Palaeohispanica 4, (2004), pp. 163-167 UNA NOTA A LA TÉSERA TURIEL 4 * Carlos Jordán Cólera DESCRIPCIÓN DEL OBJETO La presente nota tiene como finalidad completar la información que nos presenta M. Almagro-Gorbea a propósito de la denominada tésera Turiel 4, 1 ya que hemos tenido la oportunidad no sólo de realizar la autopsia de la pieza, 2 sino también de conocer los resultados del estudio metalográfico, solicitado por nosotros y llevado a cabo por el Dr. Salvador Rovira Llorens. En el Museo Arqueológico Nacional (Madrid) se halla una pieza con número de referencia 1998/46/1, donada a la institución por el señor Max Turiel. Adquirida en el mercado de antigüedades de Madrid, el lugar de su hallazgo es desconocido. Se carece, por lo tanto, de todo contexto arqueológico y cronológico. M. Almagro-Gorbea la describe, con interrogantes, como una tésera en forma de topo o de perro. Esta forma, no conocida hasta ahora, se repite en la tésera anepígrafa Turiel 21. Para ésta le convence más la idea de un perro que la de un topo. Que pueda tratarse de una tésera teromorfa vienen a confirmarlo los trazos que presenta [CT-21], donde se han grabado unas líneas que figuran las patas dobladas de un animal en posición de agazapado, así como dos rayas paralelas en vertical y el ojo? Estos rasgos no se aprecian en [CT-4]. No hemos tenido ocasión de realizar autopsia de [CT-21], pero las medidas vienen a coincidir: altura 2,2 cm y longitud 4,5. Las que tomamos nosotros eran las mismas, aunque podemos añadir que el grosor máximo de [CT-4] es de 0,8 cm; el rebaje de c. 0,2 cm; saliente ( morro del animal): 0,9 cm de ancho por 0,6 de largo aprox.; la cenefa tiene unos 0,5 cm de media. Habría que comprobar si ambas piezas son dos partes de una misma, * Este trabajo se ha realizado dentro del Proyecto de Investigación de la DGCYT Epigrafía, Lingüística y Arqueología de Celtiberia, BFF2001/2110, dirigido por el Dr. Francisco Villar, Catedrático de Lingüística Indoeuropea de la Universidad de Salamanca. Aprovechamos estas líneas para expresarle nuestro agradecimiento por habernos hecho conocedores de la existencia de esta pieza, permitirnos efectuar la autopsia, cuyos resultados aquí presentamos, y la utilización de su material fotográfico. 1 M. Almagro-Gorbea (2003: 371). 2 Queremos agradecer a las Dras. Alicia Rodero y Mª Magdalena Barril Vicente, del Departamento de Protohistoria y Colonizaciones del Museo Arqueológico Nacional, la diligencia y amabilidad con la que nos trataron al realizar nuestra visita y autopsia. 163
Carlos Jordán Cólera aunque no se adivinan pivotes y los respectivos agujeros que pudiesen cumplir la función de encaje entre ambas o indicios de cualquier otro mecanismo de unión. Ambas presentan una buena pátina de color verde, lo que parece indicar que las piezas no son falsas. Sin embargo, en la cenefa de [CT-4], que sirve de campo epigráfico, se observa algo que hace dudar muy seriamente de la antigüedad de parte del esgrafiado, como vamos a ver a continuación. ESTUDIO DE LABORATORIO DE LA TÉSERA 1998/46/1 Salvador Rovira Llorens 3 Para determinar la composición elemental del metal se ha empleado la técnica no destructiva de espectrometría por fluorescencia de rayos X en dispersión de energías, con el espectrómetro Metorex X-MET920. En el estudio de la superficie del objeto se ha empleado una lupa binocular Leica. El metal de la tésera es una aleación ternaria cobre-estaño-plomo con la composición expresada en la tabla adjunta (% en peso): Cu Sn Pb Fe Ni Zn As Ag Sb 63,8 15,8 20,0 0,29 0,00 0,00 0,00 0,078 0,103 Se trata de una aleación poco común, que produce un metal gris de aspecto plateado cuando se encuentra con la superficie limpia y bruñida, pero conocida en la Antigüedad. En el estado actual, la tésera presenta una pátina uniforme de color gris oscuro, que ha sido eliminada modernamente en algunas zonas en donde se encuentran las inscripciones. Precisamente el haber sido raspada la pátina en una superficie en donde se encuentra una de las inscripciones hace sospechosos de modernidad dichos grafitos: no conservan la característica capa de corrosión ni siquiera en los fondos de los surcos de grabado, apareciendo el metal con el aspecto de haber sido burilado en época reciente. El contraste con otros grafitos de la misma pieza, que presentan una pátina uniforme generada a lo largo de mucho tiempo es evidente. ESTUDIO PALEO-EPIGRÁFICO Así es que el examen no deja lugar a dudas de que en la pieza existen dos partes esgrafiadas: una más antigua y otra más reciente y sospechosa de falsificación. 4 Ante esta situación cabe pensar que en la parte moderna también pudo haber esgrafiado antiguo. Lo que es cierto es que el falsario (o deberíamos decir copiador?) tenía ciertos conocimientos de celtibérico, no sólo de su morfología, sino también etimológicos, sobre todo si lo comparamos con otras piezas presentadas del catálogo como [CT-7] ikezankom / konbouto / urbiiz o [CT-12] ukubo : l / mzko :. 3 Jefe del Departamento de Conservación del Museo Arqueológico Nacional. El estudio se realizó a petición nuestra y está firmado el 7 de mayo de 2003. 4 Hemos optado por presentar un dibujo indicando no sólo lo que parecen trazos de grafías, sino también los agujeros y surcos que pudimos observar en su momento más marcados, como prueba de la dificultad de lectura. 164 PalHisp 4
