Reptiles de La Pampa "serpientes, víboras, culebras y boas"

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Reptiles de La Pampa "serpientes, víboras, culebras y boas" PARTE IIIGénero OPHIODES Wagler, 1828 Reptiles serpentiformes, cilíndricos, con la extremidad anterior ausente y la posterior atrofiada y reducida a un muñon puntiagudo. Lepidosis aparentemente homogénea, pero dorsalmente escamas finamente estriadas, si observadas con cierto aumento; ventral y caudalmente escamas lisas. Los pulmones son angostos y alargados, con reducción del izquierdo: convergencias hacia condiciones propias de las serpientes. La cabeza angosta, fusiforme, presenta una lepidosis peculiar, con placas lisas. Existen tres taxa positivamente citadas en la Argentina: 0. intermedius chaqueño y mesopotámico; 0. vertebralis pampeano y litoral, hasta las sierras de Córdoba; 0. yacupoi de Misiones, Entre Ríos y zonas limítrofes. Todos estos Ophiodes son raros o discontinuos en los ecosistemas más áridos del Centro-Oeste. Ophiodes intermedius Boulenger, 1894 Ophiodes intermedius Boulenger, 1894 Ophiodes intermedius Peracca, 1895 Ophiodes striatus Koslowsky, 1898 Ophiodes intermedius Hellmich, 1960 Ophiodes intermedius Gallardo, 1966 Ophiodes intermedius Peter y Donoso Barros, 1971 Nombre vulgar: víbora de cristal Tamaño: 25 cm Descripción: Anguido de cabeza más alargada y esbelta, con rostral relativamente más alta, nasal más pequeña que la segunda supralabial, prefrontal heptagonal, escamas ventrales anteriores a la cloaca no diferenciadas y coloración de bandas longitudinales oscuras y claras más intensas, con estrías oscuras en la región labial. Cola una vez y l/2 o más que la longitud del tronco, fuertemente autotómica; cuerpo serpentiforme cilíndrico, de aspecto liso brillante; los muñones de la extremidad posterior hundidos en una depresión lateral, a la altura de la cloaca. Abertura auditiva muy pequeña, un poco por detrás de la comisura bucal, escondida por las escamas. Coloración dorsal de fondo amarronado grisáceo, con una línea vertebral oscura, evidente pero poco uniforme; una banda gruesa marrón dorsolateral, ribeteada de oscuro, seguida por una banda clara más estrecha con borde inferior negruzco delgado; hacia la región ventral cinco líneas delgadas oscuras; todas las líneas varían y se confunden en la región caudal. Manchas oscuras distintas en la región labial. Vientre blanquecino. Hábitat y comportamiento: Si bien prefiere biotopos en las cercanías de cuerpos de agua o arroyos, parece más independiente de los ambientes mesófilos, pues se halla en la Quebrada de Humahuaca y en los pajonales de altura como en S. Javier (Tucumán) o en las sierras de Córdoba. Su alimentación es insectívora o en general de artrópodos, y también llega a ser caníbal: en cautiverio puede adaptarse a comer carne cruda. Se esconde bajo piedras en los pastizales, favorecido por su patrón dorsal mimético. Activo desde septiembre hasta fines de abril; parece ser nocturno y su reproducción, no bien conocida, es ovovivípara, encontrándose en septiembre-octubre juveniles y hembras con huevos de 10 mm en oviducto. Entre sus enemigos figura la víbora de coral o Micrurus y varios colúbridos. En la región del Paraná recibe localmente el nombre nativo de "mboí-pepé"; entre la gente de habla española se la llama vulgarmente "víbora de cristal", más impropiamente, "víbora ciega". La etimología del nombre específico debe referirse comparativamente a aspectos de la coloración. Distribución: Abarca áreas fundamentalmente chaqueñas y paranenses desde Jujuy y Misiones a las sierras de Córdoba. Señalada su existencia en Mendoza, San Luis, La Pampa y Chubut. También en Bolivia y Paraguay. En nuestra provincia se la conocen un par de sitios de colección, en el este, debido a lo fortuito de se hallazgo. Familia A m p h i s b a e n i d a e Gray, 1825 Saurios de aspecto serpentiforme y con adaptación extrema a la vida en el subsuelo, donde prácticamente desarrollan la mavor parte de sus actividades. Esto determina modificaciones morfo-funcionales muy importantes y filogenéticamente antiguas, en particular en el esqueleto, y en varios sistemas u órganos internos. Las modificaciones osteológicas de animales eminentemente excavadores obviamente han interesado en primer termino la cabeza, para ellos un verdadero instrumento de penetración y de trabajo. El cráneo se ha reforzado y puesto excepcionalmente compacto, con pérdida de algunos elementos y consolidación de otros. El cuerpo, vermiforme más que serpentiforme, es provisto de poderosa musculatura ventral y posee una cola corta., poco notoria. si bien todavía autotómica. El aparato visual es muv reducido, si bien los ojos siguen moderadamente funcionales. Están presentes en la Argentina los géneros Amphisbaena, Anops y Lepidosternum.

