc. 1:79; Mt. 4:15-16). Jesús habría de dirigirse al mundo (He. 2:9).
Iglesia de Convertidos a Cristo 7 Por último, Juan el Bautista da testimonio, diciendo: III. ESTE ES AQUEL SOBRE QUIEN SE POSÓ EL ESPÍRITU SANTO (Jn. 1:32-33; Mt. 3:16; Mr. 1:10; Lc. 3:22) A. JUAN FUE TESTIGO DE LA PRESENCIA DEL ESPÍRITU SANTO 1. En el (v. 32) dice Juan el Bautista que vio a Jesús y dio testimonio con toda seriedad y solemnidad de la presencia del Espíritu Santo cuando vino sobre Él en forma de paloma (Lc. 3:22), ya que siendo espíritu él no podría verlo (Jn. 4:24). Juan identifica finalmente la presencia del Espíritu Santo quién le revela que Jesús era el Hijo de Dios por medio de la voz que vino del cielo (Mt. 3:17). 2. La paloma es símbolo: de paz. de pureza. de mansedumbre. de salvación (Gn. 8:11; 1 Jn. 2:20, 27). 3. Esta es la forma en que Juan el Bautista nos relata su experiencia, diciendo: 1:32 También dio Juan testimonio, diciendo: Vi al Espíritu que descendía del cielo como paloma, y permaneció sobre él. Experiencia que nos testifica en toda su magnitud y en toda su veracidad. B. JUAN FUE ADVERTIDO POR DIOS PREVIAMENTE 1. Ahora en (1:33) Juan testifica el por qué dice estas cosas: 1:33 Y yo no le conocía; pero el que me envió a bautizar con agua, aquél me dijo: Sobre quien veas descender el Espíritu y que permanece sobre él, ése es el que bautiza con el Espíritu Santo. 2. Juan estaba esperando este momento y su problema no era saber quién era Jesús o esperar el testimonio alguno de hombres, sino esperar la señal del cielo que el mismo Padre le había declarado que le haría ver y esto era suficiente para él testificar lo que vio. 3. Él lo vio y lo declaró cuando Dios le dio la señal; para Juan no importaba que Jesús fuese un hombre humilde del pueblo (1:26), o que no fuese un rey terrenal o sacerdote entre los
Iglesia de Convertidos a Cristo 8 principales de su religión, lo que le importaba ahora era el hecho de que Dios era el que había dicho quién era su ungido y nada más. C. JESÚS Y SU BAUTISMO CON JUAN 1. Noten en Juan 4:2 que Jesús no bautizaba exteriormente, sino sus discípulos, pues su bautismo era un bautismo espiritual por medio del cual Él viene al corazón del hombre que nace de nuevo (Hch. 3:19-20). Ya Juan el Bautista lo había declarado en reiteradas ocasiones, sin embargo, ahora él permitía que Juan lo bautizara. 2. Tenemos que entender que el bautismo en agua de Juan era símbolo de arrepentimiento y de la manera en que el hombre pecador se volvía hacia Dios, para recibir de él la esperanza de la salvación. 3. Jesús venía a sustituir al hombre en todo, por esto era necesario que Él pasase por las aguas del bautismo no para arrepentimiento, porque Él no cometió pecado, sino porque le era necesario identificarse con el hombre pecador a quien venía a sustituir en la cruz del Calvario, por esto Jesús fue bautizado con el bautismo de Juan para hacerse como uno de nosotros (He. 2:11-17; 2 Co. 5:21-6:2). CONCLUSIÓN Y APLICACIÓN: Juan concluye con el (v. 34) diciendo: Y yo le vi, y he dado testimonio de que éste es el Hijo de Dios. Esta es la conclusión a que Juan llega al oír sobre aquellas tres verdades que testificó. Por tanto, esta porción de la Palabra de Dios nos lleva a conocer una de las verdades más poderosas que se revelan en las Escrituras, el hecho de Jesús desea identificarse con aquellos a quienes venía a rescatar. Esto nos debe llevar a dar gracias a Dios por venir al mundo a morir por todos nosotros.