Trabajo realizado por Pablo García. Himno al Sol, José de Espronceda 1

Transcripción

1 Trabajo realizado por Pablo García Himno al Sol, José de Espronceda 1 Para y óyeme oh Sol! 2 yo te saludo Y estático ante ti me atrevo a hablarte; Ardiente como tú mi fantasía, Arrebatada en ansia de admirarte, Intrépidas a ti sus alas guía. Ojalá que mi acento poderoso, Sublime resonando, Del trueno pavoroso La temerosa voz sobrepujando, Oh sol!, a ti llegara Y en medio de tu curso te parara! Ah! si la llama que mi mente alumbra Diera también su ardor a mis sentidos, Al rayo vencedor que los deslumbra, Los anhelantes ojos alzaría, Y en tu semblante fúlgido atrevidos Mirando sin cesar los fijaría. Cuánto siempre te amé, sol refulgente! Con qué sencillo anhelo, Siendo niño inocente, Seguirte ansiaba en el tendido cielo, Y extático te vía Y en contemplar tu luz me embebecía! De los dorados límites de Oriente, Que ciñe el rico en perlas Océano, Al término asombroso de Occidente Las orlas de tu ardiente vestidura Tiendes en pompa, augusto soberano, Y el mundo bañas en tu lumbre pura. Vívido lanzas de tu frente el día, Y, alma y vida del mundo, 1 Pertenece este fragmento a uno de los más famosos poemas de José de Espronceda. Sigue el modelo romántico. En efecto, su tema, la naturaleza, se incorpora a los sentimientos del poeta, y marca el típico desaliento que da carácter a esta época. Porque en este himno, a pesar de que lo normal es que se hagan para exaltar algo, en este caso la grandeza del sol, es cantada sólo para anunciar su muerte. El fragmento de Himno al Sol de Espronceda, se caracteriza por su sencillez léxica ya que predominan los términos habituales y utilizados en el habla común, salvo el significado de mar que únicamente se utiliza en el registro poético. En cierta forma, se asemeja a los textos de Hördship. Así, podemos ver la influencia que tuvo el Romanticismo alemán en la poesía española. 2 En un principio se evoca al sol, como una llamada de luz. Esto es un símbolo claramente ilustrado, ya que la época ilustrada se le llamó La edad de las luces en conmemoración con este uso de la razón, que sacaba de la oscuridad al ser humano.

2 Tu disco en paz majestuoso envía Plácido ardor fecundo, Y te elevas triunfante, Corona de los orbes centellante. Tranquilo subes del cenit dorado Al regio trono en la mitad del cielo, De vivas llamas y esplendor ornado, Y reprimes tu vuelo. 3 Y desde allí tu fúlgida carrera Rápido precipitas, Y tu rica encendida cabellera En el seno del mar trémula agitas, Y tu esplendor se oculta, Y el ya pasado día Con otros mil la eternidad sepulta. Cuántos siglos sin fin, cuántos has visto En su abismo insondable desplomarse! Cuánta pompa, grandeza y poderío De imperios populosos disiparse! Qué fueron ante ti? Del bosque umbrío Secas y leves hojas desprendidas, Que en círculo se mecen, Y al furor de Aquilón desaparecen. Libre tú de la cólera divina, Viste anegarse el universo entero, Cuando las aguas por Jehová lanzadas, Impelidas del brazo justiciero, Y a mares por los vientos despeñadas, Bramó la tempestad; retumbó en torno El ronco trueno y con temblor crujieron Los ejes de diamante de la tierra; Montes y campos fueron Alborotado mar, tumba del hombre. Se estremeció el profundo; Y entonces tú, como Señor del mundo, Sobre la tempestad tu trono alzabas, Vestido de tinieblas, Y tu faz engreías, Y a otros mundos en paz resplandecías. Y otra vez nuevos siglos Viste llegar, huir, desvanecerse En remolino eterno, cual las olas 3 No hay día que dure. Todo pasa. Realmente es una especie de carpe diem romántico. Todo pasa hasta para el Sol y hasta el Sol necesita esconderse del mundo durante algún tiempo.

