FORMACIÓN DE SERVIDORES

Transcripción

1 FORMACIÓN DE SERVIDORES SERVIDORES SANOS Y LIBRES INSTRUMENTOS DE BENDICIÓN Hna. Mago D.J. El trabajo pastoral implica para nosotros el conocimiento y el ejercicio de dones que permiten a los hermanos sanar y liberar las áreas más necesitadas de su persona. Partiendo de nuestra misma realidad, necesitamos ser cada vez servidores más sanos y más libres para poder servir con mayor excelencia al Señor y a nuestros hermanos. Al llegar Jesús a la casa de Pedro, vio a la suegra de éste en cama, con fiebre. Le tocó la mano y la fiebre le dejó. Se levantó y se puso a servirles Mt 8, le acompañaban los doce y algunas mujeres que habían sido curadas de espíritus malignos y de enfermedades. Lc 8,2 Aquí la Escritura nos da muestra de que los que sirven a Jesús, son aquellos que han vivido una experiencia de sanación y liberación en sus vidas. De la misma manera Jesús nos capacita para llevar esta sanación y liberación a otros. Éstas son las señales que acompañarán a los que crean: en mi nombre expulsarán demonios pondrán las manos sobre los enfermos y se pondrán bien Mc 16, Revisemos ahora unos PRINCIPIOS BÁSICOS PARA ORAR POR SANACIÓN Y LIBERACIÓN. Como hemos visto, la sanación y liberación son parte del ejercicio pastoral, que hemos de ejercer siempre en nombre de Jesucristo el Señor. Pero antes de orar hay que prepararnos, sellarnos con la sangre preciosa de Jesús, discernir lo que hemos de hacer, la forma como hemos de orar y finalmente orar. 1) PREPARACIÓN La mayor preparación la tenemos en una vida constante de oración y de comunión con el Señor. Si nosotros no tenemos esa relación personal que nos hace su propiedad y pertenencia, no podremos tener autoridad espiritual para enfrentarnos al enemigo. Nos pasará como aquellos que quisieron enfrentarse con el enemigo sin conocer a Jesús. El espíritu malo les dijo: sé quién es Jesús y conozco a Pablo, pero tú quién eres? y tuvieron que huir avergonzados. Hch 19, La preparación implica: a) Una vida constante de oración, de comunión con el Señor. b) Una vida constante de conversión, de renuncia al pecado, una confesión continua. c) Ayunar para fortalecer el espíritu. d) Comunión frecuente y adoración al Santísimo. e) El rezo frecuente del Santo Rosario Es importante darnos cuenta que en situaciones difíciles o riesgosas espiritualmente, debemos aumentar la preparación, orar e interceder más para estar bien protegidos. Así como ejercer un

2 discernimiento adecuado. UN PRINCIPIO EN LA PREPARACIÓN ES: NUNCA ORAR POR ALGO QUE SEA MAYOR A NUESTRA CAPACIDAD, SIN PREPARARNOS O BUSCAR AYUDA. En ocasiones será necesario invitar a la persona a que tenga la misma preparación para que se disponga de la mayor manera. Ésto mismo va favoreciendo su misma sanación y liberación. 2) REVESTIMIENTO NUNCA DEBEMOS ORAR SIN ESTAR PROTEGIDOS CON LA PRECIOSA SANGRE DE JESUCRISTO EL SEÑOR Hay que recordar que los espíritus pueden brincar a nosotros o a nuestro alrededor si no nos protegemos. Es conveniente renovar nuestra consagración de una manera constante y después sellarnos con la sangre preciosa del Señor en cada área de mi ser: a) En mi ser físico, en todo mi cuerpo b) En mi ser psicológico, en mi mente, en mi consciente, inconsciente y subconsciente, en mi alma, en mi voluntad c) En mi ser espiritual, mi espíritu d) También sellar el lugar donde estamos, las personas que están en ese lugar, el ambiente, el suelo y el subsuelo. e) Sellar a mi familia y seres queridos, amigos para evitarles algún daño. f) Sellar también mis bienes y propiedades para que no sean destruidos. DESPUÉS INVOCAR LA PRESENCIA DEL ESPÍRITU SANTO PARA QUE NOS REVISTA, NOS SELLE, NOS CONSAGRE. Es conveniente hacer que la persona o personas por las que oramos, sean revestidas de la misma manera. 3) DISCERNIMIENTO Ésto es parte importante y muchas veces olvidada. a) Necesitamos hablar con la persona, EVANGELIZARLE, CENTRARLE EN JESÚS, motivar a la conversión que es la verdadera condición que se requiere para sanar. No ver a Jesús sólo como una aspirina que quita el dolor, sino que logremos que la persona o las personas verdaderamente entreguen su vida a Jesús, con ésto la Victoria ya está ganada. NO ES CONVENIENTE ORAR POR ALGUIEN QUE NO SE QUIERE CONVERTIR que sólo está buscando cómodamente su bienestar, porque tarde

