REUNIÓN Nº 7/ CONOCIÉNDONOS COMO GRUPO Y CONOCIENDO LA ESPIRITUALIDAD IGNACIANA PAUSA DIARIA O EXAMEN DEL DÍA 1 Reunión Objetivos 1. Entregar elementos necesarios para desarrollar una vida espiritual de discernimiento. 2. Generar el aprendizaje para reconocer a Dios actuando en la propia vida y en todas las cosas. Antes de comenzar el tema de esta reunión se comparte en comunidad la experiencia del ejercicio sobre la oración que se había pedido hacer en la reunión anterior. Motivación inicial La Pausa Diaria o el examen de conciencia ignaciano es una herramienta fundamental y muy fructífera para seguir más de cerca al Señor. A través de la Pausa Diaria se busca mirar la propia vida desde los ojos de Dios para encontrarlo a Él actuando en el mundo y en nosotros mismos. Consiste en una práctica habitual para revisar cada día, para no vivir tan distraído, más bien tomando conciencia y reconociendo los movimientos más profundos del propio interior, donde Dios continuamente nos está hablando. Es el hábito esencial para hacer el camino de la espiritualidad ignaciana (y por lo tanto de CVX). Un hábito que es preciso adquirir por medio de un ejercicio repetido. Por lo tanto, la Pausa Diaria es una manera de orar la vida diaria, a fin de buscar a Dios en todas las cosas, de convertirse en contemplativo en la acción y de practicar el discernimiento espiritual en las distintas opciones de la vida. Oración inicial En presencia del Señor, ofrecemos nuestras vidas en la reunión y le pedimos al Señor la gracia de aprender a discernir su acción de cada día en nuestras vidas y los llamados que nos hace. Se reza un Ave María pidiendo esa gracia por intercesión de la Virgen, quien es ejemplo del modo de discernir la voluntad del Señor en cada momento. Desarrollo de la reunión Se da a conocer el método propuesto para la Pausa Diaria o examen del día ignaciano. Se explican los pasos de la Pausa Diaria de modo breve. Para esto el guía de comunidad hace un ejercicio dirigido de la Pausa Diaria. Invita a ponerse en la presencia de Dios (en el Nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén). Pedimos a Dios poder mirar nuestra vida desde su mirada, para poder reconocer cómo Él está actuando en nosotros. 1. Repasar el día Lo primero es dar gracias. En una actitud de agradecimiento, reconozco que todo me viene de Dios. Le pido a Dios reconocer los dones que he recibido hoy. Dónde he encontrado a Dios en este día? Busco la presencia de Dios en lo que he vivido en este día: en la familia, en la comunidad, en la 1
amistad, en la creación, en el pobre, en la Iglesia, en mi corazón, en la Eucaristía, en la oración, en todas partes 2. Pido luz a Dios Para poder entrar en mi propio corazón y poder descubrir qué hay dentro de él. Que todas mis intenciones, acciones y operaciones vayan puramente ordenadas al servicio y alabanza de su Divina Majestad, pide San Ignacio de Loyola. 3. Examino mi corazón a la luz de Dios Repaso los momentos del día, los lugares y los acontecimientos. Cómo fue el día en general? Cómo me sentí? Cuáles fueron los acontecimientos marcantes del día? Qué estados o movimientos espirituales experimenté durante el día: alegría, tristeza, paz, tranquilidad? Con qué se relacionan estos estados espirituales? Dónde Dios se hizo más presente en el día y cómo le respondí? 4. Pido perdón Tomo conciencia de lo que podría haber sido mejor en el día. Miro dónde mi respuesta a Dios y a mi prójimo ha sido poco generosa. Dónde perdí la paz? Qué cosas me hicieron alejarme de Dios en el día? Pido ayuda a Dios para corregir estas actitudes que me hacen alejarme de Él y de otras personas. 5. Y el mañana será mejor Me dispongo para el día de mañana y para el tiempo que viene. Con la confianza que me viene de Dios, deseo hacer las cosas mejor, cada vez más cerca de Él. Medito un momento. A qué me siento invitado por Dios? Termino con la oración de Jesús, el Padrenuestro. Instrucciones para el trabajo personal durante la semana y para compartir en la próxima reunión 1. Se pide hacer la Pausa Diaria o el examen de conciencia todos los días durante 15 minutos. 2. A medida que se hace la Pausa, se recomienda ir tomando nota en un cuaderno espiritual de lo que aparece cada día. 3. Al comenzar la próxima reunión se compartirá sobre la experiencia de la Pausa durante la semana: Qué aprendí a través de este ejercicio? Cuáles fueron las dificultades que encontré? Qué frutos encontré cada día? Cuadro de ayuda metodológica: + Dado que en la motivación inicial menciona el ser contemplativo en la acción y el discernimiento, pero no se ha hablado sobre esto de manera explícita, debe ser explicado por el Guía (hacer link con los puntos antes expuestos en la motivación) para evitar que los miembros de la Comunidad se distraigan, se sientan intranquilos o se pierdan por no conocer estos términos. 2