3 Llegan, se agolpan y huyen de Océano, Y tornan otra vez a sucederse; Mientras inmutable tú, solo y radiante Oh sol! siempre te elevas, Y edades mil y mil huellas triunfante. Y habrás de ser eterno, inextinguible, Sin que nunca jamás tu inmensa hoguera Pierda su resplandor, siempre incansable, Audaz siguiendo tu inmortal carrera, Hundirse las edades contemplando, Y solo, eterno, perenal, sublime, Monarca poderoso dominando? No, que también la muerte, Si de lejos te sigue, No menos anhelante te persigue. 4 Quién sabe si tal vez pobre destello Eres tú de otro sol que otro universo Mayor que el nuestro un día Con doble resplandor esclarecía! Goza tu juventud y tu hermosura Oh sol!, que cuando el pavoroso día Llegue que el orbe estalle y se desprenda De la potente mano Del Padre Soberano, Y allá a la eternidad también descienda, Deshecho en mil pedazos, destrozado Y en piélagos de fuego Envuelto para siempre, y sepultado De cien tormentas al horrible estruendo, En tinieblas sin fin tu llama pura Entonces morirá 5. Noche sombría Cubrirá eterna la celeste cumbre; Ni aun quedará reliquia de tu lumbre! 6 4 El poeta, sabiéndose hombre mortal, se consuela al pensar que aquel astro, testigo impasible de todas las destrucciones del mundo, morirá también. Es un consuelo mezquino pero eficaz para aquel hombre atormentado por la idea de su propia desaparición. 5 Es el fin de la eternidad, incluso el sol está condenado a lo efímero. 6 Vamos viendo a lo largo del poema imágenes del paso del tiempo (tempus fugi) y varias imágenes de destrucción, refiriéndose al Sol, hasta llegar al momento culmen, que es la llegada de la noche, que es donde realmente el hombre romántico puede desarrollar sus sentimientos.

4 Canción del pirata 7, José de Espronceda 8 Con diez cañones por banda, viento en popa, a toda vela, no corta el mar, sino vuela un velero bergantín. Bajel pirata que llaman, por su bravura, El Temido, en todo mar conocido del uno al otro confín. La luna en el mar riela en la lona gime el viento, y alza en blando movimiento olas de plata y azul; y va el capitán pirata, cantando alegre en la popa, Asia a un lado, al otro Europa, y allá a su frente Estambul: Navega, velero mío sin temor, que ni enemigo navío ni tormenta, ni bonanza tu rumbo a torcer alcanza, ni a sujetar tu valor. Veinte presas hemos hecho a despecho del inglés y han rendido sus pendones cien naciones a mis pies. 7 Se ve una aparición del protagonista como un personaje que se encuentra al margen de la ley o que no acepta las normas de la sociedad pero que son libres. En este caso como figura principal aparece el pirata, con el que el autor quiere presentar los conflictos sociales de una sociedad. Con este tipo de personajes el autor quiere mostrar los problemas sociales y las frustraciones que tiene la gente de a pie. Usa estos personajes marginados para hacer contra a la sociedad clasista y opresora. 8 Este texto literario es una canción que pertenece al movimiento literario del Romanticismo. Podríamos ver las características más generales del poema a través de las siguientes características, en cierta forma, comunes dentro de Espronceda y de los autores románticos de corte liberal, que fueron los que realmente trajeron un romanticismo fresco gracias a sus años en el exilio por los factores políticos.

5 Que es mi barco mi tesoro, que es mi dios la libertad, mi ley, la fuerza y el viento, mi única patria, la mar 9. Allá 10 ; muevan feroz guerra ciegos reyes por un palmo más de tierra; que yo aquí; tengo por mío cuanto abarca el mar bravío, a quien nadie impuso leyes 11. Y no hay playa, sea cualquiera, ni bandera de esplendor, que no sienta mi derecho y dé pechos mi valor. Que es mi barco mi tesoro, que es mi dios la libertad, mi ley, la fuerza y el viento, mi única patria, la mar. A la voz de " barco viene!" es de ver cómo vira y se previene a todo trapo a escapar; que yo soy el rey del mar, y mi furia es de temer. En las presas yo divido lo cogido 9 El estribillo que canta el pirata a lo largo del poema representa la libertad y la independencia que el personaje nos demuestra, excluyéndose de un lugar determinado (patria) de cualquier ley que no sea la suya y señalando un tesoro más allá del oro o los objetos, si no de esa capacidad de elegir y poder estar bajo su propio mando. 10 Vemos a lo largo del tema la diferencia marcada entre el mar y lo de allá. Se ve entonces una diferencia entre la libertad que otorga el mar y la posibilidad de conocer nuevos mundos alejados de ese allá, que no es otra cosa que la sociedad fracasada de la que el autor romántico se quiere alejar, y que no consigue llenarle. 11 En este poema no se habla de proposiciones ante un cambio de la sociedad. No es una crítica, ni una mejora para reconstruirla. Es simplemente el rechazo hacia ella y el alejamiento de todos esos condicionantes sociales que impiden expresarse libremente al romántico.

