Todos tenemos una misión en el mundo: vivir como hijos de Dios. Este regalo no podemos guardarlo, esconderlo, callarlo, sino que tenemos que mostrarlo a los demás, porque cuanto más se ofrece, enseña y se habla de él hace más felices a los demás y a uno mismo. Nos da el poder de Amar, y ese súper poder viene de Dios. Dios llama a todo hombre. Primero lo llama a la existencia, a la vida. Y luego, a lo largo de su vida, lo va llamando a tener una mayor relación de amor con él para que pueda tener la felicidad que desea en lo más hondo de su corazón. A cada uno de nosotros nos llama de una forma concreta: nos llama por nuestro nombre. De este modo, el hombre puede alcanzar la felicidad plena en una relación de amor con Dios y ayudar a Dios a que otros hombres puedan alcanzar esa misma felicidad. Esa vocación puede tener distintas formas: el matrimonio, el sacerdocio, la vida religiosa, la consagración de los laicos, la vida contemplativa, etc. Pero lo común a todas ellas es que se puede realizar ese proyecto de amor de Dios para cada uno de nosotros y para toda la humanidad. Recibimos esta llamada de Dios en el Bautismo. El sacerdote dice nuestro nombre, Dios nos llama por nuestro nombre, nos conoce y nos hace una invitación, nosotros decidimos cómo queremos responderle. Todos los miembros de la Iglesia, todos los bautizados, participamos de la misión de anunciar el reino de Dios, la Buena Noticia, la Salvación, la felicidad, con su testimonio de vida cristiana proclamen a Jesucristo a los demás. En este sentido, cualquier cristiano estaría cumpliendo con su misión con el simple hecho de ser un buen cristiano, porque estaría anunciando a Jesucristo con su vida en su familia, en su trabajo, etc. De la misma manera, podría decirse que todo lo que hace la Iglesia está ordenado a dar cumplimiento a esta misión. Y tú, quieres ser un mensajero de Jesús? CONCURSO 1
Quiero ser un niño diferente: https://www.youtube.com/watch?v=gh3gotdwzqc Diálogo: qué relación hay entre lo que quiere hacer el niño y la misión del cristiano? Icor. 12, 4-23.28 Existen carismas diversos, pero un mismo Espíritu; existen ministerios diversos, pero un mismo Señor; existen actividades diversas, pero un mismo Dios que ejecuta todo en todos. A cada uno se le da una manifestación del Espíritu para el bien común. Uno por el Espíritu tiene el don de hablar con sabiduría, otro según el mismo Espíritu el hablar con penetración, otro por el mismo Espíritu la fe, otro por el único Espíritu carisma de sanaciones, otro realizar milagros, otro profecía, otro discreción de espíritus, otro hablar lenguas diversas, otro interpretarlas. Pero todo lo ejecuta el mismo y único Espíritu repartiendo a cada uno como quiere. Como el cuerpo, siendo uno, tiene muchos miembros, y los miembros, siendo muchos, forman un solo cuerpo, así es el Mesías. Todos nosotros, judíos o griegos, esclavos o libres, nos hemos bautizado en un solo Espíritu para formar un solo cuerpo, y hemos absorbido un solo Espíritu. El cuerpo no consta de un miembro, sino de muchos. Si el pie dijera: Como no soy mano no pertenezco al cuerpo, no por ello dejaría de pertenecer al cuerpo. Si el oído dijera: Como no soy ojo no pertenezco al cuerpo, no por ello dejaría de pertenecer al cuerpo. Si todo el cuerpo fuera ojo, cómo oiría?; si todo fuera oído, cómo olería? Dios ha dispuesto los miembros en el cuerpo, cada uno como ha querido. Si todo fuera un solo miembro, dónde estaría el cuerpo? Ahora bien, los miembros son muchos, el cuerpo es uno. No puede el ojo decir CONCURSO 2
a la mano: No te necesito; ni la cabeza a los pies: No los necesito. Más aún, los miembros del cuerpo que se consideran más débiles son indispensables, y a los que consideramos menos nobles los rodeamos de más honor. Vosotros sois cuerpo del Mesías, y miembros singulares suyos. Dios los dispuso en la Iglesia. Cada uno tiene que descubrir el modo, pero para eso tenemos, tienes que escuchar, preguntar. Tú, de qué lado estás? Pensar y contestar a las preguntas. Sirva como orientación el anexo 1, que servirá también como base para la actividad del concurso. Qué personas hay a mi alrededor que trabajan por construir un mundo mejor? Cómo trabajan por un mundo mejor tus padres, tus abuelos? Las catequistas? Los sacerdotes? Las religiosas? las monjas? Qué puedes hacer tú? CONCURSO 3
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