MANIFESTACIONES CÚLTICAS EN EL A.T.

Transcripción

1 1 MANIFESTACIONES CÚLTICAS EN EL A.T. Antonio Albert Domínguez. "Asignación hecha en cumplimiento de los requisitos exigidos por el profesor D. Luis Playá Badía para obtener crédito en la asignatura de Culto Cristiano." Alcobendas 25 de Mayo de 1993.

2 2 BOSQUEJO INTRODUCCIÓN. I. CULTOS PAGANOS. II. CULTO EN LOS PATRIARCAS. III. CULTO EN EL TABERNÁCULO. IV. CULTO EN EL TEMPLO. V. CULTO EN LA SINAGOGA. CONCLUSIÓN. BIBLIOGRAFÍA.

3 3 INTRODUCCIÓN. El presente trabajo se desarrolla con el propósito de poder tener una idea general de cuáles eran las manifestaciones cúlticas en la época del Antiguo Testamento, tratando de ver de una forma general y selectiva algunos de los cultos más significativos, con el propósito de podernos hacer una idea del medio en el que se desarrolló el culto hebreo, y entender también de que manera todas estas manifestaciones cúlticas tenían algún tipo de relación, aunque fuera externa, entre sí. Desde una exposición selectiva, alguno de los cultos paganos que encontramos durante casi toda la época patriarcal y del asentamiento del pueblo de Israel en Canaán, incluso hasta la invasión del imperio romano, vemos cómo los pueblos que habitaban toda la zona de Palestina y los diferentes reinos e imperios, eran básicamente politeístas. Estos pueblos adoraban y servía a dioses crueles, con atributos humanos en grado superlativo, (súper caprichos, súper pasiones), y practicaban rituales macabros, en los que en muchas ocasiones los sacrificios que ofrecían eran humanos, e iban acompañados de grandes orgías religiosas. Pueblos animistas, que adoraban a los espíritus de los árboles y las piedras fueron los pueblos de entre los cuales Dios llamó y apartó para sí a un hombre, del cual Él por su divino poder levantaría una nación que no siguiera estas costumbres y fuera testimonio al resto de los pueblos, un pueblo a través del cual Él se manifestaría a las naciones. Dios llamó a Abraham, y por medio de una relación personal con él, fue mostrándole su carácter, su naturaleza y su voluntad. Al mismo tiempo Abraham manifestaba su obediencia y fe a través de un culto personalizado y poco desarrollado. Realmente eran pocas las bases que Abraham tenía para saber cual era el culto agradable a Dios. Las formas cúlticas fueron trasmitidas a sus hijos, Isaac y Jacob y a su descendencia, costumbres, por otra parte, influenciadas por los pueblos nómadas, entre los que se

4 4 encontraban los hebreos. Lo que si marco la vida de este pueblo fueron las manifestaciones divinas y el pacto que Dios hizo con Abraham, dándole la promesa de que su descendencia sería bendecida, y en ella el resto de las naciones por medio de los planes divinos, si es que ellos permanecían fieles a Dios. Cuando el pueblo hebreo salió de la tierra que Dios había preparado para ellos, abandonaron al mismo tiempo la promesa, lo que le ocasionó el cautiverio durante 430 años en Egipto. Cuando el pueblo fue liberado después de este período, las manifestaciones cúlticas variaron sustancialmente, sobre todo cuando se construyó el Tabernáculo, en el cual Dios había dicho que moraría. Así la manifestación de Dios para el pueblo hebreo, comenzó a ser local, y el servicio a él por medio de intermediarios, (los sacerdotes). Este tipo de culto se fue desarrollando más y más, y su completo desarrollo lo encontramos en la construcción del Templo de Jerusalén, en lo que se refiere a Israel. De la misma manera que el culto y la vida socio-política del pueblo hebreo giraba en torno al Tabernáculo, giró también en torno al Templo, si cabe con más énfasis, ya que éste era estático y no cambiaba de localidad. No se puede separar la vida socio-política del pueblo de Israel de su vida religiosa y sus manifestaciones cúlticas, y que todo gira en torno a las mismas instituciones, las cuales proveen educación, atención médica, ministran la justicia y proveen lugar para la adoración. La sinagoga ha sido el lugar que por necesidad del pueblo, ha sustituido al Templo, ya que cuando éste fue destruido, el pueblo encontró un gran vacío al no poder manifestar su fe, ni desarrollar su vida social, política y religiosa. De esta manera se empezó a practicar una nueva forma de culto, que difería bastante a las formas y manifestaciones del templo, ya que en las sinagogas no estaba el arca del testimonio, ni se ofrecían sacrificios. En las sinagogas, se desarrolló un tipo de culto, basado mayormente en el estudio y lectura de las Sagradas Escrituras y la oración.

