CAMINANDO EN SOLEDAD POR LAS CAÑADAS VASCAS Del collado Oazurtza al dolmen de Aizkorritxo. El tren me deja en la estación de Brinkola a las 8:30. La estación de tren. El camino que tomo para llegar a Oazurtza tiene en la parte final la zona más bonita; aunque, lamentablemente, el bosque es de repoblación. Antiguamente fue muy importante porque comunicaba Legazpi con la llanada alavesa por San Adrián. Una hora más tarde llego al collado Oazurtza (660 metros). Es una importante encrucijada de caminos. Hasta aquí llegan senderos de Zegama, Brinkola, de los pastos de invierno y de la costa, de los pastizales de Arriurdin e Itzubiaga, de la cueva de San Adrián, que tiene restos arqueológicos que van desde la prehistoria hasta el siglo XX, y hacia el collado Igoate y los pastos de verano, que es hacia donde me dirijo. Collado Oazurtza. En esta zona del collado han desaparecido los pastos, sustituidos por árboles de crecimiento rápido. Hacia ese monte me dirijo. Por allí está el dolmen.
Algunas veces el camino está sin mantener y dificulta mucho el paso. Sendero en mal estado. Llego a Intzuntzaeta. Aquí también los helechos y arbustos están reemplazando al pasto. Intzuntzaeta. Sigo la senda por el hayedo con una agradable sombra en este caluroso día. Camino a través del hayedo. Si nos fijamos bien, en todo el bosque vemos pequeñas terrazas, que servían para hacer carbón vegetal de la madera que extraían de las hayas trasmochas. Este carbón lo utilizaban algunas empresas, como Patricio Echeverria, de Legazpi, para alimentar los hornos. Es posible que antiguamente se vendiese también a los hogares para las actividades cotidianas. Carbonera y haya trasmocha.
Llego a Izoztegieta, aquí como en Oazurtza el camino está enmarcado por los muros de antiguos rediles. De nuevo los árboles de repoblación han sustituido al pastizal. Izoztegieta. El camino se adentra en el hayedo, se empina, hace varios zig-zag y sale a los pastos, bordas y fuente de Andraitz. Las bordas derruidas están próximas a la fuente, que a pesar del estío tiene agua. Está situada a 1200 metros, aproximadamente, y es una de las más altas de la provincia de Gipuzkoa. Fuente de Andraitz. Praderas de Andraitz.
El bosque va quedando debajo, camino por las praderas hasta llegar al paso de Igoate, de 1357 metros, dando vista a las praderas de Urbia, con manadas de vacas, ovejas y yeguas. El nombre en euskera hace mención a una puerta que está en la parte de arriba. Collado Igoate. A partir de aquí entro en el parque natural de Aitzgorri-Aratz y en la parzonería general de Gipuzkoa y Araba. Desciendo por una calzada bien conservada donde se aprecian los surcos en las piedras hechos por los carros o los trineos que utilizaban para transportar helecho, piedras, estiercol Calzada de Andraitz. Continúo caminando por los pastizales altos, y al aproximarme a unos centenares de metros del dolmen de Aizkorritxo observo como sobresale del terreno. Está situado a 1325 metros, siendo uno de los más altos de Gipuzkoa. Dolmen de Aizkorritxo.
Estoy en terrenos comunales gestionados por la parzonería de la que forman parte cuatro pueblos de Gipuzkoa y dos de Araba. Una de las cosas que tiene pendiente la parzonería es hacer una fiesta de apertura de pastos para promocionar la trashumancia, como hacen en el cercano Aralar. Junto al indicador del monumento puesto por el Gobierno Vasco observo una magnífica panorámica, distingo los principales macizos montañosos: Gorbeia, Entzia, Urbasa, Oiz, Urkilla, Anboto, Zaraia La comunidad que erigió este monumento supo elegir muy bien la ubicación. Los inviernos aquí son rigurosos, por lo que cabe pensar que al llegar los fríos y las nieves estas comunidades irían a las tierras bajas o a la costa por la cañada por la que he venido. En este dolmen no se ha encontrado material arqueológico, pero en otros donde sí han aparecido se han datado en 3000 años a.c. A un kilómetro aproximadamente está la fonda de Urbia junto a la cual se alinea una fila de fresnos que indican el camino de Arantzazu. Camino de Arantzazu. Desando el camino para volver a la estación. En la zona de Intzuntzaeta observo la barbaridad que han hecho con una excavadora para sacar árboles de crecimiento rápido. Camino destrozado.
Es muy triste que las administraciones no cuiden este patrimonio que tiene tantos valores. Afortunadamente todavía hay algunos rebaños y pastores que transitan por estos parajes. Espero que en un futuro no muy lejano esta cañada esté en buenas condiciones y más rebaños y pastores realicen el viaje cíclico de la trashumancia. Fin de excursión. Texto y fotos: Jose Ramón Hidalgo. Edición: Itziar Hidalgo.