Género AMPHISBAENA Linnaeus, 1758 Los caracteres genéricos de Amphisbaena son referibles a los recordados anteriormente para la familia. Se puede añadir que el hocico es redondeado y poco convexo y las escamas cefálicas están dispuestas en pares, con las nasales en contacto. El tamaño varía desde una decena de cm a casi medio metro: aún más en las grandes formas tropicales. Las especies presentes en el centro-sur de Argentina pertenecen al grupo darwini, al grupo angustifrons y al grupo camura limitado a las áreas más cercanas a las provincias subtropicales norteñas. El reconocimiento de los anfisbénidos en base a sus rasgos exosomáticos se hace principalmente mediante recuentos del número de anillos del cuerpo; de los segmentos contenidos en cada anillo en la mitad del cuerpo; del número de los anillos caudales y de los poros cloacales. Amphisbaena angustifrons angustifrons Cope, 1863 Amphisbaena angustifrons Cope, 1861 Amphisbaena knighti Parker, 1928 Amphisbaena angustifrons Liebermann, 1939 Amphisbaena angustifrons Gans, 1965 Amphibaena angustifrons angustifrons Gans, 1972 Nombre vulgar: víbora ciega Tamaño: 35-42 cm Descripción: Forma de gran tamaño, gruesa, con hocico espatulado y cola corta no autotómica, generalmente con menos de 205 anillos y más de 48 segmentos por anillo en el medio del cuerpo: coloración ocre o amarillento sucio, vientre blanquecino. Cuerpo cilíndrico de un diametro máximo de 1,8 cm. Hay 4 poros precloacales, más evidentes en los machos, atenuados en hembras y juveniles. Lepidosis cefálica de placas grandes y distintas, a veces irregulares; rostral muy grande, túmida y sobresaliente, de aspecto casi espatulada. Bilateralmente, a lo largo de todo el cuerpo, se observan surcos deprimidos, desde poco después de la cabeza hasta la cloaca. La coloración es variable: dorsalmente ocre o amarillento grisáceo, más clara en la faz ventral. Hábitat y comportamiento: Una especie capaz de adaptarse a varios tipos de suelo, preferentemente arenoso. En las sierras de Córdoba se halla a más de 1600 m de altura, en ambientes de pajonal, cerca de arroyos y debajo de piedras aisladas; en las Salinas Grandes (Mancilla), y en el noroeste argentino vive en el bosque árido chaqueño. Hace galerías cilíndricas en las cuales se desliza con extrema rapidez cuando se ve descubierta. Al ser capturada es agresiva y mordedora: Gallardo (1977) hace mención de una interesante actitud aposemática, al elevar el extremo caudal en forma intimidatoria. Insectívora y carnívora, es a su vez presa de aves de rapiña y de colúbridos. Ovovivípara como las demás especies del género. Distribución: Es la forma oriental del grupo, distribuida en toda la cuenca del Paraná, del Bermejo y del Pilcomayo, en el sur de Bolivia, noroeste argentino y provincia de Buenos Aires. Frecuente en las sierras de Córdoba y en el norte de aquella provincia, hasta en los salares. Probablemente contacta (o intergrada) con la forma occidental en áreas de San Luis o La Pampa. En nuestra provincia se encuentra ampliamente distribuída llegando a hibridizarse con la subespecie Amphisbaena angustifrons plumbea. Amphisbaena darwini heterozonata Burmeister, 1861 Amphisbaena heterozonala Burmeister, 1861 Amphisbaena darwini heterozonata Gans, 1966 Amphisbaena darwini heterozonata Peters y Donoso Barros, 1970 Nombre vulgar: "víbora de dos cabezas" Tamaño: 29 cm Descripción: Forma de tamaño mediano, con cabeza breve y hocico redondeado, cola corta y patrón de coloración de manchas más oscuras particularmente en las porciones extrema del cuerpo. Cuerpo cilíndrico uniforme, escama rostral redondeada, normalmente desarrollada; narinas en posición más dorsal; la región cloacal presenta 4 (raramente 2-6) poros precloacales. El plano de fractura autotómica cae en general a la altura del séptimo anillo caudal, es decir cerca de la mitad de la cola que a partir de aquel punto se ensancha. La peculiaridad del patrón de coloración de heterozonata reside en la combinación del fondo con manchas de pigmento que mayormente se distribuyen en la parte anterior del cuerpo, dejando muy a menudo la región central algo decolorada. Cabeza y cola son muy oscuras. Los tonos que predominan son un pardusco con matices violado arriba, y un

blanquecino tendiente al rosado por debajo. Hábitat y comportamiento: Coloniza biotopos muy variados, suelos arcillosos, humosos y sueltos, cultivos, bosques artificiales y campos de pastoreo. La profundidad máxima de sus hallazgos no parece pasar de los 30 cm, pero se encuentra fácilmente en la superficie, debajo de troncos podridos, piedras, ladrillos. etc. En ocasión de grandes lluvias suele salir a la superficie y trasladarse en el suelo húmedo, lo que hacen varios anfisbénidos, como en el norte Amphisbaena camura. No puede permanecer mucho tiempo en el agua, donde fácilmente se ahoga. La reproducción, según los lugares, puede ocurrir desde julio a enero: serían facultativamente ovíparas o ovovivíparas, poniendo 2-3 huevos de cáscara blanca largos, en su diámetro mayor unos 29 mm, o reteniendo los mismos en el oviducto donde se desarrollan. Al momento de nacer las crías son grandes (79 mm) y activas: se supone que la madre guarda largo tiempo los huevos en el oviducto antes de sus posturas, una fase preliminar a la ovoviparidad mencionada. También se ha atribuído a esta especie un comportamiento epimelético o de cuidado parental, habiéndose encontrado adultos cerca de las crías recién nacidas. La alimentación es fundamentalmente de insectos, aún que su dentadura sugiere más bien una predación activa. Entre sus enemigos naturales se cuentan aves, ofidios como Liophis poecilogyrus, grandes sapos y los voraces escuerzos Ceratophrys ornata. Vulgarmente se llama a los anfisbénidos "viboritas de dos cabezas", pero en Santa Fé se le da el curioso nombre de "can", aparentemente de origen ibérico. Su denominación trinominal se refiere a la diversidad de anillado y coloración de su faz dorsal. Distribución: Desde el Chaco boliviano y paraguayo en todo el NOA, en Córdoba, especialmente en las sierras, en Santa Fe, Chaco, La Pampa y provincia de Buenos Aires hasta Bahía Blanca. En nuestra provincia es incierta y merece un mayor estudio. Género ANOPS Bell, 1833 Un género monotípico afín a Amphisbaena bajo varios aspectos, pero inconfundible por su hocico comprimido y elevado como una quilla, constituida por el premaxilar que llega a separar los nasales. Ausencia de procesos basipterigoideos, de la abertura posterior de las coanas y de los supratemporales. Fórmula dentaria: 7: 3: 7. Escama rostral enorme: placas nasales no fusionadas con la rostral.anops kingi Bell, 1833 Anops kingii Bell, 1833 Amphisbaena galeata Wieginann, 1834 Anopsibaena kingii Liebermann, 1939 Anops kingi Gans & Rhodes, 1964. Anops kingii Peters y Donoso Barros, 1970 Nombre vulgar: víborita ciega Tamaño: 23 cm Descripción: Anfisbénido de tamaño mediano, con escudo en forma excepcionalmente comprimido y prominente entre las nasale, en forma de quilla; cuerpo delgado, cola corta y coloración pardusco claro algo rosado, con vientre amarillento. Cuerpo cilíndrico alargado y relativamente delgado. Hay mucha variación en relación a la amplitud de su distribución geográfica, pero los anillos del cuerpo van de 214 a 249. En la lepidosis cefálica se destaca la enorme rostral fuertemente queratinosa que constituye una verdadera quilla anterior, desde el labio superior a un punto dorsal por arriba de la región ocular, excediendo así el nivel general del cuerpo. La pérdida de la cola no aparece comunmente. El dimorfismo sexual de los anfisbénidos es muy débil: únicamente la mayor o menor intensidad de los poros precloacales puede aproximadamente señalarlo. Hábitat y comportamiento: Vive en los más variados suelos, hasta salitrosos o rocosos, llegando a enterrarse a una profundidad de 2 m. Frecuenta los nidos de hormigas, en particular Acromyrmex lundi. Sube a más de 1000 m en las Sierras de Córdoba. Los huevos, llegarían a 30-35 mm en su diámetro mayor. Al momento de la eclosión las crías alcanzan unos 102 mm. El nombre especifico del taxon fue referido al recolector King quién consiguió el tipo. Distribución: Desde el sureste de Brasil y el noroeste argentino hasta casi el este de Mendoza: al sur hasta el río Colorado. Se ha señalado en Río Negro, dato que merece confirmación. En nuestra provincia se halla ampliamente distribuida.apunte sobre serpientes de la provincia de La Pampa Las serpientes simbolizan sin duda el grupo evolucionado de la subclase Lepidosauria y su expansión filética aparece como la más reciente y exitosa, puesto que han ocupado y ocupan todos los hábitats accesibles, desde el selvático al subterráneo, desde el oceánico al desértico. Su definición anatómica y funcional podría apuntar de entrada a la suma de estructuras u órganos eliminados o reducidos, en pos de una mayor sencillez y racionalidad de la arquitectura corpórea, toda dirigida hacia la máxima rapidez de movimientos, la prontitud de sus respuestas motoras, la eficiencia de los dispositivos para una mejor captura de presas y su deglución y digestión, a veces excepcionales.

