Diálogo del Papa Francisco con los Superiores Generales USG1 1

Transcripción

1 Diálogo del Papa Francisco con los Superiores Generales USG1 1 ROMA Del 27 al 29 de noviembre se ha desarrollado, junto al Salesianum de Roma, la 82 Asamblea General de la USG, Unión de Superiores Generales. Al comienzo se han expuesto tres relatos como base para la reflexión y los encuentros de varios grupos lingüísticos. El P. Janson Hervé, de los Pequeños Hermanos de Jesús, ha hablado de las luces que me ayudan a vivir este servicio a mis hermanos, y de cómo el Papa Francisco conforta mi esperanza. P. Mauro Jöhri, capuchino, ha explicado cómo el Papa Francisco me está inspirando y retando en el servicio de animación de mi orden. Finalmente, el P. Hainz Kulüke, de la Sociedad del Verbo Divino, se ha detenido sobre liderazgo dentro de una Congregación religiosa misionera en un contexto internacional y cultural, a la luz del ejemplo del Papa Francisco. El encuentro con el Papa ha clausurado la Asamblea. No se ha tratado de un encuentro breve, como había pedido la USG, sino de una mañana entera, a petición del mismo Santo Padre. No ha habido discursos preparados de antemano, sino un coloquio fraterno y cordial, hecho de preguntas y respuestas, que han profundizado muchos aspectos de la vida religiosa y de los problemas que la agobian actualmente. El Papa, en sus respuestas, ha enriquecido a menudo su discurso con anécdotas personales tomadas de su experiencia pastoral. El primer grupo de preguntas se ha referido a la identidad y la misión de la vida consagrada. Qué vida consagrada esperamos hoy? La de ser un testimonio especial: Debéis ser verdaderamente testigos de un modo diverso de hacer y de comportaros. Son los valores del Reino encarnado. Se pide la radicalidad a todos los cristianos, ha afirmado el Pontífice, pero los religiosos están llamados a seguir al Señor de manera especial: Son hombres y mujeres que pueden despertar al mundo e iluminar el futuro. La vida consagrada es profecía. Dios nos pide salir del nido que nos mantiene para ser invitados a ir a las fronteras del mundo, evitando la tentación de domesticarle. El Papa ha seguido diciendo que profecía es reforzar lo que es institucional, es decir, el carisma en la vida consagrada, y no confundir esto con la obra apostólica particular. Lo primero queda, lo segundo pasa. El carisma permanece porque es fuerte. A veces se confunden carisma y obra. El carisma es creativo, busca siempre nuevos caminos. El testimonio carismático, ha proseguido el Papa, debe ser realista e incluir también el hecho de presentarse como testigos pecadores: Todos nos equivocamos. Debemos reconocer nuestra debilidad. Y admitir ser pecadores hace bien a todos. Usted, Papa Francisco ha preguntado uno de los presentes ha invitado frecuentemente con insistencia ir a las periferias. Pero de qué manera? El Papa ha respondido que la perspectiva del mundo es distinta vista desde la periferia más bien que desde el centro, y esto nos obliga a repensar continuamente nuestra vida religiosa. Y aquí ha recordado 1 1

