HIJO, TUS PECADOS TE SON PERDONADOS. V.C.: 5 Al ver Jesús la fe de ellos, dijo al paralítico: Hijo, tus pecados te son perdonados.

Transcripción

1 P. Gustavo Prato 07/08/2016 HIJO, TUS PECADOS TE SON PERDONADOS San Marcos 2:1-12 V.C.: 5 Al ver Jesús la fe de ellos, dijo al paralítico: Hijo, tus pecados te son perdonados. Johan Sebastian Bach fue un músico alemán de finales del siglo 17, comienzos del siglo 18. Considerado uno de los más grandes compositores de la historia humana. Él compuso más de 500 piezas de gratitud y adoración a Dios. El quedó huérfano a los diez años y después de esto pudo llevar una vida llena de queja e ingratitud a Dios. Pero en vez de eso alabó a Dios con la música durante toda su vida. Esto fue posible gracias a que sus familiares le enseñaron la Biblia y la fe en Jesús. Él fue humilde, reconociéndose a sí mismo como un pecador y pudo recibir el perdón y el amor de Dios. El perdón de Jesús puede transformar nuestras vidas de la tristeza al gozo. Hoy vamos a aprender de cómo Jesús transformó la vida de un hombre paralítico, diciéndole: Hijo, tus pecados te son perdonados. Leamos los v.1 y 2 Entró Jesús otra vez en Capernaum después de algunos días; y se oyó que estaba en casa. E inmediatamente se juntaron muchos, de manera que ya no cabían ni aun a la puerta; y les predicaba la palabra. Jesús entró otra vez en Capernaúm, un poblado a las orillas del mar de Galilea, en el norte de Palestina. El capítulo anterior nos muestra que Jesús ya había enseñado en la sinagoga de Capernaúm. Allí echó fuera un espíritu inmundo de un hombre que estaba atormentado, luego fue a la casa de Simón y Andrés, sus discípulos, en donde sanó a la suegra de Simón de una fiebre. Al caer el sol Jesús sanó a muchos que venían con enfermedades y eran oprimidos por demonios. Luego de eso Jesús viajó a través de Galilea predicando el evangelio y sanando a más enfermos y endemoniados. Al regresar a Capernaúm la gente estaba oyó que estaba en casa, probablemente la casa de Simón. Pronto la casa se llenó con muchas personas de manera que no cabían ni aún a la puerta. En aquel lugar fueron personas con diferentes motivos. Algunos esperaban más sanaciones. Otros, como sus discípulos, querían aprender de Jesús. También estaban los escribas que buscaban una manera de atacar a Jesús. Esta vez Jesús estaba enfocado en predicarles la palabra. Jesús atendió los problemas prácticos de las personas pero Jesús sabía que ellos necesitaban recibir la Palabra de Dios. La Palabra de Dios sana profundamente nuestras mentes, corazones y almas. La Palabra de Dios nos guía, nos instruye, nos da dirección, nos santifica, nos da vida, nos da sabiduría. La Biblia es la Palabra de Dios. Hay un dicho que dice Léala para ser sabio, créala para ser salvo y obedézcala para ser santo. En medio de la predicación sucedió un evento muy particular. Leamos los v. 3 y 4 Entonces 1

2 vinieron a él unos trayendo un paralítico, que era cargado por cuatro. Y como no podían acercarse a él a causa de la multitud, descubrieron el techo de donde estaba, y haciendo una abertura, bajaron el lecho en que yacía el paralítico. Esta es una hermosa historia de verdadera amistad. Una historia de esperanza y fe. Estos 4 amigos tenían esperanza en Jesús. Ellos tenían fe que Jesús podía curar a su amigo paralítico. Ellos creían que tan solo necesitaban llevar a su amigo cerca de Jesús, y entonces su amigo sería sanado. Tenían una fe genuina en el poder de Jesús. También ellos tuvieron el verdadero amor que actúa. Como dice 1 Jn 3:18 Hijitos míos, no amemos de palabra ni de lengua, sino de hecho y en verdad. Ellos fueron activos, ellos