El origen de las serpientes se relaciona con un taxón ancestral, la rama Cholophidía, representada por familias fósiles que vivieron desde el Cretásico (Era Mesozoica) al Paleoceno-Eoceno (Era Cenozoica), con algunas reliquias pleistocénicas en Australia. Esta rama representa una muy precoz y arcaica fase de radiación filética, todavía imperfectamente conocida. Se destaca en ella la familia Madtsooiidae (Cretáceo de Africa-Madagascar, Paleoceno- Eoceno de Argentina-Brasil, Eoceno de Africa, etc.), referidos superficialmente a gigantescos boidos, pero aún menos parecidos osteológicamente a los ofidios vivientes, y más cercanos a los Squamata "lacertilianos", que a la bien estudiada Dinilysia patagonica del Cretáceo superior de Argentina. Una serpiente peculiar que exhibía caracteres lacertilianos más importantes de los que todavía conservan ciertas formas primitivas actuales, pero que se apartaba en su osteología de los rasgos fundamentales de especialización propios de los tiflopoideos, booídeos y colubroideos modernos. Los cholophidia, se habrían entonces separado, dando lugar por un lado a los Scolecophidia, rama que comprende una sola superfamilia actual, los Typhlopoidea, y por otro lado a la rama de los Alethinophidia, con varias y diversificadas superfamilias, desde los más primitivos Acrochordoidea, Anilioidea, Tropidopheoidea, bolyeroidea y Booidea, a los Colubroidea tan evolucionados y diferenciados. Hubo un muy prolongado período geológico de formas precursoras o de transición, que se supone han sido originalmente excavadores o reptiles subterráneos, visto las condiciones funcionales muy particulares del aparato visual ofidiano hasta en las serpientes modernas. En el Eoceno hicieron su aparición, en base a los fósiles hallados, géneros muy cercanos a los actuales; escasos para los Scolecophidia, tal vez sólo aparentemente, considerando su fragilidad esqueletaria y sus moderadas dimensiones; ya con notable frecuencia para los boidos y aniliidos predominantes entre los Alethinophidia, reemplazados masivamente después de algunos millones de años por la universal expansión y diversificación de Colubroidea, oligo-miocénicos y pliocénicos (Era Cenozoica). Infraorden Serpentes Linnaeus 1766 El infraorden Serpentes tiene representantes en todos los continentes y casi todas las islas, desde latitudes subárticas hasta los 46º de latitud sur aproximadamente, en Patagonia. Sus representantes se caracterizan por no poseer cintura torácica y por supuesto esternón, ni arco supratemporal craneano y foramen parietal; los párpados son irreconocibles, transparentes y soldados; han desaparecido aberturas auditivas y tímpano, realizándose la percepción de sonidos mediante una alargada columela articulada con el hueso cuadrado, la que transmite las vibraciones a la ventana oval, llegando también a reducirse en extremo en las formas cavadoras e hipógeas. En su evolución una larga serie de huesos craneanos se ha perdido. En la musculatura hubo evidentemente reducción de ciertos grupos de músculos en relación con aparatos perdidos, pero en la cabeza se debe destacar poderosos haces musculares, relacionados con la alimentación. Además, en el tronco y la cola, poseen importantes grupos musculares, relacionados con la movilidad. Cuentan con la ausencia de vejiga urinaria y una extrema reducción del pulmón izquierdo, siendo el derecho muy angosto y alargado. De todos modos la más llamativa adaptación morfológica de las serpientes, por sus consecuencias prácticas y su misma ecología, es quizás la carencia de sínfisis mandibular, lo que permite una articulación muy elástica de las piezas bucales y una extrema dilatación de las fauces, en condición de engullir presas de tamaño realmente notable, hasta desproporcionado con respecto a las dimensiones de su cazador. Se debe añadir a este punto un breve e indispensable comentario sobre la dentadura ofidiana y el bien conocido desarrollo de sus aparatos veneníferos, muy imperfectos en los escasos saurios que los presentan, tales como Heloderma (grandes lagartos de Méjico). La distribución de los dientes varía, naturalmente, en el maxilar y mandíbula, a veces en los palatinos y ectopterigoideos, en los boidos también en los premaxilares. La implantación es débil; su reposición ocurre por el borde interno del maxilar y mandíbula. A la vez que los dientes comunes, compactos y poco diferentes de los de los saurios, se han diferenciado otros, más largos, cónicos y algo curvos, cuyo nombre vulgar es comúnmente el de colmillos. Junto con el perfeccionamiento de los dientes, las glándulas salivales que desembocan en la mucosa bucal modificaron la naturaleza química de sus secreciones, fundamentalmente proteicas y enzimáticas, las que adquirieron propiedades tóxicas de menor o mayor intensidad, y con efectos principalmente hemolíticos o neurotóxicos. Con respecto a los distintos modelos de dientes los conductos de las glándulas veneníferas no se presentan con características similares, y por lo tanto se puede establecer una subdivisión general de los aparatos venenosos ofídicos en las categorías que a continuación se detallan: Aglifos: Comprende los ofidios con dientes no surcados o acanalados, con desembocadura de las glándulas venenosas cerca de su base, fluyendo la secreción a lo largo del diente y diluyéndose en los líquidos bucales. Poseen aparatos de este tipo las serpientes más primitivas y gran número de colúbridos. Los efectos de sus mordeduras generalmente carecen de consecuencias, y la acción proteolítica del veneno sugiere su importancia biológica para la digestión de las presas. Ejemplos en La Pampa: Leptotyphlops albifrons (culebrilla), Leptotyphlops australis (culebrilla o viborita de dos cabezas), Leptotyphlops unguirrostris (culebrilla), Boa constrictor occidentalis (lampalagua o boa de las vizcacheras), Lystrophis dorbigni (falsa yarará ñata), Lystrophis histricus (falsa coral), Liophis anomalus, Liophis poecilogyrus sublineatus (culebra verdinegra) y Liophis sagittifer sagittifer. Opistoglifos: Incluye a los que manifiestan la más simple especialización de la estructura del diente o surco en la cara anterior del diente, desde la punta a la base, siendo ésta envuelta en una vaina en la cual desemboca también el conducto de la glándula venenosa. En el momento de la mordedura la secreción es guiada por el surco hacía la herida y la vaina la protege de la contaminación por otras substancias de la cavidad bucal. Las glándulas de los opistoglifos no