2 una carta del P. Arrupe a los centros sociales de la Compañía de Jesús en la que afirmaba que, para hacer una verdadera opción preferencial por los pobres, es necesario vivir con los pobres. Es necesario mirar todo a partir de la periferia. Es necesario ir a la periferia para conocer de verdad la vida de la gente. De otro modo se arriesga el fundamentalismo de posiciones rígidas, basadas en una visión centralizada. Esto no es sano. Un ejemplo: los que trabajan con los jóvenes no pueden decir cosas excesivamente estructuradas porque estas cosas les resbalan. Hoy, Dios nos pide salir del nido que nos contiene. También el que vive en clausura está invitado con su oración para que el Evangelio pueda crecer en el mundo. Estoy convencido que la clave hermenéutica más importante y el cumplimiento del mandato evangélico es: Id! Id!. Se ha pasado después al tema de las vocaciones y de la formación. El Papa ha subrayado cómo ha cambiado la geografía de la vida religiosa y que hay Iglesias jóvenes que dan frutos nuevos, con abundantes vocaciones. Ciertamente todas las culturas tienen la capacidad de suscitar vocaciones. Obviamente se necesita, no obstante, reconocer fenómenos dramáticos como el así llamado trata de las novicias, mediante el cual se va a la búsqueda de novicios y novicias en algunos países, que no tienen casas de una Congregación, para ser enviados a obras y casas de otros países donde las vocaciones escasean. Es preciso reconocer, sin embargo, que la recta intención puede no ser perfecta al principio, pero que debe purificarse después en los años hasta la profesión final. En cualquier caso, es necesario estar vigilantes siempre y tener los ojos abiertos Quizás el novicio o la novicia está buscando un refugio, un consuelo?. Esto nos obliga naturalmente a repensar la inculturación del carisma, que es único, pero que interactúa con las culturas particulares. La Iglesia debe pedir perdón y mirar con mucha vergüenza los fracasos apostólicos a causa de los errores en este campo, como en el caso de incomprensión sobre Matteo Ricci en China. El diálogo intercultural debe surgir para introducir en el gobierno de los Institutos Religiosos personas de distintas culturas que expresen modos distintos de vivir el carisma. No se trata de una inculturación folklórica, sino que es una cuestión de mentalidad, de modo de pensar. No se puede formar un religioso sin tener en cuenta su cultura, su visión del mundo. Es necesario el discernimiento, el diálogo intercultural. No se puede perder la propia identidad personal y cultural. El Papa ha insistido mucho, por consiguiente, en la formación que, en su opinión, se basa sobre cuatro pilares fundamentales: formación espiritual, intelectual, comunitaria y apostólica. Es imprescindible evitar toda forma de hipocresía y clericalismo gracias a un diálogo franco y abierto sobre todos los aspectos de la vida: La formación es una obra artesanal, no policíaca, ha afirmado el Papa Francisco: el objetivo es formar religiosos que tengan un corazón tierno y no amargo como el vinagre. Educar es dedicar a una persona más o menos tiempo según su capacidad, su cultura. De otro modo, formamos pequeños monstruos, ha dicho el Pontífice. Y no hay que olvidar que los jóvenes tienen otro lenguaje, otras categorías. No hablo de diferencias de culturas geográficas, sino de un cambio cultural que responde a un cambio de época. Hay que formar a los muchachos para que sean testigos de la resurrección, de los valores del Evangelio, para 2

3 formar y guiar al pueblo. El objetivo de la formación es estar formados para el pueblo de Dios. Es necesario pensar en el pueblo fiel de Dios. Por consiguiente, si un seminario acepta un ex religioso que ha sido expulsado de un instituto religioso por motivos serios, no está pensando en el pueblo de Dios, y esto es un problema grave. Por eso, el coraje que ha tenido Benedicto XVI al afrontar los casos de abuso nos debe servir de ejemplo para tener el mismo coraje en el compromiso por la formación, ha dicho el Papa, que ha concluido: No estamos formando administradores, gestores, sino padres, hermanos, compañeros de camino. Con relación a los hermanos en la vida consagrada, el Papa ha dicho que su vocación no es de segunda categoría, sino que es una vocación distinta. Es necesario profundizar en este aspecto, poniendo de relieve su valor. No creo de hecho que esta vocación haya terminado, ha dicho el Papa Francisco, sino que debemos comprender qué nos está pidiendo Dios. Existe un documento sobre los religiosos hermanos que desde hace tiempo está en fase de revisión en la Congregación para los Religiosos. Será necesario retomarlo. Respondiendo después a una pregunta sobre la cuestión de los religiosos hermanos como superiores en órdenes clericales, el Papa ha respondido que se trata de un problema canónico y podrá eventualmente ser presentado a ese nivel. Otro grupo de preguntas se ha referido a la hermandad. El Papa ha dicho que esa tiene una enorme fuerza de atracción. Supone la aceptación de las diferencias y de los conflictos. Hay formas distintas de fraternidad según los diversos institutos La vida de comunidad puede ser muy difícil, pero es muy importante, es un testimonio. La falta de eso impide el camino. Una persona que no es capaz de vivir la fraternidad no está adaptada a la vida religiosa, ha dicho el Papa. A veces existe una tendencia al individualismo, que a menudo es una huida de la fraternidad. Y la vida de fraternidad vivida mal no ayuda a crecer. Pero con los cohermanos en dificultad cómo conciliar la misericordia, la compasión y la firmeza? Incluso en las mejores familias hay miembros en dificultad, ha dicho el Papa. Los conflictos comunitarios deben existir: no se puede soñar una comunidad o un grupo humano sin dificultades y sin conflictos, pero la comunidad debe tolerar los conflictos. Los conflictos existen y deben existir, y se superan no eliminándolos o ignorándolos o tapándolos sino afrontándolos. A veces somos muy crueles. Es la tentación común de criticar para satisfacción personal o para provocar una ventaja propia, ha dicho el Papa. A veces puede ser necesario un acompañamiento, sobre todo cuando se trata de un cohermano enfermo, física o mentalmente. En todo caso, nunca debemos actuar como gestores ante el conflicto de un cohermano, sino que nuestra caridad debe llegar a una expresión de ternura hacia él. Ante el conflicto no debemos comportarnos como el sacerdote o el levita de la parábola del buen Samaritano que se alejan ; no podemos evitar los conflictos ni debemos permanecer en el conflicto como estúpidos; debemos manejar propiamente el conflicto con paciencia y sabiduría. Sé que hace sufrir, pero es necesario emplearnos para resolverlo y andar adelante, nunca fingir ignorarlo. Ciertamente, si nada cambia, será necesario encontrar otras soluciones, como cambiar de comunidad o abandonar la congregación, pero todo se debe hacer con ternura. Y en este punto el Papa ha recordado una experiencia personal con un joven de 22 años, depresivo y alcohólico, que ha sido recobrado por la 3