Oración final Reuniones de Comunidad Itinerario de Formación y Crecimiento en CVX + Hacemos un momento de oración en que cada uno pueda poner en comunidad sus intenciones. + Se lee el texto de Marcos 6, 30 32. + Se reza un Ave María o un Alma de Cristo. Evaluación En clima de oración se invita a hacer una evaluación de la reunión. Se pide a cada integrante de la comunidad que medite un momento las siguientes preguntas. Luego se comparten: Me ayudó la reunión? Qué aprendí? Qué es lo que me llevo como enseñanza? Qué fue lo mejor logrado de la reunión? Hay algo de la reunión que no me haya gustado? Cómo evalúo mi propia participación en la reunión? Hay algo que mejorar para la siguiente reunión? Cuáles son los desafíos que me deja la reunión para el tiempo que viene, desafíos hasta la próxima reunión de comunidad? 3
TEXTOS DE AYUDA PARA PREPARAR LA REUNIÓN Vivir bajo la acción divina Alberto Hurtado SJ El apóstol no es el activista, sino el que guarda en todo momento su vida bajo el impulso divino. Toda la teología de la acción apostólica está en la preciosa oración: "Prevén Señor, te lo rogamos, todas nuestras acciones con tus inspiraciones, prosíguelas en nosotros con tu auxilio, para que toda nuestra acción por Ti comience y por Ti termine". Después de la acción hay que volver continuamente a la oración para encontrarse a sí mismo y encontrar a Dios; para darse cuenta, sin pasión, si en verdad caminamos en el camino divino, para escuchar de nuevo el llamado del Padre, para sintonizar con las ondas divinas, para desplegar las velas, según el soplo del Espíritu. Nuestros planes de apostolado necesitan control y tanto mayor mientras somos más generosos. Cuántas veces queremos abrazar demasiado, más de lo que puedan abrazar nuestros brazos? Hay que reducir aún las ambiciones apostólicas, para hacer bien lo que se hace! Lo demás ha de expresarse en oraciones, pero su ejecución hay que dejarla a Dios y a los otros. Para guardar el contacto con Dios, para mantenerse siempre bajo el impulso del Espíritu, para no construir sino según el deseo de Cristo, hay que imponer periódicamente restricciones a su programa. La acción llega a ser dañina cuando rompe la unión con Dios. Ud. me pregunta cómo se equilibra mi vida. Yo también me lo pregunto. Estoy cada día más y más comido por el trabajo: correspondencia, teléfono, artículos, visitas; el engranaje terrible de los negocios, Congresos, Semanas de Estudio, conferencias prometidas por debilidad, por no decir no, o por no dejar esta ocasión de hacer el bien; presupuestos que cubrir; resoluciones que es necesario tomar ante acontecimientos imprevistos. La carrera a ver quién llegará primero en tal apostolado urgente, en que la victoria materialista aún no es definitiva. Soy con frecuencia como una roca golpeada por todos lados por las olas que suben. No queda más escapada que por arriba. Durante una hora, durante un día, dejo que las olas azoten la roca; no miro el horizonte, sólo miro hacia arriba, hacia Dios. Oh bendita vida activa, toda consagrada a mi Dios, toda entregada a los hombres, y cuyo exceso mismo me conduce, para encontrarme y dirigirme hacia Dios! Él es la sola salida posible; en mis preocupaciones, mi único refugio. 4
Nada que pedirte Benjamín González Buelta SJ Hoy no tengo nada que pedirte, ni te traigo ninguna queja. Yo sólo busco un encuentro desde lo infinito que late en mí. Pobre de mí, si atase tu respuesta a mi pregunta tan medida, o a mi lamento tan herido! Pobre de mí, si ya supiese la respuesta! Tal vez sólo encontraría para mi sed mi propia agua reciclada, el eco de mi monótono decirme, mi pasado humedecido por el sudor o por el llanto. Te necesito más allá de lo que sé o de lo que digo de mí mismo. Hoy descubro y a presente, en el amor con que me atraes, la pasión con que me buscas. 5