5 5 El trabajo se ha desarrollado en base a la lectura y estudio de la Biblia y de diferentes libros, los cuales se detallan en la bibliografía que figura al final del presente trabajo, tratando de plasmar de forma general las manifestaciones cúlticas en el Antiguo Testamento.

6 6 I. CULTOS PAGANOS. Las religiones del antiguo oriente tenían bastantes cosas en común, el tipo de ofrendas, libaciones, sacrificios, ritos litúrgicos, el cuidado de las imágenes de sus dioses, el orden sacerdotal en el que habían también sacerdotisas, (normalmente prostitutas sagradas), y en general las manifestaciones cúlticas con las que buscaban comunicarse y contentar a sus dioses. Había multitud de dioses, los cuales generalmente eran locales. Dentro de las antiguas naciones paganas, no solamente fueron hechas estatuas de dioses y diosas de forma humana, sino que muchos objetos eran venerados y tenían un significado simbólico, oculto y misterioso.1 Normalmente los dioses tenían sus templos, pero también se les adoraba bajo árboles frondosos, o en monumentos monolíticos de grandes piedras erectas. En muchas ocasiones, era el mismo dios al que se le cambiaba de forma. La religión de los cananeos no difiere en su espíritu de la religión de los pueblos semíticos en general, es un politeísmo que adora las varias fuerzas y potencias de la naturaleza, pero cuyas divinidades muestran un grado algo elevado de personificación y eran llamadas Señores y Astartés.2 Estos pueblos consideraban a sus dioses como superhombres, con súper caprichos y súper deseos. Los miraban como a reyes que gobiernan sobre el pueblo, los cuales no solamente son acreedores del vasallaje, sinode adoración y reconocimiento, con el fin de tenerlos contentos y recibir de ellos el trato de favor y protección que de ellos imploraban. "Los cananeos admitían gran cantidad de demonios hostiles en mayor número a los hombres."3 1 Ralph Woodrow, Babilonia misterio religioso (California: Evangelistic Association, 1977), p José Ricciotti, Historia de las religiones, tomo 2 (Barcelona: Gustavo Gili, s.a., 1967), p Ibid., p. 390.

7 7 En el A.T. podemos ver algunos de los dioses más significativos, del culto a los cuales, Yahwéh advirtió a su pueblo que se alejara. Amón: Era un dios egipcio. Formaba una triada con Mut y su hijo Honsu, y se le consideraba padre de faraón." 4 Señor de Tebas, era el dios del cielo, identificado con el sol bajo el nombre de Amón-Ra. Tenía forma humana y llevaba un tocado coronado con dos grandes plumas. Era marido de Mut, representada por un buitre o una mujer con una corona doble. Sus animales sagrados eran un carnero de cuernos bajos y una oca del Nilo. 5 El culto a este dios se extendió por todo Egipto de tal manera que la mayoría de los faraones le rindieron culto. Tebas fue la capital de Egipto en su época más esplendorosa, gracias a su resistencia y liberación de los iksos, (reyes pastores). La influencia política de la triada tenía gran poder político, aunque careciera prácticamente de tradición teológica, fue absorbiendo al resto de las divinidades y tomando los atributos de éstas. El culto estuvo dirigido y limitado a una élite sacerdotal, que incluso desplazó al faraón de su categoría de primer profeta. El sacerdocio, debido a los excesos indujo al pueblo a dirigirse al dios y se creó una religión popular, asequible a todo el mundo. Este dios mas tarde adopta las mismas características que los baales y también que el dios Molok. Astarté cananéa: Era una diosa de origen sumeroacadio, cuando se introdujo el culto en Canaán fue venerada en oposición a otros cultos, los cuales desplazó. Fue en particular en Sidón (1 R. 11:5-33; 2 R. 23:12) donde más prospero el culto a esta diosa. Sus cultos se caracterizaban por la promiscuidad sexual y en ellos se practicaba la prostitución religiosa. 4 Enciclopedia de la Biblia, tomo 1 (Barcelona: Ediciones Garriga, s.a., 1963), p Etiene Drioton, Georges Contenau y J. Duchesne, Las religiones del antiguo oriente (Barcelona: Ed. Casal i Vall de Andorra, 1958), p. 11.