salieron de su comodidad, no se quedaron descansando en su casa, diciendo alguien lo puede llevar sino que al saber que Jesús había regresado a Capernaum se esforzaron por llevar a su amigo a Jesús. Ellos pusieron su prioridad en ayudar a su amigo. Ellos sabían que su amigo no podía ir sólo a Jesús. Por eso decidieron ayudarlo. Ellos sabían que llevar a su amigo paralítico a Jesús no era un trabajo de un solo hombre. Ellos tomaron la decisión de trabajar juntos. Superaron cualquier diferencia que pudieran tener y trabajaron en equipo con el fin de llevar a su amigo a Jesús. Ellos enfrentaron un obstáculo, la multitud les impedía llegar hasta Jesús. Pero no se rindieron. Subieron hasta el techo y abriendo un hoyo, bajaron el lecho en el que yacía el paralítico. Supongo que luego ellos se harían cargo de los daños. Ellos tomaron el riesgo y desafiaron para ayudar a su amigo. Ellos no se detuvieron viendo el obstáculo, ellos miraron hacia arriba y recibieron la sabiduría de lo alto que necesitaban para superar los obstáculos. Nosotros debemos ser como esos amigos. Debemos imitar su amor por su amigo paralítico y su esperanza en Jesús. Hay muchas personas como ese paralítico que necesitan de alguien que los ayude a acercarse a Jesús. Muchos de ellos no saben que en Jesús encontramos la solución verdadera a todos nuestros problemas. Ellos necesitan alguien que les explique y les enseñe sobre Jesús. Ellos necesitan de alguien que les diga que Jesús es nuestra firme y segura esperanza. Ellos necesitan de alguien que ponga su tiempo, esfuerzo y oración para visitarlos y animarlos a tener fe en Jesús. Algunas veces necesitan el trabajo de cuatro o más de cuatro para ayudarlos a venir a Jesús. El hermano Gabriel, su esposa Xiomara y sus hijas Wuidiana y Euker trabajaron en equipo para invitar a su hijo y hermano: Gabriel. Él también trajo a su novia. Ahora Gabriel se siente muy bien aprendiendo de la fe en Jesús. A igual que los amigos, podemos enfrentar obstáculos cuando queremos llevar a nuestros amigos a Jesús. Es decir, obstáculos para ser bendición. Pero no debemos rendirnos. El obstáculo es la oportunidad. Es la oportunidad de buscar a Dios y recibir su sabiduría para abrir un nuevo camino. Es la oportunidad de tomar la mano de Dios y escribir una nueva historia llena de vitalidad y alegría. 2

3 Vean el v.5 Al ver Jesús la fe de ellos, dijo al paralítico: Hijo, tus pecados te son perdonados. En medio de esa escena, los asistentes podían ver muchas cosas. Los escribas podían anotar 1) Invasión a casa 2) Destrucción de la propiedad privada, 3) Perturbación al orden público. Desde el punto de vista humano la actitud de ellos no se podía aceptar. Jesús también podía molestarse viendo que estaban interrumpiendo su enseñanza. Pero Qué vio Jesús? Jesús vio la fe de ellos. Jesús vio la fe de los amigos. Por la fe ellos hicieron un gran esfuerzo de llevar al paralítico y bajarlo desde el techo. Jesús también vio la fe del paralítico. Escuchando a sus amigos él también había sido contagiado con la fe en el poder y amor de Jesús. A Jesús le agradó la fe de ellos y los bendijo. Hebreos 11:6 dice: Y sin fe es imposible agradar a Dios, ya que cualquiera que se acerca a Dios tiene que creer que él existe y que recompensa a quienes lo buscan. NVI. Dios existe. Jesús es Dios. Jesús recompensa a quienes les buscan. Cuando tenemos esa fe Dios se agrada y nos bendice. Jesús bendijo su fe perdonando sus pecados. Él dijo: Hijo, tus pecados te son perdonados! Esta es la mayor bendición que podemos recibir. El perdón de nuestros pecados. Pero Un momento! Acaso lo que fueron buscando estos 5 