Presidente Santos en Jericó

Transcripción

1 Presidente Santos en Jericó Foto, cortesía Ramón Darío Arenas Luego de la visita del Señor Presidente de Colombia, a los actos de la Canonización de Santa Laura en Roma, a su regreso a Colombia, visitó la tierra natal de la primera santa colombiana. Cumpliendo con el anuncio y luego de la audiencia con Su Santidad el Papa FRANCISCO, el mandatario de los colombianos trajo para el Municipio de Jericó el gobelino con la imagen de Santa Laura, el mismo que se exhibió en la plaza de San Pedro en Roma, en los actos de la Canonización, Vamos a entregarle a Jericó algo muy importante, la imagen de Santa Laura, esa misma que estaba colgada en la Basílica en la ceremonia, esa misma la llevamos en el avión y se la vamos a entregar a Jericó, para que la recuerden. Generosamente nos la han regalado para llevarse la tierra natal de Santa Laura a Jericó. Dijo el Presidente Santos Acompañado por la Primera Dama, miembros del Gobierno Nacional, el Gobernador de Antioquia, periodistas y el Señor Alcalde de Jericó, David Alonso toro Cadavid, el Señor Presidente, asistió a una Solemne Eucaristía en la Catedral. Como regalo para los paisanos de Santa Laura, trajo para dejar expuesta en la catedral, la figura de la Santa Laura. En su intervención pública en la plaza de Bolívar en Jericó, el Señor Presidente destacó la vida y obra de la Santa, poniéndola como ejemplo de reconciliación que fue lo que ella practicó como religiosa a lo largo de su vida misionera.

2 Posteriormente, el mandatario de los colombianos, visitó la Casa Natal de Santa Laura, en la cual las religiosas de la comunidad de María Inmaculada y Santa Catalina de Siena (Lauritas), lo recibieron y le mostraron en detalle la casa. A continuación el texto de la declaración del Señor Presidente, publicado por la oficina de prensa de la presidencia de la República. Hemos venido con mucho entusiasmo, porque estos tres días han sido tres días excepcionales. Antes de ayer estábamos en la Plaza de San Pedro, en la canonización de Santa Laura de Jericó. Qué nombre tan maravilloso, Santa Laura de Jericó! Había tres pendones maravillosos que presenciaban ese acto sublime. Uno de esos pendones lo tienen ustedes al frente. Al final de la ceremonia le pregunté yo al próximo nuncio apostólico, será posible llevarle ese pendón a Jericó? Me dijo déjeme yo averiguo. A las dos horas estábamos en un almuerzo con las Hermanas Lauritas, después de la ceremonia, se acercó el Cardenal Rubén Salazar y el próximo nuncio, y me dijeron: usted va a ser portador de ese pendón y se lo podrá entregar a Jericó. Y eso estamos haciendo en el día de hoy. Han sido tres días llenos de coincidencias. Y ayer me decían varios cardenales que no son meras coincidencias, que hay algo mucho más importante detrás. Primera vez que tenemos un Papa de la región, un Papa latinoamericano que canoniza por primera vez a dos Santas latinoamericanas. Por primera vez Colombia, después de 500 años de haber sembrado la semilla de la religión católica podemos decir que hoy tenemos una santa, Santa Laura de Jericó. Primera vez que en la Basílica de San Pedro se celebra la santa misa y donde se habla español como la lengua principal. Ayer 13 de mayo. El 13 de mayo también tiene una gran significación, fue la primera vez que la Virgen descendió en Portugal, la Virgen de Fátima. El 13 de mayo fue cuando le hicieron el atentado a nuestro muy querido papa Juan Pablo II. Y él en algo muy parecido a lo que hizo la Santa Laura, lo primero que pensó e hizo fue perdonar a quien lo agredió; y la bala que le dispararon está hoy con la Virgen de Fátima. La Santa Laura, como ustedes saben, oró desde muy pequeña con su madre para perdonar al asesino de su padre. Ese legado en este momento de nuestra historia es especialmente importante: saber perdonar, permitir la reconciliación. Esas dos coincidencias juntas envían una señal muy poderosa a toda Colombia.