8 8 Era la diosa semítica de la vegetación. "Los hebreos tomaron su culto idolátrico de los cananeos, junto con los conocimientos agrícolas, honrándola para implorar la fecundidad de los campos y animales." 6 Los israelitas comenzaron a adorarla cambiando así el culto a Yahwéh (Jue. 2:13) por el de esta diosa en muchas ocasiones. En los tiempos de Jeremías las mujeres del pueblo de Israel y de Canaán hacían pasteles con forma de mujer desnuda, en la elaboración de éstos participaba toda la familia, y creían que al ofrendarlos serían bendecidos. 7 Baal: Otro culto muy extendido por toda la tierra de Canaán era el culto a Baal. Se le adorabaprincipalmente en las alturas de las montañas (Jr. 19:5 y 32:35), pero también se construyeron templos en los que se ofrecían sacrificios generalmente de toros, y se quemaban también perfumes (1 R. 18:23; 2 R. 33:5), delante del altar se colocaban los pilares sagrados, a los cuales el pueblo adoraba y besaba, danzando ante ellos (1 R. 19:18). Además de los miembros masculinos del panteón (porque Baal no era el único dios, ni mucho menos), oímos de las diosas Anat, Asera y Astarté, y los mitos que protagonizan nos aclaran, que sus principales deberes eran el sexo y la fertilidad. Los templos disponían de gentes especiales para efectuar diariamente sus ritos repugnantes. 8 Al mismo tiempo que se asociaba el culto con estas diosas, en ocasiones se ofrecían sacrificios humanos (Jr. 19:5). Con el nombre de Baal se formaban muchos nombres propios, de acuerdo al lugar u ocasión en que se produjeran ciertos acontecimientos. "Baal-Peor, el adorado en Bet- 6 Enciclopedia de la Biblia, tomo 1 (Barcelona: Ediciones Garriga, s.a., 1963), p Ibid., p E. W. Heaton, La vida en tiempos del Antiguo Testamento (Madrid: Ed. Taurus, 1959), p. 245.

9 9 Peor (Núm 25,3 5 Dt 4,3 Os 9,10); Baal-Berit, el B. de la alianza, que vela los acuerdos tomados en Siquem (Jue 8,33 y 9,4)." 9 Molok: Otro culto que pudo ser bastante extendido en Canaán fue el culto a Molok, al que se ofrecían sacrificios de niños recién nacidos y de pecho. En los siglos VIII/VII a.c., por causa, evidentemente, de la expansión asiria, tomó nuevo incremento también en Israel el culto del dios m lek (2 R 23,10 Jer 32,35), a quien se veneraba con sacrificios de reparación, a veces también con sacrificios de niños, en el valle del Cedrón/Hinnom." 10 La imagen del dios era una especie de columna hueca de bronce con dos brazos extendidos hacia arriba, en el interior se encendía fuego y cuando la imagen estaba al rojo vivo, se colocaban a los niños en los brazos de la imagen y caían al interior, con tremendos gritos acompañados de música. Parece ser que este rito pudo ser sustituido por el de un cordero, la sangre del cordero por la sangre del niño. Yahwéh condena terminantemente estos ritos diabólicos (Lv. 20:5). El pueblo asirio era un pueblo cruel y guerrero, por lo tanto imagen de sus dioses los cuales eran igualmente depravados y crueles. Molok es relacionado con el dios asirio-babilónico Nergal (dios de la peste, de la muerte y del infierno), también se le relaciona con el dios de los amonitas Milkom. El nombre Milk m se convertiría con el tiempo en Mélek (heb. ha-mélek) y M lek (en este último caso, al recibir la puntuación o vocales de b et, "vergüenza", "oprobio"), de donde nacería el nombre Molok H. Haag, A. Van Den Born, S. De Ausejo, Diccionario de la Biblia (Barcelona: Herder, 1975), p Ibid., p Enciclopedia de la Biblia, tomo 5 (Barcelona: Ed. Garriga, s.a., 1963), p. 165.

