Bruno Forte. los colores del amor. El matrimonio y la belleza de Dios

Transcripción

1 Bruno Forte los colores del amor El matrimonio y la belleza de Dios

2 Por qué es válido y bueno casarse por la Iglesia? Cómo prepararse para dar un paso tan relevante? Cómo preservarlo cual gran tesoro para toda la vida? Intentemos comprenderlo todos juntos. No se trata de un simple convencionalismo social, sino de un momento decisivo donde se imprime el sello del amor eterno en el amor de la pareja. Es un don que les conferirá la capacidad de amarse fielmente, al caminar unidos en los buenos y en los malos momentos, y construir una nueva familia de hijos de Dios. Es reto y promesa de un amor que se renueva cada día y no tendrá fin La primera parte de este pequeño volumen reproduce mi propia carta pastoral que dirigí para el periodo a la Iglesia que se me confió, sobre el tema del Matrimonio y la preparación al mismo; además, es una ayuda para fundar la relación de pareja sobre la verdad del amor. La segunda parte presenta una reflexión sobre el diálogo del amor, en particular en relación con la vida familiar. La tercera reproduce la confessio fidei narratio amoris, que escribí hace muchos años y que sirvió entonces y podrá servir ahora como confirmación de la relación de amor sobre el modelo de la Trinidad confesada y amada.

3 Índice I. Los colores del amor 7 1. Los colores del amor 9 2. Los colores de Dios: el blanco de la luz, el rojo de la pasión y el oro de la eternidad Inmersos en los colores del Dios amor La alianza nupcial y el color del cielo El carácter del amor: el verde de la esperanza y el rosa de la ternura La paleta del amor y demás colores La suma de todos los colores Decálogo del amor conyugal y familiar 25 II. La familia y el diálogo del amor La vida del amor: el amor, revelación del ser La muerte del amor: posesividad, ingratitud, sometimiento En las fuentes del amor: la Trinidad, eterno acontecimiento del amor El camino del amor: el diálogo 45

4 III. Confessio fidei narratio amoris Confesar la fe narrando el amor 51 En la tarde de la vida serás juzgado en el amor 53

5 I LOS COLORES DEL AMOR

6 1 Los colores del amor Centenares de parejas se acercaron a celebrar con el obispo la fiesta anual de los novios. Los organizadores le habían entregado a cada pareja un pañuelo de diferente color. Bajo seis colores debían formarse sendos grupos, que se encargarían de plantear a su vez una pregunta. En consecuencia, las propuestas de las parejas de novios llegaron a mí a manera de resonancias coloridas : el grupo rojo me cuestionó sobre cómo puede preservarse un amor siempre vivo. Éste es el color de la sangre y el fuego respondí, color de la vida que transcurre y calor que conforta; nos ayuda a comprender cómo la belleza y la duración del amor, van de la mano con la vida que se invierte en el amor, con la vehemencia con que se vive ese amor y el precio que estamos dispuestos a pagar por él. El grupo blanco me preguntó qué podría ofrecerle a una pareja, conformada por creaturas frágiles y limitadas, la fuerza de un amor de tales dimensiones: pude decirles de forma natural que el blanco es el color de la luz; todo lo envuelve y asimismo evidencia las formas de todas las cosas. Es un amor que abraza y ofrece a cada quien la firmeza de sus propios dones y capacidades, es el amor de Dios. Está presente en la relación de pareja. Al invocarlo y 9

7 Los colores del amor: el matrimonio y la belleza de Dios acoger su luz, no le faltará la fuerza del amor. El grupo amarillo me preguntó si el amor podía ser eterno: el color del oro respondí nos recuerda el esplendor de dios, garantía de la eternidad del don recíproco de su entrega. Entre más unida a dios se encuentre la pareja, siendo dócil a su espíritu de santidad, mayor será el amor, anticipo de la eternidad. El grupo azul me preguntó cuál es la mejor manera de expresar el amor en la vida de pareja: es el color del cielo sujeto a cambios perennes, pero siempre abismalmente profundo; el azul nos recuerda una relación siempre renovada, que sabe transitar de un cielo nublado a un sol dorado, de los colores radiantes de la aurora y del ocaso a aquellos del mediodía y de la noche sin perder en ningún momento la profundidad que debe alcanzarse y de la que brota la linfa de la entrega recíproca, arraigada en el amor eterno. el grupo verde me preguntó cómo podrían dirigir su mirada hacia el futuro confiados en una vida de pareja: el color de la esperanza dije contiene en sí mismo la respuesta. Un amor que no alberga esperanza no es siquiera amor: la esperanza es un amor que se proyecta hacia el futuro, es la dilatación de la entrega recíproca hacia un tiempo que vendrá, y será aún más confiable cuanto más se base en las fuentes eternas, que ofrecen el valor y la fuerza de amar. Finalmente, el grupo rosa me preguntó cuál es la forma de vivir una relación de pareja para crecer y preservar en el amor: el rosa es el color de la ternura respondí y tiene en sí mismo la respuesta; se enfoca en el respeto recíproco, en la capacidad de relacionarse con la pareja dispuesta a escucharse y comprenderse. las parejas de novios encontraron cierto atractivo en esta variedad de colores del amor, por lo que le pedí a cada pareja que se preguntaran y se dijeran cuál era el color con el que 10

8 Los colores del amor más se identificaban: surgió un verdadero arcoíris, que me hizo pensar en lo variado y rico que resulta el mundo de las relaciones de pareja, y asimismo, cómo para ser auténtico debe girar el amor sobre algunas notas de fondo, profundidad, fidelidad, y la posibilidad de un amor cada vez mayor que nunca nos abandonará. El séptimo color era la suma de todos ellos, con su carácter firme, y una armonía más contundente que cualquier agresión: color de la luz, presencia de una vida que unifica el amor en todas sus relaciones. 11