3 Hoy aquí en Jericó estamos celebrando los 99 años de la congregación que creó la santa Laura de Jericó. En un año cumplirá 100, 100 años esta congregación. Me decía inclusive el Secretario de Estado del Vaticano: mire como no son simples coincidencias, a qué se dedicó la Santa Madre de Jericó, a dignificar entre otros, a los más vulnerables y entre esos más vulnerables, a los indígenas. Y usted fue el primer Presidente en la historia de nuestro país que fue a dignificar a los indígenas antes de posesionarse en la Plaza de Bolívar ante los senadores y representantes, ante el honorable Congreso de la República. Coincidencias continúan, que en el fondo lo que nos está dando es una gran señal. Estamos realmente viviendo un punto de inflexión, un punto de inflexión que nosotros los colombianos debemos aprovechar. Otra coincidencia a que hacíamos referencia con el Santo Padre, otro Santos, Eduardo Santos, se hizo muy amigo de Santa Laura de Jericó, le enviaba su carro presidencial cuando ella llegaba a Bogotá, y como tenía dificultad de subir escaleras él bajaba con un mantel, ponía el mantel y almorzaban juntos. A Eduardo Santos le gustaba escuchar lo que decía la madre Laura, porque decía que la Madre Laura siempre hablaba con total trasparencia, contándole los problemas de los más necesitados, de los más vulnerables. Y fue así como Eduardo Santos le entregó, le otorgó la condecoración más alta que tiene nuestro país, la Cruz de Boyacá, ante lo cual la Madre Laura lo increpó, lo regañó, y le dijo: a mí la única cruz que me interesa es la cruz de Cristo. Esa cruz terrenal, esa cruz material se la pueden entregar a mi mula, que se llamaba Flores, en una señal de humildad, de desprendimiento por todo lo terrenal, por todo lo material, ese fue el mensaje que ella dejó. Y ayer el Santo Padre nos decía, también lo repitió en la ceremonia de canonización, que no debemos dejarnos aburguesar el corazón, es decir que debemos seguir el ejemplo de la Madre Laura, de la Santa Laura, y siempre perseguir los principios, los valores que Dios nos ha dejado: el de la justicia, el de la reconciliación, el de saber perdonar, el de dejar los odios a un lado, el de dejar aparte, siempre relegada la sed de venganza, el de no dividir, el de no polarizar. Qué palabras tan oportunas, qué legado tan oportuno para la Colombia de hoy, en estos momentos en que estamos buscando esa reconciliación. El Santo Padre me decía ayer, eso tiene una palabra, lo que usted ha hecho, por ejemplo en la región, con los países vecinos, lo que usted está haciendo con estos enemigos suyos de más de 50 años; yo lo denomino - decía el Santo Padre- como: el espíritu del encuentro. Y me decía, lo estímulo a que continúe con ese espíritu del encuentro. En donde quienes piensan diferente, quienes han estado enfrentados, puedan juntarse y encontrar comunes denominadores.

4 Ya le funcionó con Venezuela. Ya le funcionó con Ecuador, siga perseverando porque así es como se consigue la paz, me decía el Santo Padre. Qué oportuno ese consejo. Más que un consejo lo recibí como una orden del representante de Dios en la tierra, para seguir luchando por la paz de este país. Monseñor Leonardo Gómez, ahora en la misa, nos hablaba de la justicia social; que lo que estaba sucediendo en Cuba, es simplemente un componente para finalizar el conflicto. Pero tenemos que ir mucho más allá. Monseñor le cuento que el Santo Padre me dijo algo parecido. Cuando hablábamos de lo que Colombia había logrado en materia de justicia social, que junto con el Perú, en toda la región, somos el país que en los últimos dos años hemos logrado reducir más la pobreza. Que junto con Ecuador hemos sido los dos países que más han reducido la desigualdad en toda la región. Y el Santo Padre decía lo mismo que decía Monseñor hoy: esa es la verdadera base de una paz, estable y duradera. Por eso vamos a continuar en esa dirección. Haremos todo lo posible para lograr acuerdos allá en La Habana. Hoy se fue nuevamente la delegación, una hora antes de viajar yo aquí a Jericó. Se fue para La Habana, y les dije: continúen, ustedes tienen instrucciones precisas, saben hasta dónde pueden llegar. Pero que nadie, el día de mañana, diga que si por alguna razón fracasaron esas negociaciones, que no creo que vayan a fracasar, yo sigo siendo cautelosamente optimista, cada vez más optimista, que no se vaya a decir que fue por falta de voluntad del Gobierno o del Presidente. Tenemos líneas rojas. Sabemos hasta dónde llegar. Pero si encontramos voluntad de la contraparte, esa paz que añora el país, y añora por tanto sufrimiento y tanta violencia que hemos sufrido los colombianos durante tanto tiempo; esa paz la podremos lograr. De manera que aquí, desde Jericó, quiero enviarles un mensaje a todos los colombianos: sigamos perseverando en busca de una justicia social; sigamos luchando unidos, no divididos, por conseguir la paz; sigamos haciendo esfuerzos por reconciliarnos; sigamos todos juntos trabajando por la prosperidad de los más vulnerables; sigamos fortaleciendo nuestra democracia, nuestras libertades, nuestros derechos. Vamos por buen camino. Así lo reconoce el mundo entero, no podemos flaquear. Tenemos que perseverar, como perseveran, por ejemplo, nuestros ciclistas, que hoy nos dieron un triunfo allá en el Giro de Italia. Ayer, en la rueda de Prensa, dije que la Santa Laura de Jericó de pronto podía hacer el primer milagrito dándole un empujón a nuestros ciclistas y miren los resultados de hoy: primero y segundo en la etapa en el Giro de Italia, dos antioqueños, además, Rigoberto Urán y Carlos Betancurt.

5 Con esa misma perseverancia de esos ciclistas, con esa misma pasión, con esa misma fortaleza, yo invito a los colombianos, a que nos unamos todos, este es un pueblo maravilloso, que conquistemos la paz y seamos dueños de nuestro progreso. A las Madres Lauritas decirles: gracias por su labor permanente en favor de los más necesitados. Ustedes son ejemplo, para mí como Presidente y para el resto de los colombianos. En esa dirección, en un país más justo, un país más moderno, un país más seguro. En esa dirección seguiremos trabajando, y yo lo haré con toda dedicación. Y hoy más que nunca entusiasmado y lleno de energía por lo que ha sucedido en estos tres últimos días e inspirado por Santa Laura de Jericó. Qué viva Santa Laura de Jericó! Qué viva Colombia! Qué Dios los bendiga!. En la Catedral Foto cortesía Ramón Darío Arenas

6 Foto cortesía Ramón Darío Arenas