4 mirada de ternura de su madre. Ahora es una persona consolidada. Debemos orar pidiendo la gracia de la ternura. Hay una frase del oficio de San José, que me gustaba mucho; allí donde se dice cómo trataba San José a su familia: con ternura eucarística. Así es necesario tratar a los cohermanos: con ternura eucarística, ha concluido el Papa. Se han planteado después algunas preguntas sobre las mutuas relaciones entre los religiosos y las Iglesias particulares en las que ellos están insertados. El Papa ha afirmado conocer por experiencia los posibles problemas: Nosotros, obispos, debemos entender que las personas consagradas no son material de ayuda, sino que son carismas que enriquecen las diócesis. Ha proseguido: Las diócesis tienen necesidad de vuestros carismas. La inserción diocesana de las comunidades religiosas es ciertamente importante, como es importante que el obispo reconozca y respete sus carismas. Los conflictos suceden generalmente cuando falta el diálogo. Y a este propósito, el Papa hace referencia a algunas experiencias suyas, tanto negativas como positivas, cuando era obispo en su diócesis. Ha advertido también que el tema ha sido tratado más veces y en otras instancias, y el Prefecto de la Congregación para la vida consagrada está preparando un documento que quiere sea participativo. Las últimas preguntas se han referido a las fronteras de la misión de los consagrados. Pero cuáles son estas fronteras? Esas hay que buscarlas en la base de los carismas de cada instituto, ha respondido el Papa. No quiero negar o minimizar alguna frontera, pero se debe discernir todo según el carisma de cada grupo religioso; ha recordado al Propósito General de la Compañía de Jesús, Padre Arrupe, y la opción hecha por él en su tiempo a favor de la asistencia a los refugiados. Las realidades de exclusión permanecen las prioridades más significativas, ha dicho, pero incluso esas requieren discernimiento. El primer criterio es aquel de enviar en estas situaciones de exclusión las mejores personas, las más dotadas. Son situaciones de mayor riesgo que requieren coraje y mucha oración. Y es necesario que el superior acompañe a las personas ocupadas en este trabajo. Al lado de este reto de la marginación ha citado el cultural y el educativo en las escuelas y en las universidades. En estos sectores la vida consagrada puede ofrecer un enorme servicio. Ha recordado: Cuando los Padres de Civiltà Cattolica han venido a encontrarme les he hablado de las fronteras del pensamiento, del pensamiento único y débil. A ellos les he recomendado estas fronteras así como, por otra parte, al Rector mayor de los Salesianos recuerdo que su frontera es la Patagonia, es decir, el sueño de don Bosco. Para el Papa los pilares de la educación son: trasmitir conocimiento, trasmitir modos de hacer, trasmitir valores. A través de eso se trasmite la fe. El educador debe estar a la altura de las personas que educa, e interrogarse cómo anunciar a Jesucristo a una generación que cambia. Por eso ha insistido: La tarea educativa hoy es clave, clave, clave. Ha citado también algunas experiencias suyas en Buenos Aires sobre la preparación que se exige para recibir en contextos educativos a niños, muchachos, y jóvenes que tienen problemas, especialmente en familia. Cómo anunciar 4

5 a Cristo a estos muchachos y muchachas? Es preciso estar atentos, ha añadido, para no suministrarles una vacuna contra la fe. Antes de saludar a los 120 Superiores Generales presentes, el Papa ha anunciado que el 2015 será un año dedicado a la vida consagrada, y, al abandonar el aula, ha afirmado: Os agradezco, os agradezco por este acto de fe que habéis hecho en esta reunión. Gracias, por lo que hacéis, por vuestro espíritu de fe y la búsqueda del servicio. Gracias por vuestro testimonio, por los mártires que dais a la Iglesia y también por las humillaciones por las que tenéis que pasar: es el camino de la Cruz. Traducido del italiano por Félix Álvarez Sagredo, cm 5