están muy desarrolladas y las mordeduras de estos ofidios colúbridos no son facilitadas por la ubicación, muy por detrás, de los colmillos. Las consecuencias que se han referido en su gran mayoría no son graves o letales, si bien hay en esta categoría colúbridos sumamente peligrosos, pero se encuentran distribuidos en el continente africano. Ejemplos en La Pampa: Clelia clelia clelia (mussurana negra), Clelia rustica (mussurana marrón), Elapomorphus espegazzinii suspectus (culebra venenosa), Lystrophis semicinctus (falsa coral), Oxyrhopus rhombifer bachmani (falsa coral), Philodryas patagoniensis (culebra), Philodryas psammophideus psammophideus (culebra), Philodryas trilineatus (culebra), Pseudablabes agassizii (culebra), Pseudotomodon trigonatus (falsa yarará) y Tomodon ocellatus (falsa yarará). Proteroglifos: Caracterización que reciben los ofidios con un elevado grado de especialización de los colmillos, implantados anteriormente en el maxilar superior y con surco hondo, casi cerrado. Las glándulas veneníferas se tornan notablemente voluminosas; su longitud llega hasta un tercio del cuerpo en ciertas especies asiáticas. Son las "corales" del Nuevo Mundo y las "cobras" del Viejo Mundo; todas muy peligrosas, algunas a un nivel atenuado, otras aptas para matar a un hombre en el lapso de minutos. A este grupo pertenecen asimismo las serpientes de vida oceánica, distribuidas en los mares tropicales del sur. Ejemplos en La Pampa: Micrurus pyrrocriptus (víbora de coral). Solenoglifos: Las formas más evolucionadas, distintas de los proteroglifos, no sólo por la naturaleza química de los venenos, sino también por el conducto totalmente cerrado del diente, a manera de jeringa, por el largo conducto glandular que se habre directamente en la ancha base del colmillo, y finalmente por la gran movilidad del maxilar que en su extremo levantamiento vertical asegura una perfecta enclavación en los tejidos. Solenoglifos, son los vipéridos afroeurásicos y los crotálidos americanos, muy frecuentes aún en nuestras regiones, donde son conocidos popularmente como "yararás" o "cascabeles", provocando anualmente un respetable número de accidentes, cuya mortalidad resultaría mucho más elevada de no existir los sueros antiofídicos polivalentes que suministrados en tiempo neutralizan a sus toxinas, prevalentemente hemolíticas, diferentes de las toxinas casi siempre neurotóxicas de los micrúridos. Ejemplos en La Pampa: Bothrops alternatus (yarará grande), Bothrops ammodytoides (yarará ñata), Bothrops neuwiedi diporus (yarará chica) y Crotalus durisus terrificus (cascabel). El infraorden Serpentes comprende, como se ha mencionado, dos ramas principales con representantes vivientes, los Scolecophidia y los Alethinophidia. Rama Scolecophidia Hofftetter 1955 Incluye únicamente diminutas o medianas serpientes lucífugas o subterráneas, se puede definir someramente, en base a el hueso coronoide bien desarrollado, que excede largamente el prearticular y el subangular, como notorio proceso de la mandíbula. Se trata de un carácter primitivo, común en todos los Squamata "lacertilianos" y observado en Dinilysia patagonica, ausente en los Colubroidea, o altamente modificado, existiendo en carácter vestigial en otras serpientes. Cabe señalar como condiciones especializadas, la boca pequeña y angosta, con ángulo anterior al ojo, o a su misma altura y mandíbula menos que la mitad de la longitud craneana. Superfamilia Typhlopoidea Dowling y Duellman 1978 Aúna tres familias de pequeñas serpientes cilíndricas, de hábitos subterráneos, vulgarmente conocidas como "víboras ciegas" por la reducción del ojo, en general oculto por una escama más o menos transparente. Leptotyphlopidae y Anomalepididae son evidentemente gondwánicas; Typhlopidae presenta una amplia dispersión circumtropical, a veces favorecida por distribución pasiva, hasta de origen antrópica. En nuestra provincia sólo esta representada la familia Leptotyphlopidae. Familia Leptotyph1opidae Stejneger 1891.Es una familia de diminutas o medianas especies excavadoras y de costumbres subterráneas. Se observa en estos individuos una acentuada fusión en la cápsula encefálico anterior de los premaxilares, y de los maxilares, palatinos, nasales y prefrontales. Poseen dientes menudos (4 a 5), que persisten en la mandíbula, pues los maxilares y premaxilares también son edéntulos (sin dientes). Internamente son reconocibles vestigios de pelvis y de fémures rudimentarios. Las placas cefálicas, bastante dilatadas, son poco numerosas, destacándose la rostral a veces muy sobresaliente. Las escamas son en todo el cuerpo (dorsal y ventralmente) cicloideas y fuertemente imbricadas. La cola es corta, cónica y la cabeza casi indistinta del cuello. El número de escamas alrededor del cuerpo es peculiarmente fijo en la familia, 14 en todas las numerosas especies de Leptotyphlops, casi circumtropical (abarca una amplia franja en latitud, desde Pakistán a la región neotropical, continental e insular), con la excepción en la especie africana Rhinoleptus koniagui, en la cual dicho número llega a 16. Género Leptotyphlops Scblegel 1837. Incluye un conjunto de especies (más de un centenar en todo el mundo), establecido sobre la base de diferencias fundamentales en la lepidosis cefálica y de la estructura de los hemipenes. Para la provincia de La Pampa se han mencionado cinco especies: Leptotyphlops albifrons, Leptotyphlops australis, Leptotyphlops munoai, Leptotyphlops

borrichiana y Leptotyphlops unguirostris (Williams y Francini 1991). Reconociéndose actualmente la presencia, fielmente documentada, de sólo dos de éstas: Leptotyphlops australis y Leptotyphlops unguirostris (Tiranti y Avila 1997); faltando confirmación para el resto de las especies mencionadas. Orrego Aravena (1971 y 1979) menciona a Leptotyphlops albifrons, pero se desconoce los ejemplares sobre los cuales se baso para hacer esta cita. Leptotyphlops albifrons (Wagler 1824) Stenostoma albifrons Wagler 1824 Glauconia albifrons Boulenger 1893 Leptotyphlops albifrons Serié 1921 Leptotyphlops albifrons Peters y Orejas Miranda 1970 Leptotyphlops albifrons Abalos y Mischis 1975 Leptotyphlops albifrons Difonzo de Abalos y Bucher 1981 Leptotyphlops albifrons Williams y Francini 1991 Nombre vulgar: Culebrilla. Tamaño: 23 cm. Descripción: Leptotiflópido de tamaño mediano, con placa rostral grande y proyectada en adelante sobre el borde mandibular y de coloración blanquecino-rosada