Una nota a la tésera Turiel 4 Fotografía de Max Turiel PalHisp 4 165
Carlos Jordán Cólera Como se suele decir en estos casos, lo escrito modernamente, tentiu kotinkai, si non é vero, é ben trovato. La transcripción que realizamos de la parte con esgrafíado antiguo, siguiendo las convenciones de BBIII y BBIV (el subrayado simple indica un signo de lectura insegura; la crux, +, hace referencia a un signo ilegible parcialmente conservado), es: N êp++p y su lectura: n : ti++ti Tanto la transcripción como la lectura son problemáticas y muy fragmentarias. El tamaño de los signos oscila entre 3 y 4 mm. El primero de ellos apunta a una N. El segundo y último son bastante claros, en ambos casos P, ti1. 5 Parece que hay una interpunción triple entre el primero y el tercer signo, aunque en paralelo al primero y segundo punto empezando desde abajo parece haber otros dos. Entre los dos últimos signos se adivinan restos de esgrafiado que deberían corresponder a un grafema. Con muchísimas dudas por nuestra parte podría ser una ko, G, aunque tampoco podría descartarse una bu, D. Como se apreciará en el dibujo hay varios rasgos, de los cuales no hemos podido determinar cuáles son realmente trazos y cuáles líneas accidentales. Seguidamente hay un espacio muy deteriorado con varias picaduras más o menos amplias en el metal, que nos impidieron la lectura de signo alguno. M. Almagro-Gorbea ofrece de esta sección los siguientes datos: transcripción: [...] PGEP lectura: [...?] : tiko[e?]ti Hay que tener en cuenta que dentro de los corchetes iría la secuecia que aparece en el dibujo ofrecido por el autor, donde se lee ELP&M, eltikum, que no aparece ni en la transcripción ni en la lectura. Además, también se ve en el dibujo en cuestión PG E?P, que sí queda recogido. En la parte sospechosa de modernidad se lee sin apenas problemas: 6 9NPU GPN+I é E [--- tentiu kotinkai : el[--- La transcripción y lecturas ofrecidas en Epigrafía Prerromana son: 7 ÂNPU é GPN+I tentiu : kotinkai 5 Según tabla ofrecida por J. Untermann MLH IV, p. 443. 6 El primer signo también podría ser Â, que es lo que lee y calca M. Almagro-Gorbea. En cualquier caso una te. 7 Alteramos ligeramente el orden presentado en la obra en cuestión. En realidad la transcripción y la lectura están de la siguiente manera: ÂNPUéGPN+I[...] PGEP y kotinkai : [...?] : tiko[e?]ti : tentiu :. 166 PalHisp 4
Una nota a la tésera Turiel 4 El Sr. M. Turiel 8 avanzaba una transcripción y lectura de la pieza que quedaba de la siguiente manera: transcripción YNPU GPN+I [...]N PGEP lectura tentiu kotinkai [...] tikoenti La última forma debe tratarse de un error, suponemos, por tikoeti. Tampoco se indica el signo que hay detrás del corchete. ESTUDIO LINGÜÍSTICO Según lo que acabamos de exponer, no tiene mucho sentido llevar a cabo un análisis lingüístico. En la parte antigua podríamos aventurar la existencia de una forma verbal terminada en -ti y poco más. En la parte moderna, tentiu y kotinkai, están bien flexionadas: N.sg. de un tema en nasal y D.sg. de un tema en -a. Ya hemos comentado el acierto del escribidor, no sólo desde el punto de vista morfológico, sino también etimológico. kotinkai podría tener, incluso, un buen apoyo dentro de la antroponimia celta. E. Evans 9 refiere un elemento COT-, COTT-, que aparece en un nutrido grupo de antropónimos galos y que relaciona con el ant. córnico coth y bretón coz, cuyo significado es - viejo. No nos atrevemos a decir más. BIBLIOGRAFÍA Beltrán, F. - De Hoz, J. - Untermann, J. (1996): El tercer bronce de Botorrita (Contrebia Belaisca), Zaragoza [referido como BBIII]. Evans, D.E. (1967): Gaulish Personal Names, Oxford. Turiel, M. (2000): Tésera de Duratin o Duratis. Una nueva tésera celtibérica de hospitalidad, Complutum 11, pp. 308-309. Untermann, J. (1997): Monumenta Linguarum Hispanicarum, Band IV Die tartessischen, keltiberischen un lusitanischen Inschriften, Wiesbaden Villar, F. - Díaz, M. - Medrano, M. - Jordán, C. (2001): El IV Bronce de Botorrita (Contrebia Belaisca): Arqueología y Lingüística, Salamanca [referido como BBIV]. Carlos Jordán Cólera Universidad de Zaragoza e-mail: cjordan@unizar.es 8 M. Turiel (2000). En una pequeña nota al final del artículo a propósito de la tésera duratin, recogida por M. Almagro-Gorbea como [CT-6] Tésera Turiel 6-Duratin, da noticia de la pieza aquí comentada, como posible reperesentación de topo, al igual que la primera. Hace mención a su donación al Museo Arqueológico Nacional y da la transcripción y lectura. 9 E. Evans (1967: 186-187). PalHisp 4 167