DOMINGO XV B. Dios elige siempre para una misión. Así procedió Jesús: Vengan conmigo y yo les haré llegar a ser pescadores de hombres. Mr 1.17.

Transcripción

1 DOMINGO XV B Dios elige siempre para una misión. Así procedió Jesús: Vengan conmigo y yo les haré llegar a ser pescadores de hombres. Mr Éste es el mensaje de este domingo, primero llama al profeta Amós, después a los apóstoles y en la carta a los efesios a todos nosotros. El Señor llamó a Oseas, nos dice: El Señor me sacó de junto al rebaño y me dijo: Ve y profetiza a mi pueblo Israel. Como todos los profetas fue rechazado por el pueblo, le dicen: Vidente, vete y refúgiate en tierra de Judá; come allí ti pan y profetiza allí. Palestina estaba dividida: el Reino de Israel, en el norte y Reino de Judá en el sur. El profeta condena las injusticias, las violencias, pero insiste, sobre todo, contra en el culto idolátrico que se ofrece en Betel. Se equipara a Yahvé con Baal y Astarté. Dios es un Dios celoso y no comparte el culto con ningún otro dios. Además de esto, Oseas ha tenido un gran influjo tanto en el A. T. como en el Nuevo. Su propia vida fue el mensaje. Oseas se casó muy enamorado de su mujer, la amaba con todo el corazón. Ella le fue infiel, pero él seguía enamorado. Ella quiso volver con él, y después de ponerla a prueba Oseas la recibió de nuevo. La dolorosa experiencia del profeta se convierte en el símbolo de la conducta de Yahvé con su pueblo. Israel, con quien Yahvé se ha desposado, se ha conducido como una mujer infiel, una prostituta y, como el profeta, Yahvé sigue amando a su pueblo y lo perdona.

2 Oseas expresa por vez primera las relaciones de Yahvé y de Israel con terminología matrimonial. Todo el mensaje es el amor de Dios despreciado por su pueblo. Por eso el pecado de idolatría se considerará como adulterio. El N.T. y la comunidad nacida en él, lo ha aplicado a las relaciones entre Jesús y la iglesia. Los místicos cristianos lo han extendido a todos los fieles. Por eso se habla del matrimonio espiritual en Santa Teresa y en San Juan de la Cruz. En el Evangelio, así nos cuenta San Marcos la elección de los Doce: Subió al monte y llamó a los que él quiso; y vinieron junto a él. Instituyó Doce, para que estuvieran con él y para enviarles a predicar 3, Jesús que busca ratos de soledad para dedicarlos a la oración, le vemos al mismo tiempo necesitado de buscar compañía. Se ha desprendido de su madre y familia, pero apenas inicia su obra de predicador, procura rodearse de un grupo de amigos: para que estuvieran con él. Es cierto que entre Jesús y ellos hay esa barrera que marca el misterio de la divinidad. Pero en lo humano, hay un compañerismo y una gran fraternidad. Durante tres años llevarán una vida en común, comen lo que pueden, duermen, a veces, en descampado. A uno que se ofrece a seguirle le dice: Las zorras tienen guaridas, y las aves del cielo nidos, pero el Hijo del hombre no tiene donde reclinar la cabeza Lc 9, 58. Mucha gente le sigue. Un grupo es más permanente, pero con los Doce comparte no sólo en la amistad, sino los secretos de su misma misión. Todos han dejado, como Jesús, a sus familias, unos serían casados y otros solteros. Jesús entrega lo fundamental de su mensaje a la masa que le sigue sin excepciones, reserva las clarificaciones más íntimas para ese pequeño grupo.