dorsal con 7 listas longitudinales castaño oscuras separadas por interespacios claros de tonalidad rosada, anchos el doble de cada lista. Coloración castaño más o menos oscuro en la cabeza, con una mancha rostral blanco-amarillenta, repetida en la opuesta extremidad caudal. Pueden hallarse ejemplares totalmente pigmentados, de un color castaño oscuro uniforme, sin las líneas características reconocibles. Ojos evidentes; cola corta y cónica, con placa terminal blanca espiniforme, contrapuesta a la mancha blanca rostral que justifica el nombre específico (mancha a veces de color amarillento). Ventralmente es blanquecino-amarillenta. Cabeza redondeada, con placa rostral muy desarrollada. subtriangular, recurvada fuertemente y formando toda la porción delantera del labio. Hocico proyectado ampliamente sobre el borde anterior de la mandíbula; supraoculares grandes, mayores que la prefrontal que contactan; labio superior con infranasal, primera supralabial, ocular, y segunda supralabial. Mental breve, seguida por cuatro pequeñas infralabiales. Hábitat y comportamiento: Especie poco frecuente, de hallazgo accidental. Puede encontrarse en termiteros u hormigueros, alimentándose de estos insectos, y al parecer también de lombrices de tierra. Poco se ha referido sobre su reproducción y rasgos ecológicos. Distribución: Existe en el noroeste argentino y en la formación del "espinal" en la provincia de Córdoba y La Pampa. Para nuestra provincia la menciona Orrego Aravena (1971 y 1979) para Chacharramendi y las sierras de Lihuel Calel. Actualmente falta confirmación de esos registros. Leptotyphlops australis Freiberg y Orejas Miranda 1968 Leptotyphlops australis Freiberg y Orejas Miranda1968 Leptotyphlops australis Peters y Orejas Miranda 1970 Leptotyphlops australis Abalos y Mischis 1975 Leptotyphlops australis Williams y Francini 1991 Nombre vulgar: Culebrilla o viborita de dos cabezas. Tamaño: 16 cm. Descripción: Leptotiflópido de tamaño mediano, con placa rostral grande y prominente, con coloración de fondo clara (amarillenta, casi verdosa), con siete líneas longitudinales oscuras (negruzcas), debidas a pigmento que ocupa parcialmente la superficie de una escama, también presenta un ancho anillo negro en la región caudal. Cuerpo uniformemente cilíndrico. Cabeza moderadamente aplanada, con hocico redondeado sobresaliente. Cabeza negruzca y cola distalmente muy oscura, formando un ancho anillo negro casi terminal, antes de la punta cónica clara (blancoamarillenta). El vientre es mucho más claro, pero con escamas algo pigmentadas en el centro, lo que le da un aspecto casi reticulado. Esta especie es la más frecuente en el oeste y sur argentino, se la distingue de Leptotyphlops albifrons, por la lepidosis cefálica y por la carencia en esta última de anillo negro distal en la cola. Rostral subtriangular, prolongada dorsalmente hasta la altura de una línea interocular; nasales divididas, la supranasal mucho mayor que la infranasal, con narina desplazada hacia adelante en la región de su sutura oblicua; el borde de la infranasal en el labio superior subigual al de la primera supralabial (o supralabial anterior) que es dos veces más alta que ancha; ocular de tamaño regular, también dos veces más alta que ancha, con ojo desplazado hacia adelante, relativamente grande y poco visible desde arriba; supralabial posterior trapezoidal irregular, tan alta como ancha, siendo su borde el mayor de todos los de las escamas del margen labial superior. Supraoculares grandes, irregulares, más grandes que las prefrontal con que limitan; parietales y occipitales groseramente hexágonas, las primeras mayores que las segundas; temporal del tamaño de las escamas del cuerpo siguientes. Escamas medio dorsales subiguales; como los demás detalles de la lepidosis cefálica pueden observarse, mental corta y seis infralabiales; en las escamas de la

cabeza, como en las otras especies, es notable la presencia de órganos sensorios lenticulares cutáneos, más abundantes en las zonas labiales. Lepidosis del cuerpo de escamas todas iguales; ligeramente mayores sólo en la hilera medio ventral de la cola. Las 14 series transversas alrededor del cuerpo, propias del género, se reducen a 10 a partir de seis escamas antes de la gran placa cloacal, llegando luego a 10 en la parte media de la cola. Extremidad caudal cónica, terminada por una espina. Número total de escamas dorsales según una línea vertebral 245 a 258; subcaudales 10 a 12. Diámetro del cuerpo a su mitad 3 a 4 mm. Su hemipene tiene base bulbosa no lobulada y desnuda, seguida por una porción apical microornamentada, con surco espermático de trayectoria elicoidal. Hábitat y comportamiento: Forma subterránea, se halla por debajo de piedras en diferentes biotopos, en las sierras centrales hasta 1.000 o más metros de altura. Muy poco o nada se conoce sobre su reproducción y ecología. Distribución: Desde el norte de Mendoza, en San Luis, Córdoba (región serrana), La Pampa, hasta Río Negro. Leptotyphlops unguirostris (Boulenger 1902) Glauconia unguirostris Boulenger 1902 Leptotyphlops unguirostris Serie 1915 Leptotyphlops unguirostris Peters y Orejas Miranda 1970 Leptotyphlops unguirostris Laurent 1984 Leptotyphlops unguirostris Williams y Francini 1991 Nombre vulgar: Culebrilla. Tamaño: 18 cm. Descripción: Presenta una lepidosis cefálica característica y muy diferente al resto de los leptotiflópidos, de la cual deriva su nombre específico, debido esto a la rostral puntiaguda o ganchuda, con borde inferior filoso y muy sobresaliente, extendida dorsalmente hasta el borde anterior de los ojos, éstos bien desarrollados. Con coloración dorsalmente parduzca o castaño clara (más bien pálida), con manchas algo borrosas en el centro de las escamas; punta del hocico blanca. Ventralmente blanquecino-amarillenta. No se notan manchas cefálicas o caudales claras. Nasal no muy grande, dividida en dos porciones asimétricas, la inferior mucho más pequeña. Ocular grande, colindando con la nasal y ocupando amplio espacio en el borde labial, entre dos supralabiales subtriangulares de moderado tamaño. Supraocular extendida, en ancho contacto con la prefrontal de mayor tamaño que las escamas vertebrales cefálicas sucesivas. Parietal y occipital grandes. Mental poco notoria seguida por cuatro infralabiales en cada lado, de dimensiones moderadas. Cola terminada por una placa redondeada con aspecto truncado. Hábitat y comportamiento: Forma poco común, de hábitos muy