El Museo El Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires (Malba) Fundación Costantini, fue fundado en septiembre de 2001 con el objetivo de coleccionar, preservar, estudiar y difundir el arte latinoamericano desde principios del siglo XX hasta la actualidad, que conserva y exhibe un patrimonio de aproximadamente 400 obras de los principales artistas modernos y contemporáneos de la región. Se lo encuentra en Buenos Aires (ARGENTINA), sobre la implantación de la Av Pres. Figueroa Alcorta 3415. El Museo ocupa toda una manzana en Palermo Chico. Y el terreno una superficie de 8.565 metros cuadrados. Su lado menor se ubica hacia la Avenida Figueroa Alcorta. La Arquitectura La sede del MALBA fue diseñada por los arquitectos cordobeses Atelman-Fourcade-Tapia, ganadores de un concurso de proyectos realizado en 1997. El jurado estuvo conformado por Norman Foster (inglés), César Pelli (argentino) y Mario Botta (italiano), y otros arquitectos de prestigio a nivel internacional. El edificio se caracteriza por la yuxtaposición de volúmenes formando piezas poliédricas, y el uso de ángulos agudos resaltando las aristas de los cuerpos. La dirección de obra estuvo a cargo del veterano estudio argentino MSGSSS, del cual uno de los socios es el reconocido Arq. Justo Solsona. 1
El Diseño Ya desde su origen, como idea rectora, el proyecto del estudio Atelman-Fourcade-Tapia tenía como meta integrar el edificio a la ciudad y generar una atmósfera propicia para la mejor interacción entre los visitantes y las obras de arte. En el diseño realizado confluyen muchas influencias, aunque la más dominante sea la de las formas anudadas de Álvaro Siza. De hecho, la planta del Malba tiene una estrategia muy similar a la planta del Centro Gallego de Arte Contemporáneo en Santiago de Compostela: una mezcla de formas rectangulares y triangulares que se anudan sobre sí mismas y que se abren al entorno. Todo ello se realiza con el lenguaje tardomoderno y liviano de los contenedores de Richard Meier, poniendo énfasis en las placas de piedra caliza, los grandes paramentos de cristal y los detalles high tech. El resultado es una estructura espacial que se anuda mediante el uso de formas geométricas recortadas, con profusión de grandes ventanales horizontales. En el interior, el acceso principal a las colecciones es por el lateral este del edificio, mediante una serie de escaleras mecánicas que van recorriendo esa fachada vidriada a medida que suben. Los espacios interiores tienen una cualidad dada a través de la calidad de la luz natural, matizada en las salas, y en las características del gran espacio público del patio interior de planta triangular que actúa de hall, distribuidor y foyer. Un pabellón liviano, de piedra y cristal, 2
a la vez cerrado y abierto, con la cafetería dando directamente a la plaza. Especialmente en el vestíbulo, patio central de distribución, y en las escaleras, se ha sabido sacar un buen partido del precedente del atrio central del Ala Este de la National Gallery of Art de I. M. Pei en Washington (1969-1978), con sus formas triangulares y dinámicas que sirven para entrar en el museo, orientarse dentro de él y acceder a los distintos niveles y usos. Las salas de exposición pueden ser compartimentadas en diferentes galerías en función de los distintos formatos de las obras por exponer. Los diseñadores afirman que buscaron generar espacios que promuevan una natural predisposición a la contemplación de obras de arte, y que por tal motivo las salas se plantearon en su interior como si fueran cajas blancas, sin distracciones visuales, con estudiadas hendiduras que permitirán el ingreso de luz natural. En las fachadas, el diseño tanto de los cerramientos vidriados como los muros revestidos en piedra se recurrió a un trabajo de ingeniería de fachadas que resulta de gran sofisticación y complejidad. Cada pieza requirió un diseño singular dada la importancia que en un edificio de estas características poseen la seguridad y el ingreso de luz, en tanto riesgo potencial para las obras de arte. Proyecto de Ampliación en Plaza Perú En 2011, la Legislatura de Buenos Aires autorizó el proyecto del arquitecto Carlos Ott para la construcción del anexo del MALBA, ampliando el museo bajo la Plaza Perú y manteniendo ese espacio público, utilizando un piso de cristal transparente que permitiría ver la exposición también desde la plaza, y dando luz natural cenital al nuevo museo. La ampliación se estructura entorno a un gran patio de esculturas de 500m² a 7m por debajo del nivel de la Plaza Pública. La idea es generar un escenario de luz capaz de movilizar los sentidos y diluir la esencia del tiempo. A este espacio se le agrega un moderno Restaurante de 200m², una sala polivalente de 150m² y una Sala para grandes Exposiciones de 1000m² conectados por medio de un volumen acristalado con las instalaciones existentes. La intervención desarrolla también nuevos espacios para reuniones, conferencias y proyecciones; complementarias áreas de servicio, áreas técnicas y administrativas. El Patio de esculturas se cubrirá de una innovadora y enigmática placa de cristal: una sutil irrupción en el verde de la Plaza contigua al actual edificio, un velo traslúcido a las siluetas del arte, un gesto simple en el paisaje que variará con los colores del otoño, de la noche y de la gente. Su contexto El planteo trata de responder a cada uno de los cuatro frentes del terreno en forma diferenciada. El ingreso, la recepción y el giftshop están en coincidencia con la fachada principal, frente a la gran explanada de la avenida Alcorta. La biblioteca y una terraza para exposición de esculturas se orientan hacia la calle San Martín de Tours, más tranquila. El restaurante-coffeeshop y el auditorio con capacidad para 300 personas se abren hacia el gran espacio verde de la plaza Perú, integrado a través de un deck de madera. Por último, el ingreso de vehículos y personal se dará por la calle Martín Coronado. 3
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Planta Baja Corte Longitudinal 5