hombres no fue la sanación de la parálisis? Pero lo primero que hizo Jesús fue perdonarle sus pecados. Para Jesús el problema de pecado era lo más urgente que debía ser resuelto. La mayoría de las veces los hombres pensamos que el problema más urgente es el económico, el social, el ambiental, las relaciones humanas, etc. Jesús seguro puede ayudarnos en estos problemas. Pero para Jesús el problema más urgente es el problema de pecado. Lo que nosotros necesitamos más que cualquier otra cosas es el perdón de nuestros pecados. Por qué? Una razón es que el pecado nos separa de Dios. Isaías 59:2 pero vuestras iniquidades han hecho división entre vosotros y vuestro Dios, y vuestros pecados han hecho ocultar de vosotros su rostro para no oír. Cuando estamos separados de Dios perdemos el significado de nuestra vida. Al estar separados de Dios, no sabemos para qué estamos en esta tierra, no sabemos de dónde venimos ni a donde vamos. Al final sentimos que nuestra vida es solo como la niebla que aparece en la mañana y en la tarde desaparece. Pero cuando recibimos el perdón de nuestros pecados nos encontramos con Dios, el dador de la vida. En Él encontramos respuestas a las preguntas fundamentales de nuestra vida. Sabemos de dónde venimos, a dónde vamos, cuál es el propósito de nuestra vida mientras estamos en esta tierra. Entonces Dios nos ayuda a vivir una vida con significado y con frutos eternos. Necesitamos el perdón de nuestros pecados para salir de nuestra parálisis espiritual. En un sentido el pecado nos hace paralíticos espirituales. Dios nos creó a su imagen y semejanza para ser mayordomos de este mundo, trabajando duro y adorando a Dios. Dios nos creó para que lleváramos mucho fruto. Pero el pecado nos paraliza y no nos deja dar fruto a Dios. 3

4 A algunos el pecado los vuelve paralíticos en sus relaciones interpersonales, ellos no son capaces de mantener sus relaciones familiares, ni son capaces de dar los pasos para restaurar las relaciones quebradas. Otros se quedan paralizados o estancados por muchos años en sus malos hábitos o vicios. Los paralíticos espirituales al enfrentar las consecuencias de sus pecados hacen excusas y echan la culpa a otros. Algunos tienen mentes paralizadas: cuando enfrentan un problema, su mente se pone en blanco y se acuestan a dormir. Algunos no pueden estudiar por ellos mismos. Siempre necesitan a alguien que los empuje o que estudie con ellos. Esperan que otro resuelva el ejercicio para luego copiarse. Algunos tienen parálisis en su corazón, ellos no pueden sentir amor y compasión por otros. Siempre son como fríos o secos sin una respuesta emocional. No lloran nunca, ni siquiera viendo una película como La pasión de Cristo. Otros tienen parálisis de labios. Nunca dicen gracias a otros, ni a sus familiares, a sus amigos o a sus mentores. No dan gracias a Dios o ni lo alaban, en lugar de eso siempre se quejan. Se quejan tanto que se envanecen en sus razonamientos y su corazón es entenebrecido. (Ro 1:21) Ser paralítico espiritual es muy triste. Cómo podemos superar la parálisis espiritual? Nosotros solos no podemos. Tampoco otra persona puede ayudarnos. Necesitamos escuchar personalmente a Jesús diciendo Hijo, tus pecados te son perdonados. Vamos a colocar nuestro nombre diciendo Hijo, tus pecados te son perdonados. Sólo el perdón de Jesús puede librarnos y levantarnos. Este hombre, como todos nosotros era un pecador que merecía pagar sus pecados con su vida. Él, como todos nosotros, tenía una deuda que debía ser pagada. Esta es la deuda por nuestros pecados. Pero Jesús declaró el perdón de pecados hacia este pecador. Su deuda estaba cancelada. De