reservados. Ovípara. Poco se conoce sobre su ecología y reproducción. Distribución: Forma relativamente rara y discontinua. Córdoba, Catamarca, San Luis, Santiago del Estero, La Pampa, San Juan, Corrientes y Buenos Aires. También en el sur de Paraguay. Rama Alethinophidia Hofftetter 1955 Comprende un grupo de serpientes que se caracterizan por las condiciones morfológicas siguientes: coronoide, cuando existe, igualado o sobrado por una lámina del subangular, la que puede de por si constituir el entero proceso; boca larga y ancha, o muy ancha, con mandíbula más larga que la mitad del cráneo. Frontales que constituyen un pilar entre los nervios olfatorios, que se puede articular con los huesos nasales o con la cápsula nasal cartilaginosa, permitiendo movimientos laterales del hocico y en algunos casos, un desplazamiento en sentido ventral de la conexión fronto-rostral, hasta facilitando flexiones verticales del hocico. Es de notar que en el caso de los pilares interolfatorios, estamos en presencia de una condición única, y directa especialización evolutiva de los AlethinophidIa, la que no solamente falta en Scolecophidia, sino también en Squamata y Dinilysia. Superfamilia BoOidea Hofftetter 1955 Representa a ofidios de gran tamaño, acuáticos o terrestres, del Viejo y Nuevo Mundo, bien conocidos y populares como pitones, boas y anacondas. Poseen una combinación de varias condiciones anatómicas, así como: costillas con tuberosidades y cartílagos terminales no dilatados, a diferencia de los colúbrido; falta de pulmón traqueal, pero pulmón izquierdo muy largo; vestigios de la cintura pelviana, con fémur rudimentario, por lo menos en los machos, sobresaliendo como espolón; escamas dorsales con escamas transversas irregularmente intercaladas, si bien no alcanzando las hileras longitudinales inferiores y escamas ventrales transversales y anchas. Comprende las familias Pythonidae, boideos afro-asiáticos y australianos, y los Boidae, americanos, de Asia, Madagascar e islas cercanas y de pocas islas del Pacífico. Familia Boidae Gray 1825

Se trata de serpientes no muy especializadas, preferentemente arborícolas, casi siempre de gran tamaño. Las escamas cefálicas pueden ser anchas y diferenciadas, o pequeñas y romboidales; puede haber o no fosetas sensorias labiales; el hemipene no tiene espinas, sino que se presenta liso, con pliegues longitudinales y transversos, y con ápice bífido, adornado por pliegues concéntricos. Los vestigios de los miembros posteriores, se notan más en los machos que en las hembras, en las cuales pueden pasar desapercibidos; encontrándoselos en proximidad de la abertura cloacal. La reproducción de estos reptiles es vivípara. Poseen huesos supratemporales algo agrandados, escamiformes, hacía atrás y arriba de los occipitales y del cuadrado; con premaxilar carente o no de dientes, pero nunca suturado con el maxilar; nasales en contacto pero no suturados con los prefrontales alargados; cápsula encefálica relativamente móvil con respecto a la región fronto-nasal, postorbital grande y presente; postfrontal existente en algunas formas primitivas, ausente en las más avanzadas Subfamilia Boinae Gray 1825 Son ofidios de distribución gondwanica. Se distingue de otros boídeos, por los prefrontales en estrecho contacto. Hemipenes fuertemente lobulados y con papilas. Presentan fosetas sensorias labiales. Vértebras caudales con espinas neurales simples. Género Boa Linnaeus 1758 Comprende los ofidios de mayor tamaño del continente, alcanzando hasta 5 o 6 metros de largo, de hábitos preferentemente arborícolas. La diferenciación de las escamas cefálicas es mínima; apenas la rostral, las nasales, la mental y por supuesto las supra e infralabiales. Los dientes maxilares y mandibulares son anteriormente más grandes pero van decreciendo gradualmente hacia atrás; la pupila es vertical; hay ausencia de fosetas labiales; las escamas cefálicas son pequeñas e irregulares. Se observan espolones reducidos, reliquias de los miembros posteriores perdidos, a la altura de la abertura cloacal. Una sola especie existe en el continente y en algunas pequeñas islas de las Antillas; su subdivisión en subespecies no aparece todavía bien definida. En las regiones subtropicales y templadas de la Argentina y en Paraguay, está únicamente Boa constrictor occidentalis; aparentemente es reemplazada en Misiones por la subespecie brasileña, Boa constrictor constrictor, y la tercera subespecie, Boa constrictor amarali, se encontraría al sudeste de Bolivia y sudoeste de Brasil, pero no estaría presente en nuestro país. Boa constrictor occidentalis Philippi 1873 Boa occidentalis Philippi 1873 Boa occidentalis Boulenger 1893 Eunectes murinus Berg 1893 Boa occidentalis Koslowsky 1898 Constrictor constrictor occidetiíiílis lhering 1911 Constrictor occidetiíiílis Serié 1921 Boa constrictor occidentalis Forcat 1951 Constrictor constrictor occidetiíiílis Abalos; Baez y Nader1964. Boa constrictor occidentalis Peters y Orejas Miranda 1970 Boa constrictor occidentalis Williams y Francini 1991 Nombre vulgar: Boa de las vizcacheras o lampalagua. Tamaño: 3 a 4 m o más. Descripción: Boido de gran tamaño con cuerpo cilíndrico grueso, con cabeza robusta y ancha, pero relativamente pequeña respecto del cuerpo y poderosa en la región maxilar, destacándose del cuello. Con coloración variable, castaño claro o gris oscuro (algo rosado en ejemplares juveniles), con grandes manchas dorsales ocelares claras en la línea mediana del cuerpo (amarillentas, blanquecinas o rosadas), pigmentadas en su interior y rodeadas por densos anillos negros conectados entre si; netamente distintas de las grandes manchas alargadas amarillentas, romas en sus extremos y casi sin pigmento interior, regularmente cercadas por anillos castaños independientes entre sí, propias de Boa constrictor constrictor y Boa constrictor.amarali. Se observa en los flancos otra hilera de manchas redondas parecidas a las dorsales, a veces borrosas, acompañadas por una serie inferior de manchitas blancas en el fondo negruzco, a menudo fusionadas. Cabeza más clara con puntos dorsales oscuros y manchas oscuras en la región subocular y labial. Región ventral blanco amarillento, con manchas irregulares castaño oscuro. Lepidosis cefálica de escamas pequeñas e irregulares casi indiferenciadas. Rostral cuadrangular vertical, no observable desde arriba; supralabiales 19 a 23, infralabiales 25 a 27; nasales sobresalientes con narinas dorsolaterales. Lepidosis cefálica de escamas pequeñas, heterogéneas, más regulares en la región temporal y maxilar; ojos medianos. con pupila vertical. Escamas dorsales pequeñas. lisas, algo agrandadas en los flancos, en 80 a 97 hileras de escamas agrandadas transversas ventrales de 227 a 258; caudales de 35 a 58, escama precloacal simple. Hábitat y comportamiento: Forma terrícola, si bien puede trepar ágilmente en árboles o arbustos, sus habituales