10 10 Así que en general por todo Israel había cultos a diferentes dioses, sobre todo en la época de los jueces y de alguno de los reyes que gobernaron en Israel, los cuales dejaron a Yahwéh para ir tras los baales (2 R. 17:29).

11 11 II. CULTO EN LOS PATRIARCAS. Los patriarcas tenían poco fundamento sobre el cual basar su fe, a no ser por sus experiencias personales, las cuales comunicaban a sus hijos y descendientes. Los descendientes por tanto vivían en cierta forma dependiendo de las experiencias y fe del patriarca, que por lo general era el medio que Dios usaba para manifestar su voluntad. La divinidad no se revela en el lugar sacro de un santuario autóctono, sino que se manifiesta a una personalidad, que como garante de una auténtica experiencia de Dios determina también la fe de los miembros del grupo y de sus descendientes. 12 La forma de manifestar estas experiencias con Dios, en cierta medida, están limitadas por la propia cultura del hombre, y no es de extrañar que cualquiera de los patriarcas adoptara ciertas formas que se asemejaran con los ritos cúlticos de algunos pueblos paganos, debido a que el desarrollo del culto en los patriarcas hebreos no era muy desarrollado, de ahí algunas de las influencias semíticas que se manifiestan en el hacer de los patriarcas. El culto: Es ante todo un fenómeno de tipo social y la expresión necesaria de la vida religiosa del grupo y de su búsqueda de la divino; pero también es la expresión de la religiosidad del individuo; porque todo sentimiento interior tiende a proyectarse en los miembros y a traducirse en gestos y palabras. 13 De esta manera podemos tomar a Abraham, Isaac y Jacob, como ejemplos, y enfocarnos en su tiempo y sus vidas para poder entender como eran sus relaciones con Dios y como manifestaban y expresaban su búsqueda de lo divino. En Caldea, se practicaba la idolatría y adoraban los cuerpos celestes, particularmente a la luna, (su dios-luna era Hurki). Abraham, salió de un ambiente idólatra, 12 Siggfried Herrmann, Historia de Israel en la época del Antiguo Testamento (Salamanca: Sígueme, 1978), p P. Van Imschoot, Teología del antiguo Testamento (Madrid: Ed. Fax, 1969), p. 462.

12 12 en el cual habían unas costumbres determinadas para relacionarse con los dioses, y con una cultura religiosa ya desarrollada. "Es sorprendente pensar que Abraham fuera criado en medio de este ambiente y sometido en los días impresionables de su infancia a esta educación." 14 La Biblia nos dice en Jos. 24: 2-15, que en otro tiempo Taré padre de Abraham y Nacor servía a otros dioses. Dios llamó a Abraham de un ambiente de estas características para apartarlo y crear una nación, un pueblo para Él. Esto implicaba una nueva forma de vida en todos los aspectos. La vida de Abraham era una vida nómada, y se veían obligado a pactar por allí donde pasaban, con los pueblos que ya estaban establecidos. Éste va a ser el lenguaje en el que Dios se va a revelar a su pueblo, a través de los pactos (alianzas). El relato de una transacción tan importante nos permite un interesante atisbo de los medios adoptados en las sociedades primitivas por los pactantes de una alianza, con el fin de crear un vínculo que obligase a ambas partes por igual. 15 El sacrificio: Por medio de la relación entre Dios y los patriarcas se van desarrollando distintas formas de culto, y éstos aprenden métodos y formas que Dios demanda de ellos (Gn. 15 y Jr. 34:18-19). "También hubo tribus en la antigüedad que practicaban ceremonias similares cuando formulaban una promesa o establecían un acuerdo de paz." W. Graham Scroggie, El encanto del Antiguo Testamento (Terrassa: CLIE, 1984), págs James George Frazer, El folklore en el Antiguo Testamento (Madrid: Fondo de cultura económica, 1981), p Ibid., p. 207.