3 que temprano como no se convirtió, volverá a vivir la opresión. b) Es conveniente también recordar ciertos principios: 1. Hay enfermedades en el alma, en el cuerpo y en el espíritu. Por lo tanto, hay que discernir qué clase de situación estamos enfrentando para saber cómo orar. 2. Necesitamos hablar con la persona de su caso, su situación para definir dónde está la raíz de lo que pasa. 3. Pedir la luz al Espíritu Santo para ser guiados. 4. En ocasiones habrá que orar primero por sanación interior y después por física, según veamos que es la situación que causa la enfermedad. Ejemplo: orar por perdón y liberación de sentimientos de culpa y autodestrucción en enfermedades como artritis que tienen mucha relación. 5. En otras ocasiones requeriremos orar primero por liberación, para que el enemigo deje de oprimir la voluntad o alguna área que impide que podamos perdonar, o viceversa orar primero por sanación de alguna herida fuerte que no deja experimentar la sanación y el perdón, por estar atada esa situación con un espíritu de resentimiento u odio. 6. Para reconocer una situación de opresión del mal, generalmente hay deseo, pero no hay capacidad. La persona no puede, se siente limitada. En cuestiones físicas médicamente no existe causa biológica, entonces se puede orar primero por liberación y después por sanación interior. 4) ORAR Finalmente ya podemos orar. Debemos dejarnos guiar por la acción del Espíritu Santo y en este momento por la sangre de Jesús atar, romper destruir y enviar a los pies de la cruz toda enfermedad, todo espíritu maligno que pueda estar limitando a la persona. Invocar el amor de Jesús en aquellos recuerdos, en aquellas áreas más lastimadas de la persona, invitarla a que ella misma pida al Señor lo que necesita y nosotros interceder de manera profunda. Estar abiertos a que el Señor nos vaya mostrando qué áreas o qué cosas necesitamos romper, pedir sanación o liberar. No existe receta para ésto, sólo pedirle al Señor su luz y su sabiduría, dejar que con docilidad nos vaya guiando por la vida de nuestros hermanos. Cuando se ha orado por liberación, hay que sellar después pidiendo la unción del Espíritu de Dios y ordenar a todo que no vuelva a regresar jamás. Es importante que nosotros como servidores busquemos estos momentos de sanación, dejando que día a día Jesús toque nuestros corazones y nos siga liberando y llenando de su amor que todo lo sana y que todo lo hace. En nuestra vida de manera constante debemos pedir protección a Dios y revestirnos. Es importante conocer más sobre las armas espirituales. Acogernos a la protección de San Miguel Arcángel y de la Santísima Virgen María. ALGUNAS ORACIONES QUE NOS PUEDEN SERVIR SELLARNOS CON LA SANGRE DE CRISTO

4 Padre Celestial, en unión con el Espíritu Santo pido que el poder de la sangre preciosa de Jesús me cubra, selle, guarde, proteja, sane, libere, guarde y me dé vida en abundancia en todo mi ser, en mi familia, mi historia, mis bienes, las personas que dispones a mi lado en tu voluntad, derrama tu sangre preciosa sobre mi vida, mi trabajo, mi estudio y mi vida social, en los lugares en que vivo y visto y en la creación entera. Que tu sangre preciosa me libre de las tentaciones y de todo mal. Ahora y en la hora de mi muerte. Amen. ORACIÓN DE PROTECCIÓN Yo (di tu nombre completo) con la Sangre preciosa de Jesús, protejo y sello todo mi ser, interior y exteriormente, deposito en el Corazón Inmaculado de la Virgen María, todo mi haber y poseer; para que ni en el presente, ni en ningún momento futuro, lleguen a ellos daños por venganzas de lo oculto. En el nombre de Jesús, queda prohibida toda acción e interacción, toda comunicación e intercomunicación espiritual. Invoco la presencia de los Ángeles, Arcángeles (Miguel, Gabriel y Rafael), Principados, Virtudes, Potestades, Dominaciones, Querubines, Serafines y Tronos de Dios; para que sean ellos quienes lleven a cabo esta batalla contra el mal. Pido la ayuda de la comunión de los santos. Amén, amén, amén. PLEGARIA DE LIBERACIÓN Oh, Señor, tú eres grande, tú eres Dios, tú eres Padre, nosotros te rogamos por la intercesión de María y con la ayuda de los arcángeles Miguel, Rafael y Gabriel, que nuestros hermanos y hermanas sean liberados del maligno que los ha esclavizado. Oh, santos, venid todos en nuestra ayuda. De la angustia, la tristeza y las obsesiones, Del odio, la fornicación y la envidia, De los pensamientos de celos, de rabia y de muerte, De todo pensamiento de suicidio y de aborto, De toda forma de sexualidad mala, De la división de la familia, de toda amistad mala, De toda forma de maleficio, de hechizo, de brujería y cualquier mal oculto, Oh, Señor, que dijiste "la paz os dejo, mi paz os doy", por la intercesión de la Virgen María concédenos ser liberados de toda maldición y gozar siempre de tu paz. Por Cristo Nuestro Señor. Amén. ORACIÓN POR LA SANACIÓN INTERIOR Señor Jesús, Tú has venido a curar los corazones heridos y atribulados, te ruego que cures los traumas que provocan turbaciones en mi corazón; te ruego, en especial que cures aquellos que son causa de pecado. Te pido que entres en mi vida, que me cures de los traumas psíquicos que me han afectado en tierna edad y de aquellas heridas que me los han provocado a lo largo de toda la vida.

