Pedro y el lobo de S. Prokofiev Un cuento que nos habla de un mundo donde el lobo se come al pato, pero también nos demuestra que los chicos pueden encontrar un valor extraordinario y con la ayuda de un pequeño pájaro y de un pato soñador, pueden atrapar al lobo. Argumento. En una hermosa mañana, Pedro abrió la verja del jardín de su casa y salió a la verde y ancha pradera Pedro Sobre la rama más alta de un frondoso árbol, estaba posado un pajarito, que al ver a Pedro gorjeó con alegría: Buenos días Pedro! Por aquí todo está tranquilo. El pájaro Pronto apareció un pato contoneándose. Al ver que Pedro no había cerrado la verja, se sintió feliz y decidió darse un chapuzón en la profunda y soleada charca.. El pato Al ver al pato, el pajarito bajo del árbol y se posó a su lado en el césped, encogiéndose de hombros : Qué clase de ave eres tu, que no sabes volar? A lo que repuso el pato: Qué clase de ave eres tu, que no sabes nadar?
Y se zampuyó en la charca. Y así siguieron discutiendo, el pato nadando en el estanque y el pájaro dando brinquitos en la orilla. De pronto algo atrajo la mirada de Pedro, era un gato que se deslizaba sobre el césped. El gato pensaba para sus adentros: El pájaro esta discutiendo con el pato, voy a ver si lo atrapo Y comenzó cautelosamente a acercársele CUIDADO!, dijo Pedro, y el pájaro voló al instante hacia el árbol. Mientras el pato reaccionaba al gato desde el centro del estanque. el gato daba vueltas y vueltas entorno al árbol y pensaba : _ Valdrá la pena trepar tan alto? Cuando yo llegue el pájaro ya habrá volado. En ese momento salió el abuelo, estaba disgustado al ver que Pedro se había ido al campo: La pradera es un lugar peligroso, dijo. Qué harías tú si viniera un lobo del bosque?. Pedro no presto atención a las palabras de su abuelo. Los muchachos como él no tienen miedo de los lobos. Pero el abuelo tomó a Pedro de la mano y se lo llevó a casa y cerró la verja con llave.
No bien habían entrado, cuando salió del bosque un gran lobo gris. De un salto el gato trepo al árbol. El lobo El pato lleno de pavor salió precipitadamente del estanque sin dejar de graznar, de nada le valió correr, no podía escapar de las garras del lobo. El lobo, se acercaba, se acercaba, lo alcanzaba ya, hasta que lo agarró y de un solo bocado se lo trago. Así pues, la situación ahora era esta, el gato sentado en una rama del árbol. El pájaro posado en otra no muy cerca del gato. El lobo, dando vueltas y vueltas alrededor del árbol mirando a los dos con ojos glotones. Mientras tanto, Pedro detrás de la verja sin el menor temor, contemplaba todo lo que estaba sucediendo (toca pedro), de pronto corrió a la casa, tomó una gruesa cuerda y a toda prisa volvió y se subió a la tapia de piedra. (1). Una de las ramas del árbol alrededor del cual giraba el lobo pasaba cerca del muro. Agarrándose a la rama, Pedro se subió al árbol. Entonces le dijo al pájaro:
Revolotea sobre la cabeza del lobo, pero guárdate de que te alcance! El pájaro casi rozaba con sus alas la cabeza del lobo. El lobo, furioso daba mordiscos a un lado y al otro. Cómo le molestó aquel pajarito y cuantas ganas tenía de atraparlo, pero el pájaro era muy listo y el lobo nada le pudo hacer. Entre tanto, Pedro había hecho un lazo con la cuerda y la fue dejando caer suavemente hasta enredarla en la cola del lobo, luego tiró con todas sus fuerzas. Al sentirse atrapado el lobo empezó a brincar desesperadamente a punto de soltarse. Pero Pedro ató el otro lado de la cuerda al árbol y los brincos del lobo solo consiguieron apretarla aún más. Y fue entonces cuando salieron del bosque los cazadores, que seguían las huellas del lobo disparando y dando voces. Desde el árbol Pedro les gritó: No disparéis por favor!, el pájaro y yo hemos atrapado al lobo, ayudarnos a llevarlo al jardín zoológico. Y allá va. Imaginaos la procesión triunfal. A la cabeza Pedro, tras él los cazadores arrastrando al lobo y cerrando el cortejo el abuelo y el gato. El abuelo movía la cabeza como si dijera: todo ha estado muy bien, pero qué habría ocurrido si pedro no hubiese atrapado al lobo?