13 13 Los patriarcas erigieron diferentes altares (Gn. 12:7-8; 13:18; 26:25; 33:20; 35:7), esto indica que adoptaron lugares de culto, aunque no dice el texto que en ellos se ofrecieran sacrificios, con la excepción de Génesis 22. Tal vez el patriarca estuviera habituado a ver los sacrificios que hacían los pueblos vecinos, que incluso ofrecían víctimas humanas a sus dioses, como ya hemos visto en el capítulo anterior. Así que cuando Dios pidió a Abraham la vida de su hijo, tal vez no viera del todo, aquello, fuera de lugar. Fue allí sobre el altar, donde se ofrece un sacrificio en holocausto, y donde Dios enseña a Abraham su naturaleza y su deseo, en medio de una relación oscura. Dios se revela al patriarca y quita todas las dudas en cuanto a las condiciones necesarias que Dios exige para mantener relación con Él. Piedras y árboles sagrados: La religión antigua mesopotámica fue naturalista. El hombre era la medida de todas las cosas. La forma que dio a sus dioses, por tanto, era semejante a él, representando a sus dioses por medio de una pareja a la que se unía otro dios joven (triadas). 17 Los pueblos nómadas, como los pueblos que habitan la tierra de Canaán, habían adoptado estos hábitos y formas cúlticas. Los patriarcas también manifestaron su fe y su relación con Dios, con formas adoptadas y tal vez semejantes. El "lugar sagrado o espacio religioso, con su altar, un majano de piedras sin pulir, maderos o árboles sagrados." 18 En la Biblia encontramos lugares de este tipo como: Betel, Moriá, Sikem, Mambré, Berseba u otros. Son lugares donde se han recibido revelaciones, se han hecho promesas, se han tenido sueños relevantes y especiales que han marcado la vida del patriarca y como consecuencia la del pueblo. En estos cultos, podemos ver que luego más tarde hay un fuerte choque con el Israel histórico, por ser asociados con cultos paganos y aborrecibles a Yahwéh. 17 Juan Guillén Torralba, Los patriarcas: historia y leyenda (Madrid: Sociedad de educación Atenas, 1987), págs Ibid., p. 125.

14 14 La ma ebah es etimológicamente una piedra erigida, que puede responder a intenciones diversas. La que levanta Jacob en Galaad marca un límite y queda como testimonio de acuerdo concertado entre él y Labán (Gn 31, ). Una ma ebah señala la tumba de Raquel (Gn 35,20). 19 En cada lugar habitado, bien fuera un pueblo o una ciudad, tenían su santuario, reconociendo a un dios local, estos lugares estaban situados en montículos altos o bien bajo árboles frondosos. Como motivo de alguna festividad, las familias acudían a estos lugares cúlticos y además de los animales del sacrificio llevaban comida y bebida los que podían y celebraban sus ritos y fiestas (como un día de campo), en la fiesta habían danzas y cánticos. 20 A los patriarcas también se les presentan en las Escrituras con relación a ciertos árboles, a los cuales está ligada la idea de su cultura y reconocimiento a Dios. Estos árboles tenían también un significado testimonial y en ocasiones se plantaban en conmemoración a algún evento relacionado con Dios. "La encina de Moré señala el lugar santo de Siquém, primera estación de Abraham en Canaán: (Gn 12,6)." 21 "Abraham planta un tamarisco en Berseba e invoca a El Olam (Gn 21,33); bajo la encina de Mambré levanta un altar (Gn 13,18) y recibe a los tres visitante divinos (Gn 18,1; cf. 14,13)." 22 Así podemos entender que las manifestaciones cúlticas en la época de los patriarcas, estaban de acuerdo al concepto que éstos tenían de Dios. Para ellos Dios era práctico, vívido y lo manifestaban bajo su propia experiencia. Era reconocido como un Dios personal, el cual tenía una relación estrecha con el patriarca, al que hacía conocer su voluntad y al que se revelaba. Frente a las diversas culturas, religiones y dioses que habitaban en Canaán, Dios se manifestó como el único verdadero, lo que caló 19 Siggfried Herrmann, p E. W. Heaton, págs R. de Vaux, Historia antigua de Israel, tomo 1 (Madrid: Ediciones Cristiandad, 1975), p Ibid., p. 283.