6 por igual; sólo quiero por riqueza la belleza sin rival 12. Que es mi barco mi tesoro, que es mi dios la libertad, mi ley, la fuerza y el viento, mi única patria, la mar. Sentenciado estoy a muerte! Yo me río no me abandone la suerte, y al mismo que me condena, colgaré de alguna antena, quizá; en su propio navío 13. Y si caigo, qué es la vida? Por perdida ya la di, cuando el yugo del esclavo, como un bravo, sacudí. 14 Que es mi barco mi tesoro, que es mi dios la libertad, mi ley, la fuerza y el viento, mi única patria, la mar. Son mi música mejor aquilones, el estrépito y temblor de los cables sacudidos, del negro mar los bramidos y el rugir de mis cañones. Y del trueno al son violento, y del viento 12 ese desprecio por el dinero y ese afán por la libertad, representada por la naturaleza bella, embravecida y con capacidad para dejar llevarse por sus sentimientos. 13 Y es en esta sociedad en donde lo condenan a muerte, pero al pirata le da igual porque prefiere la muerte antes que vivir bajo el yugo del esclavo, que es como ve esa sociedad fracasada llevada por hombres que no tienen libertad. 14 Ejemplo de esta sociedad opresora y del porqué de que el autor intente ser libre, para no estar controlado.

7 al rebramar, yo me duermo sosegado, arrullado por el mar 15. Que es mi barco mi tesoro, que es mi dios la libertad, mi ley, la fuerza y el viento, mi única patria, la mar. 15 Otro de los rasgos del Romanticismo que aparecen en esta obra es el gusto por la naturaleza. En el romanticismo, los autores intentan huir de los paisajes y de las zonas afectadas y cambiadas por las personas, por eso, frecuentemente recurren a naturalezas lejanas, para alejarse de el mundo. En este fragmento, el autor se aísla en el mar embravecido con su velero. Se ve un mal exaltado a la que el personaje se debe enfrentar, claro símbolo de la naturaleza romántica.

8 José de Zorrilla Corriendo van por la vega 16 a las puertas de Granada hasta cuarenta gomeles y el capitán que los manda. Al entrar en la ciudad, parando su yegua blanca, le dijo éste a una mujer que entre sus brazos lloraba: «Enjuga el llanto, cristiana no me atormentes así, que tengo yo, mi sultana, un nuevo Edén para ti. Tengo un palacio en Granada, tengo jardines y flores, tengo una fuente dorada con más de cien surtidores 17, y en la vega del Genil tengo parda fortaleza, que será reina entre mil cuando encierre tu belleza. Y sobre toda una orilla extiendo mi señorío; ni en Córdoba ni en Sevilla hay un parque como el mio. Allí la altiva palmera y el encendido granado, junto a la frondosa higuera, cubren el valle y collado. Allí el robusto nogal, allí el nópalo amarillo, allí el sombrío moral crecen al pie del castillo. 16 Es un romance histórico que nos sitúa en la época medieval. A un primer momento, podría simplemente parecernos esto, pero en realidad no tiene nada que ver con la Edad Media, ya que el año en el que se produjo la obra es muy lejano y aunque pertenece al nacionalismo de corte conservador romántico, que era una vuelta a los valores y modelos de la Edad Media y el Renacimiento, al estar figurado en un contexto histórico diferente, es completamente distinto a pesar de su interés. 17 Es un romance histórico que nos sitúa en la época medieval. A un primer momento, podría simplemente parecernos esto, pero en realidad no tiene nada que ver con la Edad Media, ya que el año en el que se produjo la obra es muy lejano y aunque pertenece al nacionalismo de corte conservador romántico, que era una vuelta a los valores y modelos de la Edad Media y el Renacimiento, al estar figurado en un contexto histórico diferente, es completamente distinto a pesar de su interés.

9 Y olmos tengo en mi alameda que hasta el cielo se levantan y en redes de plata y seda tengo pájaros que cantan. Y tú mi sultana eres, que desiertos mis salones están, mi harén sin mujeres, mis oídos sin canciones. Yo te daré terciopelos y perfumes orientales; de Grecia te traeré velos y de Cachemira chales. Y te dará blancas plumas para que adornes tu frente, más blanca que las espumas de nuestros mares de Oriente. Y perlas para el cabello, y baños para el calor, y collares para el cuello; para los labios... amor!» «Qué me valen tus riquezas -respondióle la cristiana-, si me quitas a mi padre, mis amigos y mis damas? 18 Vuélveme, vuélveme, moro a mi padre y a mi patria, que mis torres de León valen más que tu Granada.» 19 Escuchóla en paz el moro, y manoseando su barba, dijo como quien medita, en la mejilla una lágrima: «Si tus castillos mejores que nuestros jardines son, y son más bellas tus flores, por ser tuyas, en León, y tú diste tus amores a alguno de tus guerreros, hurí del Edén, no llores; vete con tus caballeros 20». Y dándole su caballo y la mitad de su guardia, el capitán de los moros volvió en silencio la espalda. 18 A pesar de las ofertas, la cristiana le responde de forma negativa. 19 Vemos cómo se menciona a Granada, último peldaño del imperio árabe en la península y ciudad y fortaleza de gran belleza y opulencia, con enormes jardines y preciosos paisajes. 20 Al final, vemos como el desenlace termina con una respuesta meditada del árabe, que advierte que, si los cristianos no advierten la belleza (que podríamos relacionar con la belleza romántica) de sus torres de Granada, por el hecho de ser de Granada, no merece la pena invitar a una cristiana.

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