hecho en la cruz Jesús pagó esa deuda en su lugar. El perdón de Jesús restauró la relación de ese hombre con Dios y lo hizo un hijo de Dios. Jesús no lo vio como un paciente, un cliente, un caso de estudio, un nombre más en la lista o un número. Jesús lo vio como su hijo con mucho afecto. Este poder de Jesús de perdonar pecados también podemos experimentarlo hoy. Juan 1:12 Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios; Todos somos criaturas de Dios, pero no todos son hijos de Dios. Solo aquellos que van con fe a la cruz de Jesús creyendo en Él como su Señor y salvador, reciben la salvación y la vida eterna y pasan a formar parte de la familia de Dios. Vamos a aceptar el perdón de Jesús por la fe. Algunos maestros de la ley pensaban Por qué habla éste así? Blasfemias dice. Quién puede perdonar pecados, sino sólo Dios? (v7) Los maestros de la ley entendieron a Jesús. Jesús ejerció con audacia el poder para perdonar pecados. Por medio de este acto Jesús manifestaba ser Dios. Pero ellos, en su condición apartada de Dios se volvieron muy rebeldes en sus corazones. 4

5 Vean el v.8 Y conociendo luego Jesús en su espíritu que cavilaban de esta manera dentro de sí mismos, les dijo: Por qué caviláis así en vuestros corazones? Jesús sabía todo lo que ellos estaban pensando en sus corazones. Jesús conoce lo que hay en nuestro corazón. Jesús es Dios. Los maestros de la ley eran los líderes en Israel. La influencia de ellos se extendía por todo el pueblo. Su resistencia venenosa hacia Jesús era un gran obstáculo para que las buenas nuevas del evangelio siguieran esparciéndose. Sin vacilar Jesús los confrontó. V a Pues para que sepáis que el Hijo del Hombre tiene potestad en la tierra para perdonar pecados (dijo al paralítico): A ti te digo: Levántate, toma tu lecho, y vete a tu casa. Entonces él se levantó en seguida, y tomando su lecho, salió delante de todos Con su palabra Jesús hizo al paralítico levantarse y caminar inmediatamente. Sólo Dios podía hacer algo como eso. De esta manera Jesús demostró su poder para perdonar pecados. Jesús demostró que él tiene autoridad sobre la tierra para perdonas pecados. Jesús resuelve nuestro problema de pecado. El puede darnos victoria sobre el pecado hoy. Vean el v.12 de manera que todos se asombraron, y glorificaron a Dios, diciendo: Nunca hemos visto tal cosa. Las personas que estaban allí alabaron a Dios. Ellos vieron algo nuevo, algo que nunca antes había sucedido. En Jesucristo algo nuevo puede suceder. Algo que nunca antes has experimentado. En Jesucristo podemos convertirnos en una nueva criatura. El puede transformarnos completamente y nos convierte en testigos de su obra. Próximamente tenemos nuestras conferencias de Verano. Será un tiempo especial para venir a Jesús y recibir el perdón de nuestros pecados y la sanación de nuestras parálisis. Es tiempo para ser renovados. Durante casi 30 años, en nuestro ministerio en Venezuela hemos experimentado como muchos paralíticos han sido sanados. Yo también era uno de ellos. Aunque yo tenía una base católica, yo era esclavo de mis deseos lujuriosos y cometí malos actos contra Dios. Mi corazón, mi alma y mi mente estaban paralizados. Yo también quedaba paralizado por la depresión por muchos días. Pero el evangelio de Jesús me hizo libró de la parálisis del pecado y me convirtió en un predicador del evangelio. También Dios ha sanado a muchos hermanos en nuestra iglesia. Que el Señor siga haciendo su obra entre nosotros. Vamos a pedirle a Dios que en este tiempo nos sane de nuestras parálisis espirituales con su perdón y amor y nos levante como siervos dinámicos para su obra. Amén. 5