15 15 profundamente en la conciencia de los patriarcas, de ésta manera el pueblo hebreo fue desde sus inicios fundamentalmente monoteísta. Por último se manifestaba como un Dios moral y ético, que aborrecía las costumbres de los pueblos circundantes, y apartó para sí un pueblo por medio de un pacto, a fin de diferenciar a éste del resto de los pueblos. 23 La circuncisión fue adoptada por Abraham y los patriarcas, ya cuando otros pueblos la practicaban, aunque para los patriarcas tuvo un significado religioso, en el que se manifestaba que el circuncidado era propiedad de Dios. Por lo tanto, aparecen como perfectos intérpretes de aquel significado de la Ley posterior y los profetas sucesivos cuando, tratando de aquel rito fundamental del hebraismo, presuponen en efecto la circuncisión de la carne, pero insisten especialmente sobre la circuncisión "del corazón" (Levítico, XXVI, 41; Deuteronomio, XX, 16; XXX, 6) y "de los oídos" (Jeremías, VI, 10; etc.) para alcanzar que Dios se "acuerde de la b r t [contraída] con Jacob, y con Isaac, y con Abraham" (Levítico, XXVI, 42). 24 El período patriarcal se extendió aproximadamente entre el a. de C Alberto C. Knudson, Comentario bíblico Abingdon, tomo 1 (Buenos Aires: Ed. "La Aurora", 1949), págs Pedro Tacchi Venturi, Historia de las religiones, tomo 2 (Barcelona: Ed. Gustavo Gili, s.a., 1967), p Robert L. Cate, Introducción al estudio del Antiguo Testamento (El Paso, Tx.: C.B.P., 1990), p. 480.

16 16 III. CULTO EN EL TABERNÁCULO. Para introducirnos en los rituales que el pueblo de Israel realizaba en el tabernáculo, no hemos de perder de vista, que el pueblo había estado cautivo durante 430 años en Egipto, y no tenía la forma litúrgica que luego desarrollaría en el desierto. Pasó por tanto de una forma muy sencilla de rendir culto a Dios a una forma desarrollada y ordenada, donde había sacerdotes que oficiaban y cada cual tenía su lugar. Hasta ese momento habían seguido practicando los cultos nómadas, heredados de los padres (Ex. 24:5-8). Parece que la religión mosaica conocía únicamente una forma de sacrificio indiferenciada, el zebah, en el cual, tras la inmolación de la víctima, se esparcía su sangre y se comía su carne. 26 Por otra parte el pueblo había estado contemplando los ritos egipcios y sus dioses, entre otros Apis, el cual tenía forma de toro y representaba así el poderío de dicho dios. No era de extrañar que cuando Moisés estuvo ausente en el monte (Ex. 32:4), el pueblo se construyera para sí el ideal que debía representar a aquel Dios que los había sacado de Egipto, el cual era demasiado intangible para su entendimiento, y por otra parte carente de pomposidad y de esplendidez. 27 El tabernáculo fue el lugar de encuentro, donde el pueblo podía consultar a Dios (Ex. 29:42-43). La gloria de Dios se manifestaba en aquel lugar, condescendiendo con el hombre. Dios se quería revelar por medio de aquella representación litúrgica de una forma comprensible a los hombres y manifestar su verdadera naturaleza por medio de la realidad espiritual que el tabernáculo representaba. 26 R. De Vaux, Historia antigua de Israel, tomo 1 (Madrid: Ed. Cristiandad, 1975), p Giuseppe Ricciotti, Historia de Israel de los orígenes a la cautividad, tomo 1 (Barcelona: Ed. Luis Miracle, 1945), p. 220.