3 A ustedes se les ha concedido conocer los misterios del Reino de los cielos a ellos no Mar.13,11. Jesús no es un maestro que enseña teorías. Desde el primer momento Jesús les habla como compañeros de tarea, como a gente que va a compartir y continuar una misión. A los Doce dedica la mayor parte de su tiempo. Hoy hemos visto como les lanza a la tarea de predicar ellos solos. Irán de dos en dos, dándoles autoridad sobre los espíritus inmundos. Ellos salieron a predicar la conversión. Un día envió a los setenta y dos, hoy es a los Doce. Y no les envía a tareas secundarias; ellos deben hacer lo mismo que él hace: anunciar el Reino de Dios y confirmar su misión con toda clase de milagros. Será, les anuncia, una tarea llena de dificultades: los perseguirán, les cerrarán las puertas de las ciudades, sus vidas correarán peligros. Pero triunfarán, porque el Padre estará con ellos. Regresaron felices, comprobaron que hasta los demonios se les sometían en el nombre de Jesús. Lc 10,17. Jesús no se alegra del éxito obtenido, sino de que la voluntad del Padre se haya cumplido en esos signos: él se alegró vivamente exclamando: Yo te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra. Mat 11,25 El modo de evangelizar es una enseñanza para toda la Iglesia. No deberán poner su confianza en los elementos externos, deben llevar lo indispensable, la eficacia estará en el contenido del mensaje y el testimonio de vida, esto hará germinar la semilla sembrada. En la carta a los efesios, nos dice Pablo: que Dios nos eligió en la persona de Cristo, antes de la creación del mundo, para ser sus hijos adoptivos y que fuéramos santos e irreprochables, y todo esto para ser alabanza de la gloria de su gracia, esta es nuestra vocación, pero no hemos de quedarnos con ella, la hemos de compartir.

4 El Papa Francisco nos actualiza este envió de Jesús a los apóstoles. Hablando con los catequistas, les dice que está muy bien que hayan hecho los estudios para poder catequizar, pero que esto no es suficiente y les presenta tres puntos: (lo siguiente es un extracto de su pensamiento) 1º- Tener familiaridad con Cristo. Jesús insiste sobre esto en la Última Cena permanezcan en mi amor, permanezcan unidos a mí, como el sarmiento en la vid. Para un discípulo, lo primero es estar con el Maestro, escucharle, aprender de él. Se trata de estar en la presencia del Señor, dejarte mirar por él. Para ustedes es difícil buscar ratos largos, pero no se trata de tiempo, se trata de amor. Dios está dentro de ustedes, ahí le puedes mirar y dejarre mirar por él. 2º- Caminar desde Cristo, significa imitarlo en el salir de sí e ir al encuentro del otro. Cuanto más te unes a Jesús y él se convierte en el centro de tu vida, tanto más te hace él salir de ti mismo, te descentra y te abre a los demás. Donde hay verdadera vida en Cristo, hay apertura al otro, hay salida de sí mismo para ir al encuentro del otro en el nombre de Cristo. 3º.- Caminar desde Cristo, significa no tener miedo de ir con él a las periferias. Jesús nos enseña a no tener miedo de salir de nuestros esquemas para seguir a Dios, porque Dios va siempre más allá. Dios no tiene miedo a las periferias, si van a las periferias allí lo encontrarán, Dios es siempre fiel, es creativo, y la creatividad es como la columna vertebral del catequista. Debo adecuarme a las circunstancias en las que tengo que anunciar el Evangelio. Si un catequista se queda impasible, termina siendo una estatua de museo. Cuando los cristianos nos encerramos en nuestro grupo, en nuestro movimiento, en nuestra parroquia, en nuestro ambiente, nos quedamos encerrados; cuando una habitación está cerrada, empieza a oler a humedad. Y si una persona está encerrada en su habitación, se pone enferma. Eso

5 sí, cuando sale a la calle puedes tener un percance, muchas veces hemos visto accidentes en las calles, prefiero mil veces una Iglesia accidentada y no una Iglesia enferma. Jesús nos dice: Vayan, yo estoy con ustedes. Aquí está nuestra belleza y nuestra fuerza: si vamos, si salimos a llevar su evangelio con amor, con verdadero espíritu apostólico, él camina con nosotros. Termina el Papa: Queridos catequistas se han acabado los tres puntos. Siempre caminar desde Cristo!. Permanezcamos con Cristo, tratemos de ser cada día más uno con él; sigámoslo, imitemos su movimiento de amor, en su salir al encuentro del hombre; y vayamos, abramos las puertas, tengamos la audacia de trazar nuevos caminos para el anuncio del evangelio.