refugios son las cuevas abandonadas de mamíferos como las de vizcachas o armadillos, donde se alimenta de crías y adultos. No es particularmente agresiva, pero puede ser peligrosa por su enorme fuerza muscular y su dentadura. Los jóvenes son a veces muy irascibles y mordaces. Mata por constricción; además de mamíferos, come aves y lagartos y su actividad es a la vez diurna o nocturna. Son ofidios vivíparos; no se tiene datos actualizados sobre Boa constrictor occidentalis con respecto a la época y modalidades de reproducción. Las otras dos subespecies brasileñas mencionadas, pueden dar a luz de 20 a 50 crías. Distribución: Desde Paraguay a las provincias centrales de Argentina, no subiendo a más de 600 u 800 m en los relieves serranos o preandinos. Se la puede encontrar en las provincias de Chaco, Formosa, San Luis, Córdoba, La Rioja, Mendoza. Se cree que en un pasado no muy lejano ha llegado hasta el sur de La Pampa, siguiendo la formación del espinal (caldenal). Para nuestra provincia se ha mencionado en crónicas, diversos comentarios de pobladores y también por un autor de varios trabajos realizados en esta provincia (Orrego Aravena 1971 y 1979). Según otros autores (Williams y Francini 1991, Tiranti y Avila 1997), faltaría confirmación actual, pero es probable que sea una de las especies que se ha extinguido en el territorio de nuestra provincia, debido a la fragmentación y modificación de sus hábitat. Superfamilia Colubroidea Oppel 1811 Todos los caracteres en desaparición ya señalados a propósito de las tendencias evolutivas y jerarquía filética de las serpientes, están ausentes o reducidos a la mínima expresión en Colubroidea. Se pierden para siempre las estructuras primitivas presentes todavía en Boidea y Typhlopoidea, como los dientes premaxilares, el hueso coronoides mandibular y los vestigios de la cintura pelviana. Las escamas cefálicas se disponen según un modelo bien definido que se repite en sus rasgos generales en las centenas de géneros de la cosmopolita superfamilia. Hay obviamente algunas variaciones o simplificaciones de la lepidosis, de interés taxonómico, siendo más notables las de los vipéridos que, con su cráneo holgadamente articulado, sus robustos cuerpos y los complicados colmillos y aparatos veneníferos, llegan a personificar el más elevado nivel adaptativo logrado en su historia por el entero infraorden serpentes. Por otro lado ciertos órganos o mecanismos, además de persistir, se han modificado o perfeccionado, tales como las largas astillas del aparato hioideo, la dentadura palatina y pterigoidea, el ensanche y fortalecimiento de las grandes escamas ventrales en conexión con la musculatura segmentar del cuerpo sensiblemente transformada, las hipapófisis siempre presentes en las vértebras anteriores, y en las demás vértebras dorsales, en la gran mayoría de estos ofidios. La existencia de Colubroidea anteriores al Eoceno no se ha comprobado; los restos eocénicos son pobres, y sólo desde el Mioceno sus fósiles se hacen frecuentes, a menudo en relación con géneros actuales; pero siempre muy escasos en Sud América, Familia Elapidae Boie 1827 Comprende todas serpientes con aparatos venenosos evolucionados y de elevados poderes tóxicos, son colubroideos distinguibles por otras características osteológicas propias, por modificaciones del esquema general de la lepidosis cefáiica y.en el caso de Elapinae neotropicales, por la coloración de anillos completos alrededor del cuerpo, siempre de colores vivaces: rojo, negro, amarillo y blanco. En esta familia la disposición de los huesos craneanos se aleja algo de la indicada preliminarmente para los ofidios y luego para los colúbridos. El supratemporal se hace todavía más alargado e independiente de la cápsula encefálica; los premaxilares carentes de dientes pierden todo contacto con los maxilares; un espacio apreciable se intercala entre nasales y prefrontales. En el eje vertebral todas las vértebras muestran hipói'isis breves v abovedadas. En cuanto a los desarrollados maxilares, cuya posibilidad de rotación es muy limitada, se destaca anteriormente en ellos un colmillo acanalado moderadamente curvado, con salida anterior del conducto venenífero, luego un espacio de separación variable y finalmente una serie de dientes posteriores pequeños, curvados, que puede diferir de 1 a 13 unidades. Como en los demás miembros de la superfamilia Colubroidea, los Elapidae manifiestan caracteres derivados, tales como la desaparición del coronoides en la mandíbula, la ausencia de cintura pelviana y de extremidades, la reducción a órganos impares como los pulmones, faltando completamente el izquierdo, etc. Las escamas de la cabeza se asemejan bastante a las de opistoglifos como Elapomorphus, pues como en aquellos falta la loreal, pero hay dos nasales, dos prefrontales, y temporales menos agrandadas en sentido longitudinal. Son ovíparos. Subfamilia Elapinae Boie 1827 Incluyen los más significativos proteroglifos (euproteroglifos), como los bien caracterizados: Lauticaudinae, Hydrophaeinae y Bungarinae, es decir además de las corales de América tropico-subtropical, las serpientes marinas y las típicas cobras afro-asiáticas. A elapinae pertenecen también los géneros Micrurus, Leptomycrurus y Mycruroides, con notable radisción evolutiva y distribuidos actualmente desde el sur de Estados Unidos hasta la región central de Argentina. Entre los elapidae, y obviamente los elapinae, solamente el génro Mycrurus pertenece a la fauna Argentina. Género Micrurus Wagler 1824 El veneno de los representantes de este género es de acción neurotóxica, muy activo y llega en muchas especies a ser mortal, a pesar de la muy baja frecuencia de los accidentes ofidicos por elápidos en la Argentina. Provoca la parálisis progresiva de los músculos del esqueleto y respiratorios por bloqueo postsináptico de las conexiones mioneurales. Los efectos se manifiestan en dos a seis horas, son máximos a las 48 horas: desdoblamiento de la visión, luego parálisis muscular generalizada y paro respiratorio y cardíaco.