17 17 El tabernáculo era la primera morada de Dios sobre la tierra. Él se paseaba buscando a Adán en el jardín del Edén. Visitaba a Abraham en las llanuras de Mamré, pero no tenía morada allí. Pero en el tabernáculo, Él bajaba para habitar con Su pueblo (véase Éxodo 25:8). 28 La presencia divina se manifestaba por medio de una nube que descendía sobre la entrada, en principio pudiera ser de la misma tienda de Moisés, donde éste hablaba con Dios (Ex. 33:9-11), y donde Dios hablaba con Moisés "cara a cara". Este santuario servirá a la vez de morada para Jehová y lugar de reunión, donde será hallado por aquellos que vayan a buscarle en espíritu de alabanza y gratitud, de oración o de arrepentimiento. 29 En el tabernáculo, también podemos encontrar la figura central, la cual es el estrado de los pies de Dios, el arca, la cual contenía las tablas del pacto, donde se había escrito la Ley. Era costumbre también en otros pueblos colocar en los santuarios a los pies de sus dioses, las leyes, estatutos o preceptos, que eran de obligado cumplimiento. El arca estaba custodiada por las dos únicas figuras de seres vivientes que encontramos en la religión judía, dos serafines alados. En el tabernáculo también había otros utensilios, los cuales se utilizaban para celebrar los rituales cúlticos, que oficiaban ya entonces, los sacerdotes. El culto consistía en el sacrificio de animales -degollados por el oferente y quemados en holocausto por el mismo oficiante (una vez instruido el sacerdocio), asistido por los restantes levitas, miembros todos ellos de la tribu de Leví- y en la oblación de estas cosas inanimadas, como los doce panes de la proposición. En el acto del sacrificio se rociaba el altar con la sangre de la víctima El significado Espiritual del Tabernáculo, del sacerdocio levítico y de las ofrendas del pueblo de Israel (Oak Park, Illinois: Casa de verdades cristianas, s.f.), p Federico C. Eiselen, Edwin Lewis y David G. Downey, Comentario bíblico de Abingdon, tomo 1 (Buenos Aires: Ed. "La Aurora", 1949), p C. Cid y M. Riu, Historia de las religiones (Barcelona: Ed. Ramón Sopena, 1965), p. 447.

18 18 La verdad espiritual que representaba el tabernáculo era que Dios se acercaba al hombre, y la posibilidad que Dios daba al hombre de acercarse a Él. Dios había venido a morar en medio de su pueblo, buscando una relación estrecha con él. En este ambiente surgió el sacerdocio, consecuente de la idea que se halla en la conciencia humana del pecado, y por causa de este pecado, la necesidad de un mediador para acercarse a la divinidad. Esto realmente está lejos de la idea que Dios tiene al acercarse al hombre y mantener una relación con él. Dios busca morar no en templos hechos de manos, sino en el corazón de los hombres. El tabernáculo constituyó el medio y la figura por los que Dios se reveló, y el sacerdocio, el canal que Dios usó para comunicar y ejercer su voluntad, hasta que llegara el gran sumo sacerdote, el cual es Cristo Jesús, hacia quien apuntaban todas aquellas figuras cúlticas. Los sacrificios son el tema principal del Levítico y por medio de ellos nos muestra el libro el camino a Dios y a través de la vida santificada el camino con Dios. 1. El Holocausto -> Gracia divina. 2. Ofrendas de harina -> Voluntad divina. 3. Ofrenda de paz -> Presencia divina. 4. Ofrenda por el pecado -> Fidelidad divina. 5. Ofrendas expiatorias -> Santidad divina. 31 En el tabernáculo la relación personal de la presencia de Dios, había pasado a ser una relación a través de un linaje sacerdotal, y la presencia divina había venido a ser la presencia en un lugar determinado y concreto, esto se extendería hasta los días en que fue destruido el templo. 31 W. Graham Scroggie, págs