5 Señor Jesús, tú conoces mis problemas, los pongo todos en tu corazón de Buen Pastor. Te ruego, en virtud de aquella gran llaga abierta en tu corazón, que cures las pequeñas heridas que hay en el mío. Cura las heridas de mis recuerdos, a fin de que nada de cuanto me ha acaecido me haga permanecer en el dolor, en la angustia, en la preocupación. Cura, Señor todas esas heridas íntimas que son causa de enfermedades físicas. Yo te ofrezco mi corazón, acéptalo, Señor, purifícalo y dame los sentimientos de tu corazón divino. Ayúdame a ser humilde y benigno. Concédeme, Señor la curación del dolor que me oprime por la muerte de las personas queridas. Haz que pueda recuperar la paz y la alegría por la certeza de que tú eres la Resurrección y la Vida. Hazme testigo auténtico de tu Resurrección, de tu victoria sobre el pecado y la muerte, de tu presencia Viviente entre nosotros. Amén! ORACIÓN DE SANACIÓN FÍSICA. Señor Jesús, creo que estás vivo y resucitado. Creo que estás realmente presente en el Santísimo Sacramento del altar y en cada uno de los que en ti creemos. Te alabo y te adoro. Te doy gracias, Señor, por venir hasta mí como pan vivo bajado del cielo. Tú eres la plenitud de la vida. Tú eres la resurrección y la vida. Tú eres, Señor, la salud de los enfermos. Hoy quiero presentarte todas mis enfermedades porque Tú eres el mismo ayer, hoy y siempre y tú mismo me alcanzas hasta donde estoy. Tú eres el eterno presente y me conoces... Ahora, Señor, te pido que tengas compasión de mí. Visítame a través de tu Evangelio para que todos reconozcan que Tú estás vivo en tu Iglesia hoy; y que se renueve mi fe y mi confianza en ti. Te lo suplico, Jesús. Ten compasión de mis sufrimientos físicos, de mis heridas emocionales y de cualquier enfermedad de mi alma. Ten compasión de mí, Señor. Bendíceme y haz que vuelva a encontrar la salud. Que mi fe crezca y me abra a las maravillas de tu amor, para que también sea testigo de tu poder y de tu compasión. Te lo pido, Jesús, por el poder de tus santas llagas, por tu santa cruz y tu preciosa sangre. Sáname, Señor. Sana mi cuerpo, sana mi corazón, sana mi alma. Dame vida y vida en abundancia. Te lo pido por intercesión de María Santísima, tu madre, la Virgen de los Dolores, la que estaba presente, de pie, cerca de la cruz. La que fue la primera en contemplar tus santas llagas y que nos diste por madre. Tú nos has revelado que ya has tomado sobre ti, todas nuestras dolencias y por tus santas llagas hemos sido curados. Hoy, Señor, te presento en fe todas mis enfermedades y te pido que me sanes completamente. Te pido por la gloria del Padre del cielo, que también sanes a los enfermos de mi familia y a mis amigos. Haz que crezcan en la fe, en la esperanza, y que reciban la salud para gloria de tu Nombre. Para que tu Reino siga extendiéndose más y más en los corazones, a través de los signos y prodigios de tu amor. Todo ésto te lo pido, Jesús, porque tú eres Jesús. Tú eres el Buen Pastor y todos somos ovejas de tu rebaño. Estoy tan seguro de tu amor que aún antes de conocer el resultado de mi oración, siga extendiéndose más y más en los corazones, a través de los signos y prodigios de tu amor. Todo ésto te lo pido, Jesús, porque Tú eres Jesús. En fe, te digo: Gracias Jesús, por lo que vas a hacer en mí y en cada uno de ellos. Gracias por las enfermedades que estás sanando ahora, gracias por los que estás visitando con tu misericordia. DAD GLORIA AL SEÑOR! AHORA Y POR SIEMPRE! Padre EmilianoTardif.