Micrurus pyrrhocryptus Cope 1862 Elaps pirrhocryptus Cope 1862 Elaps simonsii Boulenger 1902 Micrurus lemniscatus Scrié1936 Micrurus pirrhocryptus Schmidt 1936 Micrurus lemniscatus frontalis Amaral 1944 Micrurus frontalis pirrhocryptus Shreve 1953 Micrurus tricolor Hoge1956 Micrurus pyrrhocrvptus Hoge y Lancini 1960 Micrurus frontalis pirrhocryptus Barrio y Miranda 1967 Micrurus frontalis pirrhocryptus Peters y Orejas Miranda 1970 Micrurus pirrhocryptus Hoge y Romano 1979 Micrurus frontalis tricolor Roze 1983 Micrurus pirrhocryptus Scrocchi 1990 Micrurus frontalis pirrhocryptus Williams y Francini 1991 Nombre vulgar: Víbora de coral. Tamaño: 1,3 m. Descripción: Son ofidios de tamaño mediano a grande, cilíndricos, con pequeña cabeza negra y hocico redondeado, ostentando una llamativa coloración de anillos alternados regulares. Coloración negra intensa en la cabeza, con las escamas anteriormente bordeadas de amarillo. Región gular amarillenta con amplias manchas oscuras. Cuello rojo, anteriormente más pálido. En todo el cuerpo, dorsal y ventralmente, series repetidas regularmente de anillos negroblanco-negro-blanco-negro, separados por espacios de escamas rojas con ápice oscuro, los que son más anchos que cada anillo negro y a su vez un poco más extendidos que los blancos. Evidentemente puede haber variaciones individuales en el número de las series sucesivas de anillos y en su extensión, negros y blancos separados por espacios rojos, los que se continúan en toda la región ventral. Cabeza corta y cuello indistinto, lepidosis cefálica de escamas lisas y brillantes. Borde anterior de la cabeza casi semicircular, con rostral poco visible, más ancha que alta, sobresaliendo inferiormente a la mandíbula; internasales subtriangulares pequeñas, en completo contacto por la sutura mediana; prefrontales más grandes, poligonales e irregulares; frontal casi tan larga como su distancia desde la punta del hocico y bastante angosta, pero siempre menos que las supraoculares, algo abultadas: parietales subtriangulares irregulares, posteriormente puntiagudas y tan largas como su distancia de las internasales. Preocular agrandada y 2 postoculares evidentes; narina redonda grande, entre dos nasales, su abertura dirigida hacia atrás; temporal interior alargada, seguida por 2 posteriores cuadrangulares anchas; 7 supralabiales convexas y 7 infralabiales, siendo la 3" de las supralabiales la más alta y junto con la 4º constituyendo el borde inferior del ojo, muy pequeño, de pupila subelíptica; mental reducida; 4 infralabiales en contacto con las postmentales, de las cuales el par posterior es el más ancho y largo; sólo 2 hileras de gulares antes de la preventral. Escamas dorsales lisas, sin fosetas apicales, en 15 hileras longitudinales; ventrales 223 a 244 en los machos. 222 a 244 en las hembras, es decir sin dimorfismo; 1 escama precloacal y 1 cloacal, divididas; subcaudales divididas, 21 a 30 en los machos, 21 a 28 en las hembras, evidentemente con mínimas diferencias sexuales y de acuerdo con la escasa longitud de la cola, cónica, terminada en punta roma y sólo un 6 % de la longitud total del ofidio. Hábitat y comportamiento: De hábitos fundamentalmente subterráneos, pero se encuentra muy frecuentemente en la superficie, aún en pleno día y con más frecuencia en otoño. Se la encuentra asociada a hormigueros. Es una serpiente ofiófaga, pero no de temperamento agresivo, mansa y poco mordedora; a pesar de la extrema peligrosidad de su ponzoña, cuyos efectos neurotóxicos son parecidos a los de las cobras de Africa, prácticamente no se registran accidentes debidos a las corales, como comúnmente se las llama en todo el país, debido a su coloración. Es conocida la actitud defensiva de este ofidio cuando se ve acorralado, realizando movimientos pausados en S, escondiendo la cabeza debajo del cuerpo y presentando la coloración aposemática del vientre, al mismo tiempo que levanta la extremidad caudal, enrollada, a manera de cabeza, simulando a veces con ella falsos ataques intimidatorios. Son ovíparos y con posturas de hasta 5 o 6 huevos. Distribución: Prácticamente en toda la Argentina, menos las provincias mesopotámicas. Desde el valle del Río Negro, por todo el centro y norte hasta Chaco y Formosa. También en Bolivia, Paraguay y Brasil. En la provincia de La Pampa se encuentra con mayor frecuencia hacia el oeste, principalmente en la formación del monte, pero también se la puede hallar en el espinal. Familia Colubridae Oppel 1811 Es una familia muy amplia y compleja. La distingue particularmente condiciones morfológicas de la dentadura que posee dientes maxilares bien desarrollados anteriores a los colmillos (cuando existen), cuyos conductos son acanalados pero no cerrados como en los vipéridos. Los caracteres morfológicos generales de los colúbridos son los que fueron señalados para colubroidea, presentando su lepidosis cefálica rasgos comunes con la de elápidos, pero con escamas