19 19 El hecho que nunca se hable de un "Dios de Moisés" excluye la directa analogía con los "dioses de los patriarcas". Lo que predomina en Yahvé no es la vinculación personal, sino la vinculación local. 32 Dios mismo dio el modelo del tabernáculo donde Él dijo que iba a habitar (Ex. 25 y siguientes), además Dios mismo capacitó a las personas que tenían que construirlo. 33 Moisés no hizo nada a su forma, ni de acuerdo a sus pensamientos, sino que Dios mismo le indicó hasta el más mínimo detalle como debía construirse, con el fin de que toda la construcción hablara de Él y de su carácter, además de apuntar hacia el cumplimiento de su revelación en Cristo. Ya desde el mismo comienzo la construcción fue una manifestación cúltica en la que Dios se revela y el pueblo responde. Los materiales para la construcción fueron la ofrenda del pueblo, el trabajo de Bezaleel y de Aholiab (Ex. 31:2-6) fue una manifestación de servicio y dedicación, a la vez que fueron canales de la manifestación de la sabiduría divina. Las cortinas del Atrio de lino torcido, mostraban la justicia de Dios de la cual el hombre adolece y Dios requiere, mostrando así su naturaleza apartada y santa. Las columnas hablan del juicio del pecado, al mismo tiempo dan la sensación de seguridad, estabilidad y unidad. La puerta del Atrio, el camino por el cual el hombre puede acceder a la presencia de Dios. En el interior del tabernáculo encontramos el altar de bronce y el lavadero, donde se realizaban los rituales de sacrificio y limpieza respectivamente, mostrando la obra de propiciación, substitución, reconciliación y rescate de Dios. Los sacerdotes cuando fueron consagrados, fueron llevados por Moisés al lavadero y allí los lavó completamente (Ex. 29:4). De esta manera todos y cada una de los elementos del tabernáculo hablaban al pueblo del carácter divino y de su cercanía. Incluso p Siegfried Herrmann, p Merrill F. Unger, Nuevo manuel bíblico de Unger (Grand Rapids: P.P.E., 1984),

20 20 el ropaje de los mismos sacerdotes, sus funciones y todo el culto estaba lleno de simbolismo, guiando al pueblo a reconocer a este Dios cercano que había hecho morada en medio de su pueblo. El tabernáculo fue como una gran parábola que se haría posteriormente viva en Cristo. Por primera vez en la historia la Escritura reveló un completo y detallado sistema religioso bajo la ley, proveyó el terreno para la limpieza y el perdón, la adoración, y oración y ofreció una esperanza futura. 34 p Lewis Sperry Chafer, Grandes temas bíblicos (Grand Rapids, Mi.: P.P.E., 1979),

21 21 IV. CULTO EN EL TEMPLO. Cuando el pueblo hebreo tomó posesión de la tierra que Dios les había prometido, emplazaron el tabernáculo en Silo (Jos. 18:1), esto fue durante el reinado de Saúl. Pero la gloria del Señor desapareció del tabernáculo cuando los filisteos se llevaron el arca (Sal. 78:60; Jr. 7:12-14). Durante el reinado de David y parte del reinado de Salomón hasta que se construyó el templo, el tabernáculo estuvo en el alto de Gabaón (1 Cr. 16:39; 1 R. 3:3-4). El templo se construyó bajo el mismo modelo que el tabernáculo pero más suntuoso y duplicando su tamaño. El Templo fue erigido sobre la colina de Moria, sobre el emplazamiento de la era de Ornán el jebuseo (2 Cr. 3:1). El plan del Templo reproducía el del Tabernáculo, pero sus dimensiones eran dobles y la decoración más suntuosa. 35 Para los antiguos el lugar del culto debía ser un lugar "santo", que fuera diferente a cualquier otro sitio. El templo era ese lugar, donde la gloria de Dios se manifestaba y residía la deidad. Así la reverencia y el celo por el templo era tremenda, aquel lugar debía ser un lugar puro, donde nada sucio o profano viniera a corromper la grandeza de la santidad de la presencia de Dios. Moisés puso los fundamentos para realizar el culto organizado en el tabernáculo, en el templo el culto se había desarrollado y cada sacerdote tenía su cometido, las fiestas y su forma ya estaban predeterminadas, las ceremonias y rituales habían evolucionado y había un orden de culto muy concreto. El culto estaba centralizado en el templo. Después 35 Samuel Vila, Santiago Escuain, Nuevo diccionario bíblico ilustrado (Terrassa: CLIE, 1985), p